Robert Monroe, el fundador de The Monroe Institute, era un empresario
estadounidense de gran éxito en el mundo de la comunicación. Empezó a
experimentar estados no ordinarios de consciencia que cambiaron
drásticamente su vida: un día, de forma involuntaria, se encontró
abandonando su cuerpo físico para viajar con un «segundo cuerpo» a
escenarios muy apartados de las realidades físicas y espirituales de su vida
1 NI CON VARITA MÁGICA NI A LA LIGERA
Lo que sigue figuraría normalmente en un prólogo o prefacio. Está situado
aquí porque se supone que la mayoría de los lectores se saltan esos
prolegómenos para entrar directamente en materia. En este caso lo que sigue
es el meollo de la cuestión.
Las razones principales para publicar el material aquí contenido son:
1. Que a través de la máxima difusión posible otros seres humanos (quizás
sólo uno) pueden librarse de los padecimientos y terrores del ensayo y error
en un ámbito donde no hay respuestas concretas; que pueden hallar consuelo
en saber que otras personas han tenido las mismas experiencias; que
reconocerán en sí mismos el fenómeno y, en consecuencia, evitarán el
trauma de la psicoterapia o, poniéndonos en lo peor, de la demencia y el
internamiento en un hospital psiquiátrico.
2. Que mañana o en los años venideros las ciencias formales y aceptadas de
nuestra cultura ampliarán sus horizontes, conceptos y postulados e
investigarán para ensanchar las perspectivas aquí expuestas con el fin de
enriquecer en el ser humano el conocimiento y la comprensión de sí mismo y
de todo cuanto le rodea
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