Una posible respuesta a esta pregunta es que, detrás del duelo no resuelto o cronificado, esté esa idea preconcebida de que un padre no debe sobrevivir a un hijo, que un padre o una madre no tiene derecho a volver a ser feliz después de una pérdida así. Quizás por esto muchos de los padres que han sobrevivido a la muerte de un hijo y lo han superado experimentan un cierto pudor.
Otra posibilidad es que al duelo por la muerte de un hijo se le sumen bloqueos o vacíos que el hijo llenaba; o que la pérdida haya sido muy traumática; o que en ese momento no tenga espacio en el esquema mental de la persona que vive la pérdida la muerte. Porque, en principio, la pérdida de un hijo se puede superar.
Seguiremos hablando de este tema en próximos artículos. Estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dudes en consultar nuestra página web:
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