Cuando mi cuerpo se convierta en polvo de estrellas, y las alas de mi alma
me lleven al infinito. Volveré en una caricia del viento en un cosquilleo en tu pecho tal vez en colibrí en tu ventana o en mariposa blanca en tu jardín. La marea alta te recordará
todo lo que juntos compartimos
los retos y batallas ganados
y aquello que creímos perdido
y al final fue perfecto. En algún olor me sentirás y entre letras y versos te hablaré discreta.
Volveré entre nubes de incienso entre gotas de lluvia
entre campos floridos.
Y en los fríos inviernos te dará mi recuerdo unas ganas inmensas de agarrarme a besos,
pero entonces verás con los ojos cerrados mi silueta presente con sonrisa en mis labios, nadie muere del todo mientras tu lo recuerdes. Y si sigo presente en tus lindas memorias
volveré a menudo a contar mil historias
a morirnos de risa a llorar de repente
y a gritarle al viento de esa ausencia que hiere, pero no olvides nunca
que mi amor llenará ese espacio vacío
que mi cuerpo dejó, seré luz en la noche seré paz en tu día seré cálido abrazo
¡en recuerdos de vida!
Mario Benedetti
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