Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤ Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤ Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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sábado, 23 de febrero de 2019

Gracias, hijo mio Adrián

Honron tu memoria, mi amado hijo Adrián.

Hoy salí de viaje, un viaje rápido y bonito. Aquí es corto, te espero a la vuelta de la esquina, pero para ti, sé que es largo. Hoy te escribo para contarte de mi viaje.

Aunque no lo sepas traje el mejor equipaje que pude, y así quiero decírtelo. Mi maleta ha venido cargada de cariño, de amor que tú y sólo tú me has dado en todo este tiempo que hemos compartido. He traído también valores, muy buenos valores que tú me has enseñado. Aquí no he tenido que aprender a amar, mamá… porque tú ya me lo enseñaste. Quiero que seas consciente de la importancia del trabajo que has realizado, has hecho de mí la persona que aquí sigo siendo, y te repito: quiero que lo sepas. No lo olvides, me he traído conmigo cada juego, cada enseñanza, cada parte de ti que me diste, y créeme: eso lo es todo. Así ha tenido que ser y has tenido que ser tú, para poder enseñarme todo aquello que me ayudó y me sigue ayudando, porque sólo tú lo has hecho.
No te preocupes por el tiempo que vas a estar sin verme, porque ahora me toca a mí.
Me toca a mí, enseñarte y tener contigo la misma paciencia que tenías conmigo cuando me enseñaste a andar: ahora te voy a ayudar yo a caminar sin mí, porque debes hacerlo y yo te guiaré en ello…
Caerás unas cuantas veces, como tantas caí yo, pero recuerda… amorosamente me levantabas y me decías que pronto sanaría: hoy te toca a ti, mamá. Te toca levantarte y ponerte en pié tantas veces como sea necesario… es sencillo, me decías, recuerdas? Pues hagámoslo juntos, estoy contigo. Si yo pude, tu puedes… somos uno, sabes?
No te preocupes porque no hablemos, porque tenemos el mejor lenguaje que se pudo inventar: el del corazón.
No te preocupes porque no nos veamos, porque mi imagen irá a ti cuantas veces lo necesites.
No te preocupes porque no nos toquemos, recuérdame tan sólo y volverás a sentirme.
Abre la maleta de todo el equipaje que me preparaste, y quédate con eso, pues “eso” soy yo
 http://www.alaia-duelo.com/duelo/para-nosotras-las-madres/

domingo, 20 de enero de 2019

Ser Madre



Khalil Gibran escribió “Madre, es la palabra más bella pronunciada por el ser humano”.


Es cierto, no existe la madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre. Enumerar todas las cualidades, valores y virtudes que tienen las madres sería sumamente difícil.

Por eso de entre tantas cualidades como su enorme capacidad de perdón, su fortaleza ante la adversidad y la sabiduría que manifiestan ante las crisis, hoy quiero enfatizar dos virtudes más que las hacen grandes: Su capacidad de adaptación y su amor desmedido y desinteresado.

“En cierta ocasión preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido; aquel a quien más profundamente amaba. Y ella, dejando entrever una sonrisa, respondió:
“Mi hijo predilecto, es aquél a quien me dedico en cuerpo y alma;
es mi hijo enfermo, hasta que sane; el que partió, hasta que vuelva;
el que está cansado, hasta que descanse;
el que tiene hambre, hasta que pueda alimentarse;
el sediento, hasta que beba;
el que está estudiando, hasta que alcance su meta;
el que no encuentra trabajo, hasta que se emplee;
el enamorado, hasta que se case;
el casado, hasta que tenga hijos;
el que es padre, hasta que pueda hablar como ahora yo hablo;
el que prometió, hasta que cumpla;
el que debe, hasta que pague;
el que llora, hasta que sonría;
y el que me abandonó... hasta que regrese.”
Los padres quieren a sus hijos en plenitud, aunque de manera distinta en cada época y momento, según sus necesidades.
 Leí una frase que dice: “Cuando se es madre, nunca se está sola en sus pensamientos. Una madre siempre deber pensar por doble: una vez por ella y otra por su hijo”.


Bendiciones