Hay una cosa que ni siquiera Dios puede hacer, le dijo el Maestro a un discípulo al que le aterraba la mera posibilidad de ofender a alguien.
-¿Y cuál es?
-Agradar a todo el mundo, dijo el Maestro.
-¿Y cuál es?
-Agradar a todo el mundo, dijo el Maestro.
Tony de Mello
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