Una pérdida familiar o de una persona cercana a nosotros nunca
es sencillo, ya que la muerte es afrontar la desaparición física de una persona
y el simple hecho de no tener más a alguien a nuestro lado puede ser muy grave.
Sin embargo,
cuando se trata del dolor que sentimos al perder a alguien, más allá de pensar
en que esa persona ya no está, no lloramos porque pensamos en si sienten dolor
o pensando si están o no en un lugar mejor, sino que lloramos por cómo estamos
nosotros.
Cuando alguien muere deja un vacío en nosotros y el
dolor que sentimos es con respecto a nuestro propio pesar, no es a partir de
que la otra persona sufrió o sufrirá, sino es que nosotros nos sentimos mal,
bien sea por extrañar o por el dolor y vacío que deja la muerte de alguien.
Cuando alguien muere se cree que va a un lugar mejor,
aunque muchos no creen esto, sino que la muerte es el fin y nada más, no hay un
ente mayor ni un paraíso.
Esta es la verdadera razón por la que lloras cuando alguien muere
Sin embargo, podemos calmarnos pensando que si la
persona murió no estará sufriendo más de los males que padecía, en caso de ser
una persona con alguna enfermedad.
Aunque sabemos que no siempre las muertes son por
causas patológicas, sino que puede haber asesinatos, suicidios y aquí el tema
se complica, porque son casos en los que la tristeza y la lástima por el “le
quedaba vida por delante” se apodera de nosotros.
Sin embargo, lo común es que sea la enfermedad la que
acabe con la vida de una persona, y en estos casos también hay reproches y
deseos de que había más qué hacer para salvar esa vida. Aunque, de igual forma,
la tristeza y las lágrimas parten de un deseo nuestro y de un mal nuestro.
Por ello te dejamos la siguiente
reflexión hecha por una hija cuyo padre falleció, su madre la hizo entrar en
razón y compartió estas palabras:
“Una vez más te lo digo ¡no mueras con
tus muertos! Déjalos partir como cada estación del año, como las golondrinas en
otoño para anidar en otros climas y volver más números y crecidas en otra
primavera.
No te guardes las lágrimas ni te tragues
tu dolor, porque sólo quedarán al acecho y en cualquier momento pudieses
explotar, vive y expresa todo en su momento y su hora. Déjate de culpas, de
remordimientos o reproches, tus muertos ya no ganan nada con ello y tú tampoco.
Continúa amándolos aun después de la muerte,
recuérdalos con cariño y quizás con ello se gane algo: otro nacimiento.
A veces sólo vemos una cara de la muerte
y la del otro lado se nos escapa. ¿Qué sentirías si miraras la muerte como otro
nacimiento? Piensa que a la hora de cosechar, tus muertos no están en el
cementerio, en realidad nunca estuvieron ahí, salvo cuando estaban vivos y si
te preguntas ¿entonces dónde están?, yo no puedo responder por ti, porque yo sé
dónde están para mí los míos y debes preguntarte dónde están para ti los tuyos.
La realidad es que el cementerio es como
un surco donde se arrojan las semillas, ningún sembrador vuelve a remover la
tierra para buscar las semillas ya sembradas; regresa al campo a la hora de
cosechar espigas.
Lamenta en su momento y guarda sus
recuerdos en tu corazón, en algún momento volverán a reencontrarse, cuando sea
tu turno de partir, por el momento dedícate a vivir y ser feliz.
Y entonces pude comprender porque mi
madre sólo había llorado en el momento en que todo ocurrió, pensé que ya se
había olvidado de él, pero en realidad lo lleva en su corazón, cuánta razón ha
tenido ella. Y tú, ¿crees que lloras por ti o por tus muertos?”
Comparte esta reflexión si fue de tu agrado y danos tu
opinión.
Fuente: https://www.recetasencasa.com/2017/10/13/cuando-lloras-quienes-ya-murieron-lloras-ti-no-no-dejes-leerlo/
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