La doctora en metafísica Anji Carmelo señala
que, tras completar el duelo, llega el momento de honrar al difunto a través
del recuerdo y la renovación personal, de modo que podamos integrar lo mejor de
quien acabamos de perder.
· Es importante buscar momentos de armonía y paz, que se
pueden fomentar por medio de encuentros con la naturaleza, la música, la
lectura y la relajación.
· El paso siguiente es la conversión del bienestar
interno en una manifestación real externa y la mejora de la vida cotidiana,
haciendo algo bueno para uno mismo.
· Vale la pena entonces volver a conectar con las
personas queridas, redescubrir pequeños placeres y permitirse disfrutar de
ellos.
· Y finalmente, analizar y valorar las vivencias y ver
cuán enriquecido y fortalecido se está, sabiendo que ya nadie ni nada podrá
separarnos del familiar o amigo tan querido, ya que se lleva dentro del corazón
en paz y armonía.
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