Fuente: http://learntodie.net/es/paz-despues-de-la-perdida-por-eckhart-tolle/
Cuando hay una pérdida, a veces no sabes identificar bien cómo te sientes. Hay dolor, por supuesto, y otras veces es como si cayeras a un abismo: hay un vacío profundo y entonces no sabes exactamente qué es lo que sientes, da incluso miedo, porque sientes una paz extraña, que se supone que no debería estar ahí. De esto trata el siguiente artículo de Eckhart Tolle.
Paz después de la pérdida por Eckhart Tolle
Pregunta: Mis hijos se ahogaron en el mar hace 10 meses. Yo me rendí, pero cuando sentí la paz y la calma que me llenaban, me sentí mal.
No estaba bien sentir paz y calma con tal pérdida.
No estaba bien sentir paz y calma con tal pérdida.
ET: Al principio, el camino natural del ser después de una pérdida es el sufrimiento, después hay una profundización. En esa profundidad vas a un sitio donde no existe la muerte. Y, de hecho, sientes que eso significa que llegaste lo suficientemente profundo, al lugar donde no hay muerte. Condicionada como está tu mente por la sociedad, por el mundo contemporáneo en el que vives, que no sabe nada acerca de esa dimensión, tu mente te dice que hay algo malo en ese sentimiento. Tu mente dice “no debería sentir paz, esto no se siente e una situación así”. Pero son los pensamientos condicionados por la cultura los que viven en ti. En cambio, puedes reconocer cuando esto sucede, cuando este pensamiento viene, reconocerlo como un pensamiento condicionado que no es cierto.
Esto no significa que las olas de la tristeza no vuelvan de vez en cuando. Pero entre estas olas, sientes que hay paz. Como sientes esta paz, sientes la esencia de tus hijos como eterna. Así la muerte es una cosa sagrada, no solo una cosa terrible. Cuando reaccionas a la pérdida de la forma, eso sí es terrible.
Cuando profundizas lo suficiente en la vacuidad o no-forma, lo terrible ya no es tan terrible, es sagrado. Cuando alguien cercano muere, entonces experimentarás los dos niveles. Sí, es terrible en el nivel de la forma. Es sagrado, en el nivel más profundo. La muerte te permite encontrar esa dimensión de ti mismo. Puedes ayudar a innumerables personas si encuentras esa dimensión en ti mismo – la sagrada dimensión de la vida. La muerte puede ayudarte a encontrar la dimensión sagrada de la vida – donde la vida es destructible.
Rendirte puede abrir esa puerta. Aceptándola completamente. Honra esa dimensión sagrada y entiende lo que tu mente está diciendo, no es correcto, es solo una creencia, un condicionamiento, no es la verdad. Esto es la verdad suprema.
Esta es siempre la ventana hacia la vacuidad o no-forma. Al aceptarlo, te rindes. Porque la forma se ha ido, tu mente se aquieta cuando se rinde a la muerte. No es a través de las explicaciones, explicaciones mentales que dicen: bien, él o ella se mueven o se reencarnan o se van a un lugar lleno de paz para descansar. Esto puede ser reconfortante, pero puedes ir a un sitio más profundo donde no necesites una explicación, un estado de realización inmediata de lo sagrado de la mente, porque lo que se revela cuando la forma se disuelve es la vida más allá de la forma. Esto es lo único sagrado. Esta es la dimensión sagrada.
Puedes tener pequeñas revelaciones de esto cuando pierdes algo y aceptas completamente que se ha ido. Pequeñas visiones de la muerte que pueden darte una diminuta realización, quizás incluso más que diminuta, si estás preparado.
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