Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤
Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤
Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤
Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤
Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤
Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤
Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤
Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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viernes, 15 de marzo de 2019
viernes, 21 de diciembre de 2018
Las ideas de Eckhart Tolle
El ser no sólo es trascendente; también impregna
profundamente cada forma, y su esencia es invisible e indestructible. Esto
significa que ahora mismo puedes acceder al Ser porque es tu identidad más
profunda, tu verdadera naturaleza. Pero no trates de aferrarlo con la mente. No
trates de entenderlo.
Sólo puedes conocerlo dejando la
mente en silencio. Cuando estás presente, cuando tu atención está plena e
intensamente en el ahora, puedes sentir el Ser, pero nunca podrás entenderlo
mentalmente.
La iluminación es recuperar la
conciencia del Ser y residir en ese estado de «sensación-realización».
La palabra iluminación suscita la
idea de un logro sobrehumano, y al ego le gusta que sea así; pero no es más que
tu estado natural en el que sientes la unidad con el Ser. Es un estado de
conexión con algo inconmensurable e indestructible, con algo que es
esencialmente tú, y sin embargo es mucho mayor que tú. Es encontrar tu
verdadera naturaleza más allá del nombre y de la forma.
La incapacidad de sentir esta
conexión crea la ilusión de que estás separado de ti mismo y del mundo que te
rodea. Entonces te percibes, consciente o inconscientemente, como un fragmento
aislado. Surge el miedo, y los conflictos internos y externos pasan a ser la
norma.
El mayor obstáculo para experimentar
la realidad de tu conexión es la identificación con la mente, que hace que el
pensamiento se vuelva compulsivo. Ser incapaz de dejar de pensar es una
enfermedad terrible, pero no nos damos cuenta de ella porque casi todo el mundo
la sufre y se considera algo normal. Este ruido mental incesante te impide
encontrar el reino de quietud interior que es inseparable del Ser. También crea
un falso yo fabricado por la mente, que lanza una sombra de miedo y
sufrimiento.
La identificación con la mente
produce una pantalla opaca de conceptos, etiquetas, imágenes, palabras, juicios
y definiciones que bloquean toda verdadera relación. Esa pantalla se interpone
entre tú y tú mismo, entre tú y tu prójimo, entre tú y la naturaleza, entre tú
y Dios; crea la ilusión de separación, la ilusión de que tú y el «otro» estáis
totalmente separados. Entonces te olvidas del hecho esencial de que, debajo del
nivel de las apariencias físicas y de las formas separadas, eres uno con todo
lo que es.
La mente es
un instrumento soberbio si se usa correctamente. Sin embargo, si se usa de
forma in-apropiada, se vuelve muy destructiva. Para decirlo con más precisión,
no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: por lo general no la
usas en absoluto, sino que ella te usa a ti. Ésa es la enfermedad. Crees que tú
eres tu mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti.
Es como si estuvieras poseído sin
saberlo, y crees que la entidad posesora eres tú.
La libertad comienza cuando te das
cuenta de que no eres la entidad posesora, el pensador. Saberlo te permite
examinar la entidad. En el momento en que empiezas a observar al pensador, se
activa un nivel de conciencia superior.
Entonces empiezas a darte cuenta de
que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento, y de que el
pensamiento sólo es una pequeña parte de esa inteligencia. También te das
cuenta de que todas las cosas verdaderamente importantes —la belleza, el amor,
la creatividad, la alegría, la paz interna— surgen de más allá de la mente.
Empiezas a despertar.
LIBÉRATE DE TU MENTE
La buena nueva es que puedes
liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación. Y puedes dar el
primer paso ahora mismo.
Empieza por escuchar la voz que
habla dentro de tu cabeza, y hazlo tan frecuentemente como puedas. Presta una
atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos
discos de gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante
años.
Esto es lo que llamo «observar al
pensador», que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza,
mantente allí como presencia que atestigua.
Cuando escuches la voz, hazlo
imparcialmente. Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes,
porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de
atrás.
Pronto te darás cuenta de esto: la
voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, esta
sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la
mente.
Así, cuando
escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también
de ti mismo como testigo del pensamiento. Ha hecho su aparición una nueva
dimensión de conciencia.
Cuando escuchas el pensamiento,
sientes como si hubiera una presencia consciente —tu yo profundo— por debajo o
detrás de él. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se
disuelve rápidamente, porque ya no energetizas tu mente mediante la
identificación con ella. Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e
involuntario.
Cuando el pensamiento se aquieta,
experimentas una discontinuidad en la corriente mental, una brecha de
«no-mente». Al principio las brechas serán cortas, tal vez duren unos segundos,
pero gradualmente se irán prolongando. Cuando ocurren estas discontinuidades, sientes
cierta quietud y paz dentro de ti. Es el principio del estado natural de
sentirte unido al Ser, generalmente nublado por la mente.
Con la práctica, la sensación de
quietud y de paz se va ahondando. De hecho, esa profundidad no tiene fin.
También sentirás una sutil emanación de alegría elevándose desde lo más hondo
de ti: la alegría de Ser.
En este estado de conexión interna
estás mucho más alerta, más despierto que en el estado de identificación
mental. Estás plenamente presente. Y también se eleva la frecuencia vibratoria
del campo energético que da vida al cuerpo físico.
A medida que profundizas en este
reino de la no-mente, como a veces se le denomina en Oriente, vas alcanzando el
estado de conciencia pura. En ese estado sientes tu propia presencia con tal
intensidad y alegría que, en comparación, todo pensamiento, toda emoción, tu
cuerpo físico y todo el mundo externo se vuelven relativamente insignificantes.
Sin embargo, no es un estado de egoísmo, sino de desprendimiento y generosidad.
Te lleva más allá de lo que pensabas que era «tu identidad». Esa presencia es
esencialmente tú, y al mismo tiempo es inconcebiblemente mayor que tú.
En lugar de «observar al pensador»,
también puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de
dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente
consciente del momento presente.
Esto es algo por demás
satisfactorio. De este modo retiras la conciencia de tu actividad mental y
creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no
piensas. Ésta es la esencia de la meditación.
En tu vida
cotidiana puedes practicar esto tomando cualquier actividad rutinaria, que
habitualmente sólo es un medio para un fin, y darle toda tu atención para que
se convierta en un fin en sí misma.
Por ejemplo, cada vez que subas o
bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta mucha atención
a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente
totalmente presente.
O cuando te laves las manos, presta
atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el
sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón,
etc.
O cuando entres en tu coche, después
de cerrar la puerta, detente durante unos segundos y observa el flujo de tu
respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de
presencia.
Hay un criterio que te permite medir
el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.
El paso más vital en tu camino hacia
la iluminación es éste: aprende a no identificarte con tu mente. Cada vez que
creas una apertura en el flujo mental, la luz de tu conciencia se fortalece.
Puede que un
día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza como sonreirías a
las travesuras de un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el
contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido de identidad ya no depende
de él.
Eckhart Tolle
lunes, 6 de agosto de 2018
El Propósito de la vida (Eckhart Tolle)
Nuestro propósito es estar plenamente en el "ahora" para estar alineados con nosotros mismos en este momento.
Podemos llegar a ello desde la conciencia, siendo una entidad que trasciende nuestros pensamientos.
sábado, 19 de mayo de 2018
domingo, 11 de marzo de 2018
viernes, 19 de enero de 2018
Sobre la culpa
La mente fábrica preguntas que ella misma no puede
contestar pero trata de analizar y entre las preguntas que frecuentemente se
hace están las siguientes:
¿Por qué hice esto o aquello? ¿Me equivoque? ¿En
qué fallé o en que me equivoqué? o ¿Por qué no lo hice de otra manera? , ¿Podía
no haber hecho aquello o hacer aquello otro?.
Cuando caemos en este tipo de cuestionamientos es
porque ya nos estamos sintiendo culpables.
La culpa es un ataque contra nosotros mismos
que puede provenir de la ira reprimida, de las situaciones que no se tornaron
en nuestro favor dejando nuestras expectativas insatisfechas y nos producen
rabia, dolor, frustración, resentimiento,
etc. Cuando estas emociones las bloqueamos
o no las logramos procesar de una forma sana y nos las guardamos, nos van
destrozando internamente. Ellas se van acumulando alimentadas por pensamientos
negativos de desvalorización, de lo que nos decimos una y otra vez llevándonos muchas
veces al sufrimiento. Con todo esto nos sentimos indignos y no merecedores.
A la culpa se le alimenta de la creencia de
ser imperfectos y por eso nos auto criticamos por los “errores cometidos”
creyendo ser merecedores de castigo, también
se alimenta de la ilusión de estar separados de los demás. Todo esto es una
elaboración mental, es un programa que nos mantiene atados a nuestras creencias
y nos impide vivir en el presente. Nada de esto es real aunque se viva intensamente.
Somos seres perfectos,
aunque en esos momentos no lo sepas, aparentemente lo has olvidado Llegamos a este mundo, a esta dimensión a experimentar.
Puedes preguntarte ¿Que debo de estar
creyendo en este momento que me hace sentir así? Y aquello que te venga,
suéltalo con amor.
Las creencias que elegiste válidas para ti
son aquellas que te hacen vivir tus experiencias hasta que las decidas cambiar.
La separación es lo que los sentidos y nuestra percepción nos muestran del
mundo pero estamos interconectados a niveles que no tenemos ni la remota idea
que eso sea posible.
No negamos la responsabilidad personal, esa
es la que nos permite experimentar aquello que estamos experimentando pero si
podemos entender en otro plano que este mundo es pasajero e inestable donde
nada permanece y todo cambia, donde la parte eterna de nosotros no es tocada
por las acciones temporales o circunstanciales de nuestra vida o la de otros.
No vivas en la mente, la mente juzga y trae sufrimiento, tata a la ilusión de un
pasado que nunca fue real. Vigila tu mente pero hazlo con amor. Vive en
Presencia.
La vida es una escuela donde se escoge que deseas
aprender, tal vez decidas comprender que la culpa solo existe cuando crees en
ella.
Aceptar que todo lo que existe es el momento
presente y sentir que el amor en ti es
real. Abandona las trampas de la
mente que te quitan la paz liberándote de sus garras, evitando prestarles
atención y solo está presente, consciente de que somos amor.
Amarnos a nosotros mismos y a otros es perdonar los errores de
pensamiento acerca de ti y de otros. Es ser uno con tu ser real. Es vivir desde
tu presencia.
El ser verdadero no puede sentirse culpable, tú
verdadero ser carece de opiniones y juicios. Conéctate con tu verdadero ser,
con tu consciencia, a través de estar
presente y reconoce cuando te sientas distraído que permitiste que la mente te
maneje, regresa de nuevo, esta presente, consciente, respira
profundamente y siente paz y amor.
Bendiciones
martes, 15 de agosto de 2017
lunes, 7 de agosto de 2017
viernes, 4 de agosto de 2017
lunes, 31 de julio de 2017
Tu mente es tu karma *Eckhart Tolle
La
voz en la cabeza tiene una vida propia. La mayoría de las personas están a
merced de esa voz; ellos están poseídos por el pensamiento, por la mente. Y
como la mente está condicionada por el
pasado, ustedes están entonces forzados a volver a revivir el pasado una y otra
vez.
El término utilizado en el Oriente para esto es karma.
Cuando ustedes se
identifican con esa voz, no lo saben por supuesto. Si lo supiesen, ya no podría
poseerlos porque ustedes están solamente verdaderamente poseídos cuando ustedes confunden la entidad que los posee con quienes ustedes son, o sea, cuando
ustedes se convierten en ella.
Durante miles de años la humanidad ha incrementado esta posesión mental, ignorando que la entidad posesora “no es el
yo”. A lo largo de una total identificación con la mente,
apareció un falso sentido del yo – el ego. La densidad del ego
depende del grado en el cual ustedes – la conciencia– se
identifican con su mente, con su pensamiento. El pensamiento no
es más que un pequeño aspecto de la totalidad de la conciencia, la totalidad de
quienes ustedes son.
El grado de
identificación con la mente varía de una persona a otra. Algunas personas disfrutan de la libertad de su mente durante algunos
períodos, aunque breves, y la paz, la alegría y la vivacidad que experimentan en esos
momentos hacen que la vida merezca la pena. Estos también son los momentos en
los cuales surgen la creatividad, el amor y la compasión.
Otros están atrapados constantemente en el estado egoico. Están
alienados de sí mismos, así como de los demás y del mundo que los rodea. Cuando
ustedes los ven, pueden ver la tensión en sus caras, quizás el ceño fruncido, o
una expresión ausente en sus ojos. La mayor
parte de la atención de
ellos está absorta en el pensamiento y así ellos no los ven a ustedes realmente
y tampoco los escuchan a ustedes realmente. No están presentes en ninguna situación, porque su atención está
en el pasado o en el futuro, lo cual por
supuesto existe sólo en la mente como formas de pensamiento. O se
relacionan con ustedes a través de algún tipo de papel que ellos juegan y por
tanto no son ellos mismos. La mayoría de las personas están alienadas
a partir de quiénes son y algunos en un grado tal que la forma en la que se
comportan e interactúan se puede reconocer como ‘falsa’ por parte de
los demás, excepto por parte de quienes son igualmente falsos, igualmente
alienados a partir de quienes son.
La alienación significa que ustedes no se sienten cómodos
en ninguna situación, en ningún lugar, o con ninguna persona, ni siquiera
consigo mismos. Siempre están tratando de ir “a casa”, pero nunca se sienten en casa.Algunos de los
grandes escritores del siglo
veinte, tales como Franz Kafka, Alberto Camus, T.S. Elliot y James Joyce
reconocieron a la alienación como el dilema universal de la
existencia humana, probablemente lo sintieron más profundamente dentro de sí
mismos y por eso fueron capaces de expresarlo de manera
brillante en sus obras. Ellos no ofrecen una solución. Su contribución consiste
en mostrarnos un reflejodel infortunio y
sufrimiento humano para que podamos verlo con mayor claridad.
Ver el infortunio y el sufrimiento propio con claridad es un
primer paso para poder superarlo. Así que mientras todavía
esperan porque algo significativo suceda en sus vidas, puede que no perciban
que la cosa más significativa que puede sucederle a un ser humano ya ocurrió
dentro de ustedes: el comienzo del proceso de
separación del pensamiento y la percepción.
Extracto del libro de Eckhart Tolle: “A New
Earth”
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