Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤ Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤ Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤

jueves, 18 de enero de 2018

MUERTE, TRANSICIÓN Y VIDA – por Elizabeth Kubler-Ross



(Conferencia realizada en el II Congreso Holístico Internacional, realizado en la ciudad de Sao Paulo, Brasil.)

(La Dra. Kübler-Ross es Médica Psiquiatra. Docente. Investigadora. Pionera de la tanatología a nivel mundial. Doctora Honoris Causa de 28 Universidades. Autora de varias obras de su especialidad.) Traducción de Nydia Élida Lorenzo.

Mi trabajo comenzó cuando tenía diecinueve años, en un campo de concentración, donde tuve ocasión de ver las cámaras de gas en que habían muerto los niños. Cuando una joven suiza, que fue criada en una sociedad que no tuvo guerras durante setecientos años, que nunca enfrentó situaciones terribles en la vida, que no conoce el desempleo, ni la pobreza, ni las villas de emergencia, ni ninguna cosa que resultara difícil, es colocada en un lugar de Alemania, Polonia o la Europa devastada por la guerra, sufre un shock cultural terrible. Ver esos campos de concentración, fue el momento más importante de mi vida.

Cierto día, encontrándome allá, una joven judía que me estaba observando, me preguntó: -¿Qué estás haciendo aquí? Yo le dije, muy impulsivamente, sin pensar, porque cuando hablamos visceralmente decimos la verdad, pero cuando lo hacemos con la cabeza, decimos cualquier cosa: -Necesito entender cómo los hombres y las mujeres como tú y yo, pueden matar a novecientas sesenta mil criaturas inocentes”. Me miró muy seriamente, y me dijo: -Tú también serías capaz de hacer lo mismo. Yo quise decirle: -¡Eh! No, ¡yo nunca podría hacer eso! ¡Soy más pestalozziana que cualquier otra cosa!. Pestalozzi fue un prócer suizo que trabajó mucho por los niños. Y ella me dijo muy seriamente: -Tenemos un Hitler escondido en cada uno de nosotros. Si tienes el coraje de mirar a tu propio Hitler, entonces te convertirás en una Madre Teresa de Calcuta. Yo pensé que ella habría pasado mucho tiempo en un campo de concentración y que estaba mentalmente un poco enferma. Pocas semanas después de salir de Polonia, para tomar algún transporte que me llevara gratuitamente a Alemania, y regresar a mi casa, después de no haber comido durante tres días y tres noches; de repente pensé, que si un niño pasase ante mí con un pedazo de pan en la mano, yo le robaría ese pan. Entonces, comprendí que ella tenía razón. Los indios americanos decían: “No hables de un ser humano si no has andado dentro de sus zapatos kilómetros y kilómetros”. Este fue el inicio de mis trabajos sobre la vida y la muerte.

Siempre digo, un poco en broma, pero también, bastante seriamente, que las únicas personas honestas que aún quedan en el mundo, son los pacientes psicóticos, los niños y las personas que están al borde de la muerte. Siempre dicen la verdad. Todos los demás son inauténticos, y realmente, necesitamos aprender a ser nuevamente honestos. Y cuando digo honestidad, hablo de honestidad consigo mismo. No se puede dar a los demás lo que no se tiene.

Cuando fui a Estados Unidos, vi como se descuidaba a los pacientes moribundos, cómo eran objeto de mentiras y cómo, con todas las disculpas posibles, no se les dice la verdad porque no lo van a soportar o porque los puede desquiciar. Fue ahí, entonces, donde encontré mi verdadero trabajo: pedirle a los moribundos ?que al final de sus vidas son muy honestos otra vez-, que nos enseñen cómo trabajar con ellos, sea usted médico, capellán, sacerdote, rabino, asistente social, enfermera, vecino o miembro de la familia. A continuación, voy a resumir brevemente lo que aprendimos con ellos.

Pensamos que el ser humano está constituido por cuatro cuadrantes: el físico, el emotivo, el intelectual y el espiritual.

El Cuadrante Físico.

Si queremos crear una generación que no necesite de conferencias sobre el morir y la muerte, que respete a la madre naturaleza y que no sea destructiva, una generación completa que no tenga miedos ni negativismos, crearíamos una generación en la que, durante el primer año de vida y preferentemente, durante el último año también, mimarían a los bebés y cuidarían exclusivamente el cuadrante físico. Se ocuparían de tocar, besar y abrazar a los niños. Las sociedades antiguas y primitivas sabían eso. Todas ellas cargaban a sus niños colgados de sí; y tenían un contacto físico total con ellos. Hoy en día, cuando las madres les dan una mamadera a sus hijos, no quieren ni tocarlos, los ponen en la cuna o ponen una almohada debajo de la mamadera para sostenerla y así, tener más tiempo para ver televisión. Pero después de quince años, sus propias vidas, serán una novela de televisión, cuando esos adolescentes se conviertan en suicidas, alcohólicos o tengan alguna otra forma negativa de conducta. Y ellos serán los responsables de eso.

No sé si ustedes vieron un video sobre cuidados a los niños enfermos de sida, en Rumania. Nadie quiere tocarlos. Mueren como moscas. Yo cuido a tres mil bebés de sida en Estados Unidos, mientras que los demás se mueren de miedo por tener que tocarlos. Estos niños también van a morir, porque si usted no es tocado, ni besado, ni abrazado, es como una casa sin cimientos. Lo que estoy diciendo sobre el cuadrante físico en el primer año, es muy importante también para todas las personas al final de la vida.

Las personas ancianas también necesitan ser tocadas, besadas y abrazadas, y mi gran sueño es transformar todos los hogares y asilos de ancianos de Estados Unidos y convertirlos en centros E. T. ¿Conocen la película E. T.) ¿Hay alguien que no haya visto ese film? ¿Quién no lo vio? Es obligatorio. Deberían alquilar el video y verlo. Es una película sobre el amor incondicional. Los asilos que preveo en los Estados Unidos, se llamarán Centros de E. T. Tenemos que transformar nuestros asilos en centros de amor y cariño, donde la única remuneración que se reciba, sea la de mimar a un niño hasta que muera. No comprándole juguetes, sino poniéndolo en el regazo, contándole cuentos de hadas, o aquellos que hayan conocido cuando ustedes eran niños; acariciándolos, tocándolos, cantando con ellos, contándoles historias del pasado, que algunos llaman “de los buenos tiempos”. Y esos niños comenzarán sus vidas aprendiendo un amor sin condiciones, por parte de las personas ancianas. Lo que ellos hacen por los ancianos para prevenir la vejez, la amargura y la senilidad prematura, es tocarle las arrugas. A ellos les encantan las arrugas, y si los ancianos tienen barba que pinché las manos, les gusta más aún. Esto es un beneficio mutuo. Hay que saltar una generación: los padres ya no saben más que es el amor. Los ancianos saben y se acuerdan.

Si usted cuida personas que se están muriendo, si usted ve pacientes de sida o de cáncer, o si es médico y trabaja en un hospital, necesita tener en cuenta lo primero, las necesidades del cuadrante físico. No se preocupe por lo espiritual o por lo emotivo. Si un paciente tiene mucho dolor no puede escuchar una oración. Deseo que entiendan lo que estoy diciendo. Es muy importante que mantengan a los pacientes de cáncer sin dolor. En Estados Unidos les damos MST no inyectable. Se puede mantener a un paciente de cáncer sin dolor. El motivo por el cual no damos medicación por inyección es porque si se les da por ese medio, no sienten dolor, pero quedan completamente inconscientes, y están tan sedados que no pueden terminar sus cuestiones inconclusas. Y a ninguno de nosotros nos gustaría vivir estando inconscientes. La muerte es una experiencia en la que uno tiene que participar. Si no se tiene dolor, se puede hacer eso. Esto es lo único que voy a decir sobre el cuadrante físico.

Fuente: https://hermandadblanca.org/muerte-transicion-y-vida-por-elizabeth-kubler-ross/


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