Descripción de La Gran Obra.
El Dios soñador no sueña que come hojas verdes. No se mira en el espejo. No está presente en ser la oruga porque esa ya no es su identidad.
Pero el sueño empieza a tomar forma en la oruga. Y sueña con alas orientales, y en lugar de incisivos que mastican hojas verdes, tiene una larga y preciosa lengua que penetra profundamente en la garganta de un lirio para beber el nectar dorado de los Dioses, y suaves brisas la elevan de su peor confinamiento y la llevan a praderas doradas.
Esa es una verdad en la naturaleza. Eso es cientificamente cierto. Se llama metamorfosis.
¿Y tu Dios hizo a este gusano para que emprendiera el vuelo una dulce mañana? ¿Dios le dio al gusano y a la mariposa un conocimiento más grande que el que Dios se dio a si mismo?
No, eso no sucedió. En ti están la oruga y la mariposa
Pero el sueño empieza a tomar forma en la oruga. Y sueña con alas orientales, y en lugar de incisivos que mastican hojas verdes, tiene una larga y preciosa lengua que penetra profundamente en la garganta de un lirio para beber el nectar dorado de los Dioses, y suaves brisas la elevan de su peor confinamiento y la llevan a praderas doradas.
Esa es una verdad en la naturaleza. Eso es cientificamente cierto. Se llama metamorfosis.
¿Y tu Dios hizo a este gusano para que emprendiera el vuelo una dulce mañana? ¿Dios le dio al gusano y a la mariposa un conocimiento más grande que el que Dios se dio a si mismo?
No, eso no sucedió. En ti están la oruga y la mariposa
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