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Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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martes, 15 de octubre de 2024

Pecado y culpa fantasmas de la mente


¿Cuántas veces nos repetimos No debería haberlo hecho o Debería haber hecho esto otro? Con frecuencia, este tipo de pensamientos recurrentes nos atormenta como si de verdaderos fantasmas de la mente se tratara. De este modo, la culpa y el pecado nos alejan de la paz interior que tanto ansiamos. Sin embargo, es precisamente esa paz interior la que aporta al buscador la convicción total y absoluta de que carece de sentido hablar de culpa o de pecado.

Con un estilo claro y cautivador, Ramesh S. Balsekar —discípulo de Nisargadatta Maharaj, devoto de Ramana Maharshi y unos de los maestros de advaita más extraordinarios— nos muestra que la aceptación total y sincera de algo tan sencillo como Hágase tu voluntad ejerce sobre nuestras vidas el milagroso efecto de liberarnos de la monstruosa carga de pecado y culpa que nuestra mente alimenta.

Si todavía no has tenido el delicioso placer de escuchar a Ramesh, siéntate cómodamente y disfruta mientras él te habla.

Ramesh S. Balsekar

Nació en 1917 en Bombay, India. Tras realizar sus estudios universitarios en la London School of Economics, regresó a su país para entrar a trabajar en el Banco de India, del que llegó a ser presidente hasta su jubilación, a los 60 años. Enseguida conoció a su GURÚ, Nisargadatta Maharaj, del que traducía sus charlas y sobre cuya enseñanza ha escrito varios libros.
Desde entonces Ramesh ha estado enseñando 
Advaita (no-dualidad) a buscadores de todo el mundo, tanto en su casa de Bombay como en seminarios en EE.UU., Europa e India. Ramesh es autor de un gran número de libros, en los que, con su sabiduría y peculiar sentido del humor expone su enseñanza de una forma clara, precisa y fácil de comprender. / más info


Fuente: https://www.nodualidad.info/libros/pecado-y-culpa.html


Karma, destino y libre albedrío ¿Somos libres o marionetas?

 

Por T N Sethumadhavan

Este ensayo apareció originalmente en el número de noviembre de 2007 de la revista mensual ilustrada "Sapthagiri" del Tirumala Tirupati Devasthanams, y que se reproduce aquí ligeramente modificado.

La vida es una creación. ¿Pero simplemente estamos desempeñando el papel que ya ha sido creado para nosotros, o podemos crear nuestras propias páginas en cualquier capítulo de la vida? ¿Podemos determinar nuestro destino o el destino nos determina? Las opiniones difieren. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿cuánto podemos controlar realmente en nuestras vidas?

Introducción

El único tema que casi todas las religiones proclaman se cristaliza en estas palabras: "La voluntad divina es mejor" (ishvarechcha gariasi) para los hindúes; "Hágase tu voluntad" para los cristianos; "Si Dios quiere" (Inshallah) para los musulmanes, o para ponerlo en las palabras del Buda: "Los acontecimientos suceden, las acciones se llevan a cabo, pero no hay ningún hacedor individual".

Uno de los mayores y eternos debates de la historia de la humanidad es el papel que juega el destino en la vida de los seres humanos. Hubo un tiempo en que era casi un hecho aceptado de la vida que cada uno de los acontecimientos estaba gobernado por el destino de los seres humanos. Con el advenimiento de la ciencia moderna y el desarrollo tecnológico la importancia del papel del destino como un concepto ha sido erosionado y hoy es considerado como una fe ciega sin ninguna racionalidad detrás de ello. La mayoría de las llamadas personas exitosas y progresistas no se adhieren a la supremacía del destino y enfatizan el libre albedrío del hombre en la formación de su propia vida.

Diferentes puntos de vista

Hay tres principales corrientes de pensamiento sobre el tema que estamos discutiendo.

1. La opinión más frecuente parece ser la que dice que no hay nada llamado destino o fatalidad. Esta línea de pensamiento dice que los seres humanos tienen la opción de tomar decisiones utilizando su libre albedrío. Todos nuestros éxitos, fracasos y acciones se rigen por las decisiones que tomamos. Si tomamos las decisiones correctas y actuamos en consecuencia, nadie nos puede impedir que logremos lo que queremos. Si fallamos, debe ser debido a algo que ha ido mal debido a nuestras propias deficiencias.

En esta línea de pensamiento, el destino es considerado una superstición en el peor de los casos y en el mejor de los casos se puede considerar como un sistema de defensa psicológica para hacer frente a los fracasos en la vida, ya que nunca estamos dispuestos a aceptar que somos nosotros los responsables del fracaso debido a una mala planificación, a la falta de esfuerzo en la dirección correcta o al fracaso absoluto en juzgar correctamente las realidades.

Esta teoría deja muchas preguntas de la vida sin respuesta. Por ejemplo, no responde a la cuestión de las diferencias entre personas diferentes en el momento de su nacimiento. ¿Por qué uno nace de padres ricos y otro de pobres? ¿Por qué algunos niños nacen saludables y otros enfermos o lisiados de alguna manera? Y otras preguntas similares.

2. La segunda escuela de pensamiento dice que somos libres para dar el primer paso, pero tan pronto como lo damos, nuestro segundo paso se convierte en inevitable y predecible. Nos vemos obligados por las diferentes leyes de la vida que gobiernan el resultado de un acto.

Por ejemplo, digamos que vamos a plantar un árbol. Mientras no lo hayamos hecho, tenemos muchas opciones. Podemos elegir no plantar la semilla en absoluto. Podemos elegir el tipo de árbol que deseamos que crezca, etc. Pero una vez que hemos tomado esa decisión y actuado sobre ella, nuestra libertad se ve limitada por muchas causas. Si plantamos un mango, entonces no importa lo que hagamos, no podemos obtener otra fruta que el mango de ese árbol. No podemos garantizar que la semilla que acabamos de plantar crezca hasta convertirse en un gran árbol sano. También puede suceder que el árbol crezca, dé fruto, pero no podamos probar ni un solo fruto debido a varias razones. En otras palabras, nuestra libertad se limita a las acciones que tomamos pero no al resultado de esas acciones. Esto es lógico porque el resultado de cualquier acto depende de muchos otros factores sobre los que no tenemos control. Es por eso que incluso los mejores planes de las personas más poderosas e inteligentes terminan en un completo fracaso y caos total. Este concepto se llama "Ley del Karma". La palabra karma significa: kar = acciones, ma = mi, es decir, "Mis acciones".

Karma es un término general para los procesos por los cuales las impresiones se forman e imprimen en el campo de la mente para dar ciertos frutos en una estricta aplicación de la ley de causa y efecto. La teoría del Karma común en muchas religiones orientales indica que hay un sistema de contabilidad universal en el cual cada individuo debe experimentar las consecuencias de todas sus acciones (Karmas). Ninguno de nosotros, no importa lo rico, poderoso o influyente que sea en el mundo, puede evitar enfrentarse a estas consecuencias. Nuestras vidas y nuestro destino son creados por la suma total de estas consecuencias, buenas y malas. La personalidad con la que hemos nacido, la forma en que miramos, los padres de los que hemos nacido, la religión y el país al que pertenecemos, nuestras relaciones, han sido creados por las consecuencias de las acciones realizadas en alguna vida pasada.

El Karma se manifiesta a través de los samskaras (vasanas) o impresiones acumuladas en nosotros. Cada pensamiento, palabra y obra crea un samskara o impresión que nos altera y finalmente cambia nuestro destino. Como nuestros pensamientos crean nuestras vidas, el karma comienza con los pensamientos. Los buenos pensamientos generan buen karma mientras que los malos pensamientos o negativos cosechan mal karma. El karma bueno o malo está determinado por nuestra motivación. El mismo acto puede generar karma bueno o malo dependiendo de la razón por la que lo estamos haciendo. Dar comida a un mendigo por compasión o dársela para deshacernos de comida vieja, tendrá consecuencias diferentes.

En las filosofías orientales como el hinduismo o el budismo, el concepto de reencarnación ocupa un lugar preeminente. Dice que todos seguimos tomando nacimiento tras nacimiento. Este ciclo de nacimiento y muerte ha continuado desde la eternidad y continuará repitiéndose hasta que un ser humano alcance la "iluminación", que es el objetivo último de la vida (purushartha). Este estado de iluminación ha sido descrito de manera diferente por diferentes sabios. Algunos lo han llamado Auto-Realización, otros lo han llamado Auto-Actualización. También se conoce como alcanzar Moksha, el Nirvana o Kaivalya. Sólo cuando uno lo logra, uno puede deshacerse de los grilletes que le atan a este ciclo implacable de nacimiento y muerte.

Por lo tanto, el karma va de la mano con la reencarnación, ya que el renacimiento es el medio para agotar todas las consecuencias de nuestro karma. Nuestro presente ha sido creado por nuestro pasado y nuestro futuro está tomando forma a través de cada momento que vivimos ― a través de cada pensamiento, palabra y acción.

El Bhagavad Gita ha venido defendiendo el nishkama karma ―la acción sin deseos― desde tiempos inmemoriales. Dice: "Tu elección está en la acción solamente, nunca en el resultado de ella. No seas el autor del resultado de la acción. No dejes que tu apego sea la inacción." (2-47)

La teoría de la reencarnación también afirma que las consecuencias de las acciones (Karma Phala) no necesariamente deben ser experimentadas en la vida presente; pueden ser transferidas a vidas futuras. Debido a esto, se han postulado varias subdivisiones del Karma. La clasificación siguiente es común a muchas escuelas de pensamiento hindúes.

  • Sanchita Karma. El almacén que acumula los resultados finales kármicos sin agotar de nacimientos anteriores.

  • Prarabdha Karma. Esa parte del Sanchita Karma que empezó a dar sus frutos y debe ser resuelto en la vida presente. Prarabdha se traduce a menudo como destino.

  • Agami Karma. Las consecuencias del nuevo Karma que es generado en la vida presente a causa de las acciones actuales y que es arrastrado a vidas futuras.

Esta teoría implica que todos los acontecimientos están predestinados. No hay nada llamado libre albedrío. Todos somos como instrumentos en algún gran diseño y nada más. Todos nuestros pensamientos y acciones están predestinados.

3. La tercera escuela sostiene que tanto el destino como el libre albedrío trabajan juntos en las actividades humanas. Dice que el libre albedrío no es exclusivo sino que está incluido en el destino. La filosofía hindú no acepta enteramente ninguna teoría, a saber, destino o libre albedrío. Si el destino es el único factor decisivo, ¿cómo es posible entonces que las semillas para los futuros nacimientos puedan sembrarse en el presente nacimiento, que depende del libre albedrío? Si no se toma ninguna iniciativa en la vida y todo se deja al destino es un mero escape de la responsabilidad de realizar nuestros propios deberes y es fatalismo. El Bhagavad Gita reitera que nadie puede permanecer sin realizar acciones, ni siquiera por un segundo. Por otro lado, si el libre albedrío absoluto va a ser el factor determinante, ¿por qué muchos de nuestros esfuerzos resultan en fracasos a pesar de los esfuerzos sinceros y honestos mientras muchas otras acciones tienen éxito donde no se hacen esfuerzos sinceros?

Esto nos lleva a la siguiente pregunta ¿cuál es este destino y puede ser alterado por la pura fuerza del libre albedrío humano?

Para encontrar una respuesta a esta pregunta debemos comenzar con la premisa de que hay algún propósito en la creación del universo y que todo dentro de él trabaja de acuerdo con una secuencia preestablecida en la que no hay caos y el hombre es sólo un pequeño componente de toda la maravilla. El propósito de la vida humana en este esquema de cosas es hacer que el hombre sea perfecto y así liberarse del ciclo de repetidos nacimientos y muertes (moksha).

La opinión de los sabios y las escrituras:

Bhagavan Ramana Maharshi

Sri Ramana Maharshi acepaba la validez de las leyes del Karma, pero dijo que sólo eran aplicables mientras una persona se imaginaba que estaba separada del Ser. En este nivel (el nivel del ajnani o del ignorante), dijo que los individuos pasarían por una serie de actividades y experiencias pre-ordenadas, todas las cuales son las consecuencias de actos y pensamientos anteriores. Dijo que cada acto y experiencia en la vida de una persona está determinada al nacer y que la única libertad que tiene es darse cuenta de que no hay nadie actuando ni nadie experimentando. Sin embargo, una vez que uno realiza el Ser (o Sí mismo), no queda nadie que experimente las consecuencias de las acciones y por lo tanto toda la estructura de las leyes kármicas se vuelve redundante.

Sri Ramana Maharshi dejó claro que si el agente, de quien depende el Karma, es decir el ego, que subsiste entre el cuerpo y el Sí mismo, se funde en su fuente y pierde su forma, ¿cómo puede sobrevivir el Karma, que depende de él ? Él dice que cuando no hay "yo" no hay Karma. La esencia del Karma es conocer la verdad de uno mismo indagando "¿Quién soy yo, el hacedor, que empieza a hacer Karmas?" A menos que el hacedor de Karmas, el ego, sea aniquilado a través de la indagación, no se puede lograr la paz perfecta de la felicidad suprema, que es el resultado del Karma Yoga.

A la pregunta "¿Existe tal cosa como el libre albedrío?" Sri Ramana Maharshi reponde con la pregunta: ¿De quién es el albedrío? Siempre que exista el sentido de "hacedor", existe el sentido del disfrute y de la voluntad (o albedrío) individual. Pero si se pierde este sentido a través de la práctica de la auto-indagación (Vichara) y uno se vuelve auto-realizado, la voluntad divina actuará y guiará el curso de los acontecimientos. Él aclara que el libre albedrío se mantiene sólo en asociación con la individualidad. Todas las Escrituras se basan en esta idea y por lo tanto nos aconsejan dirigir el libre albedrío hacia metas correctas.

A la pregunta "Si lo que está destinado a suceder sucederá ¿hay alguna utilidad en la oración o el esfuerzo o debemos permanecer inactivos?" Ramana Maharshi dice: Sólo hay dos modos de vencer al destino o quedar al margen de él. Uno es investigar a quién pertenece ese destino y descubrir que el único limitado por el destino es el ego y no el Sí mismo, y que el ego es inexistente.

"El destino es el resultado de la acción pasada, concierne al cuerpo. Deje que el cuerpo actúe como le convenga, ¿por qué se interesa por él? ¿Por qué le presta atención? Si algo sucede, sucede como resultado de acciones pasadas, de la voluntad divina y otros factores". Esta idea está incrustada en el término común "namaste" que usamos en nuestras interacciones sociales cotidianas. Esta palabra puede ser dividida en na+ma+te+astu significando así "Yo no soy" (na ma) "Tú eres" (te astu) implicando una completa eliminación de la noción de "Yo-idad" y "Mio-dad" y rendirse a "Tú ― El Señor Supremo".

"El otro modo es aniquilar al ego por una completa entrega al Señor, realizada personalmente por medio de esta continua repetición: "No yo, sino Tú, Señor". De ese modo, liquidas todo sentimiento de "yo" y "mío", y dejas que el Señor haga lo que quiera contigo. La entrega no puede considerarse completa mientras el devoto reclame al Señor esto o aquello. La verdadera entrega es amor a Dios, sólo por amor y nada más, ni siquiera por el deseo de liberación. En otras palabras, para vencer al destino, se requiere la negación absoluta del ego, y esa negación puedes conseguirla por medio del Jnana Marga (auto-indagación) o por medio del Bhakti Marga (sendero de devoción)."

La súplica del elefante en Gajendra Moksha y de Draupadi cuando estaba siendo humillada en la corte abierta de Duryodhana en presencia de su esposo y otros ancianos son ilustraciones de entrega absoluta al Señor.

Sri Ramakrishna Paramahamsa

Sri Ramakrishna también se hace eco de un pensamiento similar. Cuando su discípulo le preguntó si somos realmente libres para hacer lo que nos plazca, él respondió: "Todo depende de la voluntad de Dios, el mundo es Su obra, ha creado todas estas cosas diferentes ― grandes y pequeñas, fuertes y débiles, buenas y malas, virtuosas y viciosas ... Esto es todo Su maya, Su deporte ... Debes haber observado que todos los árboles de un jardín no son del mismo tipo."

"Mientras un hombre no haya realizado a Dios, él piensa que es libre. Es Dios mismo quien evita el error en el hombre. De lo contrario el pecado se habría multiplicado. El hombre no habría tenido miedo del pecado y no habría sido castigado por eso."

"¿Pero conoce usted la actitud de alguien que ha realizado a Dios? Tal persona siente: Yo soy la máquina y Tú, Oh Señor, eres el Operador. Yo soy la casa y Tú eres el Morador. Yo soy el carro y Tú eres el Conductor. Yo me muevo cuando Tú me mueves. Yo hablo cuando Tú me haces hablar. El deseo de argumentar (que es muy poderoso en el estado de ajnana) desaparece cuando un hombre alcanza la sabiduría."

El Bhagavad Gita

El Canto Celestial nos dice: Las fuerzas de la Naturaleza hacen todas las obras. Pero debido a la ilusión de la ignorancia las personas asumen que ellas mismas son el hacedor. (3.27) El que conoce la verdad sobre el rol de las fuerzas de la Naturaleza de hacer la obras no se apega a ellas. Tal persona sabe que las fuerzas de la Naturaleza son las que realizan su obra utilizando nuestros órganos como sus instrumentos. (3.28) El sabio que conoce la verdad piensa: "No hago absolutamente nada". Al ver, oír, tocar, oler, comer, caminar, dormir, respirar; y al hablar, dar, tomar, así como al abrir y cerrar los ojos, el sabio cree que sólo los sentidos están operando sobre sus objetos. El que percibe que todas las obras son hechas por los poderes de la Naturaleza material comprende verdaderamente, y por lo tanto no se considera a sí mismo como el hacedor. (13.29)

Así como la respiración, el parpadeo y los procesos similares son automáticos y el hombre no reclama ninguna autoría para ellos, siendo consciente de los procesos sólo cuando la enfermedad o causas similares le afligen, de manera similar, todas sus actividades deben ser automáticas, sin que se arrogue para sí mismo la autoría o la responsabilidad de las mismas. Un hombre caritativo ni siquiera sabe que está haciendo actos de caridad, es su naturaleza hacerlos, no puede evitarlo. Este desapego sólo puede provenir de un esfuerzo incansable y de la gracia de Dios.

El Gita pone énfasis en que la obra es una función de la naturaleza y depende de la gracia de Dios para su éxito. Dice: "Voy a declararte, ¡oh Armipotente Arjuna!, aquellos cinco factores que según la filosofía Sankhya requiere el cumplimiento de toda acción. La sede (el cuerpo) de la acción, el hacedor (ego), los diversos órganos de los sentidos de percepción, las diferentes funciones de los órganos de las acciones y también las Deidades presidenciales. Cualquier acción que un hombre realiza mediante su cuerpo, palabra y mente, ya sea correcta o lo contrario, estas cinco son sus causas." (18.13-15)

El concepto de obra se analiza en estos versículos. Cuando se le dijo que la acción puede hacerse sin deseos egocéntricos y sin apego a sus frutos la pregunta que le sigue es qué es lo que constituye la acción o la obra.

Sri Krishna dice que hay cinco aspectos de la acción o cinco divisiones de la obra. Los cinco componentes de la acción son:

  1. El cuerpo ―Adhishthaanam― el portal para la entrada y existencia de los estímulos.

  2. El ego ―Karta― que busca el cumplimiento de la acción a través del cuerpo.

  3. Los órganos de percepción ―Karanam― a través de los cuales la personalidad interior entra en contacto con el campo del disfrute y la satisfacción.

  4. Los órganos de acción y

  5. Las deidades presidenciales de los órganos de percepción que los hacen funcionar correctamente.

Las deidades representan el factor no humano que interfiere y elimina el esfuerzo humano. En todas las acciones humanas hay un elemento impredecible que comúnmente se llama suerte o factor X en el lenguaje moderno o tradicionalmente como destino o fatalidad o la fuerza acumulada por los actos de las vidas pasadas. Se llama aquí daiva. La tarea del hombre es sólo plantar la semilla, pero recoger la cosecha está en manos diferentes a las suyas.

El Ramayana de Valmiki

Encontramos más o menos las mismas ideas también en el Ramayana de Valmiki. (2/22/13-24) Cuando Sri Rama fue desterrado al bosque Lakshmana se enojó mucho cor Kaikeyi y comenzó a reprenderla fuertemente. Sri Rama pacificaba a Lakshmana diciéndole que Kaikeyi no era responsable de su destierro y echó toda la culpa a su propio destino. La disertación de Sri Rama aquí sobre el rol de la Voluntad Divina en las vidas humanas son gemas del proceso de pensamiento valmikiano y una obra maestra del Vedanta.

Él dice: "Oh Lakshmana, con mi partida al bosque vestido con la corteza de los árboles y la piel de ciervo, con mechones de cabellos enmarañados, la mente de Kaikeyi se quedará en reposo. Seguramente no ofendería a la Providencia el pasar por alto Su propósito, puesto que ha sido Ella la que que ha plantado en la mente de Kaikeyi esta idea de enviarme al exilio a través de las maquinaciones de Manthara. Por consiguiente voy a entrar en el bosque, que no haya retraso en esto."

"Sólo la intervención divina debe ser considerada como la responsable de enviarme al exilio, así como de quitarme el reino de Ayodhya que se me ofreció. No ha sido más que por incitación de la Providencia, ¿cómo pudo la decisión de perseguirme y desterrarme en el bosque entrar en la mente de Kaikeyi, mi propia madre? Oh hermano, sé consciente.
"Como tal no puedo mantener otra cosa que no sea la voluntad de la Providencia la responsable de que ella prevaleciera ante el rey urgiéndole con palabras mordaces para que detuviera mi instalación y me enviara al bosque. ¿Cómo si no podría ella, una princesa de actitud amable y poseedora de raras cualidades de cabeza y de corazón, hablar como una mujer cruel en presencia de su marido con palabras destinadas a atormentarme?"

"Lo que no se puede prever es seguramente un decreto de la providencia y no puede ser anulado por ninguno de entre los seres creados. Por lo tanto, es evidente que por la voluntad de la Providencia o por el destino lo inesperado me ha sucedido a mí tanto como a ella. Una vez más, ¿quién puede atreverse a desafiar al destino, del cual no se puede encontrar otra indicación que las consecuencias del acto mismo? La alegría y el dolor, el miedo y la ira, la ganancia y la pérdida, el nacimiento y la muerte, y cualquier experiencia similar que llegan a un individuo en particular, es indudablemente obra de Providencia."

"Fuertemente impulsados por el destino, incluso los sabios que practican austeridades severas son extraviados dejando a un lado la moderación y son arruinados por la lujuria y la ira. En realidad no es otra cosa que un acto del destino que de forma inesperada y sin motivo ostensible crea obstáculos a una acción iniciada con preparaciones hercúleas. Una vez más, es de conocimiento común que se obtiene una ganancia inesperada de fortuna con poco esfuerzo, prácticamente sin recursos. Ese es el destino."

Conclusión

Las discusiones anteriores revelarían que el universo tiene un propósito, reglas y desafíos. Nadie está aquí por accidente; todos estamos aquí para vivir el propósito de nuestra vida, aprender de la experiencia y andar el camino. Ninguna vida es inútil, todo tiene que ver con la progresión, el aprendizaje y la sucesión a un nivel superior ― algo que incluso trasciende el tiempo de una vida física porque nuestra alma vuelve para continuar la progresión.

Este es nuestro KARMA, el gran plan para nuestras vidas ―los créditos y débitos, lo bueno y lo malo― el camino que debemos recorrer.

Considera nuestro camino destinado como una ruta a través de un laberinto. El laberinto representa todos los desafíos y recompensas posibles, todos los altibajos y todas las personas que están destinadas a entrar en nuestras vidas para traernos felicidad o conflicto.

Dentro de ese marco del laberinto tenemos libre albedrío. En cualquier momento podemos girar a la izquierda o a la derecha, seguir recto o regresar. Como seres humanos con frecuencia tenemos la ilusión de que la vida es totalmente de libre albedrío. Después de todo podemos elegir qué vestir, a dónde ir, con quién casarse y qué color queremos para nuestro vestido, etc. Pero en muchas cosas no tenemos en el fondo ninguna elección. Nuestro "libre albedrío" y el destino están fundamentalmente entrelazados por el hecho de que nuestra existencia está dentro del marco predefinido del karma ―el laberinto― el entramado del camino desde el nacimiento hasta la muerte y finalmente al renacimiento.

La pregunta de si el destino o el libre albedrío es superior no puede ser contestada en un formato "o esto/o lo otro". No es esto o aquello, sino ambos. Tenemos tanto la posibilidad del libre albedrío como también la predeterminación al mismo tiempo. Esto se puede aclarar con una ilustración.
Imagina un escenario donde un búfalo está atado por una cuerda larga a un poste fijado al suelo en un campo abierto. Tiene la libertad de estar cerca del poste o ir a toda la extensión de la cuerda o sólo ir hasta una cierta longitud de la cuerda. Su libre albedrío se limita a la extensión de la longitud de la cuerda y si es muy fuerte puede incluso romper la cuerda y escapar de la esclavitud.

En esta ilustración el búfalo que está atado por la cuerda es el prarabdha karma; el ir a toda la extensión de la cuerda o permanecer cerca del poste es su libre albedrío; la ruptura de la cuerda por su esfuerzo y fuerza superiores es la ruptura del prarabdha o la obtención de la salvación o moksha (liberación) del samsara a través de la Sadhana.

¿No es entonces que toda la cuestión se queda sin respuesta cuando nos preguntamos, Quién es el que ejerce el libre albedrío? ¿El ser humano o el omnipotente Paramatman, el Sutradhar, el manejador de las cuerdas de nosotros los títeres, que erróneamente damos por hecho que somos dueños de nuestras vidas? El destino es como si fuera el balance de los activos (virtudes) y los pasivos (pecados) de una persona sobre una serie de nacimientos pasados. Por lo tanto, es imposible saberlo de antemano. Pero el objetivo del esfuerzo humano sólo puede ser liberarlo de los lazos de su karma, induciendo en él la sabiduría y la ecuanimidad.

Fuente: https://www.nodualidad.info/articulos/karma-destino-libre-albedrio.html


¿Somos libres o estamos esclavizados por el destino?

La neurociencia del libre albedrío

Libre, adj: Esclavo de sí mismo. // 2. Amo de nada. // 3. Dueño de su propia ancla.
Entrada de Verbolario (2022), libro de Rodrigo Cortés.

Es una sensación ineludible, omnipresente. Nos sentimos libres, dueños de nuestras decisiones, de nuestros actos, de nuestras elecciones. Incluso los niños preescolares tienen ya arraigada esa creencia.

Pero ¿es cierta? En un universo material regido por las leyes de la física, no debería haber espacio para comportamientos que escapen a la dictadura de las causas y efectos, del mecanicismo físico. Según Isaac Newton, una vez conocidas la posición y velocidad de cualquier objeto en un instante dado, junto con las fuerzas que actúan sobre él, se podría determinar su comportamiento en cualquier momento del futuro.

Si la causa de cualquier fenómeno físico es siempre otro fenómeno físico, ¿dónde queda la brecha de la libertad individual?

Analicemos el problema mediante un experimento mental. Imagine que pudiéramos construir una copia exacta de usted, átomo a átomo: Usted-2. Imagine también que situamos a su doble en una copia exacta del universo en el que usted vive: Universo-2. ¿Cómo será el comportamiento de Usted-2 en Universo-2? Si considera que será exactamente igual, entonces no cree en el libre albedrío, y si piensa que actuará de manera diferente, entonces sí lo defiende. Aunque quizás haya una tercera opción, que luego veremos.

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Poco hueco para la libertad

Antes de acostarme, yo tomo la firme decisión de salir a correr a las 6 de la mañana. Pero, cuando suena el despertador, yo (el mismo yo) no soy capaz de levantarme. La mayoría de los fumadores no consiguen dejar su adicción aunque se lo propongan. Tampoco somos capaces de atiborrarnos de alcohol y decidir seguir estando sobrios, ni dejar de tener hambre o sed. Creemos que podemos hacer lo que queremos, pero ni siquiera podemos elegir lo que deseamos, parafraseando al filósofo Arthur Schopenhauer.

Multitud de determinantes ambientales y fisiológicos causan nuestro comportamiento. ¿Queda algún hueco para el libre albedrío? El último libro del neuroendocrinólogo Robert Sapolski (Determined. Life without free Will) explora los determinantes de nuestra conducta y responde claramente: no.

El experimento que lo cambió todo

La (in)existencia del libre albedrío ha llamado la atención de las neurociencias, que han tratado de analizar la relación existente entre nuestras acciones voluntarias y la experiencia subjetiva de que nuestro “yo” es el causante de esas acciones.

Quizá el ejemplo más famoso de este tipo de intentos es el que llevó a cabo Benjamin Libet en 1983. De acuerdo con nuestra intuición, la decisión consciente de realizar un movimiento debería ser anterior a la actividad cerebral responsable de prepararlo (premotora) y llevarlo a cabo (motora). Para comprobar esto preparó un ingenioso experimento.

Libet pidió a los voluntarios que eligiesen un momento al azar para doblar su muñeca. Mientras realizaban esta tarea se registraba la actividad electroencefalográfica de la corteza motora. Los participantes debían señalar el momento exacto en el que habían sentido el deseo consciente de mover la muñeca, para lo cual empleaban un cronómetro que tenían enfrente. Sorprendentemente, la decisión aparecía hasta 350 milisegundos después del inicio de la actividad cerebral relacionada con el movimiento.

Dicho de otra manera, los participantes experimentaban la sensación de tomar una decisión libre, espontánea, aunque otros mecanismos cerebrales ya habían iniciado de manera autónoma el movimiento.

El experimento de Libet ha sido ampliamente debatido y cuestionado, pero es tan solo uno más de los múltiples trabajos que han encontrado resultados similares. Una de sus réplicas contemporáneas más famosas la realizó John-Dylan Haynes en 2008 y 2011.

Haynes y sus colegas emplearon técnicas de neuroimagen para identificar los patrones de actividad neuronal asociados a mover la mano derecha o la mano izquierda. Una vez identificados estos patrones fueron capaces de predecir qué mano iba a mover la persona hasta ¡diez segundos! antes de que tuviese la intención consciente de hacerlo. Sin embargo, la precisión de esas predicciones nunca superó el 60 %. ¿Qué ocurrió en el 40 % restante?

Estos y otros estudios similares han llevado a una parte de los neurocientíficos a abandonar el concepto de libre albedrío.

¿La mecánica cuántica al rescate?

Una de las posibles respuestas al determinismo causal newtoniano llegó de manos de la mecánica cuántica, que reintrodujo la aleatoriedad y la incertidumbre en la visión científica del universo.

Pero el abanico de probabilidades para la manera en que un objeto puede comportarse siguen determinadas por el estado inicial del sistema, lo que para muchos autores nos devuelve al determinismo inicial. Aun cuando nuestro comportamiento no fuera predecible, no significaría que fuéramos dueños de nuestro destino.

Es probable que el señor Usted-2, residente en Universo-2, se comportara de forma diferente al original. Pero eso no lo dotaría necesariamente de libre albedrío: seguiría determinado, pero por los caprichos de la probabilidad cuántica.

El “intérprete” del hemisferio izquierdo

Ante este dilema, ¿por qué tenemos esa firme sensación de libertad cuando los datos no la avalan? Son muchos los científicos que han tratado de responder a esta pregunta. Una de las explicaciones más sugerentes la desarrolló Michael S. Gazzaniga a partir de algunos resultados experimentales obtenidos en pacientes con “cerebro dividido” (a los que se les ha seccionado la conexión entre hemisferios cerebrales).

Para Gazzaniga, esa sensación de ser agentes de nuestras acciones es el resultado de la actividad de una zona del hemisferio izquierdo (estrechamente relacionada con el lenguaje) y que denominó “el intérprete”. Su función sería elaborar un relato a posteriori sobre las acciones que ya han sido realizadas, buscando causas y explicaciones que cuadren con los hechos observados. Incluso amañando un poco las cosas si es necesario.

Su función sería esencial: generar hipótesis sobre las causas de los sucesos ya ocurridos que puedan modificar la manera que actuamos en el futuro. Esta propuesta es coherente con las investigaciones de otros autores, que sugieren que la sensación de sentirnos dueños de nuestro comportamiento ha sido seleccionada por la evolución por sus ventajas para la supervivencia.

¿Un falso dilema?

Analizando la situación desde otro punto de vista, podríamos decir que somos esclavos de… nosotros mismos. Es lo más parecido a la libertad que podemos imaginar. Esta esclavitud simplemente responde al hecho de que cualquier decisión está determinada por la actividad cerebral previa, aunque sea inconsciente para nosotros.

Pero dicha actividad previa es mía, no está separada de mi individualidad. Si mis decisiones no estuvieran causadas por mi actividad cerebral, dejarían de ser propias. No responderían a los determinantes genéticos y ambientales que han esculpido la persona que soy. ¿Acaso queremos tomar decisiones sin contar con nosotros mismos?

Decía el psicólogo y psiquiatra Viktor Frankl que “entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra libertad”. Es cierto. Ese espacio existe. Pero no es necesariamente un espacio de libre albedrío, sino un espacio de flexibilidad, de procesamiento activo de la información, de diversificación del comportamiento. No tiene por qué ser un espacio indeterminado, pero puede considerarse igual de nuestro como si lo fuera.

Podemos decir que somos tan libres “como el sol cuando amanece, como el mar, como el viento que recoge mi lamento y mi pesar”. Efectivamente, Nino Bravo, tan libres y tan determinados como el sol, el mar o el viento.

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https://theconversation.com/somos-libres-o-estamos-esclavizados-por-el-destino-la-neurociencia-del-libre-albedrio-218285


jueves, 30 de mayo de 2024

V12: "Tú" eres algo que todo el universo HACE! (seg. Alan Watts

 


En su maravillosa lección Alan Watts nos explica que no somos separados del universo. 

Aunque creemos de ser un ego aislado envuelto en un saco de huesos y piel. Y que somos algo como las olas cuando el océano está ondulado. (Video en original al canal "Be here now network" y "Rare Insights")


Clic aquí: https://www.youtube.com/watch?v=R-0sf7gBUMY



Eckhart Tolle Explora el Libre Albedrío: ¿Somos Realmente Libres?


Clic aquí: https://www.youtube.com/watch?v=RefEM2TPrjY

Clic aquí:https://www.youtube.com/watch?v=cfyAOi2ShIQ

En el video in ingles "Do we really have a free will?" en su canal, Eckhart Tolle explica que la cuestión sobre el libre albedrio se tiene que preguntar en relación con el nivel de despertar en el que se encuentra una persona.


miércoles, 27 de marzo de 2024

Un diálogo sobre el karma, el destino y el libre albedrío Conversaciones con Sri Ramana Maharshi

 

Sri Ramana aceptaba la validez de las leyes del karma, pero decía que eran aplicables solamente mientras una persona imaginaba que estaba separada del Sí mismo. En este nivel (el nivel del ajnani) decía que los individuos pasarán por una serie de actividades y experiencias pre-ordenadas, todas las cuales son las consecuencias de actos y pensamientos anteriores. Ocasionalmente decía inclusive que cada acto y experiencia en la vida de una persona se determina en el nacimiento y que la única libertad que se tiene es darse cuenta de que no hay nadie actuando ni nadie experimentando. Sin embargo, una vez que se realiza el Sí mismo no queda nadie para experimentar las consecuencias de las acciones y así toda la estructura de las leyes kármicas deviene entonces superflua.

Sri Ramana consideraba la ley del karma como una manifestación de la voluntad de Dios. Decía que antes de la realización del Sí mismo hay un Dios personal, Ishwara, que controla el destino de cada persona. Es Ishwara quien ha ordenado que cada uno debe sufrir las consecuencias de sus acciones y es Ishwara quien selecciona las consecuencias de las actividades que cada persona debe padecer en cada vida. No se puede escapar de la jurisdicción de Ishwara mientras uno todavía se identifica con las actividades del cuerpo. La única vía para devenir libre de su autoridad es trascender el karma completamente realizando el Sí mismo.

Se han postulado varias subdivisiones del karma. La siguiente clasificación, la cual fue usada por Sri Ramana, es común a muchas escuelas de pensamiento Hindú:

  1. Sanchita karma: El almacén de deudas kármicas acumuladas de nacimientos anteriores.

  2. Prarabdha karma: Esa parte del propio sanchita karma que debe agotarse en la vida presente. Debido a que la ley del karma implica el determinismo en las actividades humanas, prarabdha se traduce a menudo como destino.

  3. Agami karma: El nuevo karma acumulado en la vida presente, el cual se traslada a vidas futuras.

Pregunta: ¿Es posible, mientras existe el cuerpo, rebasar el prarabdha karma, el cual se dice que dura hasta el fin del cuerpo?

Ramana Maharshi: Sí. Si el agente de quien depende el karma, es decir el ego, se sumerge en su fuente y pierde su forma, ¿cómo puede el karma, el cual depende de él, sobrevivir? Cuando no hay ningún "yo" no hay ningún karma.

P: Se dice que el prarabdha karma es solamente una pequeña fracción del karma acumulado en vidas anteriores. ¿Es esto verdad?

Ramana: Un hombre puede haber hecho muchos karmas es sus nacimientos anteriores. Sólo unos pocos de éstos serán escogidos para este nacimiento y él tendrá que probar sus frutos en este nacimiento. Es como una proyección de diapositivas donde el que las proyecta escoge unas cuantas diapositivas para exhibirlas, y las diapositivas restantes se reservan para otra sesión. Todo este karma puede ser destruido adquiriendo el conocimiento del Sí mismo. Los diferentes karmas son las diapositivas, siendo los karmas el resultado de las experiencias pasadas, y la mente es el proyector. El proyector debe ser destruido de modo que ya no haya ninguna otra reflexión y ningún nacimiento ni muerte.

P: ¿Quién es el que proyecta? ¿Cuál es el mecanismo que selecciona una pequeña porción del sanchita karma y que decide entonces que será experimentada como prarabdha karma?

Ramana: Los individuos tienen que sufrir sus karmas pero Ishwara dispone los mejores de sus karmas para su propósito. Dios manipula los frutos del karma pero no agrega ni quita nada. El subconsciente del hombre es un almacén de buen y de mal karma. Ishwara elige de este almacén lo que ve que será más idóneo para la evolución espiritual en el tiempo de cada hombre, bien sea agradable o penoso. Así que no hay nada arbitrario.

P: En Upadesa Saram usted dice que el karma da fruto por la ordenación de Dios [karta]. ¿Significa esto que nosotros cosechamos las consecuencias del karma debido solamente a que Dios lo quiere?

Ramana: En este verso karta [Dios] significa Ishwara. Él es el que distribuye los frutos de las acciones a cada persona acordemente a su karma. Eso significa que él es el Brahman manifestado. El Brahman real es no-manifestado y sin movimiento. Es solamente el Brahman manifestado el que se nombra como Ishwara. Él da fruto a cada persona de acuerdo con sus acciones [karma]. Eso significa que Ishwara es solamente un agente y que da salarios acordemente a la labor hecha. Eso es todo. Sin esta sakti [poder] de Ishwara, este karma no tendría lugar. Por eso se dice que este karma es por sí mismo inerte.

P: Las experiencias presentes son el resultado del karma pasado. Si nosotros conocemos los errores cometidos antes, podemos rectificarlos.

Ramana: Si se rectifica un error queda todo el sanchita karma de los nacimientos anteriores, el cual continuará dándole a usted innumerables nacimientos. De modo que ese no es el procedimiento. Cuanto más poda usted una planta, tanto más vigorosamente crece. Cuanto más rectifica usted su karma, tanto más se acumula. Encuentre la raíz del karma y córtela.

P: ¿Significa la teoría del karma que el mundo es el resultado de la acción y reacción? Si es así, ¿la acción y reacción de qué?

Ramana: Hasta la realización habrá karma, es decir acción y reacción. Después de la realización no habrá ningún karma y ningún mundo.

P: Si yo no soy el cuerpo, ¿por qué soy responsable de las consecuencias de mis buenas y malas acciones?

Ramana: Si usted no es el cuerpo y no tiene la idea "yo soy el hacedor", las consecuencias de sus buenas o malas acciones no le afectarán. ¿Por qué habla usted sobre las acciones que el cuerpo lleva a cabo "yo hago esto" o "yo hice aquello"? Mientras usted se identifica con el cuerpo de esta manera usted es afectado por las consecuencias de las acciones, es decir, mientras usted se identifica con el cuerpo usted acumula karma bueno y malo.

P: Pero, puesto que yo no soy el cuerpo, yo no soy realmente responsable de las consecuencias de las acciones buenas o malas.

Ramana: Si usted no es, ¿por qué se preocupa usted por la cuestión?

P: En algunos lugares se afirma que el esfuerzo humano es la fuente de toda fuerza y que puede inclusive transcender el karma. En otros se dice que todo es gracia divina. No está claro cual de ellos es correcto.

Ramana: Sí, algunas escuelas de filosofía dicen que no hay ningún otro Dios que los karmas del nacimiento anterior, que el karma hecho en el presente nacimiento de acuerdo con las escrituras se conoce como purushakara [esfuerzo humano], que los karmas anteriores y presentes se enfrentan como carneros y que el que es más débil es eliminado. Por eso es por lo que las gentes dicen que se debe fortalecer el purushakara. Si se pregunta a tales gentes cuál es el origen del karma, dicen que una tal pregunta no debe formularse porque es como la eterna cuestión, "¿Cuál fue primero, la semilla o el árbol?".

Los debates tales como éste son meros argumentos que jamás pueden llegar a la verdad final. Por eso es por lo que yo digo que primero descubra quién es usted. Si uno pregunta "¿Quién soy yo? ¿Cómo he obtenido este dosha [fallo] de la vida?", el "yo" se sumergirá y uno realizará el Sí mismo. Si uno hace esto adecuadamente la idea de dosha será eliminada y se obtendrá la paz. Ni siquiera "se obtendrá", el Sí mismo permanece siempre lo que es.

La esencia del karma es conocer la verdad de uno mismo indagando "¿Quién soy yo, el hacedor, que comienza a hacer karmas?". A menos que el hacedor de los karmas, el ego, sea aniquilado a través de la indagación, no puede lograrse la paz perfecta de la felicidad suprema, lo cual es el resultado del karma yoga.

P: ¿Pueden las gentes borrar las consecuencias de sus malas acciones haciendo mantras o japa o tendrán que experimentarlas necesariamente?

Ramana: Si el sentimiento "yo estoy haciendo japa" no está aquí, las malas acciones cometidas por un hombre no se fijarán a él. Si el sentimiento "yo estoy haciendo el japa" está aquí, las consecuencias de las malas acciones persistirán.

P. ¿No extingue punya [el mérito acumulado de los actos virtuosos], o papa [el demérito acumulado de los actos pecaminosos]?

Ramana: Mientras el sentimiento "yo estoy haciendo" está aquí, uno debe experimentar el resultado de sus actos, bien sean buenos o malos. ¿Cómo es posible borrar un acto con otro? Cuando el sentimiento de que "yo estoy haciendo" se pierde, nada afecta a un hombre. A menos que uno realice el Sí mismo el sentimiento "yo estoy haciendo" jamás se desvanecerá. Para el que realiza el Sí mismo, ¿dónde está la necesidad del japa? ¿dónde está la necesidad de tapas? Debido a la fuerza del prarabdha la vida continúa, pero el que ha realizado el Sí mismo ya no desea nada.

El prarabdha karma es de tres categorías, icchaaniccha y pareccha [personalmente deseado, sin deseo y debido al deseo de los demás]. Para el que ha realizado el Sí mismo, ya no hay ningún iccha-prarabdha, pero los otros dos, aniccha y pareccha, permanecen. Todo lo que un jnani hace es para los demás solamente. Si hay cosas que tiene que hacer para los demás, él las hace pero los resultados no le afectan. Haga lo que haga, no hay ningún punya [mérito] y ningún papa [demérito] en ello. Hace solamente lo que es más apropiado según el patrón del mundo aceptado ―nada más.

Aquellos que saben que lo que tienen que experimentar en esta vida es solamente lo que ya está destinado en su prarabdha nunca se sentirán perturbados por lo que ha de ser experimentado. Saben que todas las experiencias le son impuestas a uno tanto si las quiere como si no.

P: El hombre realizado no tiene ningún karma. No está sujeto por su karma. ¿Por qué debe permanecer aún dentro de su cuerpo?

Ramana: ¿Quién hace esta pregunta? ¿Es el hombre realizado o el ajnani? ¿Por qué le preocupa a usted lo que el jnani hace o si hace algo? Mírese a usted mismo. Usted está ahora bajo la impresión de que usted es el cuerpo, de modo que usted piensa que el jnani también tiene un cuerpo. ¿Dice el jnani que tiene un cuerpo? Puede parecerle a usted como si él tuviera un cuerpo y puede parecer estar haciendo cosas con el cuerpo, como hacen otros, pero él mismo sabe que él es sin cuerpo. La cuerda quemada todavía parece una cuerda, pero no sirve como cuerda si usted intenta atar algo con ella. Un jnani es así ―puede parecer como las demás gentes, pero esto es solamente una apariencia exterior. Mientras uno se identifica a sí mismo con el cuerpo, todo esto es difícil de comprender. Por eso es por lo que a veces se dice en respuesta a tales preguntas, "El cuerpo del jnani continuará hasta que la fuerza del prarabdha se agote, y después de que el prarabdha se agote se vendrá abajo". Una ilustración usada en conexión con esto es la de una flecha ya disparada, la cual continuará avanzando y golpeará en su blanco. Pero la verdad es que el jnani ha transcendido todos los karmas, incluyendo el prarabdha karma, y no está sujeto por el cuerpo o sus karmas .

No existe ni un ápice de prarabdha para aquellos que presencian ininterrumpidamente el espacio de la consciencia, la cual siempre brilla como "Yo soy", la cual no está confinada en el vasto espacio físico, y la cual penetra por todas partes sin limitaciones. Tal sólo es el significado del antiguo dicho, "No hay ningún destino para aquellos que alcanzan o experimentan los cielos".


P
: Si una cosa viene a mí sin que yo haga ningún plan ni trabaje por ella y yo la disfruto, ¿no habrá ninguna mala consecuencia de ello?

Ramana: Eso no es así. Todo acto debe tener sus consecuencias. Si algo le sale al paso en razón del prarabdha, usted no puede impedirlo. Si usted toma lo que viene, sin ningún apego especial, y sin ningún deseo de más de lo mismo o de una repetición de ello, ello no le perjudicará a usted conduciéndole a posteriores nacimientos. Por el contrario, si usted lo disfruta con gran apego y desea naturalmente más de lo mismo, ello no podrá evitar conducir a más y más nacimientos.

P: Según la ciencia astrológica, se hacen predicciones sobre los aconteceres por venir tomando en cuenta la influencia de las estrellas. ¿Es eso verdadero?

Ramana: Mientras usted tiene el sentimiento de ser un ego todo eso es verdad. Cuando el sentido del ego se destruye todo eso es no-verdadero.

P: ¿Significa eso que la astrología no será verdadera en el caso de aquellos cuyo sentido del ego se ha destruido?

Ramana: ¿Quién queda para decir que no será verdadera? Habrá visión solamente si hay uno que ve. En el caso de aquellos cuyo sentido del ego se destruye, inclusive si parecen ver en realidad no ven.

El destino es el resultado de la acción pasada. Concierne al cuerpo. Deje que el cuerpo actúe según su contento. ¿Por qué se interesa usted en él? ¿Por qué le presta usted atención? Si algo acontece, acontece como el resultado de las acciones pasadas de uno, de la voluntad divina y de otros factores.

P: Se dice que el presente se debe al karma pasado. ¿Podemos transcender el karma pasado por nuestra libre voluntad ahora?

Ramana: Vea lo que el presente es. Si usted hace esto, usted comprenderá lo que es afectado por un pasado o un futuro, lo que es siempre-presente y siempre libre y lo que permanece inafectado por el pasado o el futuro o por cualquier karma pasado.

P: ¿Hay una cosa tal como el libre albedrío?

Ramana: ¿El libre albedrío de quién? Mientras hay el sentido de ser el autor hay el sentido del disfrute y del libre albedrío individual. Pero si este sentido se pierde a través de la práctica de la indagación [vichara], la voluntad divina actuará y guiará el curso de los aconteceres. El sino es vencido por jnana, el conocimiento del Sí mismo, el cual está más allá de la voluntad y del sino.

P: Puedo comprender que los aconteceres relevantes en la vida futura de un hombre, tales como su país, nacionalidad, familia, carrera o profesión, matrimonio, muerte, etc., están todos predestinados por su karma, ¿pero puede ser que todos los detalles de su vida, hasta los más pequeños, hayan sido determinados? Ahora, por ejemplo, yo pongo este abanico que está en mi mano aquí sobre el suelo. ¿Puede ser que estuviera ya decidido que en tal y tal día, a tal y tal hora, yo movería el abanico así y lo pondría aquí?

Ramana: Ciertamente. Todo lo que este cuerpo tiene que hacer y todas las experiencias que tiene que pasar estaban ya decididas cuando vino a la existencia.

P: ¿En qué se convierten entonces la libertad y la responsabilidad del hombre por sus acciones?

Ramana: La única libertad que el hombre tiene es la de esforzarse y adquirir jnana, lo cual le permitirá no identificarse a sí mismo con el cuerpo. El cuerpo pasará por las acciones inevitables debidas al prarabdha y un hombre es libre bien sea para identificarse a sí mismo con el cuerpo y apegarse a los frutos de sus acciones (del cuerpo), o bien desapegarse de él (del cuerpo) y ser un mero testigo de sus actividades.

P: Así pues, ¿el libre albedrío es un mito?

Ramana: El libre albedrío tiene su campo de acción en asociación con la individualidad. Mientras la individualidad perdura hay libre albedrío. Todas las escrituras se basan sobre este hecho y aconsejan dirigir el libre albedrío en la dirección justa.

Descubra a quién le importa el libre albedrío o el destino. Descubra de dónde surge, y more en su fuente. Si usted hace esto, ambos son transcendidos. Ese es el único propósito de discutir estas cuestiones. ¿A quién le vienen estas preguntas? Descubra y sea en paz.

P: Si lo que está destinado a suceder sucederá, ¿hay alguna utilidad en la plegaria o el esfuerzo, o debemos permanecer ociosos?

Ramana: Hay solamente dos vías para conquistar el destino o ser independiente de él. Una es indagar para quién es este destino y descubrir que solamente el ego está sujeto al destino y no el Sí mismo, y que el ego es no-existente. La otra vía es matar al ego entregándose completamente al Señor, dándose cuenta de la total impotencia de uno y diciendo todo el tiempo, "No yo sino tú, oh Señor", abandonando todo sentido de "yo" y "mío" y dejando que el Señor haga lo que quiera con usted. La entrega jamás puede considerarse como completa mientras el devoto quiera esto o aquello del Señor. La verdadera entrega es amor de Dios por el amor mismo y nada más, ni siquiera en pro de la liberación. En otras palabras, para conquistar el destino es necesaria la completa desaparición del ego por medio de la auto-indagación [atma-vichara] o por medio de bhakti-marga [camino de devoción].


Fuente: Extracto del libro Sea lo que usted es (Sanz y Torres, 2007)