En tu memoria mi amado hijo Adrián
"La maternidad es un privilegio que Dios
concedió a la mujer, entonces toda mujer disfruta de este privilegio de la
providencia Divina, más, los hijos que mueren repentinamente son confiados
solamente a las grandes mujeres que tienen la capacidad de amar hasta lo
infinito" Chico Xavier, considerado el Médium Espírita más grande del
Siglo XX.
La muerte de un hijo provoca un terremoto emocional y tu vida ya no puede ser la misma.
La muerte de un hijo provoca un terremoto emocional y tu vida ya no puede ser la misma.
Rompe tu identidad, y comienzas a plantearte cuestiones trascendentes y
gracias a ello, una lluvia de nuevas comprensiones de la Vida comienzas a
recibir.
En un proceso, va emergiendo un discernimiento que permite distinguir entre
la verdad y la fantasía.
Cuando te das cuenta de todo ello, percibes el
milagro: darte cuenta que ha sido un pacto de amor, ese hijo ha sido un
alma que te ha dicho “Voy a
encarnar como tu hijo y voy a desencarnar pronto para que tú puedas vivir una
experiencia que te ayude a DESPERTAR y CRECER; y servir a la Vida con
Amor”.
La muerte es solo física, pues el alma sigue viviendo en otra
dimensión.
Quien pueda entender, ¡que entienda!
Ejercicio para una madre con hijo fallecido:
Visualizas a tu hijo desde esta comprensión que el hijo se ha encarnado y
desencarnado por un pacto de amor contigo, de alma a alma, para que tú puedas
evolucionar. Percibes en qué lugar de tu cuerpo existe esa conexión con él,
como un hilo que te une; y le dices:
"Querido hijo:
Gracias por haberme elegido como madre.
Gracias por haberme elegido como madre.
Te honro y te respeto y sé que viniste a la vida
y te quedaste poco tiempo para ayudarme a despertar y crecer, para recordar
quién soy, y decirme que me amas.
Tienes un lugar en mi corazón, como mi 2° hijo.
Participarás en lo bueno que realizaré en tu memoria.
Yo me quedo un tiempo más.
Cumplo con lo que se me brinda, el tiempo que dure.
Y en tu honra haré algo bueno al servicio de la Vida.
Yo me quedo un tiempo más.
Cumplo con lo que se me brinda, el tiempo que dure.
Y en tu honra haré algo bueno al servicio de la Vida.
Deseo que tu sigas la luz"
Cortas ese hilo que te unía, y dejas que se
eleve, como un globo. Hacia nuestro Origen, hacia la Luz.
Miras hacia adelante, a lo lejos, a la Luz de la
Vida, siéntete guiada por esa Luz infinita, inhalas esa luz, exhalas y se
expande a tú alrededor... y dices desde tu corazón:
"Elijo la Vida...
Elijo servir a la Vida con Amor...
Gracias...
Por Favor...
Si..."
Fuente: https://despertarycrecer.blogspot.com/2017/07/madre-con-hijo-fallecido-un-pacto-de_69.html