Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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miércoles, 20 de julio de 2022

Disfruta todo sobre el tema de Práctica Budista, entra aquí

 

El budismo es una «creencia filosófica y espiritual»​​ no teísta pertenece a la familia dhármica y, como el vedismo, de prototipo nástika.​ interpreta una diversidad de tradiciones, creencias y práctica Budista espiritual, especialmente asignarle a Buda Gautama.

Powa esencial: práctica para ayudar a los que van a morir o ya se fueron | Meditación y Plática



Una pequeña
introducción a la versión simple de la Práctica del Phowa esencial, que se puede adaptar a muchas personas con diferentes circunstancias y que no requiere una creencia en particular. Seguimos con una meditación guiada que comienza en el min 2:20 y que puedes hacer por ti para prepararte, por algún ser querido que este cerca del morir, o por alguien que ya se fue.

Al terminar la meditación Alma dió una pequeña plática.

Recuerda que todos los martes tenemos grupo online de meditación, plática y discusión. 6pm CDMX y BOG, 8 pm ARG.

Regístrate https://forms.gle/MMg39czSKty76AVK6

Clic aquí: https://courses.contemplarte.org/_dl/lectures/185/med_y_cont_Powa_esencial_CS.mp3

Todos los miércoles tenemos grupo online de meditación, plática y discusión. 

6pm CDMX, 7pm BOG, 8pm ARG. Regístrate https://forms.gle/MMg39czSKty76AVK6


También puedes ver las grabaciones en: https://www.youtube.com/c/AlmaAyonES

o escucharlas en podcast suscríbete aquí:

Clic aquí: https://courses.contemplarte.org/courses/meditaciones-guiadas/powa-esencial/#1

Fuente: https://courses.contemplarte.org/courses/meditaciones-guiadas/powa-esencial/


 Recomendaciones: https://idoc.pub/documents/recomendaciones-para-la-practica-de-powapdf-34m7yvv3oz46

La Práctica esencial de PHOWA

 

Tomado y levemente reformulado del Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte por

H.Rodrigo Jauberth para los alumnos del Grupo de Salud.

La más valiosa y poderosa de las prácticas que he encontrado en la asistencia a enfermos graves, y que he visto emprender con entusiasmo a un número asombroso de personas, es una práctica de la tradición tibetana llamada phowa (pronúnciese “po-ua”), que significa la transferencia de la consciencia.

La phowa para personas enfermas graves o terminales ha sido practicada por amigos, familiares y maestros de la persona, de la manera más sencilla y natural, en todo el mundo moderno: en Australia, América y Europa. Gracias a su poder, miles de personas han tenido la oportunidad de morir serenamente. Ahora me alegra poner el corazón de la práctica de phowa a disposición de cualquiera que desee utilizarla.

Quiero subrayar que se trata de una práctica que cualquiera puede hacer. Es sencilla pero no por eso deja de ser el ejercicio más esencial que podemos practicar para prepararnos para nuestra propia muerte, y es la práctica que enseño a mis alumnos para que ayuden a sus amigos y familiares en trance de muerte, y a sus seres queridos que han muerto.

Practica 1.

Para empezar, póngase muy cómodo y adopte la postura de meditación. Si realiza esta práctica cuando se halla próximo a morir, siéntese lo más cómodo que pueda, o bien practique acostado …. lo importante es poner toda su atención en lo que hace y en el cómo lo hace…ábrase tranquilamente…. lleve la mente a su verdadero hogar, su corazón , suéltese y relájese por completo.

Traiga a su mente la imagen del cielo, o de Dios, cualquiera que sea la idea que tenga de El…lo importante es que solo pensarlo genere en Ti sensaciones y sentimientos de paz y tranquilidad…..vamos……Luego invoque, evoque la encarnación de cualquier verdad en la que crea, bajo la forma de luz radiante…Jesús. Buda, Mahoma, la Virgen María…en fin lo que con solo pensarlo o decirlo evoca en Ti sentimientos amorosos…….Vamos, elija el Ser Divino o el santo al que más próximo se siente. Si es usted budista, invoque a un buda con el que se sienta una conexión íntima. Si es cristiano practicante, sienta con todo su corazón la presencia viva e inmediata de Dios, el Espíritu santo, Jesucristo ó la Virgen María. Si no se siente unido a ninguna figura espiritual en especial, imagínese sencillamente una forma de luz pura y dorada en el cielo ante usted. Lo importante es que considere que el Ser al que esta visualizando o cuya presencia siente es realmente la encarnación de la verdad, la sabiduría y la compasión de todos los budas, santos, maestros y seres iluminados. No se preocupe si no consigue visualizarlos con mucha claridad; llénese el corazón de su presencia y confíe en que están ahí.

A continuación, concentre la mente, el corazón y el alma en la presencia que ha invocado y rece con toda devoción lo siguiente….repita conmigo en voz alta y ó en diálogo interno….

Dios…por tu bendición, tu gracia y tu guía, por el poder de la luz que brota de ti.Que toda mi vida negativa, mis emociones destructivas, mis oscurecimientos y bloqueos sean purificados y eliminados, que me sepa perdonado por todo el daño que pueda haber pensado y hecho,que cumpla esta profunda práctica de toma luminosa de mi consciencia y que cuando llegue el momento definitivo, tenga una muerte buena y pacífica, y por el triunfo de mi muerte, que pueda beneficiar a todos los demás seres vivos o muertos.
3.Imagínese ahora que la presencia de luz que ha invocado queda tan conmovida por su sincera y sentida oración que le responde con una sonrisa cariñosa y le envía amor y compasión en un torrente de rayos de luz que emanan de su corazón….hacia el tuyo…cuando estos rayos lo tocan y penetran en usted, lo limpian y purifican de todo su karma negativo, de sus emociones destructivas y de sus oscurecimientos que son las causas del sufrimiento. Vea y sienta que está totalmente sumergido en la luz…es un oceáno de luz dorada, amorosa que te rodea …que inhalas y exhalas sanadoramente….

Ahora date cuenta y siente que te hallas completamente purificado y completamente curado por la luz que brota de esa presencia. Piensa que tu mismo cuerpo, también creado por el karma, se disuelve completamente en la luz….tranquilamente…

El cuerpo de luz que es usted se eleva ahora hacia el cielo, al Nirvana y se fusiona inseparablemente con la dichosa presencia de la luz.

Permanezca en este estado de unidad con la presencia tanto tiempo como pueda…tómate tu tiempo…..

Práctica 2

Para realizar esta práctica de un modo aún más sencillo, empiece como antes reposando calmadamente e invoque luego la presencia de la encarnación de la verdad.

Imagínese su conciencia como una esfera de luz situada en su corazón, que sale proyectada de usted como una estrella fugaz, y vuela hacia el corazón de la presencia que tiene delante vamos…..deja que ocurra….ahora mira como esta esfera de luz se encuentra y se…..

Se disuelve y se fusiona con la presencia.

Mediante esta práctica que estás haciendo con todo el propósito del que Eres capaz…..una y otra vez….vas estableciendo tu mente, tu corazón, tu energía en la mente y en la energía de sabiduría del Buda o ser iluminado, que es lo mismo que entregar el alma en la naturaleza de Dios. Dilgo Khyentse Rimpoché dice que es como tirar una piedra a un lago; piense que cae a plomo en el agua, y baja cada vez va bajando más y mas hondo en este oceáno mas amoroso de luz, de amor, de perdón y compasión…..sanando…. drenando pensamientos y emociones negativas….tranquilamente . Imagínese que por la bendición de DIOS tu mente se transforma en la mente de sabiduría de esa presencia iluminada.

Práctica 3.

El modo más esencial de hacer la práctica es éste: limítese a fusionar su mente con la mente de sabiduría de la presencia pura. Piense: “ Mi mente y la mente de DIOS, Buda, Jesús.. son una”

De estas tres versiones de phowa, elija aquella con la que se sienta más cómodo o que le atraiga más en un momento determinado.

En estos momentos de transición las prácticas más poderosas son las más sencillas…las que tengan mas propósito desde el corazón de los hijos, hermanos, padres…..amigos….esposos en fin…de todo aquel que también se conecte y se relacione con la energía infinita del Universo……De lo que se trata es de que elija la que elija, recuerde que es esencial dedicar ya un tiempo a familiarizarse con ella. De otro modo, ¿cómo podrá tener la confianza necesaria para practicarla para usted mismo o los demás en el momento de la muerte?. Mi maestro Jamyang Khyentse escribió: “ Si meditas y prácticas de esta manera siempre, en el momento de la muerte te resultará más fácil”.

De hecho, debería familiarizarse tanto con la práctica de phowa que ésta se convirtiera en un reflejo espontáneo, una segunda naturaleza. Si ha visto la película Gandhi, sabrá que cuando dispararon contra él, su reacción inmediata fue gritar: “¡Ram…Ram!”, que en la tradición hindú es el nombre sagrado de Dios. Recuerde que no sabemos cómo moriremos, ni si tendremos tiempo para recordar práctica alguna. ¿ De cuánto tiempo dispondremos por ejemplo, si estrellamos el coche contra un camión a 150 Kilómetros por hora en la autopista?. Entonces no habrá ni un segundo para pensar en practicar phowa ni consultar las instrucciones de este libro. O estamos familiarizados con phowa o no lo estamos. Y eso se puede determinar de un modo muy sencillo: observe sus reacciones en una situación crítica o en un momento de crisis, en un terremoto, por ejemplo, o en una pesadilla. ¿Responde usted con la práctica o no? Y si responde, ¿con que estabilidad y confianza hace su práctica?

Recuerdo a una alumna mía de Estados Unidos que un día salió a cabalgar. El caballo la derribó, le quedo un pie trabado en el estribo y se vio arrastrada por el suelo. Le quedó la mente en blanco. Intentó desesperadamente recordar alguna práctica, pero fue en vano. Se sintió aterrorizada. Lo bueno de este terror, empero, fue que le hizo darse cuenta de que la práctica tenía que convertirse en una segunda naturaleza. Esa fue la lección que tuvo que aprender, de hecho, es la lección que todos debemos aprender. Practique phowa tan intensamente como pueda, hasta tener la certeza de que reaccionará con ella ante cualquier acontecimiento imprevisto. Esto le dará la seguridad de que, cuando llegue la muerte, lo encontrará tan preparado como puede estarlo.“No le digas a Dios que tienes un gran problema…..dile a tu problema que tienes un gran Dios……”

“No hay camino para la alegría…  la alegría es el camino“

Thay y CEMEHC

Fuente: https://cemehc.com.mx/wordpress/index.php/la-practica-esencial-de-phowa/

POWA, la transferencia de la consciencia en el momento de la muerte

El evento más impresionante de la vida es la muerte, y la muerte llega a todos sin distinción de riqueza, belleza, inteligencia o fama. 

La muerte es inevitable, pero cómo muera usted, asustado y confundido  o con confianza y dominio espiritual, está dentro de vuestro control. 

Phowa, o 'transferencia de la consciencia en el momento de la muerte' es el método más simple y directo para alcanzar la iluminación. Es uno de los seis Yogas de Naropa y es enseñado por todas las tradiciones budistas tibetanas; el Linaje Drikung Kagyu, sin embargo, tiene el poder especial para transferir la conciencia de uno a la Tierra Pura del Buddha Amitabha. 

En el Tíbet, el famoso Drikung Phowa era dado cada doce años por los dos Lamas cabeza del linaje Drikung. S. E. Choeje Ayang Rinpoche primero comenzó a enseñar Phowa en India en 1963 y en occidente en 1975 siguiendo las instrucciones de su maestro raíz S.S. el XVI Gyalwang Karmapa Rangjung Rigpe Dorje. Es también uno de los métodos que permiten llegar a la tierra pura del Buda Amitabha. A través de una combinación de técnicas de respiración, mantra y visualización aplicada en el momento de la muerte, la conciencia es eyectada desde la abertura de la coronilla, eludiendo los Bardos y evitando el renacimiento en los seis reinos de existencia cíclica.

 Desde esta puerta de la consciencia uno puede transferirse directamente al dominio del Buddha Amitabha (Dewachen, el campo budico occidental). Naropa dijo: "Hay nueve puertas (abertura ordinaria llamada buga) que son del mundo, pero sólo hay una que es la puerta del Mahamudra (nirvana).

 Si cierras las nueve puertas entonces, sin duda alguna, conseguirás el camino de la liberación." En palabras del traductor Marpa: "Si estudias el Phowa, entonces en ese momento cuando se acerca la muerte, no conocerás la desesperación. Si previamente te has acostumbrado al camino del phowa, entonces en el momento de la muerte estarás lleno de alegre confianza." Se enseña que uno no regresa a los reinos samsáricos después de entrar en Dewachen, y que uno puede rápida y fácilmente alcanzar la iluminación en ese reino. Así, el Phowa es igualmente un seguro de que este logro seguirá a la muerte. Esta práctica resulta especialmente relevante en la actualidad, cuando la mayoría de nosotros no puede darse el lujo de largas prácticas meditativas solitarias. Así como también a que, debido a esta carencia, el camino arrollador que es simple y directo, nos permite transformar las tensiones de la vida moderna en una fuerza vital que corta el apego a los objetos ilusorios y despierta en nosotros la realización de nuestra propia naturaleza búdica. La vida es muy corta y puede terminar repentinamente sin previo aviso. Cuando llega la muerte no tenemos escapatoria, ni nuestra riqueza acumulada ni nuestros seres queridos nos pueden ayudar... Nada puede hacerlo, excepto las enseñanzas preciosas. 

Este curso integral sobre la prácticas del Phowa, tanto Nyingma como Drikung, incluyen extensas enseñanzas sobre el momento de la muerte, el estado intermedio (Bardo), la práctica de purificación de Vajrasatva y muchos otros importantes temas relacionados, así como también instrucciones detalladas de meditación, iniciaciones y sesiones de práctica. 

Las bendiciones de todas estas circunstancias auspiciosas son combinadas con la práctica profunda, la transmisión especial del linaje del Phowa, el lugar sagrado, así como la confianza y la devoción de los estudiantes, ocasiona que mucha gente tenga una experiencia potente y transformadora que enriquecen profundamente sus vidas espirituales. 

En 1983, se celebró la XI Convención IARP en Japón sobre el tema de "Karma y reencarnación". Uno de los expositores era S. E. 'Choeje' Ayang Rinpoche que fue enviado en representación de S.S. el decimocuarto Dalai Lama. Rimpoché dio una conferencia sobre la meditación del Phowa tibetano. Amablemente accedió a participar en un experimento para investigar científicamente esta meditación. El experimento se realizó en el Institute for Religious Psychology

 [Instituto de sicología religiosa]. El EEG, GSR y las funciones meridianas de Rimpoché fueron monitoreadas antes, durante y después de realización del Phowa. Informes sobre el experimento fueron escritos por el Dr. H. Motoyama y el Dr. T. Fujiki, investigador principal del Instituto y también un especialista en EEG en el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Japón.

Un libro muy interesante ha sido compilado y está disponible en inglés y japonés. 

A continuación una muestra de su conclusión: "Es empíricamente conocido, que la iluminación y la súper consciencia sólo pueden ser logradas al romper a través de la mente consciente, las funciones en estrecha conexión con la corteza cerebral. 

La frecuente aparición de lentas ondas 0 en el momento de la meditación de phowa parece validar esto. Romper la función consciente para despertar en el supraconsciente." El Dr. Fujiki apoya la opinión del Dr. H. Motoyama después de explicar los cambios en el EEG de Rimpoché: "La función suprimida del lóbulo frontal sugiere que la función consciente se detiene durante la meditación del phowa. La concentración y meditación altera el estado de consciencia y permite al individuo despertar en un estado súper consciente más allá de las limitaciones de la experiencia individual.” 

Según el doctor Motoyama, cuando la mente, que ha estado funcionando en el marco de la existencia individual, detiene su total dependencia  del cuerpo físico (especialmente el cerebro), comienza a funcionar en la esfera más amplia de estar más allá del tiempo y del espacio. 

Los cambios psico-fisiológicos que mostró Rimpoché durante la meditación del Phowa sugieren que la función mental en el campo no físico debe tenerse en consideración en el campo de la medicina psicosomática.

 De: http://amitabhafoundationvancouver.weebly.com/about-phowa.html Make Google view image button visible again: https://goo.gl/DYGbub

https://es.wikipedia.org/wiki/Phowa



miércoles, 18 de julio de 2018

Ayuda espiritual para los moribundos: La práctica de PHOWA

 
La más valiosa y poderosa de las prácticas que he encontrado en la asistencia a moribundos, y que he visto emprender con entusiasmo a un número asombroso de personas, es una práctica de la tradición tibetana llamada phowa (pronuncíese «po-ua»), que significa la transferencia de la conciencia.
La phowa para personas moribundas ha sido practicada por amigos, familiares y maestros de la persona, de la manera más sencilla y natural, en todo el mundo moderno: en Australia, América y Europa. Gracias a su poder, miles de personas han tenido la oportunidad de morir serenamente. Ahora me alegra poner el corazón de la práctica de phowa a disposición de cualquiera que desee utilizarla.
Quiero subrayar que se trata de una práctica que cualquiera puede hacer. Es sencilla, pero no por eso deja de ser el ejercicio más esencial que podemos practicar para prepararnos para núestra propia muerte, y es la práctica principal que enseño a mis alumnos para que ayuden a sus amigos y familiares en trance de muerte, y a sus seres queridos que ya han muerto.
Práctica 1
Para empezar, póngase cómodo y adopte la postura de meditación. Si realiza esta práctica cuando se halla próximo a morir, siéntese lo más cómodo que pueda, o bien practique acostado. Luego lleve la mente a casa, suéltese y relájese por completo.
1. En el cielo que tiene ante usted, invoque la encarnación de cualquier verdad en la que crea, bajo la forma de luz radiante. Elija el ser divino o el santo al que más próximo se siente. Si es usted budista, invoque a un buda con el que sienta una conexión íntima. Si es cristiano practicante, sienta con todo su corazón la presencia viva e inmediata de Dios, el Espíritu Santo, Jesucristo o la Virgen María. Si no se siente usted unido a ninguna figura espiritual en especial, imagínese sencillamente una forma de luz pura y dorada en el cielo ante usted. Lo importante es que considere que el ser al que está visualizando o cuya presencia siente es realmente la encarnación de la verdad, la sabiduría y la compasión de todos los budas, santos, maestros y seres iluminados. No se preocupe si no consigue visualizarlos con mucha claridad; llénese el corazón de su presencia y confíe en que están ahí.
2. A continuación, concentre la mente, el corazón y el alma en la presencia que ha invocado y rece:
Por tu bendición, tu gracia y tu guía, por el poder de la luz
que brota de ti:
Que todo mi karma negativo, mis emociones destructivas,
mis oscurecimientos y bloqueos sean purificados y
eliminados,
que me sepa perdonado por todo el daño que pueda haber
pensado y hecho,
que cumpla esta profunda práctica de phowa y tenga una
muerte buena y pacífica,
y por el triunfo de mi muerte, que pueda beneficiar a todos
los demás seres, vivos o muertos.
3. Imagínese ahora que la presencia de luz que ha invocado queda tan conmovida por su sincera y sentida oración que le responde con una sonrisa cariñosa y le envía amor y compasión en un torrente de rayos de luz que emanan de su corazón. Cuando estos rayos lo tocan y penetran en usted, lo limpian y purifican de todo su karma negativo, de sus emociones destructivas y de sus oscurecimientos, que son las causas del sufrimiento. Vea y sienta que está totalmente sumergido en la luz.
4. Ahora se halla completamente purificado y completamente curado por la luz que brota de esa presencia. Piense que su mismo cuerpo, también creado por el karma, se disuelve completamente en la luz.
5. El cuerpo de luz que es usted se eleva ahora hacia el cielo y se fusiona inseparablemente con la dichosa presencia de la luz.
6. Permanezca en ese estado de unidad con la presencia tanto tiempo como pueda.

Práctica 2
1. Para realizar esta práctica de un modo aún más sencillo, empiece como antes reposando calmadamente e invoque luego la presencia de la encarnación de la verdad.
2. Imagínese su conciencia como una esfera de luz situada en el corazón, que sale proyectada de usted como una estrella fugaz y vuela hacia el corazón de la presencia que tiene delante.
3. Se disuelve y se fusiona con la presencia. Mediante esta práctica establece usted su mente en la mente de sabiduría del Buda o ser iluminado, que es lo mismo que entregar el alma en la naturaleza de Dios. Imagínese
que por la bendición su mente se transforma en la mente de sabiduría de esa presencia iluminada.

Práctica 3
El modo más esencial de hacer la práctica es éste: limítese a fusionar su mente con la mente de sabiduría de la presencia pura. Piense: «Mi mente y la mente del Buda son una»
De estas tres versiones de phowa, elija aquella con la que se sienta más cómodo o que le atraiga más en un momento determinado. A veces, las prácticas más poderosas son las más sencillas. Pero elija la que elija, recuerde que es esencial dedicar ya un tiempo a familiarizarse con ella. De otro modo, ¿cómo podrá tener la confianza necesaria para practicarla para usted mismo o los demás en el momento de la muerte? Mi maestro Jamyang Khyentse escribió: «Si meditas y practicas de esta manera siempre, en el momento de la muerte te resultará más fácil».
De hecho, debería familiarizarse tanto con la práctica de phowa que ésta se convirtiera en un reflejo espontáneo, una segunda naturaleza. Si ha visto la película Gandhi, sabrá que cuando dispararon contra él, su reacción inmediata fue gritan «¡Ram... Ram!», que en la tradición hindú es el nombre sagrado de Dios. Recuerde que no sabemos cómo moriremos, ni si tendremos tiempo para recordar práctica alguna. ¿De cuánto tiempo dispondremos, por ejemplo, si estrellamos el coche contra un camión a 150 kilómetros por hora en la autopista? Entonces no habrá ni un segundo para pensar en practicar phowa ni consultar las instrucciones de este libro. O estamos familiarizados con phowa o no lo estamos. Y eso se puede determinar de un modo muy sencillo: observe sus reacciones en una situación critica o en un momento de crisis, en un terremoto, por ejemplo, o en una pesadilla. ¿Responde usted con la práctica o no? Y si responde, ¿con qué estabilidad y confianza hace su práctica? 
Recuerdo a una alumna mía de Estados Unidos que un día salió a cabalgar. El caballo la derribó, le quedó un pie trabado en el estribo y se vio arrastrada por el suelo. Le quedó la mente en blanco. Intentó desesperadamente recordar alguna práctica, pero fue en vano. Se sintió aterrorizada. Lo bueno de este terror, empero, fue que le hizo darse cuenta de que la práctica tenía que convertirse en su segunda naturaleza. Esa fue la lección que tuvo que aprender; de hecho, es la lección que todos debemos aprender. Practique phowa tan intensamente como pueda, hasta tener la certeza de que reaccionará con ella ante cualquier acontecimiento imprevisto. Esto le dará la seguridad de que, cuando llegue la muerte, lo encontrará tan preparado como puede estarlo.
UTILIZAR LA PRACTICA ESENCIAL DE PHOWA PARA AYUDAR A LOS MORIBUNDOS
¿Cómo podemos utilizar esta práctica para ayudar a alguien que se está muriendo?
El principio y la secuencia de la práctica son exactamente los mismos; la única diferencia consiste en que visualiza usted al Buda o la presencia espiritual sobre la cabeza del moribundo. Imagínese que los rayos de luz se derraman sobre la persona moribunda y purifican todo su ser, y luego la persona se disuelve en luz y se funde con la presencia espiritual. 
Haga esta práctica durante toda la enfermedad del ser querido, y especialmente (esto es lo más importante) cuando exhala el último aliento, o lo más pronto posible tras la detención de la respiración y antes de que el cuerpo sea movido o manipulado de ninguna manera. Si la persona que va a morir sabe que realizará usted esa práctica para ella, y sabe de qué se trata, puede resultar una gran fuente de inspiración y consuelo.
Siéntese silenciosamente junto a la persona moribunda y encienda una vela o lamparilla como ofrenda ante una estampa o una figura de Buda, de Jesucristo o de la Virgen María. A continuación, haga la práctica para ella. Puede hacerla en silencio, y la otra persona ni siquiera tiene por qué enterarse; por otra parte, si está abierta a estas cosas, como a veces lo están los moribundos, explíquele cómo se hace para que participe en la práctica.
A menudo me preguntan: «Si mi pariente o amigo es cristiano y yo soy budista, ¿no puede surgir ningún conflicto?». ¿Qué conflicto puede haber? Yo les digo que están invocando la verdad, y tanto Jesucristo como Buda son manifestaciones compasivas de la verdad, que se presentan de distinta manera para ayudar a los seres.
A los médicos y enfermeras les recomiendo encarecidamente que practiquen phowa para sus pacientes moribundos. Imagínese lo maravillosamente que cambiaría la atmósfera de un hospital en el cual aquellos que atienden a los moribundos también hicieran esta práctica. Recuerdo la muerte de Samten, en mi niñez, cuando mi maestro y los monjes practicaban todos para él. ¡Qué poderoso y edificante fue! Mi más profunda plegaria es que todos mueran con la misma gracia y serenidad que él.
He formulado especialmente esta phowa esencial a partir de la práctica tradicional tibetana para los moribundos, e incorpora sus principios más importantes. Así que no se trata únicamente de una práctica para morir, sino que también puede utilizarse para purificar y curar; es importante para los vivos, y también para los enfermos. Si el enfermo va a curarse, contribuirá a la curación; si va a morir, le ayudará y le curará el espíritu en la muerte; si ha muerto ya, continuará purificándolo.
Cuando la persona está enferma de gravedad y no sabe usted si vivirá o morirá, cada vez que vaya a visitarla puede hacer esta práctica phowa para ella. Y cuando llegue a casa, hágala otra vez. Cuanto más la haga, más purificado quedará su amigo moribundo. Usted no puede saber si volverá a verlo otra vez ni si podrá estar presente cuando muera; así pues, selle cada visita con esta práctica, simplemente como preparación, y siga realizando la práctica en todos sus ratos libres.
Fuente: Sogyal Rimpoché; El libro tibetano de la vida y de la muerte. Buenos Aires, 2013, Ediciones Urano.

Muerte, Renacimiento y el poder del Phowa

Por: Lama Ole Nydahl
La siguiente entrevista fue realizada por Tony Dylan Davis, en Marzo de 1994, en Calgary, Canadá


TONY: Una de las grandes fascinaciones de la humanidad es la muerte y lo que sobrevive a la muerte. Todas las religiones han sido fundadas sobre pólizas de seguro para la vida después de la muerte. Uno de sus temas en Calgary fue la muerte y el renacimiento en el budismo tibetano y aunque sé que éste es un tema importante, y que no podemos esperar cubrirlo totalmente, quizás una visión comprimida para los neófitos pueda ayudar.
OLE: Todo está basado en el entendimiento de la naturaleza de la mente en sí misma. Si miramos la mente, vemos claramente que tiene dos lados. Hay alguien que experimenta y algo que es experimentado, un océano y muchas olas, un espejo y sus imágenes. Uno encuentra tanto la conciencia, como aquello de lo que se es consciente. La mente es ambas cosas. Un examen de aquello que se ve través de nuestros ojos y se escucha a través de nuestros oídos le muestra al observador la naturaleza del espacio. Dado que no tiene color, peso, olor, tamaño ni forma, la mente definitivamente no es una cosa. Al mismo tiempo, hay una claridad que puede conocer y entender sin límite ni final.
Una esencia que es abierta, clara e ilimitada debe estar más allá del nacimiento o de la muerte. No ha sido construida, no puede deshacerse. Aún cuando la mente es penetrante e indestructible, rara vez la gente se da cuenta de su naturaleza subyacente. Los no meditadores la conocen principalmente a través de sus momentos de mayor alegría, como cuando hacen el amor, durante la caída libre en el bungee-jumping o antes de que el paracaídas se abra y las cosas vuelvan a ser ordinarias nuevamente. El resto del tiempo las personas están perdidas dentro de sus experiencias siempre cambiantes. Su vida son los sentimiento y los pensamientos que están adentro y el mundo que está afuera, los cuales, cambian permanentemente. Todos piensan que ellos son un "yo" o una "persona", que tienen un "yo", un "ego" o un algo que su mente habitual percibe como real, pero que si lo buscan, no pueden encontrar. No hay una partícula del cuerpo que permanezca, como tampoco permanece ningún pensamiento ni sensación condicionada. Sólo la clara luz de la conciencia permanece, que es la misma en usted, en mí y en todos los demás. Aún cuando esto es evidente, la gente experimenta la imagen en el espejo, no el poder reflector de éste. Se pierden entre sus experiencias y tienen poca conciencia de aquel que experimenta.


El entendimiento de que todo lo condicionado es transitorio, sin embargo no quiere decir que no tiene valor relativo. La causalidad funciona creando mundos interiores y exteriores, y aun cuando nada permanece igual, hay continuidad. Nada, físico o mental, queda desde el tiempo en que uno es niño hasta la época en que uno es adulto, pero sin lo primero no existiría lo último. Un suceso condiciona el siguiente y cuando el cuerpo muere la base sensorial y el objeto de identificación de este flujo se pierden.
Rápidas o lentas, las muertes pueden parecer diferentes. Sin embargo, siempre ocurre el mismo proceso: primero, la conciencia se separa de la piel y otros órganos sensoriales externos y se dirige al canal central interno del cuerpo. Mientras la conciencia disminuye, se pierde control sobre la parte sólida y fluida del cuerpo, su calor y su aliento. Entonces, gradualmente, las energías de los centros de la cabeza y de la parte baja del cuerpo se encuentran en el centro del corazón mientras la mente tiene fuertes experiencias de claridad y gozo. Alrededor de 20 ó 30 minutos después de haber respirado por última vez, hay una oscuridad total, después de la cual aparece una luz muy clara en el centro del corazón. En ese momento, la gente tiene una oportunidad única. Si ha meditado mucho, si ha mantenido sus lazos budistas y ha sido honesta consigo mismo, hay una posibilidad de reconocer y mantener esta luz, y en efecto, iluminarse. Entonces, no hay separación entre espacio y conciencia adentro y afuera, y uno es ilimitado. Todas las limitaciones personales se han deshecho, y uno puede tener incontables renacimientos en incontables universos con muchos poderes para ayudar a los demás.
No obstante, en la mayoría de los casos, los seres quedan inconscientes porque la luz es demasiado fuerte. Esta condición de inconsciencia dura cerca de tres días y al despertar, la gente usualmente, ni sabe ni quiere saber que está muerta. Por cerca de una semana, la mente continúa llevando la vida cotidiana reciente. Uno va a los lugares y ve las personas que conoce, pero ellas no pueden verlo a uno. Causa mucha confusión que debido a la carencia de un cuerpo, uno puede aparecer inmediatamente en un lugar con sólo pensar en él.


Diez días después de la muerte, después de estar una semana en esa situación, uno finalmente reconoce que está muerto. Esta experiencia es tan fuerte que se produce nuevamente un desmayo y cuando la mente emerge de esta segunda fase de inconsciencia, el mundo habitual ha desaparecido y el subconsciente cobra vida. Las impresiones más profundamente guardadas aparecen y en un periodo no mayor de cinco semanas y media maduran en una estructura psicológica que expresa la más fuerte tendencia mental desarrollada durante nuestra última vida. Si es orgullo o celos, apego o furia, avaricia o confusión, colorea la mente y, al mismo tiempo, la acerca a seres y lugares que corresponden a su contenido. Entonces, las buenas acciones producen renacimientos placenteros en lugares favorables y las acciones nocivas traen el sufrimiento tan generalizado en buena parte del mundo actual.
Siempre ha sido así. La mente se mueve sin cesar después de la muerte hasta encontrar el lugar preciso. Entonces, se despierta y empieza a proyectarse otra vez, como ha sido desde tiempos sin principio. Esto produce tanto los incontables universos como los diversos estados mentales de los seres: la mente permanecerá apegada a lo que es realmente su juego libre hasta tanto se reconozca a sí misma como la luz clara ilimitada.
Supongo que la pregunta que obviamente salta a la mente es: ¿ Cómo sabe usted todo eso?
Lo sé por diferentes razones, tanto personales como generales. ¿Le doy algunos detalles? Bueno. Primero, pertenezco al grupo de personas que tiene pruebas independientes de recuerdos de sus vidas anteriores. Yo no estoy diciendo que fuera un ángel, pero si tuve buenos amigos, exquisitas mujeres y mucha diversión en mis vidas pasadas. Estuve combatiendo a los soldados chinos, para proteger a la población civil de Tíbet Oriental. Ya a la edad de 2 ó 3 años en Dinamarca durante la guerra, tenía sueños recurrentes, peleando contra soldados con caras redondas y protegiendo hombres en túnicas. Así es como interpreté los hábitos de los monjes que después vi. Yo nunca había visto montañas, pues no existen en Dinamarca, pero de todas maneras hacía dibujos detallados de las empinadas laderas rocosas. Mi propio Lama, Decimosexto Karmapa me llamaba Mahakala (un protector budista) y el "General del Dharma". Además, nací con algunos signos en mi cuerpo que se supone significan que anteriormente realicé funciones de protector. En 1986, durante un viaje secreto a Tíbet Oriental, cuando visitamos lugares a los que ningún hombre blanco había llegado antes, mi encantadora esposa Hannah y yo reconocimos lugares que conocíamos de nuestra vida anterior, como el pueblo en el que nuestro Lama principal, el Decimosexto Karmapa nació y donde debemos haber pasado algún tiempo con él. En Bután tuve experiencias similares. Entre otras cosas, debo haber ayudado a repeler los soldados mongoles durante una importante batalla en 1642. Realmente yo soy más un programa que una persona y a duras penas he tenido cosas privadas o complicadas en mi vida. Parece que me prometí muy seriamente manifestar ciertas actividades cuando estuviera en este mundo y parece que, felizmente, estoy cumpliendo con ellas. Proteger y desarrollar los seres en todos los niveles es algo que siempre está en mi mente.
En segundo lugar, hay otras razones, menos personales. Mucha gente ha venido a mi después de su muerte. Seres reales, espantos, fantasmas, espíritus o como sea que les llamemos en occidente. Aún cuando algunos aparecieron más temprano de lo que el Libro Tibetano de los Muertos describe, lo que sea que les pasó coincide completamente con esas enseñanzas.
También Hannah y yo hemos recibido muchas explicaciones de maestros vivientes de gran profundidad, como el Karmapa cuya decimoséptima reencarnación, Thaye Dorje, fue presentado al público en Nueva Delhi en marzo de1994. Su decimosexta reencarnación era muy visionaria. Por razones desconocidas, muy frecuentemente podía decir quién estaba saliendo de su casa y a qué hora regresaría. Siempre sabía qué estaba pensando la gente y podía reconocer reencarnaciones pasadas. El me confirmó como un protector del budismo y me dijo, después de que mi padre murió, que estaba en la Tierra Pura. Esa es una razón importante por la que siento que soy experto en la muerte y el renacimiento. El lugar en el cual esta certeza toca a miles es a través de cientos de cursos de phowa, en los que la gente aprende a morir conscientemente. He enseñado esta práctica desde 1987, principalmente en países occidentales y también en Singapur y Japón. Cerca de 20,000 personas han recibido el resultado pleno de esta práctica. En un seminario de meditación intensivo de cuatro o cinco días, el Buda de la Luz Ilimitada (Amitabha) bendice a los practicantes y éstos reciben signos exteriores, interiores y secretos, de su éxito, pruebas de que llegarán a la Tierra Pura después de la muerte. Los signos son muy convincentes. Uno obtiene una pequeña apertura en el cráneo, que produce un signo visible en la parte superior de la cabeza. Adicionalmente se producen experiencias fuertes de gozo y purificación y se llega a un entendimiento creciente de lo que realmente importa sobre la vida y la muerte. Hay consenso en que la vida después del phowa es diferente y mucho mejor. Un alto porcentaje experimenta que dejan su cuerpo, y muchos alcanzan momentos de enorme gozo. Hasta donde yo sé, esta meditación sólo existe en el budismo tibetano.
¿Cómo obtuvo la autoridad para hacer este tipo de trabajo?
Muchas condiciones se dieron simultáneamente y especialmente era el deseo del Karmapa, el primer lama reencarnado del Tíbet. Inicialmente, nos conectó con un Lama de un linaje muy cercano, un verdadero experto en el tema. Desde 1987, maestros muy importantes de nuestro linaje como Kunzig Sharmapa, Lopon Tsechu Rinpoche, Tenga Rinpoche y recientemente también el Decimoséptimo Karmapa, Thaye Dorje, me han pedido transmitir este conocimiento a todo aquel que quiera aprender: Los resultados han sido extraordinarios.


Fuente: http://budismo-sevilla.blogspot.com/2011/05/muerte-renacimiento-y-poder-del-phowa.html

jueves, 27 de julio de 2017

Ayuda espiritual para los moribundos: La práctica de PHOWA


La más valiosa y poderosa de las prácticas que he encontrado en la asistencia a moribundos, y que he visto emprender con entusiasmo a un número asombroso de personas, es una práctica de la tradición tibetana llamada phowa (pronuncíese «po-ua»), que significa la transferencia de la conciencia.


La phowa para personas moribundas ha sido practicada por amigos, familiares y maestros de la persona, de la manera más sencilla y natural, en todo el mundo moderno: en Australia, América y Europa. Gracias a su poder, miles de personas han tenido la oportunidad de morir serenamente. Ahora me alegra poner el corazón de la práctica de phowa a disposición de cualquiera que desee utilizarla.
Quiero subrayar que se trata de una práctica que cualquiera puede hacer. Es sencilla, pero no por eso deja de ser el ejercicio más esencial que podemos practicar para prepararnos para núestra propia muerte, y es la práctica principal que enseño a mis alumnos para que ayuden a sus amigos y familiares en trance de muerte, y a sus seres queridos que ya han muerto.
Práctica 1
Para empezar, póngase cómodo y adopte la postura de meditación. Si realiza esta práctica cuando se halla próximo a morir, siéntese lo más cómodo que pueda, o bien practique acostado. Luego lleve la mente a casa, suéltese y relájese por completo.
1. En el cielo que tiene ante usted, invoque la encarnación de cualquier verdad en la que crea, bajo la forma de luz radiante. Elija el ser divino o el santo al que más próximo se siente. Si es usted budista, invoque a un buda con el que sienta una conexión íntima. Si es cristiano practicante, sienta con todo su corazón la presencia viva e inmediata de Dios, el Espíritu Santo, Jesucristo o la Virgen María. Si no se siente usted unido a ninguna figura espiritual en especial, imagínese sencillamente una forma de luz pura y dorada en el cielo ante usted. Lo importante es que considere que el ser al que está visualizando o cuya presencia siente es realmente la encarnación de la verdad, la sabiduría y la compasión de todos los budas, santos, maestros y seres iluminados. No se preocupe si no consigue visualizarlos con mucha claridad; llénese el corazón de su presencia y confíe en que están ahí.
2. A continuación, concentre la mente, el corazón y el alma en la presencia que ha invocado y rece:
Por tu bendición, tu gracia y tu guía, por el poder de la luz
que brota de ti:
Que todo mi karma negativo, mis emociones destructivas,
mis oscurecimientos y bloqueos sean purificados y
eliminados,
que me sepa perdonado por todo el daño que pueda haber
pensado y hecho,
que cumpla esta profunda práctica de phowa y tenga una
muerte buena y pacífica,
y por el triunfo de mi muerte, que pueda beneficiar a todos
los demás seres, vivos o muertos.
3. Imagínese ahora que la presencia de luz que ha invocado queda tan conmovida por su sincera y sentida oración que le responde con una sonrisa cariñosa y le envía amor y compasión en un torrente de rayos de luz que emanan de su corazón. Cuando estos rayos lo tocan y penetran en usted, lo limpian y purifican de todo su karma negativo, de sus emociones destructivas y de sus oscurecimientos, que son las causas del sufrimiento. Vea y sienta que está totalmente sumergido en la luz.
4. Ahora se halla completamente purificado y completamente curado por la luz que brota de esa presencia. Piense que su mismo cuerpo, también creado por el karma, se disuelve completamente en la luz.
5. El cuerpo de luz que es usted se eleva ahora hacia el cielo y se fusiona inseparablemente con la dichosa presencia de la luz.
6. Permanezca en ese estado de unidad con la presencia tanto tiempo como pueda.

Práctica 2
1. Para realizar esta práctica de un modo aún más sencillo, empiece como antes reposando calmadamente e invoque luego la presencia de la encarnación de la verdad.
2. Imagínese su conciencia como una esfera de luz situada en el corazón, que sale proyectada de usted como una estrella fugaz y vuela hacia el corazón de la presencia que tiene delante.
3. Se disuelve y se fusiona con la presencia. Mediante esta práctica establece usted su mente en la mente de sabiduría del Buda o ser iluminado, que es lo mismo que entregar el alma en la naturaleza de Dios. Imagínese
que por la bendición su mente se transforma en la mente de sabiduría de esa presencia iluminada.

Práctica 3
El modo más esencial de hacer la práctica es éste: limítese a fusionar su mente con la mente de sabiduría de la presencia pura. Piense: «Mi mente y la mente del Buda son una»
De estas tres versiones de phowa, elija aquella con la que se sienta más cómodo o que le atraiga más en un momento determinado. A veces, las prácticas más poderosas son las más sencillas. Pero elija la que elija, recuerde que es esencial dedicar ya un tiempo a familiarizarse con ella. De otro modo, ¿cómo podrá tener la confianza necesaria para practicarla para usted mismo o los demás en el momento de la muerte? Mi maestro Jamyang Khyentse escribió: «Si meditas y practicas de esta manera siempre, en el momento de la muerte te resultará más fácil».
De hecho, debería familiarizarse tanto con la práctica de phowa que ésta se convirtiera en un reflejo espontáneo, una segunda naturaleza. Si ha visto la película Gandhi, sabrá que cuando dispararon contra él, su reacción inmediata fue gritan «¡Ram... Ram!», que en la tradición hindú es el nombre sagrado de Dios. Recuerde que no sabemos cómo moriremos, ni si tendremos tiempo para recordar práctica alguna. ¿De cuánto tiempo dispondremos, por ejemplo, si estrellamos el coche contra un camión a 150 kilómetros por hora en la autopista? Entonces no habrá ni un segundo para pensar en practicar phowa ni consultar las instrucciones de este libro. O estamos familiarizados con phowa o no lo estamos. Y eso se puede determinar de un modo muy sencillo: observe sus reacciones en una situación critica o en un momento de crisis, en un terremoto, por ejemplo, o en una pesadilla. ¿Responde usted con la práctica o no? Y si responde, ¿con qué estabilidad y confianza hace su práctica? 
Recuerdo a una alumna mía de Estados Unidos que un día salió a cabalgar. El caballo la derribó, le quedó un pie trabado en el estribo y se vio arrastrada por el suelo. Le quedó la mente en blanco. Intentó desesperadamente recordar alguna práctica, pero fue en vano. Se sintió aterrorizada. Lo bueno de este terror, empero, fue que le hizo darse cuenta de que la práctica tenía que convertirse en su segunda naturaleza. Esa fue la lección que tuvo que aprender; de hecho, es la lección que todos debemos aprender. Practique phowa tan intensamente como pueda, hasta tener la certeza de que reaccionará con ella ante cualquier acontecimiento imprevisto. Esto le dará la seguridad de que, cuando llegue la muerte, lo encontrará tan preparado como puede estarlo.
UTILIZAR LA PRACTICA ESENCIAL DE PHOWA PARA AYUDAR A LOS MORIBUNDOS
¿Cómo podemos utilizar esta práctica para ayudar a alguien que se está muriendo?
El principio y la secuencia de la práctica son exactamente los mismos; la única diferencia consiste en que visualiza usted al Buda o la presencia espiritual sobre la cabeza del moribundo. Imagínese que los rayos de luz se derraman sobre la persona moribunda y purifican todo su ser, y luego la persona se disuelve en luz y se funde con la presencia espiritual. 
Haga esta práctica durante toda la enfermedad del ser querido, y especialmente (esto es lo más importante) cuando exhala el último aliento, o lo más pronto posible tras la detención de la respiración y antes de que el cuerpo sea movido o manipulado de ninguna manera. Si la persona que va a morir sabe que realizará usted esa práctica para ella, y sabe de qué se trata, puede resultar una gran fuente de inspiración y consuelo.
Siéntese silenciosamente junto a la persona moribunda y encienda una vela o lamparilla como ofrenda ante una estampa o una figura de Buda, de Jesucristo o de la Virgen María. A continuación, haga la práctica para ella. Puede hacerla en silencio, y la otra persona ni siquiera tiene por qué enterarse; por otra parte, si está abierta a estas cosas, como a veces lo están los moribundos, explíquele cómo se hace para que participe en la práctica.
A menudo me preguntan: «Si mi pariente o amigo es cristiano y yo soy budista, ¿no puede surgir ningún conflicto?». ¿Qué conflicto puede haber? Yo les digo que están invocando la verdad, y tanto Jesucristo como Buda son manifestaciones compasivas de la verdad, que se presentan de distinta manera para ayudar a los seres.
A los médicos y enfermeras les recomiendo encarecidamente que practiquen phowa para sus pacientes moribundos. Imagínese lo maravillosamente que cambiaría la atmósfera de un hospital en el cual aquellos que atienden a los moribundos también hicieran esta práctica. Recuerdo la muerte de Samten, en mi niñez, cuando mi maestro y los monjes practicaban todos para él. ¡Qué poderoso y edificante fue! Mi más profunda plegaria es que todos mueran con la misma gracia y serenidad que él.
He formulado especialmente esta phowa esencial a partir de la práctica tradicional tibetana para los moribundos, e incorpora sus principios más importantes. Así que no se trata únicamente de una práctica para morir, sino que también puede utilizarse para purificar y curar; es importante para los vivos, y también para los enfermos. Si el enfermo va a curarse, contribuirá a la curación; si va a morir, le ayudará y le curará el espíritu en la muerte; si ha muerto ya, continuará purificándolo.
Cuando la persona está enferma de gravedad y no sabe usted si vivirá o morirá, cada vez que vaya a visitarla puede hacer esta práctica phowa para ella. Y cuando llegue a casa, hágala otra vez. Cuanto más la haga, más purificado quedará su amigo moribundo. Usted no puede saber si volverá a verlo otra vez ni si podrá estar presente cuando muera; así pues, selle cada visita con esta práctica, simplemente como preparación, y siga realizando la práctica en todos sus ratos libres.

Fuente: Sogyal Rimpoché; El libro tibetano de la vida y de la muerte. Buenos Aires, 2013, Ediciones Urano.