Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤ Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤ Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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lunes, 17 de agosto de 2020

Hay vida después de la muerte, pero "nuestra mente no lo ve"

 


“La muerte, tal y como la concebimos, no existe, sólo es una ilusión”. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado Robert Lanza, el médico y director de Advanced Cell Technology y defensor de la teoría del biocentrismo, en la que se niega que el tiempo o el espacio sean lineales. Para la gran mayoría de científicos este tipo de afirmaciones son sólo sandeces o, al menos, hipótesis indemostrables. Sin embargo, Lanza parece haber encontrado en el famoso experimento de Young, también denominado de la doble rendija (doble-split), el perfecto aliado para defender su tesis. Si con este se logró demostrar la naturaleza ondulatoria de la luz, Lanza pretende hacer lo propio con el espacio y el tiempo.

En la obra Biocentrism: How Life and Consciousness are the Keys (BenBella Books), el físico norteamericano parte de la premisa de que la vida crea al universo, y no al revés, la base misma del biocentrismo. A partir de aquí, va deduciendo paso a paso que la mortalidad es una idea falsa, creada por nuestra conciencia.

La mortalidad es una idea falsa, creada por nuestra conciencia

En primer lugar, sugiere que la conciencia de una persona determina la forma y el tamaño de los objetos en el universo. Para explicarlo, utiliza como ejemplo la forma en la que percibimos el mundo que nos rodea: “Una persona ve un cielo azul, y se le dice que el color que están viendo es azul, pero las células cerebrales tienen la capacidad de variar esta percepción, pudiendo ver el cielo de color verde o rojo”. En pocas palabras, concluye, “lo que vemos sólo existe gracias a nuestra conciencia”.

-Si quiere saber más sobre la implicación de las teorías de Robert Lanza respecto a la muerte, puede consultar la entrevista realizada a la doctora en Metafísica Anji Carmelo y a la médico anestesista Luján Comas: “Todos los que tienen una ECM cambian su vida: saben que la muerte no es el final”

El multiverso y la teoría de las cuerdas

Este es el motivo por el que Lanza dice que creemos en la muerte. Al observar el universo desde el punto de vista del biocéntrismo, erramos a la hora de concebir el espacio y el tiempo, pues lo haríamos en función de lo que nos dicta la conciencia. En resumen, el espacio y el tiempo son "meros instrumentos de nuestra mente”, por lo que entender la muerte como algo terminal no tendría sentido según sus tesis.

Robert Lanza.
Al concebir que las dimensiones espacio-temporales son meras construcciones mentales, la inmortalidad sería una realidad para Lanza. Es decir, hay vida después de la muerte (física) debido a que habitaríamos un mundo sin fronteras lineales de espacio y tiempo, lo que entronca con la teoría de las cuerdas.

A pesar de ello, lamenta el científico, seguimos creyendo que “la vida es sólo un poco de carbono y una mezcla de moléculas, las cuales dan forma a nuestra existencia durante un tiempo y luego vuelven a descomponerse en el suelo”, explica el físico. ¿Por qué? Simplemente, “porque se nos ha ensañado que las personas se mueren, aunque sólo existe la evidencia de que desaparece el cuerpo en un momento dado”.

-Para profundizar sobre las nuevas teorías relativas a la formación del universo, su expansión y contracción, puede leer el reportaje El eterno retorno y el misterio de la energía oscura: otra visión del universo.

“Trascendemos a la vida, pero nuestra mente nos impide verlo”

Para explicar la muerte física del cuerpo, Lanza recurre a la teoría del multiverso o universos paralelos. Una interpretación a la que se ha dado un fuerte pábulo debido a los datos recogidos por el satélite Planck, que mostró una serie de anomalías supuestamente causadas por la atracción gravitatoria de otros universos. Así, según Lanza, “todo lo que ocurre en nuestro universo está sucediendo también en el multiverso, por lo que la vida nunca dejaría de existir en este sentido.

Cuando el cuerpo desaparece, nuestra vida se convierte en una planta perenne que vuelve a florecer una y otra vez en el multiverso
“Cuando morimos, nuestra vida se convierte en una planta perenne que vuelve a florecer una y otra vez en el multiverso”, explica gráficamente el físico. Por tanto, la vida trascendería a la forma lineal bajo la que se rige nuestro pensamiento. Esto es porque, como sucede con las partículas de la luz, la materia y la energía “funcionan como las ondas”.

El estudio del fenómeno de las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) ha centrado en los últimos años la atención sobre la posibilidad de que exista la inmortalidad. Una de cada cinco personas que sobrevive a una parada cardíaca asegura haber tenido una ECM durante el tiempo de duración de un coma o de muerte clínica, en el que supuestamente desaparecen todas las señales externas de vida, pero que son capaces de narrar luego sus sensaciones y percepciones.

-Entrevista con Crystal McVea, protagonista de una de las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) que más ruido han generado entre la opinión pública norteamericana: "Me quedé dormida y me desperté en el cielo. Allí estaba Dios".

Investigaciones millonarias para demostrar la inmortalidad

Cada vez son más los investigadores médicos interesados en este fenómeno, y la literatura sobre el tema llegó a su cénit con la publicación el pasado año de La prueba del cielo: El viaje de un neurocirujano a la vida después de la vida (Zenith). Un libro superventas en el que el neurocirujano Eben Alexander narra su supuesta experiencia en el más allá durante el tiempo que estuvo en coma.

Para intentar acabar con esta incertidumbre, la fundación fundación John Templeton que, con base en Filadelfia, se describe a sí misma como “un catalizador filántropo para la investigación sobre las Grandes Cuestiones de la vida”, financiará con cinco millones de dólares una selección de proyectos de investigación sobre las experiencias al borde la muerte. Es lo que se ha dado en llamar el Proyecto Inmortalidad.

Entre los elegidos en el Proyecto Inmortalidad destaca Sam Parnia, director de investigación sobre reanimaciones en la Universidad de Nueva York, quien tratará de de determinar si las ECM son reales. Es decir, discernir si sus causas son físicas o, por el contrario, parapsicológicas o metafísicas. Para ello, el autor de Erasing Death: The Science That Is Rewriting the Boundaries Between Life and Death analizará la actividad cerebral de los pacientes que sufren un paro cardíaco. De este modo, tratará de determinar si las conexiones neuronales son susceptibles de provocar una experiencia subjetiva, verse a uno mismo fuera del cuerpo y en tercera persona mientras los médicos tratan de reanimarlo.

 


 https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-01-13/la-fisica-demuestra-que-hay-vida-despues-de-la-muerte-pero_74673/

 

domingo, 2 de agosto de 2020

ACUERDO ENTRE ALMAS


Dicen que antes de nacer, cuando cada Ser decidió venir a la Tierra a vivir la experiencia 3D, hubo un acuerdo de almas.

 Primero cada alma seleccionó minuciosamente las experiencias que deseaba vivir en esta encarnación. Algunos eligieron aprender a través del desapego, otros de la soledad. Los más decidieron aprender de la relación de pareja. Algunos se atrevieron a experimentar la riqueza material… y así… como si eligieran las materias para matricularse en la Universidad, todos decidieron sus misiones. Y hubo una gran reunión de entre ellas para pactar como se interrelacionarían estas almas… Como cuando se reparten los roles en una obra teatral, cada cual recibió su papel el la obra de su vida… y Nacieron…

 Algunas de estas almas se encontraron desde su nacimiento y son hermanos. Otros les tocó ser compañeros del cole para llegar a ser amigos en la adultez… otros no se encontraron hasta cuando mayores, pactaron conocerse en una fiesta y enamorarse… Y hubo quienes tendrían roles mínimos en la vida del otro. Serían el médico que lo revisó cuando estuvo internado por apendicitis… otros sería quien le rompería la nariz en la disco porque le robaría la novia… o el taxista que lo llevaría al aeropuerto aquel día en que le avisaron que su madre se moría…

Nada, absolutamente nada es casual en la vida de ninguno. Hay libre albedrío. Nos hemos repartido los papeles, pero no hay guion. Cada uno crea sus propios diálogos y acciones… y asume la responsabilidad.

Así que ponte a pensar ¿Por qué tienes a ese jefe tan exigente y perfeccionista? Será que acordaron que él sacaría lo mejor de ti y te puliría cual diamante? O será que tienes que aprender la tolerancia? Y si lo que debes hacer es renunciar? Difícil saber lo que viniste a vivenciar con cada persona… pero el alma lo sabe… y el alma solo sabe comunicarnos mensajes que llamamos intuición.

Y por qué no logras tener una pareja fiel?

Comprendes ahora que esa persona que está allí como un Pepito Grillo es porque quizás tú se lo pediste, le rogaste que fuera la voz de tu conciencia… y tú misma le suplicaste: No importa que te odie, pero no me dejes realizar algunas acciones que me dejarán pegada a esta encarnación…

Y entiendes porque te bastó con ver a esa persona para que sintieras retortijones en la panza… tu alma te estaba avisando todo el dolor que te causaría…

No recordamos. No sabemos que nos une a todo el elenco que nos ayuda a representar la obra de nuestras vidas, pero hay en acuerdo tácito entre todos de permanecer juntos para ayudarse mutuamente a crecer… evolucionar…

 Entre todos formamos un verdadero equipo sanador porque nos ocupamos tanto de nuestro propio desarrollo como del de los demás. Pero también podemos cerrar abruptamente la relación con algunos por problemas meramente terrenales. Ya lo dije: Tenemos libre albedrío.

Todo este camino iniciado en nuestra primera encarnación hace millones de siglos atrás tiene como objetivo la iluminación… Cada encarnación agregamos gotas de luz a nuestra conciencia y así evolucionamos. Avanzamos despacio en términos terrenales, pero vamos a la velocidad de la luz en términos estelares…

Así que no podemos mirar ninguna relación y juzgarla de triunfo o fracaso… Estamos aprendiendo, y el solo hecho de poder interactuar con otros, de conocerle, descubrir sus diferencias… llegar hasta lo profundo de su alma vuelve cualquier relación un éxito…

Así que no te enrosques con ese jefe maltratador, con esa pareja infiel, con esa amiga envidiosa, con ese profe abusivo, con la vecina quejosa, el almacenero gruñón, ese pretendiente meloso, esa hija rebelde… Solo mírales directamente al alma y diles: “Gracias por respetar el trato”.

lunes, 21 de mayo de 2018

Película BELLEZA INESPERADA

Cuando un exitoso ejecutivo de publicidad de Nueva York sufre una tragedia personal y se retira de su vida, sus amigos crean un plan drástico para llegar a él antes de que lo pierda todo. Al empujarle hasta el fin de sus límites, le obligan a enfrentarse a la verdad de una forma sorprendente y profundamente humana. Del director ganador de un Óscar, David Frankel, este inspirador drama explora cómo hasta la pérdida más profunda puede revelar momentos de belleza, y cómo las constantes de amor, tiempo y muerte se entrelazan en una existencia vivida en plenitud.

Clic aquí: BELLEZA INESPERADA

miércoles, 4 de abril de 2018

Diferencias entre el duelo y la depresión

Históricamente, el debate que recoge las reflexiones sobre las semejanzas y diferencias entre el duelo y el trastorno de depresión mayor ha sido muy prolífico. Hasta hace relativamente poco reinaba la confusión entre los clínicos, pues el único criterio que diferenciaba un proceso de otro era el tiempo transcurrido desde la pérdida de un ser querido, detonante del dolor.
El DSM-IV tr (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales – Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM)) consideraba que, si habían pasado menos de dos meses de la muerte del ser querido, era duelo y, si habían pasado más de dos, entonces estábamos ante un trastorno de depresión mayor y no ante un duelo. Este criterio era muy claro y muy sencillo de aplicar. Sin embargo, los clínicos considerábamos que, si bien no existe un tiempo concreto para hacer el duelo, dos meses resulta un periodo muy insuficiente.

Criterios para distinguir un duelo sano de un trastorno depresivo

La última revisión científica de este tema aparece recogida en el DSM-V recientemente publicado para la población hispanohablante. En esta nueva edición, se puede apreciar un gran esfuerzo por parte de los teóricos por intentar dar una respuesta más cercana a la realidad del doliente y del clínico.
A grandes rasgos, establece que las diferencias entre el duelo sano y el trastorno depresivo mayor son las siguientes:
    • 1. En el trastorno depresivo mayor, el estado de ánimo deprimido es persistente y continuado, mientras que en el duelo el dolor aparece en forma de oleadas, lo que se denominan punzadas del duelo.
    • 2. En el proceso de duelo el dolor se da de forma intermitente y convive con momentos de un cierto optimismo y esperanza, que no aparecen en ningún caso en el trastorno de depresión mayor.
    • 3. El sentimiento predominante en el duelo es de vacío, mientras que en el trastorno depresivo mayor es el estado de ánimo deprimido y la incapacidad para expresar felicidad o experimentar placer.
    • 4. No existe un contenido cognitivo concreto en el trastorno depresivo, mientras que en el duelo tiende a asociarse con recuerdos o pensamientos sobre el fallecido.
    • 5. El sentimiento depresivo en el duelo suele variar en intensidad y/o en frecuencia en torno a los 6 meses desde la muerte del ser querido. En el trastorno depresivo mayor, el estado de ánimo depresivo dura más.
    • 6. En el trastorno depresivo la ideación suicida está relacionada con el deseo de morir, mientras que en el duelo sano está relacionada con el deseo de reunirse con el fallecido.
Asimismo el DSM recomienda que se valore individualmente cada caso, reconociendo por primera vez que en el duelo no existen universalidades, sino generalidades. Y añade la necesidad de prestar atención a las diferencias culturales.

Avances en el tratamiento del duelo

Nos encontramos ante un gran avance, incluso podríamos decir que ante un momento histórico. Hemos avanzado en el modo en el que los teóricos y los clínicos nos acercamos a la comprensión y el conocimiento del duelo. Aún nos queda mucho camino por recorrer, pero cada vez estamos más cerca. Este cambio va a influir, y mucho, en nuestros pacientes, puesto que facilita la distinción entre un proceso y otro, y eso va a permitir una mejora en el diagnóstico y por lo tanto en su tratamiento.
Consideramos que la Asociación de Psiquiatras Americanos, responsables de la nueva edición del DSM, está de enhorabuena. Han sido muy valientes tratando de lanzar un mensaje claro y rotundo a la sociedad en su conjunto. Ese mensaje se resume en dos certezas:
Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web:

miércoles, 28 de febrero de 2018

Cómo ayudar a la familia tras una muerte traumatica

El dolor que experimenta una familia tras la muerte de uno de sus miembros se incrementa hasta niveles casi insoportables cuando ésta se ha producido por un suicidio. Las muertes violentas, y en particular el suicidio, son las más difíciles de aceptar. Se buscan explicaciones, se pretende encontrar culpables, no se sabe cómo mitigar una angustia que se muestra aturdidora.
El efecto del suicidio en la familia constituye una tragedia devastadora que provoca serios destrozos en la vida de los sobrevivientes, introduciéndoles en un duelo, por regla general, muy traumatizante y prolongado. Sobre todo en el caso de las madres, al tener más interiorizado su papel tradicional de cuidadoras, encuentran muchas dificultades para entender que sus desvelos, sus cuidados, sus intentos de protección y sus esfuerzos de contención hayan sido ineficaces a la hora de evitar la tragedia.

Por otra parte, la mayoría de las familias viven el suicidio como un verdadero estigma que les llena de vergüenza y que no les es fácil sobrellevar. Y esto parece ser así incluso aunque desde el entorno se evite todo señalamiento negativo y se les trasmita todo el apoyo posible. Así, en ocasiones, se busca enmascarar una realidad extremadamente dolorosa y se fabrica un verdadero tabú respecto a lo que en verdad le ocurrió a la víctima, ocultando la causa real de la muerte. No deja de ser una forma de protección de algo que no se quiere aceptar porque resulta más amenazante de lo que uno está dispuesto o capacitado para soportar.

Aquel terapeuta que pretenda ayudar a la familia para superar de manera adecuada el proceso de duelo por un suicidio necesita manejar una serie de pautas terapéuticas para facilitar la evolución psicológica de los familiares en las diversas etapas y evitar así la aparición de duelos patológicos.
Pero conviene entender que no existen panaceas ni remedios infalibles. Cada ser humano es distinto y reacciona ante un mismo evento de manera original. Y, por otra parte, es evidente que el impacto no será el mismo para los hijos del suicida que para sus hermanos, padres o pareja.

Algunos principios generales de intervención inmediata en los casos de suicidio serían los siguientes:

1.- Acompañar a la familia en algunas tareas fundamentales:
  • Reconocimiento compartido de la realidad de la muerte y del modo como ésta se produjo (confrontación directa, ritos funerarios, visitas a la tumba…)
  • Experiencia compartida del dolor y la pena. Será preciso captar, comprender y respetar la expresión de sentimientos complejos y contradictorios (ira, decepción, desamparo, alivio, culpa…) presentes, en mayor o menor grado, en las relaciones familiares tras haberse producido el hecho luctuoso.
  • Reorganizar el sistema familiar reestructurando las relaciones para compensar la pérdida.
  • Abrirse a nuevas relaciones y vivir abiertos a nuevas metas en la vida. En el proceso de duelo (un año o dos como mínimo) cada estación, cada fiesta o acontecimiento evoca la pérdida. Habrá que evitar que la idealización del muerto, la sensación de deslealtad o el miedo a otras pérdidas impida contraer nuevos vínculos o empuje a abandonar compromisos.
2.- Trabajar para atemperar el sistema impulsivo y preparar a los más jóvenes para que sean capaces de tolerar las inevitables frustraciones que acompañan a toda vida humana. Es importante ayudarles a entender que el sufrimiento, el fracaso en el logro de objetivos, las contrariedades y los conflictos son experiencias dolorosas con las que es preciso contar. Deben, por lo tanto, ser integradas como componentes inevitables de la vida y pueden ser manejadas de forma constructiva sin dejarse arrastrar por los senderos sombríos de la autoaniquilación.


3.- Ayudar a la familia para que comprenda que el suicidio estuvo relacionado con la enfermedad y no con fallos en los que, inevitablemente, ellos hubieran podido incurrir. Parece que explicar la muerte por suicidio como un síntoma de una enfermedad mental puede disminuir el riesgo de la imitación, mecanismo que, según se ha comprobado, puede inducir a algún otro miembro de la unidad familiar a seguir el mismo camino que el suicida.
4.- Separar la forma de la muerte del muerto mismo. J. Montoya Carrasquilla subraya que en la muerte por suicidio es preciso separar la forma de la muerte del muerto mismo; hay que rescatar al occiso de la forma en que ha muerto, diferenciar su vida del modo de morir. Conviene hacer esa distinción para que se produzca el proceso de sanación. Es preciso hacer aflorar el convencimiento de que lo que realmente importa no es la manera como murió el ser querido, sino el hecho de que ya no está. Por lo tanto el trabajo terapéutico de recuperación y de duelo debe hacerse por su ausencia y no por su modo de morir.
5.- Conocer la estructura global de la familia y la posición funcional de la persona que muere. Si eso es importante, en general, para todo aquel que pretende ayudar a una familia, y fundamental para quien se propone hacerlo con quienes han perdido uno de sus miembros, se convierte en imprescindible cuando el muerto lo es por suicidio. Pretender tratar todas muertes del mismo modo constituye un craso error. Fundamentalmente porque no basta con orientar la ayuda, de acuerdo a nociones corrientes de duelo, a la expresión abierta del dolor. Es preciso conocer el modelo de relación que utiliza la familia, su grado de cohesión, el tipo de comunicación más o menos sano que mantienen entre sí sus integrantes y que mantenían con el difunto, el papel más o menos relevante que éste desempeñaba, su posible función como mantenedor homeostático de la estructura familiar, etc., etc…
6.- Ayudar a vencer los mecanismos de negación. Es importante también que el terapeuta tenga un buen control de su propia emotividad y acompañe a la familia para que ésta vaya logando superar sus naturales mecanismos de negación. Parece conveniente (Bowen) no rehusar términos directos como “muerte”, “morir”, “enterrar” o “suicidio”, evitando otros menos directos como “el que se fue”, “el que ya no está”… La utilización de expresiones claras sirven para señalar que se es capaz de hablar con naturalidad de este tema por más doloroso que resulte y ayuda a los demás a sentirse cómodos y a abrir sistemas emocionales cerrados. Los vocablos alusivos pretenden suavizar la realidad de una muerte traumática, pero contribuyen a la confusión y a no enfrentarse a una dolorosa realidad que no deja de existir por más que se pretenda edulcorarla o enmascararla.
7.- Facilitar la expresión de los sentimientos. Una acción terapéutica fundamental es permitir la expresión del dolor estimulando sus manifestaciones sobre todo en aquellos familiares que tratan de mantener un control excesivo sobre sus emociones.
8.- Priorizar el duelo. En el trabajo con familias que deben abordar duelos difíciles es importante ayudarles a “priorizar el duelo”, algo así como “establecer una jerarquía de dolientes” que impida la usurpación del dolor por parte de familiares que, no siendo los más afectados, tienden, debido a su peculiar personalidad, a comportarse como si fueran los que más sufren restando protagonismo y atención a quienes verdaderamente más la necesitan. Habrá que hacer un trabajo de contención de las personalidades histriónicas que, como se dice popularmente, desearían ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro. Es importante lograr la solidaridad de toda la familia para que brinde su apoyo emocional al “doliente priorizado” (padre, madre, esposo/a, hijos…) incrementando así sus actitudes altruistas y su disposición de acompañamiento a quien realmente es más menesteroso.

9.- Adquiere una especial importancia el apoyo a la familia respecto al manejo que ésta debe hacer de los sentimientos de culpabilidad. A este respecto convendría tener en cuenta:
  • Que la culpa es una fase habitual por la que pasan todos cuantos pierden un ser querido. Es conveniente ‘normalizar’ este sentimiento y vivir como algo natural el hecho de preguntarse qué se hizo mal o qué se dejó de hacer bien.
  • Que, aunque se produjo en ese determinado momento, el suicidio pudo también haber ocurrido antes y si realmente no sucedió así en ello tuvieron mucho que ver los desvelos y los cuidados que generosamente brindó en su momento la familia. Es este un aspecto que conviene destacar.
  • Que si el propio suicida jamás deseó padecer la enfermedad que le llevó a la muerte, tampoco tiene ninguna lógica cargar sobre las espaldas de la familia, del médico, del psicólogo o del psiquiatra una decisión que ni desearon, ni alentaron.



La familia tendrá que entender que no era fácil, ni posible evitar lo que finalmente sucedió. El ser humano acaba haciendo lo que desea y nadie se lo puede impedir. No es razonable vivir encadenado al otro para evitar una posible tragedia. La vida en esas condiciones no tendría sentido y el simple planteamiento de una situación de esa naturaleza resulta absolutamente absurdo. Además nadie puede hacerse responsable, de forma definitiva, de la vida de otro salvo que se trate de un niño o de un demente y ello con matices y aceptando que, incluso en esos casos, hay circunstancias que escapan a nuestro control y no son, por tanto, previsibles.
Es igualmente imprescindible tener en cuenta un contexto más amplio que el de la propia familia. Es éste un principio desculpabilizador que permite entender, por una parte, que toda persona es libre y responsable de sus actos y, por otra, que la matriz social en la que una persona toma sus decisiones no está constituida exclusivamente por el entorno familiar.
Será también fundamental trabajar todo lo referente al complejo mundo de los límites que las familias muy aglutinadas o fusionadas tienden peligrosamente a diluir. Eso facilitará la comprensión de un “sí-mismo” independiente y la responsabilidad de cada uno frente a ese “sí-mismo”. Habrá que aprender a aceptar que cada uno es dueño de su propio destino y señor de sus propias decisiones. Por lo tanto, el amor y la proximidad afectiva no implican que uno deba sentirse corresponsable, y mucho menos culpable, de las conductas que uno desaprueba en aquellos a quienes ama.
Un último recurso sería procurar que el culpabilizado caiga en la cuenta de que él no le inculcó, en ningún caso, la idea suicida, ni le facilitó los medios para ejecutar el suicidio, sino que, por el contrario, se esforzó por modificar su manera de ser, le aconsejó lo mejor que pudo y sufrió y padeció a causa del carácter difícil del difunto.



10.- Señalar, finalmente, como algo importante la necesidad de dar tiempo al tiempo.Es tarea fundamental del terapeuta trasmitir serenidad. Los procesos de duelo no pueden ni ahorrarse, ni precipitarse porque cuando se cierran en falso se convierten en fuente de patologías. La familia tendrá que comprender que no existe receta mágica que pueda liberarle del dolor de la separación, máxime cuando ésta ha sobrevenido de forma inesperada y violenta. Habrá que confiar en el valor analgésico del paso del tiempo y en sus efectos terapéuticos.
J. J. RUIZ
Terapeuta familiar
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 Fuente: http://www.cuidatusaludemocional.com/suicidio.html

jueves, 22 de febrero de 2018

La depresión, ¿que es?


La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes en la sociedad actual y muchas personas sufren, de forma más o menos manifiesta esta enfermedad. Un desequilibrio químico desciende los niveles de serotonina de nuestro cuerpo, provocándonos una tristeza prolongada en el tiempo. Afortunadamente el tratamiento que se utiliza para combatir la depresión tiene cada vez mejores resultados.
Hay ciertas personas que por su forma de ser son más propensas a padecerla. Las personas responsables, con baja autoestima, exigentes, perfeccionistas, con un elevado sentido del deber y de respeto, minuciosos, baja tolerancia al fracaso y con planteamientos vitales muy rígidos tienen un mayor riesgo de sufrir depresión. Dan mucha importancia al control por lo que les gusta saber lo que ocurre en cada momento. Adoran la rutina, detestan la improvisación o las sorpresas y sufren si sienten que no controlan algún aspecto de sus vidas.
La detección precoz es fundamental por lo que os ayudamos a reconocer fácilmente esta enfermedad para ponerle remedio a tiempo y comenzar cuanto antes a combatirla.
1.     Si una persona siente tristeza sin motivo aparente o justificado y no tiene ganas de hacer nada por falta de ilusión y motivación, podría estar desarrollando una depresión.
2.     Dejar de comer, dormir mal –o demasiado- y sentirse sin fuerzas pueden ser síntomas físicos indicativos de una depresión.
3.     El depresivo tiende a aislarse. No quiere relacionarse con nadie, deja de quedar con otras personas y de salir a la calle e incluso puede mostrarse malhumorado con los miembros de su familia y amigos.
4.     Si se padece una depresión al paciente le costará levantarse de la cama y se irá encontrando mejor según transcurre el día. La serotonina alcanza sus niveles más altos por las tardes, de ahí la mejoría.
5.     Si la gran parte de los pensamientos que se tienen son negativos y están relacionados con ideas de enfermedad o incluso la muerte también se puede estar padeciendo una depresión.
6.     El síntoma más evidente es el llanto. Si se llora sin motivo y después de llorar no se encuentra uno mejor, es posible que la depresión haya comenzado.
7.     Es frecuente que la depresión se acompañe de ansiedad, por lo que se pueden dar algunos síntomas de ésta como el nerviosismo, la agitación, la respiración acelerada y entrecortada…
8.     Otro síntoma es la anhedonía, incapacidad para obtener placer o disfrutar. La falta de interés en el sexo, la impotencia o frigidez y la ausencia de deseo son también muy reveladores.
La depresión no es una psicosis, es decir, no hay ruptura con la realidad y, por tanto, el enfermo es consciente de que lo está. Por eso es importante que uno se analice a sí mismo de manera objetiva y pueda prevenir la depresión o tratarla desde sus primeros estadios: eso incrementa exponencialmente las posibilidades de recuperación completa. Si tu personalidad responde a los rasgos descritos y has notado alguno de los síntomas que se han presentado, acude a un especialista. No todas las depresiones son iguales ni todos los síntomas son exclusivos de una depresión, pero en caso de verte afectado, la detección temprana es básica para la recuperación.
https://www.adamedtv.com/depresion/como-detectar-la-depresion-sintomas-y-rasgos-de-personalidad-de-las-personas-depresivas/

Los 30 Síntomas Principales de Trastorno Depresivo: ¿Está usted Deprimido?

La depresión es mucho más que sentirse triste. Es un trastorno afectivo que puede interferir en nuestra vida cotidiana. Hay seis tipos de depresión: depresión grave, depresión atípica, distimia, depresión posparto, trastorno disfórico premenstrual y el trastorno afectivo estacional. La depresión con manías se conoce como trastorno bipolar o depresión maníaca.
No tratar la depresión puede frenar el ritmo de su vida durante meses, incluso años. El trastorno depresivo grave también puede llevar a pensamientos suicidas. Aquí presentamos 30 de los principales síntomas de depresión. Si experimenta uno o más de estos síntomas, hable con su médico.

30. Sentimientos de Tristeza


Las personas que están deprimidas a menudo se las denomina “tristes”. Pueden sentir una tristeza abrumadora y la imposibilidad de ser feliz. Este sentimiento puede afectar cada pequeño detalle de su vida y actividades diarias.
A todos y a cada uno de nosotros nos duele el alma cuando los días de verano en la playa y los
revolcones de hojas de otoño dan lugar al frío, gris y congelado invierno.
Salud Mental
Independientemente de si tiene un paladar goloso, fijación por los almidones, falta de voluntad ante
 las grasas saturadas o todas las anteriores, todos estamos familiarizados con...
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¿Usted o alguien que conoce tiene una adicción a las drogas? Es difícil saber al principio, sin
 embargo, muchas personas son capaces de usar medicamentos recreativos o recetados...
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El síndrome de Asperger es parte del trastorno del espectro autista, también conocido
como SA.
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El Trastorno Bipolar es un trastorno del estado de ánimo que afecta a muchas personas cada día.
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El abuso del alcohol es una enfermedad muy seria con la que muchas personas se
enfrentan diariamente.

Todos somos olvidadizos a veces, sin importar nuestra edad y salud mental. Sin embargo, a medida
que envejecemos, nuestro riesgo de padecer demencia se incrementa, y alrededor de...
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Todos hemos culpado al clima por cosas como la depresión, las migrañas y tal vez hasta una
 Articulación adolorida o cuatro.
Salud Mental