Cuando te quejas, te haces una víctima. Deja la situación, cambia la situación o acéptela, todo lo demás es una locura.
Sólo se puede perder algo que tienes, pero no se puede perder algo que eres.
Lama Rinchen Gyaltsen, la figura más destacada del budismo en habla hispana.
Las emociones no son ni buenas ni malas, son necesarias, en tanto en cuanto nos ayudan a responder a nuestras necesidades de supervivencia como seres humanos. Otra cosa es lo que nos hacen sentir, es por ello que la culpa es considerada como una de las grandes limitadoras en nuestro proceso mental, pero ¿es siempre así?. Aprendamos un poco más sobre esta emoción.
La culpa surge de la certeza o creencia de haber cometido una falta que ha podido perjudicar a alguien. Por consiguiente, su función es hacer consciente a la persona que ha hecho algo mal, para que de este modo pueda acceder a reparar el daño, si así lo desea.
Si tenemos en cuenta que el carácter y personalidad lo desarrollamos en nuestra infancia, podemos afirmar que este sentimiento se forja cuando empezamos a entender el concepto de conciencia moral (lo que está o no está bien personal y socialmente) en función de las relación psicoafectiva que hemos tenido con nuestros padres o con las personas que nos han criado.
Se suele confundir fácilmente con la emoción de la vergüenza pero en realidad no son lo mismo. Como hemos visto, la culpa está asociada al pensamiento de haber hecho algo malo, sea real o no lo sea, mientras que la vergüenza se experimenta cuando nos percibimos con carencias de habilidades o capacidades que consideramos deberíamos tener. Es decir, la culpa parte de un sentimiento interno focalizado en el error que hemos cometido, y la vergüenza está enfocada en el miedo a la percepción que los demás puedan tener de nosotros.
Como en todas las emociones, siempre podemos encontrar una parte más positiva que otra, y la culpa no iba a ser menos, por lo que podemos hablar de:
Tenemos que ser los mejores, ir a la última moda, llevar varias tareas a la vez, etc. al final queremos abarcar tantas cosas que acabamos por no terminar ninguna, viéndonos después como incapaces, inseguros o débiles. Como hemos mencionado anteriormente, lo que hace sobrevivir al ser humano es su adaptación al medio, y dentro de todo proceso de adaptación está el error implicado como una forma más de aprendizaje, así que darle la espalda a nuestra forma de evolucionar resulta un contrasentido. Si hemos errado y nos sentimos culpables, hagamos por solventar el sentimiento poniendo solución o expresando nuestro malestar por lo ocurrido; si no hemos errado pero creemos que sí, entonces trabajemos qué es lo que nos está sucediendo emocionalmente para tener la sensación de que no lo estamos haciendo del todo bien cuando no hay nadie que nos esté diciendo que eso esté siendo así.
Vamos a hacer un pequeño ejercicio donde podemos ver cómo empezar a trabajar esos sentimientos de culpa, ¿de acuerdo?.
Identifica una situación donde te hayas sentido culpable, tómate tu tiempo, no hay prisa. Una vez identificada anótala en un papel y escribe qué persona o personas se sienten o se han podido sentir heridas por tu causa, y el motivo de porqué crees que eso es así. ¿Ya lo tienes?.
Ahora vas a pensar en situaciones donde te hayas sentido mal por las acciones u opiniones de otros con respecto a ti. Haremos el mismo procedimiento, anótalas en un papel explicando el motivo o causa por lo que llegas a esa conclusión. ¿listo?.
En ambos supuestos, ¿quién crees que es el responsable del sentir de cada uno?, ¿lo eres tú?, ¿lo es la otra persona?, ¿quién consideras que tiene el poder sobre las emociones que uno experimenta internamente?.
Somos 100% responsables de lo que hacemos, decimos y pensamos, por tanto los demás también son 100% responsables de lo mismo con respecto a ellos. Teniendo en cuenta esto, si nos vamos a la situación en la que has anotado donde te sentías culpable, si la conclusión a la que llegas es que has cometido un prejuicio objetivo a otros, felicidades porque te permite poder cambiar eso y disolver la culpa; si por el contrario llegas a la conclusión de que creías que podías perjudicar a otros, pero que no ha sido así, sino que sólo es una percepción porque te sientes mal por otras cosas, enhorabuena también, porque identificar que tenemos un problema emocional es el principio de la solución.
Dedica un tiempo a reflexionar sobre tus procesos emocionales, porque muchas veces caemos en trampas del pensamiento o disonancias cognitivas, que lo que hacen es que distorsionemos la realidad y nos sintamos mucho peor. Merece la pena conocerse mejor a uno mismo, ¿no crees?.
CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LAS PERSONAS CON SENTIMIENTOS DE CULPABILIDAD.
¿CÓMO SUPERAR LOS SENTIMIENTOS DE CULPA?
CIARA MOLINA
Psicóloga Emocional
Máster en Dirección de Recursos Humanos
Sesiones y Cursos Online
Fuente: https://www.ciaramolina.com/el-sentimiento-de-culpa-saludable-o-toxico/