1 - “Con el fin de obtener resultados positivos con los niños- con cualquiera, para el caso- has de repetir, repetir y volver a repetir. Debes reiterar algo para que se convierta en un hábito positivo”.
PACIENCIA: Para educar precisamos de paciencia. Como afirma Bernabé Tierno “educar es sembrar y saber esperar” y ahí está la clave: debemos saber esperar y no querer obtener resultados inmediatos. No existen recetas mágicas para educar pero sí un consejo que es clave: insiste y ten paciencia...
2 - “La mayoría de nosotros no sabemos qué hacer para enseñar a los niños a disfrutar de la vida, porque nosotros mismos no conocemos ese simple secreto”.
DISFRUTAR DE LA VIDA: Debemos educar a nuestros hijos para que aprendan a disfrutar de la vida. Lo que ocurre es que nosotros no podemos ofrecer aquello que no poseemos. Aprender a disfrutar de la vida es una actitud y por tanto debeos ser un ejemplo para nuestros hijos en este sentido. La clave está en que les enseñemos a disfrutar del momento presente (algo que ellos ya hacen mucho mejor que nosotros) y no que estemos continuamente metiéndoles en la cabeza lo que tienen que ser en el futuro ofreciéndoles una errónea visión de lo que es el éxito.
3 - “Importa que seas coherente con tu propia vida si piensas ser un auténtico ejemplo para los niños”.
EJEMPLO: Como siempre destaco en mis sesiones de Escuelas de Padres, somos un ejemplo vivo para nuestros hijos, el espejo donde se miran. Por este motivo debemos trabajarnos a nosotros mismos para ser un buen ejemplo. Se trata de un trabajo interior. Los niños imitan aquello que ven, y sobre todo lo que ven en los adultos que somos su referencia. Por eso no podemos decirle al niño que haga una determinada cosa cuando nosotros somos los primeros que no la cumplimos.No podemos decir al niño que sea respetuoso con los demás cuando nosotros estamos continuamente faltando el respeto a todo el mundo.
4 - “Educar a la gente y crear naciones enteras donde la mayoría de la población esté compuesta por seres humanos nobles y felices. No puedo pensar en un legado mejor”.
FELICIDAD: Esa es la clave: educar para la felicidad. Coincido con el Dr. Dyer en que la educación es la clave del cambio: imagina un mundo de padres instruidos que crían y educan a sus hijos para que lleguen a ser personas “Sin Limitaciones”, una generación de seres emocionales estables, con elevados propósitos. El cambio en educación nos dará un cambio y una mejora de la sociedad.
5 - “Cuando un niño se acostumbra a quererse, a confiar y a tener un elevado concepto de sí mismo y a respetarse, no hay literalmente obstáculos para su total realización como ser humano”.
AUTOESTIMA: Para conseguir que nuestro hijo se valore y se quiera es necesario que los padres lo valoremos y destaquemos sus cualidades positivas. La mayor parte del tiempo estamos encontrando defectos en lo que hacen. Como destaca Henry David Toureau: "el que siempre está buscando defectos encontrará defectos hasta en el paraíso". Es decir, buscamos tantos defectos que al final los acabamos encontrando... Por tanto, debemos convertirnos en “buscadores de tesoros”. Tratar a tu hijo como si ya fuera lo que puede llegar a ser es la manera más eficaz de impulsar su confianza en sí mismo.
6 - “Sorprende a tus hijos cuando estén haciendo algo bien, y recuérdales lo fantásticos que son”.
VALORACIÓN: Tu hijos necesitan sentirse valorados para crecer sin limitaciones. Por tanto, reconócele las cosas cuando las haga bien. Este reconocimiento fortalecerá su voluntad para seguir en esa dirección.
7 - “Trata a los niños como seres humanos plenos, completos, que tienen tanto que enseñarte como tú a ellos”.
APRENDER: No se trata únicamente de educar a tus hijos sino que también aprendas de ellos. No les critiques o juzgues por el simple hecho de ser niños, trátalos con naturalidad y verás como cambian las cosas. Además conseguirás que se vean a sí mismos como personas valiosas e importantes. “Trata a tu hijo como te gustaría que te tratasen a ti. Trátalo con el mismo respeto, cariño y comprensión que exiges para ti. Trátalo de la misma forma que te gustaría que lo tratasen los demás. De este modo el niño percibirá el mensaje de que siempre queremos lo mejor para él”. Cualquier método educativo que no escuche al niño y lo trate con respeto está condenado al fracaso. Observa atentamente a tu alrededor y comprobarás la gran cantidad de faltas de respeto que se cometen con los niños. Y esto, lo queramos o no, tiene consecuencias...
8 - “Elimina el temor al fracaso, y ayuda a tus hijos a entender la diferencia entre fracasar en una tarea y ser un fracasado como persona”.
FRACASO: Para lograr esto debemos observar nuestra obsesión relacionada con los logros. La persona que rehúye el fracaso es aquella que no intenta nada y por tanto no se atreve a emprender nada en la vida. Si queremos educar hijos felices y sin limitaciones debemos hacer que aprendan el valor del fracaso.
9 - “Todo en la vida es elección. Incluso si los chicos han aprendido a culpar a los demás de sus problemas, todavía están haciendo elecciones”.
ELEGIR: Una difícil tarea de los padres es ayudar a sus hijos a entender este tema de tomar decisiones y elegir, diciéndoles una y otra vez que su libre voluntad es un derecho de nacimiento y recordándoles que deben mantener la capacidad de determinar cómo pensarán en la vida. Enséñales a controlar su vida interior y enséñales que siempre pueden elegir lo que decidan pensar. Esto les ayudará a ser personas con dirección interna.
10 - “Cuando usas la culpa para impulsar a tus hijos de cualquier edad a que se comporten como a ti te gustaría, o para que se sientan mal por algo que ya haya pasado, estás ayudándolos a que lleguen a angustiarse, y sean víctimas de las manifestaciones de la ansiedad ”.
CULPA: Puede que actuar de esta manera te proporcione resultados temporales e inmediatos pero a la larga conseguiremos que produzca sentimientos de ansiedad. Los padres podemos manipular a los hijos con la culpa y nos olvidamos que nuestros hijos si aprenden esto en algún momento pueden hacerlo también con nosotros. Por tanto, eliminemos la culpa en nuestra acción educativa con nuestros hijos si no queremos que estén cargados de una ansiedad permanente.
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