miércoles, 26 de octubre de 2022
El reencuentro será maravilloso
El reencuentro será maravilloso
GRATIS ~PDF~ El reencuentro será maravilloso de Mónica Lidon {MOBI}
martes, 18 de octubre de 2022
Superar el duelo: ¿Dónde está mi ilusión?
Una preocupación habitual que manifiestan las personas que están atravesando un proceso de duelo tiene que ver con la pérdida de la ilusión y de las ganas de emprender proyectos o actividades, o simplemente fantasear con ellas. Muchos dolientes temen que ya nunca volverán a sentir esta emoción y que van a estancarse en esa sensación de bloqueo o de tristeza que todo lo cubre.
La ilusión va asociada a volver a estar presente en la vida, a interesarse y participar de nuevo como agente activo, pasando del modo automático al consciente. Por eso, la tristeza profunda que trae el duelo en sus momentos más agudos es difícil de combinar con la ilusión, ya que son dos fuerzas contrarias y la tristeza nos lleva hacia dentro: al recuerdo, al repaso, al llanto, al recogimiento.
Las fuerzas que dirigen el duelo
El duelo mezcla muchas emociones: no sólo está presente la tristeza, también el miedo, la ira, la culpa. Todas ellas demandan una gran energía. A los dolientes les sorprende el cansancio que sienten, pero es que este trabajo emocional es agotador. Este conjunto de emociones que requieren tanto y que dirigen el foco de nuestra atención hacia dentro, durante mucho tiempo son las que llevan el ritmo y la dirección del proceso.
La ilusión, por el contrario, es una emoción expansiva cuya fuerza se centra en el presente y que permite mirar hacia el futuro. Así, entra en contradicción con la dirección de la tristeza y de otras emociones habituales en el duelo cuando éstas se encuentran en su intensidad máxima.
www. fundacionmlc.orgviernes, 30 de septiembre de 2022
Querida mamá compañera:
No, lo que sientes hoy no es humano, de hecho se siente más profundo de lo que un simple humano pudiera soportar, ese hueco enorme en el estómago, ese apachurron tan fuerte en el corazón, ese ardor que quema en el alma, intangible... y esa sensación de que no se puede respirar, pasa, te lo prometo.
Es correcto que te vuelvas un poco loca, no te juzgues y vive tu momento, grita si quieres gritar, reclama lo que quieras reclamar, mira al cielo y haz todas esas preguntas que deseas hacer pero después recuerda esa carita angelical y vuelve a tu centro que peor que esto, solo podría ser nunca haberla conocido.
Por todos lados vas a leer que perder a un hijo es lo peor que le puede pasar a una persona y si lo es. Me gustaría decirte lo contrario, sin embargo, volverás a sonreír de corazón, aprenderás a vivir con esto y ese ardor que quema lo más profundo del alma hasta ese lugar que no sabíamos que existía disminuirá al grado que podrás volver a sentir, a sentir amor, a sentir felicidad, a sentir alivio... ¿sabes porque? Porque llegará el momento en que valoraras estar viva y querrás honrar de la mejor manera esa vida que tu hijo o hija no pudieron tener; cuando ese momento de lucidez llegue (tarde lo que tenga que tardar no hay prisa) no habrá vuelta atrás, veras en el espejo a esa "nueva tu" y no habrá manera de regresar, te sorprenderá lo diferente que eras y en quien te has convertido.
El que dirán dejara de preocuparte, dejaras de sentirte por cosas que no valen la pena, dejaras ir a amistades que no te nutren o que no estuvieron o están, te querrás rodear de gente que te haga reír, que no te juzgue, que no te critique, que te haga crecer como persona porque entenderás que de eso se trata la vida, no de estancarse, no de mirar atrás si no de evolucionar, de caer, de levantarse, de alejarse del drama y de las personas que lo provocan que de eso... ¡ya tuviste bastante!
y si, en ese camino cometerás mil errores pero consciente de que todo en esta vida tiene solución menos la muerte, y tú, tú ya superaste eso.
Llegarás ahí, te lo prometo, porque siempre querrás ser mejor persona para honrar a esa personita que se te presto tan poquito tiempo, porque en el fondo de tu corazón desearas que el día que se vuelvan a encontrar te diga: ¡mamá, lo lograste, estoy orgulloso de ti!.
miércoles, 28 de septiembre de 2022
"CARTA A LOS PADRES QUE HAN PERDIDO UN HIJO O UNA HIJA
-La muerte de un hijo es, si no la, una de las experiencias más dolorosas para los padres y marca un antes y un después.
Es tan grande el dolor que produce la pérdida de un hijo, que los padres nos sumergimos en un estado de confusión, dolor, rebeldía y de desconexión con el mundo. Es una etapa de gran tristeza,...
desconsuelo, aturdimiento y angustia.
-En ese instante nos sentimos tocados por la muerte en plenitud.
Esta nos ha quitado a una persona muy querida, nos ha robado su presencia y compañía, en lugar de habernos llevado a nosotros. Con el pasar de las horas, la realidad se impone y abruma, y uno siente impotencia, deseos de suspender la propia vida y los proyectos personales.
-Cada vez que uno escucha acerca de la muerte de un hijo ajeno, nuestro cuerpo reproduce las huellas ocasionadas al momento de haber experimentado nuestra propia pérdida. Se reproducen las palabras,
las sensaciones y las claves de lo sentido en aquella funesta ocasión.
Uno guarda el recuerdo del momento en forma fotográfica. De igual manera se atesora el contenido de las cartas y palabras de aquellos que estuvieron con uno y que le dieron su apoyo y solidaridad.
-Tras la pérdida comenzamos a sentir un dolor que no tiene explicación, el que sin embargo, si se vive plenamente conduce a aceptar la pena, el llanto y la desolación, para finalmente descubrir que esta desgracia es una prueba a la que debemos darle un sentido.
-Existe el dolor sin sentido, que nos lleva a dudar de todo y a vivir con desesperanza. El dolor con sentido es un camino para encontrar a Dios en los múltiples gestos, personas y circunstancias que nos acompañan.
-Así como olvidamos los éxitos, pero jamás los fracasos, también olvidamos a aquellos con quienes reímos, pero jamás a aquellos con quienes lloramos.
Hay que vivir realmente la pena, dejar que la tristeza respire en nosotros, concederse el permiso para estar tristes, llorar y deprimirse.
Olvídense de las prohibiciones de llorar, de sentirse débiles y vulnerables, siempre en el duelo hay un tiempo de tristeza que debe ir acompañado de recuerdos y vivencias. En palabras de Proust:
“Sólo sanamos de un dolor cuando lo padecemos plenamente”.
-Lo que sí está prohibido es avergonzarse de que a uno lo vean triste: vivir la pena es un acto de sanidad espiritual y física.
Negar esa pena es ir en búsqueda de la enfermedad física y espiritual.
-No contengamos las lágrimas. Siempre a nuestro lado estará el Señor para secarlas y nos acompañará en nuestras noches de insomnio.
En ese tiempo de pena, en esa época de tristeza sentiremos que no hay consuelo, sin embargo, viviendo la pena y atendiendo los recuerdos llegará el tiempo de la aceptación, aun cuando nos parezca que es imposible. El reprimir las lágrimas, los sentimientos y las emociones solo nos irá enfermando sin sospechar
de sus consecuencias.
-El llanto, el desconsuelo es un tiempo que pasa –como una nueva estación del año que se va−, dejándonos una mezcla de cansancio y olvido. Luego llegará un nuevo entendimiento que nos permitirá
seguir y salir adelante.
-La expresión del duelo se realiza a través de claves emocionales, cognitivas, físicas y conductuales. El duelo es asimismo una respuesta fisiológica. Durante la fase aguda del duelo el sistema inmunológico se altera, disminuye la proliferación de leucocitos y se deteriora el funcionamiento celular. Por eso la preocupación por la propia salud y el cuidado del cuerpo son indispensables.
-Al nacer comenzamos a morir (“para morir hemos nacido”). El acto de nacer implica una pérdida. A partir de ese instante vital se inicia la cuenta regresiva que nos acerca a la muerte.
Es así como desde el momento en que nacemos experimentamos diferentes pérdidas. La vida es un camino en cuyo trayecto vamos perdiendo cosas. Por esa razón cada ser humano debiera desde un
comienzo prepararse para las pérdidas, duelos y separaciones. De ahí que el dolor sea un naufragio por el que hay que pasar.
Este forma parte de la vida, exactamente en la misma proporción que la felicidad, la alegría y el amor. El dolor es un precio que pagamos por el amor. Quien decide amar decide también sufrir.
Sin embargo, en la vida real sucede justamente lo contrario: vivimos como inmortales, pensando que aquello que poseemos durará también para siempre.
-En el proceso del duelo el dolor no desaparece, se amortigua. El ser amado que hemos perdido pasa a ser nuestra sombra o, más bien, un faro interno que está en nosotros siempre encendido y nos acompaña e ilumina.
-La angustia del primer tiempo se va haciendo menos aguda, se va atenuando, sin desaparecer, para dar paso a la vida, a los recuerdos. Uno comienza a recordar la vida de aquel que ha perdido y estas reminiscencias son como un talismán al que se recurre cada vez que se está triste. Se recuerdan sus
dichos con alegría, con cálida ternura, se repiten frases, anécdotas y enseñanzas que nos dejó ese ser querido y que nos hacen a la vez reír y llorar. Luego entramos en un tiempo de consuelo en el que agradecemos al Señor los momentos en que pudimos compartir con esa persona todo el tiempo que vivió.
-La vida de aquellos que parten casi siempre ha sido intensa, llena de acontecimientos y, por lo general, nos brindan un legado o una lección. También su partida nos deja una sensación de lo inconcluso por lo poco que les dimos o entregamos, o por lo mucho que quisimos decirles y no lo hicimos.
-Estos pendientes marcan la calidad del duelo. Es mucho más llevadero un duelo que surge a partir de una relación en que no quedan pendientes, ya que estos dejan heridas más profundas y de difícil curación.
-Muchas son las personas que pierden a un ser querido después de una violenta discusión o intercambio de palabras. Este hecho les hace sentirse mal y quedan con una permanente sensación de
autorrechazo y arrepentimiento. Para ellos el dolor del duelo se agudiza a causa de la culpa. Prontamente deberán encontrar un sentido a esa experiencia para poder cerrar esa herida, pensando que todo lo humano se supera después de la muerte.
-Para no dejar pendientes después de una pérdida o duelo, un buen consejo sería aquel que dice que hay vivir cada día como si fuese el último de nuestra existencia.
-Las huellas que dejan los hijos son imborrables y el recuerdo de ellos constituye un paraíso personal del que nadie nos podrá expulsar. Hay recuerdos y momentos de la vida de aquellos que amamos y perdemos que nos hacen recuperar el aliento y borrar años de dolor y sufrimiento. Lo sanador es esforzarse ante el misterio de la muerte para lograr que prevalezca el amor y no la significación negativa que le podamos dar a ese acontecimiento tan triste y doloroso.
-Al darle importancia al amor que nos rodeó junto a quien perdimos y amamos se produce una alegría nostálgica. Con ese sentimiento guardamos e inmortalizamos su recuerdo. Recuerdos que milagrosamente no cambian a través del tiempo.
-Ese tiempo del recuerdo hace que nuestros corazones aniden nuevas emociones, nuevas esperanzas, que nos permiten ver una luz presente de una imagen desaparecida.
-El camino para alcanzar el consuelo es largo y doloroso, pero debemos recordar que para llegar al alba hay que recorrer todo el camino de la noche, y que esa noche en principio suele no tener luna… Pero nosotros, los cristianos, tenemos la esperanza del reencuentro, la que nos llena de ilusión con la promesa de la eternidad.
-Kalil Gibran nos alienta:
"El nacimiento es el comienzo, la muerte no es el final".
-La existencia es una continuidad que se desplaza entre días hermosos y otros oscuros, sin luz.
-Podemos estar en el túnel oscuro sin ver la luz, pero tenemos que saber y repetirnos mentalmente que en ese día negro y lluvioso, detrás de las nubes, siempre hay un sol que brilla.
-Cuando estemos llenos de tristeza, sin esperanzas, mantengamos el recuerdo de los días hermosos sin nubes. El nacimiento no es el comienzo, la muerte no es el final, lo que atravesamos al
entrar y salir es la puerta de Dios que nos lleva al consuelo después del sufrimiento y la tristeza. Con el tiempo aprendemos que el amor y los recuerdos no mueren.
martes, 27 de septiembre de 2022
TE DIGO UN SECRETO?. Hijo amado, Adrián Trujillo Arriero
miércoles, 3 de agosto de 2022
Hoy hijo amado Adrián, mi Angel de amor y luz
Hoy hace 5 años y 8 meses de tu transición al cielo, paraiso o plano de luz. Te echo tanto de menos...siempre estás en mi corazón.
miércoles, 20 de julio de 2022
Los milagros existen
Eres amado siempre, mi hijo amado Adrián, mi Ángel de Amor y Luz
lunes, 27 de enero de 2020
El proceso de Duelo desde el punto de vista kabalístico
Siempre me ha atrapado todo lo que rodea y envuelve a el tema de la muerte, ese viaje aparentemente incierto que emprendemos todos algún día.
Fue en la kabbalah donde en lo personal conseguí saciar muchas de esas dudas, ese apasionante estudio del alma que aborda esta tan completa sabiduría milenaria consigue entrar en recovecos de dudas y darles sentido.
Considero que muchas de las penas, sufrimientos y miedos que tenemos provienen de no comprender la muerte, de verla distorsionada.
Uno de mis grandes anhelos es dedicarme en mi etapa madura al acompañamiento de personas en fase terminal, ayudar a comprender ese final que no es más que el inicio de lo eterno. Guiarles para que puedan abandonar este plano sin apego y facilitar su ascensión, a la vez que ayudar a sus seres queridos a sembrar la paz y la luz en sus corazones albergando a ese ser dentro de ellos eternamente. Esto último, ya lo realizo actualmente en mis terapias pero esta ese afán de ir a más en un futuro, hasta el final de la vida de las personas. Considero que así como hay Doulas y parteras que te ayudan a nacer, debe haber acompañantes que te guíen a abandonar tu cuerpo físico, ya que no entendemos la muerte, y todo lo que no entendemos preferimos ignorarlo o bien temerle y crear miedos que se deriven en tremendos bloqueos.
El tema es que si apenas nos han enseñado a vivir, imagínate que conocimiento podemos tener de la muerte. Esta área sigue viéndose como algo místico y esotérico o bien amparado por dogmas religiosos y solemnidades que no han sabido traer paz a los corazones de quienes se quedan padeciendo una perdida..
Sobre todo en nuestra cultura, la muerte es un tabú, hablar de ella es algo que el alto porcentaje de las personas prefiere evitar por la incomodidad y temeridad que le ocasiona.
Entender qué comprende esta etapa nos libera y ayuda a asimilar nuestro propio proceso y también el de aquellos seres amados que abandonan este plano, gestionando con amor y consciencia.
Comprender la muerte, no significa que tengamos que evitar el trascender nuestro duelo por esa perdida, ni tampoco que nos mantengamos frios e indiferentes ante la partida de ese ser amado. Si crees que lo que te tengo preparado en este artículo va de eso, siento desilusionarte, el duelo es una etapa necesaria para canalizar emociones y en este plano necesitamos vivirla, ya que estamos en una dualidad fruto de una ilusión por separación de la Fuente, y la ausencia de lo físico, que es lo que persive y a lo que se aferra la mente, es un paso a gestionar.
¿Para qué entonces te ayudará este artículo?
*Para comprender mejor este proceso ayudándote a canalizar las emociones devenidas de una perdida.
*Para favorecer el fluir de esa alma al camino que debe atravesar para su ascensión.
*Para darte consciencia de tu existencia infinita y cuando llegue tu momento poder soltarte de este plano con total consciencia de amor o ayudar a otros a hacerlo.
¿Que debemos saber acerca de la muerte?.
La muerte es una ilusión ya que el alma es eterna, nosotros no somos un cuerpo que tiene un alma, sino un alma que porta un cuerpo, cuando esa alma ha finalizado su corrección en este plano o bien sus programas se vuelven dificultosos de atender para su grado de consciencia y no es capaz de finalizar su corrección, esa alma debe abandonar esta dimensión, pero sigue activa como alma, como alma es eterna.
Imagínate que vives durante un tiempo con tu familia y decides emigrar a otro pais porque donde te encuentras no consigues llegar a tus objetivos, ellos dejaran de verte y tu a ellos, por un tiempo, pero tu existirás y seguirás tu travesía en otro país, hasta que decidas volver a encontrarte con ellos.
Ya sé, seguramente esta metáfora no pueda igualar el dolor que sientes por una perdida, y te aseguro que no es mi intención desviarte de tu dolor, ya que debes atenderlo. Pero si deseo acercarte a la comprensión de la multidimensionalidad del asunto. Esta es una explicación para que tú puedas sentar las bases en esta comprensión. Ya que estamos siempre conectados como almas afines y siempre volvemos a encontrarnos.
Cuando integramos este concepto del alma, o sea la sabiduría del alma, nos damos cuenta que morir no es malo, que morimos o mueren nuestros seres amados porque su paso por aquí ya acabo y premia seguir la aventura de la corrección.
Seguro que te preguntas…¿ Y qué hay de los niños o personas jóvenes que dejan muchisímas cosas pendientes en este plano, una vida sin vivir por delante..?
Te aseguro que si partieron de esta fisicalidad, sus pendientes no son del alma, son de la materia, sino el alma no parte. De hecho hay personas que atraviesan duras enfermedades y accidentes sobreviviendo por encima de otros que aparentemente disponían de mayor suerte. ¿Y porque ocurre esto? Porque el alma utiliza estos episodios para avisarnos que hay una desviación en el programa y nos invita a recalcular trayectoria, y muchos consiguen esa corrección y por eso siguen aquí. El alma siempre te habla a través de las situaciones que se te presentan y cuando no la escuchas, debe darte sacudidas muy grandes, tambalearte las bases para que construyas nuevas al servicio de ese propósito.
Hay muertes que es evidente que desde nuestra proyección mente-ego nos resulte tremendamente injusto aceptar, pero para el alma todo es perfecto, y ninguna alma vive un segundo más, ni parte un segundo antes que lo que le corresponde.
En muchos casos cuando mueren niños, esos niños han tenido como propósito el venir a enseñar algo a su entorno, sobre todo a esos padres, y si los niños son menores de 13 años los varones y 12 años las niñas, su muerte es un aprendizaje para su clan, han venido a sanar su árbol y por eso la vida de sus padres nunca más vuelve a ser la misma ya que se le fuerza a una corrección dura. Muchos lo superan pese a que siempre esta ese dolor, y otros solo acrecientan su corrección por negación. Pero en todo hay propósito, tanto para el alma que parte, como para el alma que padece la perdida.
Según la kabalah, nadie muere de una enfermedad ni por accidente, ni por ninguna circunstancia mortal, la muerte no es más que el fin de esta corrección puntual y todas esas situaciones, tan solo la herramienta que acaba con el cuerpo físico, el envase.
Una vez me preguntaron: ¿Natalia, entonces si yo acabo mi corrección porque hago todo tal cual mi alma lo deseaba, abandonaré este plano, o sea, me voy a morir?
Por empezar hay que tener en cuenta que acabar con la corrección no es de una sola vida, nos lleva varias venidas a este plano, y estas son en simultaneo, ya que el alma es atemporal, vive un eterno presente, todas nuestras vidas están ocurriendo paralelamente, pero de esto hablaré en otro articulo, o video, de momento, quédate con que es difícil que corrijas así sin más, porque además de tu propia corrección individual, tienes la corrección de la separación de la Fuente, por lo cual a su vez tu alma ayuda a otras almas a realizar la vuelta a la convergencia con la fuente, tiene por decirlo así, acciones de ese capital global como alma individual.
Tú funcionas a su vez como herramienta para la correción de otras almas, todo está conectado.
Hay que comenzar a entender que las personas no son de nuestra propiedad más allá del amor que les tengamos, son almas que en su propósito y el nuestro, elegimos coincidir en tiempo y espacio, y por más injusto que nos parezca, el alma siempre sabe el camino, y lo mejor para su plan, aún cuando esto incluye la muerte física.
Cuando la muerte de ese ser nos resulta injusta, grave, temprana o dolorosa, nuestra percepción se nubla con mayor facilidad y nos resulta tremendamente dificultoso gestionar el dolor cayendo en largas etapas de sufrimiento, y esto es de alto riesgo espiritual para quien lo padece. Por eso mi intención de acercarles este conocimiento, que dependiendo vuestra apertura, puede o no resonarles, y hasta eso es perfecto.
Las principales razones por las que sufrimos la muerte de un ser amado son estas que te detallaré a continuación, sería bueno que las examinaras y te abrieras a integrar lo que te comento para cada caso, y así tomar consciencia de la posición que estás ocupando y hacer por sanar tu proceso personal.
Sufrimos principalmente por estos 3 motivos:
1-Sentir que hemos roto por completo con el lazo que nos unía a esa persona y que ya nunca volveremos a verla:
Como comente más arriba, el alma no muere, es eterna, si trabajas esta idea en tu mente y corazón, puedes conseguir tener una relación con esa alma, más allá de la muerte, sentir su energía y conexión trascendiendo la materia y elevando tu consciencia en relación a la muerte física. Ahora bien, es normal que las relaciones que tenemos con nuestros seres amados, en ocasiones sean más físicas que espirituales, por eso nos vemos más perjudicados con la muerte física, si nos dedicaramos más a conectar con las personas que amamos desde otro nivel, conociendo su sentir, su esencia, podríamos desarrollar ese amor incondicional que se eleva por encima de lo físico. Esto que te explico conlleva una gestión primaria de tu duelo desde la percepción del ego, para luego aperturar a planos superiores de consciencia sobre la vida en este plano, pero sin duda puedes alcanzarlo, llegando a sentir completitud al pensar y sentir en tu corazón a ese Ser.
Si sientes que este es el motivo por el que más permaneces anclado en el sufrimiento, sería importante que trabajes un proceso de desapego y liberes esa sensación para facilitar tambien a ese alma su camino. Soltar lo limitado de lo fisico para albergar lo eterno de lo álmico. Envuelve a esa persona en un circulo de amor, deja que esa luz se haga cada vez más grande y mientras se aleja dile, te libero, te dejo ir, y en ese momento siente como esa luz lanza un rayo a tu corazón que se anida para siempre y poderosamente en ti.
2- El miedo a la muerte en si misma:
Esto proviene de la programación que hemos recibido desde las religiones, nos pintan a la muerte como una especie de juicio donde los justos irán al cielo y aquellos que no han actuado bien tendrán un eterno castigo, si a eso le sumamos la incertidumbre que genera el más allá dependiendo de tus creencias, aquí tenemos uno de los motivos más sentidos por quienes pierden a un ser amado o bien por aquellos que se encuentran en fase terminal. Para estos casos, es importante informarte, leer sobre temas de espiritualidad y profundizar en el estudio del alma (en mi canal de Youtube tienes una lista completa para comprender mejor este tema, te dejo un enlace a esos videos.
3- La culpa o el sentir que hay situaciones pendientes, o que era injusta su partida:
Cuando parte una persona con la cual no hemos hecho las cosas bien, o nos falto, un acercamiento, una conversación o bien perdonar o ser perdonado, la culpa se apodera de nuestro proceso y entramos en un bucle. Es preciso recordar que nadie parte con cosas pendientes desde la visión del alma. Toda alma se va en el momento que debe irse y con las situaciones tal como deben quedar. Ahora bien, que desde nuestra percepción mente-ego nos parezca que es muy joven, o que tenía mucho por hacer, por ejemplo, dejar hijos pequeños, o irse en la flor de la vida, no significa que para el alma sea temprano o injusto. Si es que lo que más nos cuesta de nuestra corrección en definitiva es asumir que para el universo no hay injusticias. (complementa si deseas esta info con uno de mis podcast sobre esto de las injusticias)
Para el universo no hay injusticias
Reproductor de audioLey de evolución – Lo que venimos a trabajarnos en este plano.
Reproductor de audio¿Qué podemos hacer por aquellas almas que abandonan este plano?
Los más hermoso que puedes hacer por tus seres amados que han partido es, facilitarles ese viaje, soltando lazos que les aten a este plano y los dejen atrapados entre dimensiones, evitar frases como “No me dejes” No te vayas” “Daría cualquier cosa porque estés aquí”, esta última tiene una carga bastante fuerte para la persona que la emite y puede añadirle correcciones del alma que parte dificultando la propia.
Quiero que sepas que comprendo el dolor del duelo, y la solución nunca es evitarlo, que leas esto y lo integres, no te liberará de la gestión emocional que conlleva, pero te guiará en el camino que debes emprender.
Si te toca acompañar a una persona en esta situación, no le evites el dolor, deja que gestione y exprese sus emociones, es incómodo para quienes pasamos por esa situación que constantemente insistan en que vayamos a descansar, o que nos tomemos calmantes para no sentir. Ya habrá tiempo para dormir, quizás a esa persona le apetece más estar presente, y con respecto a los calmantes, ¿Acaso crees que cuando se vaya el efecto el dolor también se habrá ido?Ni hablar de juzgar a quienes no lloran o aparentan ser más fuertes y frios. Cada quien tiene su proceso, y no es ni mejor ni peor, cada quien vive, siente y actúa con el nivel de consciencia que tiene, y tu juicio no te hace mejor
Estoy preparando un video en el que profundizaré en las recomendaciones prácticas para sanar tu herida en la etapa de duelo, así que espero que te haya servido el tema porque seguiremos profundizando.
De mientras te dejo una poesía que le escribí al alma de mi abuela cuando partió hace dos años, te aseguro que escribir es liberador y hoy quiero compartirla contigo.
le conté que hace años que nos separaba la distancia de la tierra y que ahora que partiste a otro plano estas más cerca que nunca porque estas en todas partes.
Le contaba que me dueles, me dueles en el corazón, en los tangos que de niña me cantabas y en las fotos,
Me dueles en los ojos, y a mi mente le duele sentir que ya no esta tu fisicalidad.
Ahora paso a tenerte para siempre integrada en mi, formas parte de los corazones de quienes te amamos.
Metamorfosis del alma que te hace inmortal, de lo denso a lo sutil, subes capas a la fuente, vuelves al todo que se experimentó en ti.
Mientras tanto que mi ego se desapega de tu materia yo te sigo trayendo a mi memoria, porque tu abuela, estas hecha de acero inolvidable.
Ya oigo en mi corazón que estás cerca, y completa te libero de mis lágrimas y me abro a tu amor infinito. Lo guardo en mi. Abrázame que hoy quiero dormir más cerca del cielo.
1935-2016 (Para la abuela Esther)
https://cuanticoach.com/el-proceso-de-duelo-desde-el-punto-de-vista-kabalistico/