Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤ Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤ Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤

viernes, 11 de mayo de 2018

Cada árbol genealógico acumula información de generaciones.


Esta información, como la energía, no se crea ni se destruye, solo se transforma. 

Jennifer Teege tiene 45 años, es alemana, de raza negra, está casada y tiene dos hijos. 
Hace unos años descubrió, por casualidad, que su abuelo materno era
 Amond Göth, comandante de la SS y responsable de un campo de 
concentración, lo llamaban El Carnicero de Plaszow. En su libro
 “Mi abuelo me hubiera ejecutado” narra su historia: Con sólo cuatro semanas 
de vida, su madre la dejó en un orfanato y a los tres años la adoptó una familia. 
A partir de ese momento, tuvo encuentros esporádicos con su madre biológica 
que nunca le contó la verdad: “Estaba tan furiosa con mi madre por habérmelo
 ocultado, que obvié lo dura que había sido su vida”.

En 2008, descubrió un libro sobre la familia que contaba historias sobre sus
 antepasados y los horrores que cometió su abuelo.
 “Una mañana, a los 38 años, fui a la biblioteca y me llamó la atención 
un libro rojo, ‘¿Tengo que amar a mi padre?’, de un periodista que 
no conocía. Había fotografías de una mujer que me recordó a mi
 madre y de una mujer más mayor con el mismo vestido que le había visto a mi abuela”.

“Solo pude empezar mi auténtica vida, tener un identidad, cuando salieron
 a flote mis historias familiares”.

Quiere compartir su proceso porque durante más de 20 años vivió una profunda
 depresión que, asegura, tiene relación con su herencia“La vergüenza y la culpabilidad 
son sentimientos muy tóxicos que afectan a todos tus actos y a toda tu vida”. 
El sentimiento de culpa queda en el subconsciente aunque ella no haya sido autora
 de los actos de su abuelo. Dice que les ha contado a sus hijos quiénes son sus 
ancestros para que así puedan vivir su propia vida.

La información trasgeneracional se puede abordar desde la vivencia 
personal, como en el caso de Teege. Desde otro punto de vista, existen
 investigaciones en el ámbito de la psiquiatría como la presentada por 
Boszormenyi-Nagy y Geraldine M. Spark en su libro Lealtades invisibles 
en el que sostienen que “la comprensión de las relaciones humanas pasa 
por la interpretación de las relaciones familiares”.

Desde otro punto de vista Nicholas Shea, profesor de filosofía de la Universidad
 de Londres, habla de “efectos transgeneracionales adaptativos” en 
su artículo Two modes of trasgenertional information transmission. Y, desde
 otra perspectiva, la periodista científica Annie Murphy Paul, expone en su charla
 Lo que aprendemos antes de nacer los principales estudios que constatan 
que “el aprendizaje más importante ocurre antes de nacer”. Ya en 
su libro Origins. How the Nine Months Before Birth Shape the Rest of Our Lives 
explora “¿Qué nos hace como somos?” a través de visitas a laboratorios con
 investigaciones en proceso y entrevistas a expertos de todo el mundo.
Conocer las memorias transgeneracionales desde la comprensión es el
 primer paso para trascender la información que llevan y poder vivir nuestra propia vida.

Nuestra historia familiar contiene informaciones fundamentales para nuestro 
desarrollo. En ella se encuentra la explicación de lo que nos atrae y de lo que 
nos repele. Aprender a distinguir las emociones que sintieron nuestros antepasados
 ante determinadas situaciones nos permitirá comprender la manera de reaccionar
 que tenemos frente a situaciones que vivimos.

Mientras no somos conscientes de la información de nuestros ancestros vivimos 
condicionados por sus experiencias, por su manera de solucionar las cosas, de 
establecer relaciones y, en definitiva, por su forma de ver la vida. La Bioneuroemoción 
sugiere que el tipo de experiencia que vivimos es una resonancia o un eco de 
una información presente en nuestro clan y que, al conocerla, podremos 
liberarnos de condicionamientos inconscientes e ir un paso más hacia 
el bienestar emocional.
Hay magia en el amor, como bien saben los poetas y los enamorados. No pretendo
 violar ese santuario. Pero nuestros imperativos son tangibles, cognoscibles. Y creo 
firmemente que cuanto mejor comprendamos nuestra herencia humana, más
 la dominaremos y más amplio será nuestro libre albedrío.”

Helen Fisher


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