Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤ Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤ Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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viernes, 21 de diciembre de 2018

Mi hijo precioso: El viaje de un padre a través de la adicción de su hijo

David Sheff ha escrito un poderoso y conmovedor retrato de familia con el que todos los lectores se identificarán, sobre todo aquellas personas que se enfrentan al terrible problema de la adicción.. Adorado por todos, era un buen estudiante y un gran atleta. Antes de hacerse adicto a las drogas, Nic Sheff era un niño encantador, alegre y simpático. ¿Cómo puede un niño estudioso y deportista acabar siendo drogadicto y vagabundo?¿Qué le pasó a mi hijo precioso? ¿A nuestra familia? ¿En qué me

Su artículo para el New York Times “Mi hijo adicto” mereció un premio de la Asociación Psicológica Americana por su “extraordinaria contribución al entendimiento de la adicción”. Sheff y su familia viven en Inverness, California. Sus numerosos artículos y 

Isabel Gómez Bassols“Sheff ha convertido su angustia en esperanza para los adictos y aquellos quienes los aman, dándonos una visión brutal y honesta de la sana respuesta de un padre a un infierno que no puede abandonar”. —Washington Post. —Rocky Mountain News“Sin duda ayudará a muchísimos adictos y a sus familias, reafirmándoles que no están solos en su sufrimiento”. “Absolutamente cautivador: uno de los libros más emocionantes que he leído en mucho tiempo.Mi hijo precioso es un libro imprescindible para padres con hijos adictos, o para cualquiera que tenga un ser querido con problemas”. —

lunes, 22 de octubre de 2018

Víctimas, no viciosos

Viaje al cerebro de un drogadicto La investigadora Nora Volkow habló de sus revolucionarios estudios sobre farmacodependencia.



Nora Volkow tenía 4 o 5 años cuando, entre las plantas del jardín de su casa natal en Coyoacán, se sentaba a ver caminar las colonias de hormigas en fila india. Le parecía fascinante: su mente le decía que ese desfile no era casual.
Después, en su adolescencia, ella y sus tres hermanas pasaron muchas tardes guiando a visitantes por la casona. Era Ciudad de México y despuntaban los años 70. La vivienda era histórica: aquí habían asesinado, en 1940, a uno de los tres líderes de la revolución rusa. Nora creció con conciencia de venir de una familia protagonista de la historia: el líder asesinado era su bisabuelo León Trotski.
Desde que observaba hormigas y a la gente en la calle –le fascinaba la interacción humana–, Nora Volkow vio transcurrir medio siglo. Y hoy, a los 59 años, convertida en una de las grandes expertas en el estudio del cerebro y referenciada por muchos como la mayor especialista en adicciones del mundo, vuelve a su infancia para explicar su camino en la investigación.
“Por nuestra historia y la tragedia que mi familia vivió en Coyoacán, todos aprendimos que cada ser humano es responsable de sí mismo, pero también de la humanidad. Hacer ciencia es ampliar el conocimiento, y yo me propuse generar avances científicos no solo para Estados Unidos, no solo para México, sino para todo el mundo. El cerebro humano ha sido mi campo de estudio. Y hemos avanzado”, afirma.
En el 2007, Time la nombró entre las 100 personas más influyentes del planeta. Ese año, el editor de la revista, Richard Stengel, explicó: “Esta lista la componen personas cuyas ideas, ejemplo, talento y descubrimientos han transformado el mundo en que vivimos”. Ese mismo año, Volkow fue reconocida por Newsweek; en el 2009 y el 2011, por Washingtonian Magazine y, desde el 2000, por U. S. News & World Report.
Víctimas, no viciosos
Esta psiquiatra y neurocientífica, que trabaja en investigación de punta en Estados Unidos –a donde emigró muy joven en busca de su pasión, el estudio del cerebro–, es la cabeza del Instituto Nacional de Abuso de Drogas, en Bethesda (Maryland). Gracias a sus investigaciones, en las que ha invertido 30 años, está logrando cambiar los parámetros: hoy se sabe que los adictos a la marihuana, la cocaína, la heroína y otras drogas legales –así las califica ella–, como el alcohol y el cigarrillo, no lo son por su voluntad: diversas disfunciones de su cerebro no los dejan vencer su adicción. Se los considera enfermos. Y, dice Volkow, quien ha dedicado su vida profesional a estudiar los procesos cerebrales que juegan un rol en la adicción, es bueno que el mundo comience a mirarlos como víctimas, no como viciosos.
“El cerebro humano es mucho más complejo que el de los monos o los ratones, pero estos animales han ayudado a nuestras investigaciones. Descubrimos, por ejemplo, que la dopamina, un neurotransmisor cerebral, juega un rol esencial. Si comer un chocolate o aspirar cocaína por primera vez se siente como un estímulo placentero, el cerebro libera dopamina y activa los centros del placer. Si mañana nos repiten el estímulo, solo con mirar el chocolate o la cocaína sentimos el impulso y la liberación de la dopamina”, explica.
El cerebro, dice la doctora Volkow, crea automáticamente una memoria de liberación de dopamina ante un estímulo placentero. Y con solo volver a sentirlo o presentirlo (mirarlo, por ejemplo), bien sea alcohol, comida, sexo, cigarrillo o heroína, queremos probarlo de nuevo. Se trata de una química no solo del placer, sino también de la motivación humana, de un sistema inserto en el cerebro desde tiempos inmemoriales para perpetuar la especie. Así fue como la evolución aseguró la supervivencia del hombre.
Pero este mecanismo cerebral automático perdió la ruta en algún momento. “Nuestro sistema quiso asegurarse, en el plano evolutivo, de que el ser humano nunca dejara de perpetuarse. Por eso, la comida y el sexo son placenteros –arguye Volkow–. Pero las drogas esclavizaron el sistema y lo desnaturalizaron. Nuestro cerebro no se creó para que consumiéramos drogas, pero estas ‘hackearon’ el sistema y crearon la adicción. Cuando empecé a trabajar, en los 80, se sabía que todas las drogas activaban la dopamina, pero yo me pregunté por qué algunas personas probaban la cocaína y la dejaban, mientras que otras se convertían en adictos. La activación de la dopamina era idéntica en ambas, pero una caía y la otra no. Esta pregunta fue la base de mis investigaciones”.
Obsesionada, la experta se metió de lleno en el estudio del cerebro y sus procesos. Ella intuía que ahí estaba la respuesta a sus interrogantes sobre las adicciones.
“Si la curiosidad mató al gato, yo debería estar muerta. Desde que estudiaba medicina en México, me pregunté por el efecto de las drogas en el cerebro –cuenta–. Un día cayó en mis manos una revista científica que hablaba de imaginología, una tecnología que permitía estudiar el cerebro en personas vivas, algo jamás visto, inédito. Decidí irme a Estados Unidos, al laboratorio nacional de Brookhaven, en Long Island, a trabajar con esta nueva técnica. Ahí comencé mis investigaciones”.
Entonces tenía 23 años. Decenios de labor en Estados Unidos, donde se casó con un físico, le permitieron llegar a su principal hallazgo: Nora Volkow y su equipo de investigadores demostraron que la corteza frontal del cerebro de los adictos a drogas está dañada en distintos grados. Hasta que la mexicana lo dio a conocer –a la fecha ha publicado 600 papers y tres libros–, nadie le había dado importancia a la corteza frontal en las adicciones humanas.
“Hasta entonces, la corteza se reconocía como el área del cerebro donde se gestan el poder de decisión, los juicios y el pensamiento abstracto. Nuestras investigaciones permitieron caracterizar procesos de desajuste cerebral y reconocer que, en los adictos, la corteza frontal –que controla deseos y emociones– estaba afectada”, resume.
Con ese descubrimiento, la científica inauguró una nueva mirada sobre el camino de la adicción.
Obesidad y déficit de atención
“Lo central para nosotros ha sido entender los procesos que conllevan la pérdida de control en los adictos a las drogas. Cuando empecé a investigar, se pensaba que ellos elegían los narcóticos por placer. Yo demostré lo contrario. Al comprender que en todos ellos la corteza frontal del cerebro está dañada en diversos grados –la de un fumador no es igual a la de un heroinómano severo–, llegamos a la conclusión de que este enfermo no tiene la capacidad de controlar sus deseos y emociones. Por eso termina adicto”, agrega esta bisnieta de Trotski, reconocida como “una campeona en la integración de la ciencia a la medicina”, según un experto en drogas de la Universidad de Pensilvania, y como una “científica brillante”, según el director del Instituto de Dependencia Química Rothschild del centro médico Beth Israel, de Nueva York.
La curiosidad de Volkow ha extrapolado su trabajo a otras áreas, como la obesidad y el déficit de atención. Ella descubrió que hay rasgos comunes en obesos y adictos: ni unos ni otros quieren estar donde están, pero no pueden parar de consumir (narcóticos o comida). En los obesos, la corteza frontal tampoco funciona correctamente.
“Así es la ciencia. Un hallazgo puede conducirte a diversas áreas de investigación, y el conocimiento se va expandiendo”, celebra Nora.
Gracias al trabajo de esta neurocientífica y su equipo de investigadores, hoy la ciencia considera que un adicto no es un vicioso, sino un enfermo que necesita ayuda. “Aunque falta mucho, hemos logrado transformaciones. Por ejemplo, las aseguradoras de salud en Estados Unidos ya no pueden rechazar a estas personas”, subraya.
Volkow está logrando que se entienda que la adicción es una enfermedad del cerebro. “Si eres un adolescente que recién prueba una droga, aún puedes elegir. Pero en un adicto esta decisión se vuelve automática. Por eso siempre digo que una adicción es como manejar un auto sin frenos”, sostiene.
Y es aquí donde la herencia cumple un rol. Hay investigaciones que prueban que en la adicción al cigarrillo –que ella no cataloga como menor– la mitad de los casos se debe a causas genéticas. El tema está en estudio.
Mientras hace un alto en el quinto Seminario Internacional sobre los Efectos de la Marihuana, convocado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, se queja: “Ya el mundo no puede negar que la adicción es una enfermedad. En el pasado lo negaban porque nadie había estudiado el cerebro en humanos vivos. Sin embargo, el sistema médico no ha asumido la responsabilidad de los tratamientos y la evaluación de las adicciones. No está pasando como debería”.
En el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de Estados Unidos, que esta científica y psiquiatra dirige desde el 2003, la mitad del millonario presupuesto va a becas de investigación sobre adicciones. En paralelo, ella prosigue su trabajo sobre el cerebro humano, que ha sido su fascinación desde que era una niña que observaba hormigas en su casa de Coyoacán.
“Hoy estudiamos la eficacia de nuestro cerebro para procesar información. También queremos saber cómo lo afectan las drogas, qué tan estable es, cómo cambia durante el día. Esto último me interesa porque el consumo de drogas está totalmente asociado con la hora: casi todos empiezan a consumir tipo 5 o 6 de la tarde. Está probado también en animales”, dice con pasión.
Impensable no preguntarle sobre la legalización de la marihuana en países de América Latina, como Uruguay.
“Si me baso en datos de morbilidad y mortalidad, el mayor efecto en el mundo es el de las drogas legales –responde–. En Estados Unidos, 440.000 personas mueren anualmente por tabaco y otras 100.000, por alcohol. Todas las drogas (ilegales) juntas matan a 40.000 al año. Si me pregunta si los países pueden solventar una tercera droga legal, creo que no”.
MARÍA CRISTINA JURADO
El Mercurio (Chile) 

lunes, 10 de septiembre de 2018

¿Porqué La Gente Toma Drogas?

Nadie sabe qué causa que la gente tome drogas. ¿Verdadero o falso? Eso es falso. Las drogas alivian a una persona de una condición no deseada. En este vídeo Bobby Wiggins demuestra, de una forma concisa, por qué la gente toma drogas.


viernes, 7 de septiembre de 2018

¿Qué Hacen las Drogas a tu Sistema Nervioso?

Bobby Wiggins explica lo que le hacen las drogas a tu sistema nervioso. Personalmente hizo presentaciones en vivo a mas de 900, 000 personas, incluyendo escuelas, grupos comunitarios y empresas. El vídeo de Narconon de prevención de drogas presenta hechos sobre las drogas y de como éstas afectan al cuerpo


domingo, 2 de septiembre de 2018

¿Cuáles son los efectos de las drogas en la mente?

Una descripción sencilla de los efectos de las drogas en la mente. El Especialista en Prevención de drogas, Bobby Wiggins explica lo que pasa cuando alguien toma una droga.


sábado, 1 de septiembre de 2018

¿Es el alcohol una droga?

En este corto video de educación sobre las drogas, Bobby Wiggings, especialista en prevención de drogas, explica en forma concisa porqué el alcohol es una droga. Hay mucha más información acerca del alcohol en nuestra página Web. www.espanol.narconon.org/


viernes, 31 de agosto de 2018

¿Que es la Adicción?

Pregunta: La mayoría de las drogas no crean hábito. ¿Verdadero o Falso? Falso.
La realidad del caso es que cuando baja el efecto de una droga, la persona quiere más. En este vídeo de educación sobre las drogas, Bobby Wiggins, Especialista en Prevención de Droga, responde a la pregunta "¿Qué es la adicción?" Suceden varias cosas cuando se toman drogas, incluyendo la destrucción de las vitaminas en el cuerpo. El programa de Educación de Drogas de Narconon ofrece mas información sobre "Que es la Adicción?"


jueves, 30 de agosto de 2018

¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la hierba?


En este vídeo de educación sobre las drogas, Bobby Wiggins, especialista en prevención de drogas, explica concisamente los efectos a largo plazo de la hierba (marihuana). La marihuana no es dañina ¿Verdadero o falso? Eso es definitivamente falso. Para mas información sobre el uso y adicción a la marihuana, visite: http://espanol.narconon.org/informaci...

miércoles, 29 de agosto de 2018

¿Cómo afectan las drogas a tu cerebro?

El doctor Juan Rivera explica lo que sucede en el sistema nervioso cuando el organismo se enfrenta a la adicción.


Entender de que manera afectan las adicciones al cerebro podría ser una de las claves para cambiar la lucha contra las drogas.


Las drogas y el cerebro. Hablemos de drogas.

lunes, 27 de agosto de 2018

Expertos aseguran que primeros 8 años de vida son esenciales para prevenir adicciones


Los estudios piden redireccionar las investigaciones sobre el abuso de sustancias hacia la edad temprana y dejar de centrar la atención en la adolescencia.

SANTIAGO.- El consumo de drogas y alcohol ha estado asociado a la adolescencia desde hace muchos años. Sin embargo, una nueva investigación relacionada a cómo tratar la dependencia de ciertas sustancias perjudiciales para la salud, ratifica que todo comienza en el embarazo. En este sentido, fortalecer la autoestima y las habilidades sociales de los menores antes de los 8 años, previene una adultez lejos del abuso de sustancias, según el reporte entregado por autoridades del Reino Unido.

El informe elaborado por el Instituto Nacional de Salud de ese país, también asegura que el estrés que un niño presenta antes de los 8 años juega un rol fundamental en su comportamiento como adulto.
Así, el bajo rendimiento escolar, la inseguridad y episodios de ira, son síntomas recurrentes en niños que terminan desarrollando algún tipo de adicción cuando llegan a la adolescencia.

Igualmente, experiencias como divorcios o cambios de casa y estilo de vida, se presentan como factores de riesgo para un eventual abuso de alcohol o sustancias.

 La intervención adulta para ayudar a los niños a resolver este tipo de episodios, previene que tengan una adolescencia y adultez conflictiva, según expertos.

La doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas sostiene que "gracias a tres décadas de investigaciones sobre qué ayuda a los niños a sobrellevar episodios de estrés, tenemos la oportunidad de intervenir desde edad temprana para prevenir futuros desórdenes que desencadenen abusos con psicotrópicos".

En la adolescencia, las actitudes, comportamientos e interacciones familiares no son tan fáciles de cambiar. Por esto, los primeros 8 años de vida de un niño son importantes para disuadir a los jóvenes de una vida de adicciones, debido a que el desarrollo cerebral es mucho más rápido que en cualquier otro período de su vida.

El contexto donde un niño se desarrolla -barrio, establecimiento educacional, entre otros- también juega un rol importante en el desarrollo de su estabilidad emocional. La relación sostenida con sus padres y parientes es considerado también un factor de cambio en actitudes negativas de los jóvenes.

Según señala el reporte, "proveer de un hogar estable, nutrición adecuada y estimulación física y cognitiva antes de los 8 años, previene a los niños de buscar en su edad adulta los sustitutos de una vida estable como las drogas o abusar del alcohol".

Para niños donde ya es muy tarde acceder a este tipo de intervención parental o familiar, los expertos recomiendan no intervenir de forma brusca en la adolescencia. 

Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2016/03/10/792298/Expertos-advierten-que-riesgo-de-sufrir-algun-tipo-de-adiccion-viene-desde-el-embarazo.html


Víctimas, no viciosos. Viaje al cerebro de un enfermo de droga dicción

Las Drogas Hackearon El Cerebro Humano

La mexicana Nora Volkow, bisnieta de Trotski y una autoridad mundial en adicciones, habla de sus revolucionarias investigaciones sobre la farmacodependencia. 

La investigadora Nora Volkow habló de sus revolucionarios estudios sobre farmacodependencia.
Nora Volkow tenía 4 o 5 años cuando, entre las plantas del jardín de su casa natal en Coyoacán, se sentaba a ver caminar las colonias de hormigas en fila india. Le parecía fascinante: su mente le decía que ese desfile no era casual.
Después, en su adolescencia, ella y sus tres hermanas pasaron muchas tardes guiando a visitantes por la casona. Era Ciudad de México y despuntaban los años 70. La vivienda era histórica: aquí habían asesinado, en 1940, a uno de los tres líderes de la revolución rusa. Nora creció con conciencia de venir de una familia protagonista de la historia: el líder asesinado era su bisabuelo León Trotski.
Desde que observaba hormigas y a la gente en la calle –le fascinaba la interacción humana–, Nora Volkow vio transcurrir medio siglo. Y hoy, a los 59 años, convertida en una de las grandes expertas en el estudio del cerebro y referenciada por muchos como la mayor especialista en adicciones del mundo, vuelve a su infancia para explicar su camino en la investigación.
“Por nuestra historia y la tragedia que mi familia vivió en Coyoacán, todos aprendimos que cada ser humano es responsable de sí mismo, pero también de la humanidad. Hacer ciencia es ampliar el conocimiento, y yo me propuse generar avances científicos no solo para Estados Unidos, no solo para México, sino para todo el mundo. El cerebro humano ha sido mi campo de estudio. Y hemos avanzado”, afirma.
En el 2007, Time la nombró entre las 100 personas más influyentes del planeta. Ese año, el editor de la revista, Richard Stengel, explicó: “Esta lista la componen personas cuyas ideas, ejemplo, talento y descubrimientos han transformado el mundo en que vivimos”. Ese mismo año, Volkow fue reconocida por Newsweek; en el 2009 y el 2011, por Washingtonian Magazine y, desde el 2000, por U. S. News & World Report.
Víctimas, no viciosos
Esta psiquiatra y neurocientífica, que trabaja en investigación de punta en Estados Unidos –a donde emigró muy joven en busca de su pasión, el estudio del cerebro–, es la cabeza del Instituto Nacional de Abuso de Drogas, en Bethesda (Maryland). Gracias a sus investigaciones, en las que ha invertido 30 años, está logrando cambiar los parámetros: hoy se sabe que los adictos a la marihuana, la cocaína, la heroína y otras drogas legales –así las califica ella–, como el alcohol y el cigarrillo, no lo son por su voluntad: diversas disfunciones de su cerebro no los dejan vencer su adicción. Se los considera enfermos. Y, dice Volkow, quien ha dedicado su vida profesional a estudiar los procesos cerebrales que juegan un rol en la adicción, es bueno que el mundo comience a mirarlos como víctimas, no como viciosos.
“El cerebro humano es mucho más complejo que el de los monos o los ratones, pero estos animales han ayudado a nuestras investigaciones. Descubrimos, por ejemplo, que la dopamina, un neurotransmisor cerebral, juega un rol esencial. Si comer un chocolate o aspirar cocaína por primera vez se siente como un estímulo placentero, el cerebro libera dopamina y activa los centros del placer. Si mañana nos repiten el estímulo, solo con mirar el chocolate o la cocaína sentimos el impulso y la liberación de la dopamina”, explica.

El cerebro, dice la doctora Volkow, crea automáticamente una memoria de liberación de dopamina ante un estímulo placentero. Y con solo volver a sentirlo o presentirlo (mirarlo, por ejemplo), bien sea alcohol, comida, sexo, cigarrillo o heroína, queremos probarlo de nuevo. Se trata de una química no solo del placer, sino también de la motivación humana, de un sistema inserto en el cerebro desde tiempos inmemoriales para perpetuar la especie. Así fue como la evolución aseguró la supervivencia del hombre.
Pero este mecanismo cerebral automático perdió la ruta en algún momento. “Nuestro sistema quiso asegurarse, en el plano evolutivo, de que el ser humano nunca dejara de perpetuarse. Por eso, la comida y el sexo son placenteros –arguye Volkow–. Pero las drogas esclavizaron el sistema y lo desnaturalizaron. Nuestro cerebro no se creó para que consumiéramos drogas, pero estas ‘hackearon’ el sistema y crearon la adicción. Cuando empecé a trabajar, en los 80, se sabía que todas las drogas activaban la dopamina, pero yo me pregunté por qué algunas personas probaban la cocaína y la dejaban, mientras que otras se convertían en adictos. La activación de la dopamina era idéntica en ambas, pero una caía y la otra no. Esta pregunta fue la base de mis investigaciones”.
Obsesionada, la experta se metió de lleno en el estudio del cerebro y sus procesos. Ella intuía que ahí estaba la respuesta a sus interrogantes sobre las adicciones.
“Si la curiosidad mató al gato, yo debería estar muerta. Desde que estudiaba medicina en México, me pregunté por el efecto de las drogas en el cerebro –cuenta–. Un día cayó en mis manos una revista científica que hablaba de imaginología, una tecnología que permitía estudiar el cerebro en personas vivas, algo jamás visto, inédito. Decidí irme a Estados Unidos, al laboratorio nacional de Brookhaven, en Long Island, a trabajar con esta nueva técnica. Ahí comencé mis investigaciones”.
Entonces tenía 23 años. Decenios de labor en Estados Unidos, donde se casó con un físico, le permitieron llegar a su principal hallazgo: Nora Volkow y su equipo de investigadores demostraron que la corteza frontal del cerebro de los adictos a drogas está dañada en distintos grados. Hasta que la mexicana lo dio a conocer –a la fecha ha publicado 600 papers y tres libros–, nadie le había dado importancia a la corteza frontal en las adicciones humanas.
“Hasta entonces, la corteza se reconocía como el área del cerebro donde se gestan el poder de decisión, los juicios y el pensamiento abstracto. Nuestras investigaciones permitieron caracterizar procesos de desajuste cerebral y reconocer que, en los adictos, la corteza frontal –que controla deseos y emociones– estaba afectada”, resume.
Con ese descubrimiento, la científica inauguró una nueva mirada sobre el camino de la adicción.
Obesidad y déficit de atención
“Lo central para nosotros ha sido entender los procesos que conllevan la pérdida de control en los adictos a las drogas. Cuando empecé a investigar, se pensaba que ellos elegían los narcóticos por placer. Yo demostré lo contrario. Al comprender que en todos ellos la corteza frontal del cerebro está dañada en diversos grados –la de un fumador no es igual a la de un heroinómano severo–, llegamos a la conclusión de que este enfermo no tiene la capacidad de controlar sus deseos y emociones. Por eso termina adicto”, agrega esta bisnieta de Trotski, reconocida como “una campeona en la integración de la ciencia a la medicina”, según un experto en drogas de la Universidad de Pensilvania, y como una “científica brillante”, según el director del Instituto de Dependencia Química Rothschild del centro médico Beth Israel, de Nueva York.
La curiosidad de Volkow ha extrapolado su trabajo a otras áreas, como la obesidad y el déficit de atención. Ella descubrió que hay rasgos comunes en obesos y adictos: ni unos ni otros quieren estar donde están, pero no pueden parar de consumir (narcóticos o comida). En los obesos, la corteza frontal tampoco funciona correctamente.
“Así es la ciencia. Un hallazgo puede conducirte a diversas áreas de investigación, y el conocimiento se va expandiendo”, celebra Nora.
Gracias al trabajo de esta neurocientífica y su equipo de investigadores, hoy la ciencia considera que un adicto no es un vicioso, sino un enfermo que necesita ayuda. “Aunque falta mucho, hemos logrado transformaciones. Por ejemplo, las aseguradoras de salud en Estados Unidos ya no pueden rechazar a estas personas”, subraya.
Volkow está logrando que se entienda que la adicción es una enfermedad del cerebro. “Si eres un adolescente que recién prueba una droga, aún puedes elegir. Pero en un adicto esta decisión se vuelve automática. Por eso siempre digo que una adicción es cómo manejar un auto sin frenos”, sostiene.
Y es aquí donde la herencia cumple un rol. Hay investigaciones que prueban que en la adicción al cigarrillo –que ella no cataloga como menor– la mitad de los casos se debe a causas genéticas. El tema está en estudio.
Mientras hace un alto en el quinto Seminario Internacional sobre los Efectos de la Marihuana, convocado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, se queja: “Ya el mundo no puede negar que la adicción es una enfermedad. En el pasado lo negaban porque nadie había estudiado el cerebro en humanos vivos. Sin embargo, el sistema médico no ha asumido la responsabilidad de los tratamientos y la evaluación de las adicciones. No está pasando como debería”.
En el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de Estados Unidos, que esta científica y psiquiatra dirige desde el 2003, la mitad del millonario presupuesto va a becas de investigación sobre adicciones. En paralelo, ella prosigue su trabajo sobre el cerebro humano, que ha sido su fascinación desde que era una niña que observaba hormigas en su casa de Coyoacán.
“Hoy estudiamos la eficacia de nuestro cerebro para procesar información. También queremos saber cómo lo afectan las drogas, qué tan estable es, cómo cambia durante el día. Esto último me interesa porque el consumo de drogas está totalmente asociado con la hora: casi todos empiezan a consumir tipo 5 o 6 de la tarde. Está probado también en animales”, dice con pasión.
Impensable no preguntarle sobre la legalización de la marihuana en países de América Latina, como Uruguay.
“Si me baso en datos de morbilidad y mortalidad, el mayor efecto en el mundo es el de las drogas legales –responde–. En Estados Unidos, 440.000 personas mueren anualmente por tabaco y otras 100.000, por alcohol. Todas las drogas (ilegales) juntas matan a 40.000 al año. Si me pregunta si los países pueden solventar una tercera droga legal, creo que no”.
MARÍA CRISTINA JURADO
El Mercurio (Chile)

Fuente: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-15357995






jueves, 15 de marzo de 2018

Red de atención pública a las drogodependencias en España

España cuenta con un conjunto diversificado y plural de centros y recursos de atención en el conjunto de las Comunidades y Ciudades autónomas (CC.AA). Estos centros son públicos o privados (en este último caso financiados por las Administraciones Públicas, y debidamente acreditados).
Existen tres niveles diferenciados de atención en base a la especialización de los distintos recursos:
  1. Recursos de primer nivel. Son la principal puerta de entrada al sistema dónde se atiende al paciente.
  2. Recursos de segundo nivel (Centros ambulatorios de asistencia). Se trata de centros que prestan atención personalizada en régimen ambulatorio. Estos recursos pueden plantear objetivos de abstinencia, u otros de carácter intermedio y dotarse de diferentes estrategias y modalidades de intervención.
  3. Recursos de tercer nivel. Son recursos de alta especialización, esto es, centros o dispositivos especializados en el tratamiento a personas con trastornos adictivos.
Los tipos de intervención que se llevan a cabo se pueden agrupar en:
  1. Información, detección precoz, motivación y derivación: Esencialmente en los recursos de primer y segundo nivel
  2.  Evaluación y diagnóstico: En recursos de segundo nivel
  3.  Abordaje terapéutico : En recursos de segundo y tercer nivel. Abordado desde una atención integral que contempla desde la desde los inicios de la intervención hasta la Incorporación Social
En todos los casos la Intervenciones se adaptan a los perfiles de las personas o los colectivos con características y necesidades específicas a través de diferentes tipos de Programas específicos.


Fuente: http://www.pnsd.msssi.gob.es/profesionales/atencionIntegral/red/home.htm

jueves, 22 de febrero de 2018

Los 30 Síntomas Principales de Trastorno Depresivo: ¿Está usted Deprimido?

La depresión es mucho más que sentirse triste. Es un trastorno afectivo que puede interferir en nuestra vida cotidiana. Hay seis tipos de depresión: depresión grave, depresión atípica, distimia, depresión posparto, trastorno disfórico premenstrual y el trastorno afectivo estacional. La depresión con manías se conoce como trastorno bipolar o depresión maníaca.
No tratar la depresión puede frenar el ritmo de su vida durante meses, incluso años. El trastorno depresivo grave también puede llevar a pensamientos suicidas. Aquí presentamos 30 de los principales síntomas de depresión. Si experimenta uno o más de estos síntomas, hable con su médico.

30. Sentimientos de Tristeza


Las personas que están deprimidas a menudo se las denomina “tristes”. Pueden sentir una tristeza abrumadora y la imposibilidad de ser feliz. Este sentimiento puede afectar cada pequeño detalle de su vida y actividades diarias.
A todos y a cada uno de nosotros nos duele el alma cuando los días de verano en la playa y los
revolcones de hojas de otoño dan lugar al frío, gris y congelado invierno.
Salud Mental
Independientemente de si tiene un paladar goloso, fijación por los almidones, falta de voluntad ante
 las grasas saturadas o todas las anteriores, todos estamos familiarizados con...
Salud Mental
¿Usted o alguien que conoce tiene una adicción a las drogas? Es difícil saber al principio, sin
 embargo, muchas personas son capaces de usar medicamentos recreativos o recetados...
Salud Mental
El síndrome de Asperger es parte del trastorno del espectro autista, también conocido
como SA.
Salud Mental
El Trastorno Bipolar es un trastorno del estado de ánimo que afecta a muchas personas cada día.
Salud Mental
El abuso del alcohol es una enfermedad muy seria con la que muchas personas se
enfrentan diariamente.

Todos somos olvidadizos a veces, sin importar nuestra edad y salud mental. Sin embargo, a medida
que envejecemos, nuestro riesgo de padecer demencia se incrementa, y alrededor de...
Salud Mental
Todos hemos culpado al clima por cosas como la depresión, las migrañas y tal vez hasta una
 Articulación adolorida o cuatro.
Salud Mental

viernes, 8 de septiembre de 2017

Escuela de Padres


Escuela de Padres

El momento de ser padres nos llega con más o menos planificación, mayor o menor edad, más o menos experiencia… pero es un tema para el que normalmente no nos han preparado. Podemos recurrir a libros y distintas fuentes de información para que nos resuelvan dudas que nos van surgiendo (“¿Será normal que llore tanto?”, “¿cómo consigo que me obedezca?”, “¿debería castigarle?”), pero a veces sentimos toda esa teoría insuficiente en las dificultades que nos vamos encontrando día a día.
El entrenamiento para padres nace para dar respuesta a estas inquietudes comunes en la educación de los hijos. Se trata de varias sesiones en las que abordamos distintas áreas proporcionando tanto información como un seguimiento práctico de cada caso particular.