Honro tu memoria mi amado hijo Adrián.
Todavía hay mucha gente que siente que hablar de la muerte es como "llamarla", como si no fuera a llegar precisamente sin que la llame nadie. Cuando un país tiene conciencia de muerte como, por ejemplo, Colombia, goza de una fantástica capacidad para disfrutar de lo cotidiano, de ser agradecidos y de valorar la vida como un regalo que no se sabe cuándo termina.
La muerte, sin embargo, no se vive de la misma manera en todos los países y en todas las culturas, y la forma en que la debiéramos experimentar depende del significado que le demos. Digo "debiéramos" porque, por ejemplo, para los católicos debiera ser una alegría producida por la esperanza de la resurrección y está muy lejos de serlo y de ser vivida así. La muerte es un desgarro, es algo que se desprende del alma de uno cuando un ser querido parte y que nunca vuelve a quedar igual.
Claramente no parece dar lo mismo el cómo parta el otro, entendiendo que no existe la partida óptima para nadie, pero los procesos serán diferentes según cómo se produzca la muerte"
Clic Aquí: Consciencia de muerte y consciencia de despedida - Pilar Sordo
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