Las
personas con un estilo de vinculación inseguro suelen sufrir
bastante y tener problemas en sus relaciones. Por ello, si quieres
desarrollar un apego seguro en la edad adulta, te contamos cómo
hacerlo.
Cada
uno de nosotros poseemos un estilo de apego; esto es, una
forma de vincularnos con los de más afectivamente.
Este estilo viene
determinado por
la relación que establecimos con nuestras principales figuras en la
infancia; pero también, y en menor medida, por experiencias
posteriores con amigos, compañeros y parejas románticas.
Si
nuestro estilo de vinculación no es el más apropiado, podemos
sufrir mucho a lo largo de nuestra vida. Por ello, queremos mostrarte
cómo desarrollar un apego seguro en la edad adulta.
Lo
cierto es que no es una tarea sencilla modificar esta tendencia que
tan bien aprendimos durante nuestros primeros años. Hará falta un
importante trabajo personal que no siempre resulta cómodo realizar.
Sin embargo, matizar estas actitudes y aprender a relacionarnos desde
la confianza puede suponer un enorme y positivo cambio.
Las
personas con apego seguro se vinculan con los demás de forma sana.
Los
estilos de apego
El
estilo
de apego de
una persona comienza a formarse durante los primeros años, en
función de la atención y los cuidados que el bebé recibe. Así,
pueden diferenciarse cuatro tipos de apego:
Apego
seguro:
se forma cuando los
cuidadores son sensibles y receptivos a las necesidades del niño y
responden de forma consistente. Ese pequeño crece sintiéndose amado
y seguro, es capaz de confiar en otros y tiene un buen concepto de sí
mismo.
Apego
evitativo: en
este caso los
cuidadores ignoran las necesidades y llamados del bebé,
no cuidan ni responden a sus emociones. Al crecer, este niño aprende
a reprimir lo que siente y a ser excesivamente independiente. Evita
por todos los medios mostrarse vulnerable y no puede confiar en los
demás, no intima emocionalmente.
Apego
ambivalente:
se crea cuando los
cuidadores son inconsistentes e impredecibles;
esto es, en ocasiones responden con rapidez y amor a las demandas del
niño, y en otras se muestran hostiles y desinteresados. Esto crea
una sensación de ansiedad e inseguridad que lleva al niño a no
sentirse valioso y a tener que asegurarse constantemente el afecto y
la presencia de quienes ama.
Apego
desorganizado:
se forma cuando el
pequeño vive abusos, negligencia grave o abandono.
Presenta entonces una mezcla de síntomas ambivalentes y evitativos,
puede tener conductas explosivas, gran frustración y un fuerte
rechazo (y a la vez anhelo) de vínculos emocionales.
Cómo
desarrollar un apego seguro en la edad adulta
Lo
ideal, en términos de felicidad personal y éxito en las relaciones,
es tener un apego seguro. Cualquiera de los otros casos nos traerá
complicaciones, dolor y frustración. Afortunadamente, hay algunos
pasos que podemos dar para matizar nuestro estilo de apego, incluso
siendo ya adultos.
Partiendo
del apego evitativo
El
reto para una persona con apego evitativo es aprender
a confiar y permitirse crear intimidad emocional.
Así, es importante atender a las siguientes cuestiones:
Comprender
de dónde surge este apego evitativo y sanar las heridas infantiles.
Es
necesario aceptar que en cierto punto llegamos a sentirnos rechazados
o minimizados, y que por eso huimos de la intimidad. Igualmente, hay
que tomar
conciencia de que ese rechazo no tiene por qué volver a ocurrir y
que, si sucede, ahora somos adultos y podemos afrontarlo.
Los muros que
hemos levantado no nos protegen, nos mantienen aislados.
Es
fundamental dejar de evitar,
ya que este mecanismo no nos permite avanzar. Piensa qué situaciones
evitas (por ejemplo, las discusiones que impliquen sentimientos o el
compromiso en las relaciones) y permítete irlas afrontando. Ve dando
pasos, aunque te saquen de tu zona de confort.
Adquiere
alguna herramienta que te ayude a gestionar la inseguridad que
te genera vincularte emocionalmente con otros. La
respiración
diafragmática es
una técnica sencilla que te permitirá volver a tu centro y tomar
mejores decisiones cuando surja el impulso de huir.
Aprende
a expresar tus emociones sin ocultarte y
mostrándote vulnerable. Tu pareja necesita saber qué sientes, qué
deseas y necesitas. Sé asertivo y comienza a abrir tu interior.
Partiendo
del apego ambivalente
Si
tienes un apego ambivalente, tu
reto es superar la dependencia emocional,
dejar de buscar desesperadamente el amor y la presencia de las otras
personas. Para esto, puedes tomar las siguientes pautas:
Entiende
que tus actitudes surgen de un niño herido que se sintió confuso,
carente de afecto y no aceptado incondicionalmente. Es por esto que
hoy te sientes siempre inseguro y necesitas asegurarte constantemente
de que los demás te quieren y están ahí para ti.
Recuerda
que ahora eres un adulto y no dependes de nadie para sobrevivir.
Es
fundamental que refuerces tu autoestima, trabajes en tu amor propio y
comiences
a darte eso que tanto anhelas de los demás.
Esto es, amor incondicional, aceptación, consuelo y apoyo.
Priorízate, ocúpate de ti y de tus necesidades y mejora la relación
contigo mismo.
Cuida
tu diálogo interno y las inferencias que haces de la conducta de los
demás. En este estilo de apego es común estar muy alerta ante el
comportamiento de los otros y preocuparse y culparse ante cualquier
cambio en ellos. En lugar de pensar que es tu culpa, que has hecho
algo mal y que van a dejar de quererte, procura
ajustar tus pensamientos y no dejarte llevar.
Puede
ser muy positivo que
amplíes
tu círculo social con personas nutritivas y enriquecedoras.
Para las personas que necesitan y disfrutan la intimidad emocional,
tener relaciones significativas es importante. Esto ayudará a no
recargar toda la responsabilidad y las expectativas sobre tu pareja.
Partiendo
del apego desorganizado
En
el caso del apego desorganizado, puede
ser necesario trabajar en las dos vertientes anteriores para
desarrollar un apego seguro. Sin embargo, dado que este estilo de
apego surge de un trauma complejo vivido en la infancia, lo más
recomendable es buscar apoyo profesional. Sanar el pasado, aprender a
gestionar los disparadores de ansiedad y a vincularse sanamente puede
ser especialmente difícil en este caso; por tanto, la psicoterapia
será de gran ayuda.
La
terapia psicológica ayuda a trabajar los traumas vividos en la
infancia.
Desarrollar
un apego seguro es posible
Ciertamente,
trabajar el apego es una de las cuestiones más complicadas, por lo
arraigado que se encuentra desde tanto tiempo atrás. Sin embargo,
todos podemos
superar nuestro estilo de apego inseguro y avanzar hacia una mayor
seguridad, confianza y bienestar.
El
cambio llevará tiempo y en muchas ocasiones surgirán de nuevo esas
antiguas tendencias, pero con conciencia, perseverancia y trabajo
personal podremos aumentar nuestro bienestar y la calidad de nuestras
relaciones.
Fuente:
https://lamenteesmaravillosa.com/como-desarrollar-apego-seguro-edad-adulta/