Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤ Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤ Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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miércoles, 5 de septiembre de 2018

El Vacío


Honro tu memoria mi amado hijo Adrián. 

Cuando una parte importante de nuestra vida cambia o desaparece de la forma más palpable, que es materialmente, el hueco que deja es tal que altera todo lo demás. 

Si hiciéramos un gráfico de nuestras relaciones con nuestros seres queridos colocándonos en el centro como si fuésemos el sol y a esas personas alrededor de nosotros como planetas, tendríamos una representación de lo más importante en nuestra vida.  Y así como el sol baña a sus satélites de luz y energía, en nuestro universo también el sol que somos nutre, pero, más importante aún, es a su vez nutrido por toda persona que lo compone, todo ser que queremos. 

Cuando sólo un elemento desaparece, la falta es tal que todo lo que formaba nuestro pequeño universo es absorbido por esa ausencia, incluyendo el sol, haciendo un agujero negro de nuestra vida.

Es un vacío duro. Nuestro universo se colapsó porque nuestro ser querido se ha llevado todo con su ida. Es el vacío de todo lo que fue y vamos a encontrarnos con lo irreconocible, tanto alrededor nuestro como en nuestro interior. 

Este es el primerísimo vacío. Ya cuando empezamos a comprender que nuestro universo no va a ser el mismo, empezaremos a enfrentarnos con el vacío producido por la soledad.

Soledad no significa que estemos solos.  Podríamos estar rodeados de gente...  Soledad significa que nos sentimos solos. 

Este vacío está producido por el anhelo de algo que fue muy nuestro y que falta.

Cuando uno de los seres que más queremos deja esta dimensión entra en otra.  Pero, no solo.  Su ida va a acercarnos a un universo más amplio y al reencuentro real y para siempre con ese ser que lentamente, lágrima tras lágrima estamos recobrando.

No es una recuperación como la que anhelamos desde el primer momento que se fue. No se puede tocar, ni mirar, ni apreciar ¿o sí?  ¿Quién nos niega que nuestra mirada se ha enriquecido, que nuestras apreciaciones lo incluyen en todo momento, que la riqueza que era, ya forma parte de nuestro tocar, de nuestro escuchar de nuestro comprender?

En el vacío y sólo en el vacío vamos a poder intuir esa verdad.  Sólo en el vacío podremos recuperar aquello que dejó de crecer a nuestro lado, para convertirse en acompañante perenne, inspiración total.  En el vacío aprendemos lo que significa lleno, lo que engloba plenitud y lo que supone no estar solo aunque alrededor no haya persona alguna.
Anji carmelo