Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤
Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤
Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤
Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤
Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤
Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤
Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤
Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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martes, 14 de agosto de 2018
Cerebro y Trauma. Por la Psicóloga Yolanda Calvo Gómez.
Una explicación de qué ocurre en el cerebro cuando se ha vivido un trauma importante. Por la Psicóloga Yolanda Calvo Gómez. La idea del modelo en la mano es del Dr. Daniel J. Siegel. Gracias por esta idea tan práctica. Cerebro y Trauma
jueves, 26 de abril de 2018
Psicología humanista
Se denomina Psicología humanista a una corriente dentro de la Psicología del siglo XX, desarrollada en las décadas de los 50 y 60.
La Psicología humanista se caracterizó por apoyarse en alguna concepción del ser humano de índole filosófica (con antecedentes que van de Sócrates a la fenomenología y la filosofía de la existencia y existencialismo1), con raíces en Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger, Merleau-Ponty y Sartre, desde donde se abordan temáticas como la libertad de decisión, la búsqueda de sentido, la experiencia inmediata y la personalidad como un proceso en desarrollo.
Surgió como reacción al reduccionismo del conductismo y el psicoanálisis ortodoxo freudiano, dos teorías con planteamientos opuestos en muchos sentidos, pero que predominaban en ese momento; hay que aclarar que ―contrario al conductismo (de pensamiento monista, materialista y determinista)― el psicoanálisis se fundamenta en la filosofía humanista y desde siempre ha pretendido que la persona sea responsable de sí misma y de su devenir; por tanto, esta última ha dado muchos aportes al desarrollo de la Psicología humanista. Pretende la consideración global de la persona y la acentuación en sus aspectos existenciales (la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad), criticando a una Psicología que, hasta entonces, se había inscrito exclusivamente como una ciencia natural, intentando reducir al ser humano a variables cuantificables (conductismo), o que, en el caso del psicoanálisis, se había centrado en los aspectos negativos y patológicos de las personas (la enfermedad humana). Es decir: tanto el psicoanálisis, como el conductismo, se basaban, principalmente, en tratar al ser humano como animal, cosa que es, pero no solamente. (El psicoanálisis se centraba en los instintos y el conductismo en los mecanismos de acción, reacción y refuerzo.)
Por esto, uno de los teóricos humanistas más importantes de la época, el psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970), quien había incursionado en el conductismo, denominó a este movimiento la Tercera Fuerza, para mostrar lo que se proponía con esta corriente: integrar las formas (aparentemente opuestas) en que se expresaba el quehacer psicológico de la época (conductismo y psicoanálisis) y dar un paso más allá de las mismas.
Planteamientos fundamentales en la psicología
Dentro de esta corriente, los enfoques teóricos y terapéuticos son tan diversos que no es posible plantear un modelo teórico único. Lo que sí se puede extrapolar de estas diversas teorías y enfoques son una serie de principios y énfasis (Kalawski, citado por Bagladi):
- Énfasis en lo único y personal de la naturaleza humana: el ser humano es considerado único e irrepetible. Tenemos la tarea de desarrollar eso único y especial que somos, así, ámbitos como el juego y la creatividad son considerados fundamentales.
- Confianza en la naturaleza y búsqueda de lo natural: el ser humano es de naturaleza intrínsecamente buena y con tendencia innata a la autorrealización. La naturaleza, de la que este ser humano forma parte, expresa una sabiduría mayor. Por lo tanto, como seres humanos debemos confiar en la forma en que las cosas ocurren, evitando controlarnos o controlar nuestro entorno.
- Concepto de conciencia ampliado: la conciencia que tenemos de nosotros mismos y la forma en que nos identificamos con nuestro yo o ego, es uno de los varios estados y niveles de conciencia a los que podemos llegar, pero no es el único.
- Trascendencia del ego y direccionamiento hacia la totalidad que somos: la tendencia en el curso de nuestra autorrealización es ir alcanzando cada vez niveles de conciencia más evolucionados, que se caracterizan por ser cada vez más integradores de partes de nosotros mismos y de nuestra relación con el resto y con la totalidad. Véase también Psicología transpersonal.
- Superación de la escisión mente/cuerpo: la psicología humanista parte desde un reconocimiento del cuerpo como una fuente válida de mensajes acerca de lo que somos, hacemos y sentimos, así como medio de expresión de nuestras intenciones y pensamientos. Funcionamos como un organismo total, en que mente y cuerpo son distinciones hechas solo para facilitar la comprensión teórica.
- Reequilibrio entre polaridades y revalorización de lo emocional: la cultura occidental ha tendido a valorar lo racional sobre lo emocional, la acción frente a la contemplación, etc. Esto produce un desequilibrio en nuestro organismo, ya que desconoce aspectos valiosos de nosotros mismos o los subestima, relegándolos al control de otros. El cultivo de lo emocional, lo intuitivo, lo contemplativo, por parte de la psicología humanista, es un intento por restablecer ese equilibrio.
- Valoración de una comunicación que implique el reconocimiento del otro en cuanto tal: dejar de reconocer a los demás como objetos o medios para alcanzar nuestros propósitos personales es uno de los énfasis principales de esta corriente. Esta forma restringida de relacionarse con los demás se transforma en una barrera comunicacional entre los seres humanos, ya que nos concentramos en solo una parte del otro (la que nos es útil, por ejemplo), y dejamos de verlo como un ser total, impidiendo una comunicación plena.
La Psicología humanista considera que:
- El ser humano es un ser global que debe ser considerado como un todo en el que figuran y convergen: sentimientos, pensamientos, conductas, acciones.
- Las conductas del ser humano son intencionales, y tienen sentido desde la perspectiva material como desde la perspectiva personal de dignidad y libertad.
- Toda la existencia humana se desarrolla y transcurre en un contexto interpersonal, este contexto interpersonal es necesario e importante en el desarrollo individual pero teniendo en cuenta la individualidad del ser humano en las relaciones sociales.
- Los seres humanos son seres o personas autónomas, dentro de las relaciones existenciales de interpersonalidad tienen la capacidad de tomar sus propias decisiones, decisiones que dirigen su desarrollo. Este principio es complementario al principio de la necesidad de un contexto interpersonal, de tal manera que solamente una persona autónoma es capaz de asumir sus responsabilidades dentro de las relaciones interpersonales.
- La autorrealización es la tendencia inherente a las personas, es lo que produce la individualidad y el crecimiento e indiferenciación personal.
- La experiencia interior del ser humano es vivenciada como personal y con un significado que es producido por la propia persona, este significado a sus experiencias y vivencias son ejes fundamentales del desarrollo y de las percepciones personales que sobre uno mismo las personas desarrollan.
La psicología de Carl Rogers es conocida como terapia no directiva y centrada en el cliente y se fundamenta en dos conceptos básicos:
1.- Confianza total en la persona del paciente: Se trata de transmitir empatía por el paciente y entender la experiencia del paciente y de su mundo, para poder comprenderle.
2.- Rechazo total al papel directivo del terapeuta.
3.- Logoterapia. El enfoque humanista denominado Logoterapia de Frankl, el concepto básico de Víctor Frankl es el sentido de la vida, la pérdida del sentido de la vida genera neurosis y patologías, el terapeuta tiene como objetivo promocionar y favorecer que el paciente logre restaurar o generar un sentido a la vida para poder desprenderse de la neurosis noógena, o pérdida de sentido de vida, el vacío existencial es el que se trabaja como eje en este tipo de terapias humanistas denominadas logoterapias.
4.- El Análisis transaccional de Eric Berne, es un enfoque de origen psicoanalítico, la terapia transaccional centra la ayuda terapéutica en la restauración del potencial existencial original en el ser humano, de confianza en la persona. El núcleo de la psicología transaccional y de la terapia de Análisis transaccional es trabajar con los estados del yo que se producen en las relaciones personales, de tal manera que ciertos estados del yo pueden en relación con otros yos, crear malestar o patologías de forma consciente o inconscientes lo que denominan el guion de la vida, y son estos guiones positivos o negativos que deben trabajarse en la terapia mediante un contrato que establece el cliente con el terapeuta y que deben cumplir.
5.- Enfoque bioenergético de Lowen. El enfoque bioenergético de Alexander Lowen con raíces en los postulados de Wilhelm Reich dentro de la corriente psicoanalítica y su propuesta del análisis del carácter. El carácter entendido como la máscara que cubre a la persona para poder convivir con los impulsos derivados de los instintos y evitar así la neurosis, pero la represión puede producir no solamente neurosis, sino además angustia y sentimientos intensos negativos producto de la tensión que procede de la dificultad de dejar expresar libremente la energía biológica. Los conflictos y tensiones se manifiestan en el cuerpo y deben tratarse mediante ejercicios que permitan liberar tensiones.
6.- El psicodrama dentro de las teorías humanistas está relacionado con la patología que surge cuando las personas admiten roles inadecuados y además los convierten en roles rígidos que van dañando a la persona. Para eliminar las patologías que se derivan de los roles que asumen las personas es necesario realizar psicodramas, o psicoterapias que permitan deshacerse de esos roles y asumir otros adecuados.
Las corrientes psicológicas
A la hora de escoger a un profesional de la psicología, es importante analizar las corrientes psicológicas que se utilizan hoy en día, para así ver la que más encaja con el problema a tratar. La mejora del paciente se empezará a producir cuando realice cambios positivos en su forma de pensar o de actuar.
Hay que ser conscientes de que si queremos solucionar problemas también tenemos que cambiar algo que hacíamos mal, ya sea algo en nuestra forma de pensar, como en algo de nuestra conducta.
A continuación os explicaré las corrientes psicológicas principales que se utilizan, aunque también hay profesionales que van alternando varias corrientes en función de las necesidades del paciente. También se pueden alternar y unir varias, no hay una fórmula universal, ya que cada persona es un mundo y lo que le va bien a una, no le va bien a otra.Corrientes psicológicas: psicoterapia
Se centra principalmente en el pasado. El paciente es analizado para ir en busca del conflicto psíquico que ocasiona el malestar, con el fin de que se haga consciente lo inconsciente y se pueda comprender y ordenar el mundo interior.
Está indicado para quien se siente mal y no sabe bien el motivo, o puede que sepa cuál es el motivo pero por muy buenos consejos que recibe no es capaz de solucionar su problema. Se indagará en su vida para dar con la raíz real del problema.
En este caso, el profesional hablará menos que el paciente, ya que es el que analiza la información que recibe y ayudará a la persona a darse cuenta del motivo que ocasionó su sufrimiento, dándole herramientas para que haga el cambio necesario para que sus sufrimientos desaparezcan.
Conductismo
Se basa en el problema presente y no en los orígenes. Es adecuado para tratar problemas concretos ya diagnosticados. Es una terapia de corta duración, en la que el profesional dirige en todo momento la conversación y enseña a pensar de una manera realista.
Es adecuada esta terapia cuando el problema principal es la falta de aprendizaje. El profesional deberá ser muy influyente y sincero con el paciente para hacerle ver que tiene que cambiar su conducta si quiere que sus problemas desaparezcan, sustituirá hábitos y pensamientos nocivos por otros más constructivos. Es como una especie de reeducación de la conducta.
Humanista
Se intenta sacar lo mejor que cada persona lleva dentro, para así devolver la calma interior. El profesional transmitirá empatía, sensibilidad, respeto y aceptación. Será una relación de igual a igual.
No se trata de una autoridad que lleva el rumbo de la sesión, sino que se confía en las habilidades del paciente y se le guía para que él mismo encuentre la respuesta a su malestar. Se busca que la persona conecte con todo su ser interior, y se forme una persona independiente y realizada.
Es una de las corrientes psicológicas criticadas porque está basada más en la intuición que en un método científico, aunque en numerosas ocasiones se ha demostrado que no es necesario un método científico para solucionar los malestares de las personas.
Gestalt
Se centra en sentir el aquí y ahora, promueve la acción, creatividad y aceptación incondicional. La parte sentimental y el lenguaje no verbal juega un papel protagonista. Se enseña al paciente a que se fije en sus emociones y antes de actuar sea consciente de cómo piensa y siente. Ayuda a conocerse a uno mismo, emocionalmente, intelectualmente y corporalmente.
Se basa en que seamos conscientes del momento presente, de cómo hago las cosas, qué está sucediendo en este momento y cómo lo estoy sintiendo e interpretando. Estacorriente está destinada a quien quiera mejorar, desarrollar su potencial humano y crecimiento personal.
Cognitivo conductual
Es de las corrientes psicológicas que más se centra en cambiar la manera de pensar y razonar. Cambiando la forma de pensar, también cambian las emociones, por lo tanto, conforme vayamos adoptando pensamientos más racionales y objetivos, también nuestros sufrimientos irán remitiendo.
Las malas experiencias causan la mayor parte de malestares psicológicos. Con esta terapia se aprenderá que las cosas no siempre tienen que ser iguales, ahora en el presente se pueden cambiar y para ello se puede aprender a empezar otra vez, con una nueva forma de pensar y razonar. No está indicada para descargar problemas y desahogarse, sino que se centra en el presente y pretende enseñar.
jueves, 23 de febrero de 2017
Terapia racional emotiva conductual
La terapia racional emotiva conductual, cuyo acrónimo es TREC (REBT, por sus siglas en inglés derivadas de Rational Emotive Behavior Therapy), es una psicoterapia progresión de la terapia racional y la terapia racional-emotiva creadas, modificadas y ampliadas por el psicólogo estadounidense Albert Ellis desde el año 1955 hasta su muerte en 2007. Se enfoca en resolver problemas emocionales y conductuales mediante un modelo de intervención activo-directivo, filosófico y empírico, representado por la secuencia A-B-C, encaminado a la reestructuración cognitiva.1 Es frecuentemente comparada e incluso complementada con la terapia cognitivo-conductual (TCC) creada por Aaron T. Beck, otro teórico importante de la terapia cognitiva.2
Historia[editar]
Ellis comenzó a desarrollar su modelo psicoterapéutico desde 1955, siendo, por tanto, un pionero del cognitivismo. Su forma de trabajar guardaba similitudes con la de Beck y actualmente existen muchas subcorrientes, variantes y escuelas que han utilizado los principios terapéuticos propuestos por ambos autores.2 Hoy en día la TREC de Ellis es seguida con un modelo que ha superado algunas de sus concepciones originales, ha incorporado una visión constructivista y adoptado nuevos recursos.
Ellis partió de los enfoques neofreudianos de Karen Horney, Alfred Adler, Erich Fromm y Harry Stack Sullivan, de los que más tarde se separó. Luego incorporó elementos del conductismo como la desensibilización sistemática y el refuerzo positivo de B. F. Skinner. Por otra parte, muchos elementos de la TREC están basados en los estudios del lenguaje de Alfred Korzybski,3 4 este autor comentaba que cuando las personas hablan de «ser» se refieren a una forma extremadamente generalizadora, por lo que al haber una tendencia a identificar el hacer de las personas con ser de las personas, es decir definirse a partir de los actos, se llega a diversos conflictos emocionales.5 Además, Ellis también tomó en cuenta la filosofía moderna y antigua (principalmente autores del racionalismo), así como sus propias experiencias.
Ellis creó la TREC como una forma más activa, directiva y dinámica, en la que se requería que el terapeuta ayudase al cliente a comprender, que su filosofía personal contenía creencias que contribuían a sus dolores emocionales. Ellis creía que a través del análisis racional, la gente entendería sus creencias irracionales, y las cambiaría por una posición más racional. Para esto, él centró su teoría en la sencilla frase atribuida al filósofo estoico griego Epícteto: «Las cosas en sí no atormentan a los hombres, sino las opiniones que tienen de ellas».6 Por tanto, la idea central de la TREC es que son las percepciones y concepciones erróneas las que causan malestar y mediante un debate racional, se mejora la percepción de los hechos y se consiguen emociones y comportamientos apropiados.1
Concepción psicopatológica[editar]
El modelo básico de encuadre psicopatológico y clínico se sirve del modelo A-B-C. Tras un acontecimiento activador, suceso o situación (llamado momento A), se da lugar el desarrollo de un sistema de creencias (B, por «Beliefs», creencias en Inglés), a partir de las cuales el sujeto desarrolla emociones, pensamientos y acciones (C, consecuencias). Las perturbaciones emocionales pueden ser causadas por creencias, valoraciones y demandas inflexibles (exigencias absolutistas) llamadas creencias irracionales que derivarán en emociones y conductas disfuncionales o desadaptativas.1
Creencias irracionales[editar]
Ellis en algún momento enumeró una serie de creencias irracionales, es decir, aquellas creencias que perturban al sujeto y que no le dejan vivir de manera satisfactoria.7 Esta lista ha dejado de ser un punto de énfasis en la TREC actual, aunque no ha perdido su validez. Algunas de ellas son:
- Ser amado y aceptado por todos es una necesidad extrema.
- Sólo se puede considerar válido el ser humano si es competente, suficiente y capaz de lograr todo lo que se propone.
- Las personas que no actúan como «deberían» son viles y deben pagar por su maldad.
- La desgracia y el malestar humanos están provocados externamente y están fuera del control de una persona.
- Si existe algún peligro, debo sentirme bastante perturbado por ello.
- Es más fácil evitar las responsabilidades y dificultades de la vida que hacerles frente.
- Mi pasado ha de afectarme siempre.
Las ideas irracionales se han definido dentro de la TREC como el conjunto de creencias que no coinciden con la lógica y el método empírico-analítico, que además no sean funcionales para el individuo y sean autoderrotista. Son equiparables con las distorsiones cognitivas propuestas por Beck.5
Exigencias absolutistas[editar]
Además de creencias irracionales que pueda tener el consultante, las personas emocionalmente perturbadas se traban en demandas rígidas y absolutistas, que no pueden más que crear necesidades falsas y perturbantes. Estas exigencias versan sobre:8
- Uno mismo: «Yo debo…» o «Yo necesito…». Por ejemplo: «Debo hacer las cosas bien», «No debo hacer el ridículo».
- Los demás: «Él debe..…» o «tú debes…»: «Las personas deben tratarme con amabilidad y ser siempre justos conmigo».
- El Mundo: «El mundo debe…» o «la vida debe…»: «El mundo debería ofrecerme una vida cómoda», «No es justo que la vida sea así».
La persona no siempre se da cuenta de que las tiene de forma clara, y menos aún de que son irracionales. Por ejemplo, la exigencia de «justicia» suele enlazarse con la creencia o noción personal, sin fundamento, de justicia, de moralidad y de relaciones humanas vista como la única en el mundo o la única que es correcta, sin que la persona haya examinado si realmente las cosas son así.
Si estas exigencias no se cumplen, surgen una serie de consecuencias, como son el tremendismo, la poca tolerancia a la frustración (PTF) y condena (hacia los demás o uno mismo), ira, culpa, etc.
Cambio filosófico profundo[editar]
El énfasis de la TREC está en el cambio profundo en la filosofía de vida del consultante, y no meramente en una remisión de los síntomas. Esto se logra llegando, dentro del modelo A-B-C, al punto D: el debate racional emotivo o diálogo socrático modificado (que es la búsqueda de evidencias y refutación de ideas) enfocado a conseguir un nuevo efecto (punto E) más sano y adaptativo.9
Para este propósito la TREC se destaca por:
- Su concepto humanista de «autoaceptación», basado en calificar a las conductas pero nunca a las personas. Aunque las conductas pueden ser correctas o erróneas, no se modifica la valía de los seres humanos.
- Aunque se sugiere inicialmente un abordaje científico consistente en la discusión empírica, pragmática y lógica, se suman a éste otros abordajes emotivos y conductuales acordes con las características y necesidades de cada paciente.
Autoaceptación incondicional[editar]
Este concepto en un punto medular dentro de la TREC. Ellis partió desde la definición de «estimación positiva incondicional» del psicólogo humanista Carl Rogers, aplicada por las personas a sí mismas. Se distingue de «confianza en sí mismo» y «amor propio», pues Ellis suponía a éstas como formas extremadamente condicionadas de aceptación al poseerse sólo cuando se consigue un logro, un bien o una excelencia. Él argumentaba que para las personas es común basar su autoestima en situaciones variables como capacidades y cualidades que podían perderse y por tanto la autoestima se iría con ellas. Él propuso una autoaceptación o autoelección libre de condiciones, auto-clasificaciones, valoraciones y comparaciones con otros individuos. Dada su filosofía, si una persona obra mal no significa que necesariamente sea malo, pues a partir de una conducta no puede definirse la totalidad del ser. Para esto, él uso un proverbio de tradición católica: «Condena el pecado, no necesariamente al pecador».1
Distorsiones cognitivas[editar]
Relacionadas con las ideas irracionales, como se mencionó, están las distorsiones cognitivas, que son hábitos de pensamiento falaces, que producen creencias irracionales y que, por tanto, perturban emocionalmente al individuo y lo disponen a conductas riesgosas (por ejemplo, sexo inseguro, o bien recaer en conductas adictivas, como un adicto al alcohol que llega a pensar generalmente «¿para qué habré nacido?», «es sólo un trago», o «esto es una porqueria, mi vida no sirve, ¡qué más da!)». Entre ellas están el pensamiento emocional, la personalización, o la condenación (la evaluación global de un ser humano, atribuyendo una «mala esencia» a una persona que, como todos, tiene sus altas y bajas, sus momentos de sentirse bien y los de frustración). En muchos casos, son un intento de autoprotección o autorregulación ante estímulos adversos (estrategias de afrontamiento), que, sin embargo, no proveen una protección real al individuo; esto ocurre por que se pretende actuar casi del mismo modo ante situaciones que se perciben como amenazas reales, pero que están lejos de serlo.
Terapia racional emotiva conductual en niños y adolescentes[editar]
Los terapeutas de la TREC, al intervenir con los más jóvenes, procuran tomar en cuenta las tareas de desarrollo de sus clientes tanto para la evaluación como para la intervención. Sus técnicas, en lugar de ser sólo modificaciones de diálogo socrático, incluyen actividades y métodos emocionales, cognitivas y conductuales diseñadas dentro de la clínica, de tal manera que se considera una vertiente terapéutica ajustada a estas poblaciones. Ha habido reportes preliminares de éxito y su uso se está extendiendo entre los clínicos, no obstante la necesidad de más estudios de resultado. Parte de la terapia se relaciona con los padres, puesto que son modelos de rol y agentes de reforzamiento. Se utiliza ensayo conductual y desempeño de roles, entrenamiento autoinstruccional, fotocopias con dibujos llamativos o caricaturescos ilustrando conceptos racional-emotivos, «pensar en voz alta», etc.
Resultados clínicos e impacto[editar]
Dentro del amplio campo de las psicoterapias de orientación cognitiva-conductual, las propuestas de Ellis han sido especialmente útiles en el abordaje de la ira, ansiedad, las frustraciones, la fobia social, la timidez y las disfunciones sexuales. El impacto de la TREC ha influido a muchas otras teorías cognitivo-conductuales como la terapia del comportamiento racional de Maxie Clarence Maultsby, Jr., la terapia multimodal de Arnold A. Lazarus y la terapia cognitiva de Aaron T. Beck.
Relación con respecto a la terapia cognitiva de Beck[editar]
Ha habido una amplia influencia mutua entre la TREC y el grupo de A.T.Beck, relativo a teoría y práctica. Hay grandes similitudes, sin embargo existen diferencias no despreciables.
Por ejemplo, la TREC desfavorece cualquier evaluación de sí mismo (puesto que es improbable la identificación de una «esencia» de uno mismo, como si uno fuera fundamentalmente bueno o malo, sólo existen conductas favorables y desfavorables, sociables, funcionales o disfuncionales, etc), mientras que Beck procura lograr «confianza en uno mismo» y «autoestima». La TREC define las emociones respecto a los objetivos y valores de los consultantes, distinguiendo entre emociones negativas apropiadas e inapropiadas, mientras la TCC de Beck define emociones positivas y negativas por sí mismas.
Por otra parte, la TREC hace uso de técnicas de refuerzo operante, pero es escéptica con respecto al refuerzo social. La gente hace muchas veces hace las cosas «correctas» por razones «incorrectas».10 La terapia racional emotiva propone un cambio filosófico profundo que promueve la no-dependencia, favoreciendo los valores autónomos y no contingentes de las presiones de grupo, el refuerzo social.
No obstante, la TREC y la TCC contienen propuestas compatibles en gran medida, e incluso hay autores, como David Burns, que integran aportes de ambas escuelas.
Bibliografía[editar]
- Albert Ellis & Eliot Abrahms (2005). «Terapia racional emotiva». Editorial Pax, México.
- — & Michael E. Bernard (2006). «Rational Emotive Behavioral Approaches to Childhood Disorders. Theory, Practice and Research». EEUU: Springer Science+Business Media, Inc.
- — & Shawn Blau (compilador) (2000). «Vivir en una sociedad irracional; una guía para el bienestar mediante la terapia racional emotiva-Conductual». Madrid: Paidós Ibérica.
- David A. F. Haaga & Gerald C. Davison (1993). «An Appraisal of Rational-Emotive Therapy», en «Journal of Consulting and Clinical Psychology», 1993, American Psychological Association, Inc.
- Leonor Lega, Vicente Caballo, Albert Ellis (1997). «Teoría y práctica de la terapia Racional Emotiva Conductual». Madrid: Siglo XXI.
- J. Oller. «El contraguión de Albert Ellis: Su influencia en la terapia racional emotiva conductual». Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, nº 61. Madrid: AESPAT.
- Vicente E. Caballo (1998). «Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta». Madrid: Siglo XXI.
- Walter Riso (2006). «Terapia cognitiva: Fundamentos teóricos y conceptualización del caso clínico». Bogotá: Grupo Editorial Norma
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