Me emocioné profundamente con este Mensaje luminoso, esperanzador que nos puede ayudar a todas y todos los que hemos visto partir a un ser querido muy cercano (en mi caso a mi hijo KikE con 18 años de edad en un “accidente” en Pirineos, el verano de 2007) y/o acabaremos despidiendo a familiares cercanos o amigos del Alma.
Quique
Porque pronto habrá tantos
cambios en este planeta, y muchas almas han tomado la opción consciente, a
nivel del alma, de dejar su encarnación física en este tiempo, sé que muchos de
ustedes estarán encarando la transición física de uno o más de vuestros seres
amados. Ellos son los que han tomado, en este determinado tiempo de su
evolución, una opción distinta a la suya para la trayectoria de su alma, y es
mi deseo animarles para que empiecen a ver la transición del alma que ustedes
llaman “muerte” desde una perspectiva diferente.
Todos ustedes saben que no hay tal cosa
como la llamada “muerte”. Por supuesto hay una transición del alma de una
experiencia humana en un cuerpo físico a otro estado, percibida como muerte,
pero en última instancia, esto es para el alma simplemente una transición.
Para dicho ser es casi siempre un
tiempo de gran alegría, ofrecimiento, libertad y reunión con otros aspectos de
uno mismo. Es un tiempo de liberación, reflexión y nuevos inicios, y nunca un
acontecimiento catastrófico.
Una vez que usted entienda
completamente esto, no se permitirá un período de aflicción, pues esto es la
manera en que honramos la energía de los que se han ido, pero nunca jamás se
sentirá otra vez triste por alguien que se ha ido.
Usted estará cómodo con la decisión
tomada por su ser amado, y aprobará plenamente la opción que él ha tomado de
alejarse. Usted le agradecerá por el tiempo de vida que compartieron juntos en
su encarnación, y verdaderamente le bendice, a su manera, hacia una nueva
experiencia, conociendo muy bien, en su corazón, que la separación es solamente
una ilusión en la mente de la tercera dimensión.
Usted sabrá, sin duda, que puede verles
y estar con ellos otra vez en cualquier momento en los planos internos, y que
las conexiones con los seres que ustedes aman nunca podrán ser rotas a lo largo
de la eternidad.
Los que se aman muy profundamente en
una experiencia encarnada son generalmente aquellos que se han conocido, amado
y encarnado en las experiencias de vida del otro por infinidad de tiempo. Usted
ha experimentado la pérdida física del otro repetidas veces, y se han
encontrado y vivido como amigos o familia repetidamente.
A veces, la transición o muerte ocurre
aparentemente por un accidente o debido a un crimen, una guerra o un
acontecimiento natural que usted llama una tragedia.
Todas las transiciones, no importa qué
forma tomen, son planeadas por el alma en otra dimensión. Estas decisiones se
toman por varias razones, según la trayectoria del alma o el equilibrio de la
responsabilidad kármica que ha decidido el que ha elegido irse al otro lado del
velo. A nivel del alma, para aquel que ha decidido dejar, esto es generalmente
un tiempo de gran emoción y él o ella casi no pueden esperar por una nueva
experiencia y aventura del gran viaje llamado “vida.”
Aquí está la historia de una mujer bien
conocida por nosotros que perdió a su único hijo en un accidente
automovilístico. Ella estuvo totalmente devastada por esa pérdida, y no podía
regresar a un estado normal de equilibrio emocional.
Finalmente, ella me pidió canalizar a
Adama de Telos para entender y descubrir por qué tal tragedia había sucedido en
su vida. Ella veía ese acontecimiento como una gran injusticia, y deseaba
perseguir a quién ella sentía responsable de la muerte de su único hijo.
Aquí repito lo que Adama le contestó a
través de mí.
También deseo compartir que esta
respuesta le dio una gran revelación y una cura para su corazón. Leyendo el
mensaje de Adama, ella pudo dejar el dolor y la pena de manera rápida. Ella
pudo mirar la vida otra vez con alegría y renovada esperanza, sabiendo que su
hijo está bien y vivo en el otro lado del velo, amándola más que nunca, y
haciendo exactamente lo que su alma quería hacer después.
Siento que es importante que ustedes
entiendan más profundamente este proceso de transición que llaman “muerte.” Sabemos
que muchos de ustedes, antes o después, se encontrarán en una situación similar
en su vida o en la vida de alguien de su alrededor.
Para aquellos que abrazan completamente
esta comprensión en su corazón y alma, ustedes podrán consolarse con una verdadera
maestría cuando se enfrenten con una situación similar en su vida. Usted
también podrá confortar a otros de su alrededor que todavía no han abrazado el
privilegio de una comprensión tan clara de la transición física.
Ahora los dejo con la historia. Aurelia
Louise Jones
Adama contestó desde Telos
Querida
Hermana Lemuriana,
Soy vuestro hermano y amigo Adama. Es
un placer para mí comunicarme contigo este día, de corazón a corazón. Así como
te abro mi corazón, pido también que tú me abras tu corazón a mí también, y a
la verdad de tu ser.
Siento tu profundo dolor y sufrimiento
por la pérdida de tu querido hijo.
Es una reacción normal que el corazón
de una madre se aflija por la pérdida de su niño.
Por favor, querida hermana, es
importante que te permitas sentir el dolor y la pena, pues no es sano, ni
física ni espiritualmente negar o reprimir el sufrimiento.
Cuando estés lista, después de un
tiempo, será aún más importante que dejes ese dolor y te muevas en alegría. La
vida debe ir adelante para todos, pues ésta nunca termina.
Tú tienes un hermoso corazón abierto,
hermana querida, y el dolor por la pérdida de tu querido hijo es un catalizador
que está asistiendo a tu corazón en alcanzar una mayor apertura.
Tú sabes, querida, que no hay tal cosa
como la muerte. Es una ilusión de la percepción en la tercera dimensión.
Si tú pudieras percibir más allá del
velo, sabrías que tu hijo está vivo, bien y más conocedor que nunca antes.
Tu
hijo ahora tiene la capacidad de entender sus defectos hacia ti, cuando estuvo
en la expresión física, y se le ha concedido el permiso de estar más cercano a
ti y a tu corazón de lo que nunca lo estuvo mientras vivió en la Tierra.
Él está completamente enterado del
profundo y verdadero amor que tú sientes por él, y su propio corazón está mucho
más abierto. Él también entendió que no devolvió tu amor de la manera que debía
haberlo hecho, de la manera que tu esperabas, y esto le está motivando fuertemente,
de este lado del velo, para verificar las lecciones aprendidas para cuando
regrese en su encarnación siguiente.
Tú has tenido miles de encarnaciones en
este planeta en el curso de tu evolución, y has tenido miles de niños. Tú has
encarnado con muchos de ellos una y otra vez, y de verdad, nunca has estado
separada mucho de aquellos con los que tenías conexiones de corazón.
Tu
hijo ha sido parte de tu vida muchas veces antes, y él estará otra vez,
especialmente cuando los velos entre las dimensiones se vayan diluyendo.
En los años por venir los velos
desaparecerán completamente, y estarás de nuevo frente a tus seres amados cara
a cara.
En un futuro no demasiado distante, al
comprometerte con tu ascensión, podrás experimentar la gran alegría de
encontrarte un día, cara a cara, con todos aquellos que han salido del mundo
físico. Tú estarás de nuevo con ellos en forma clara sin tener que dejar tu
cuerpo físico. ¡Puedes imaginar el espectáculo y éxtasis que esta gran reunión
creará! Es parte del plan, amiga mía. Deja que la vela del amor y de la
esperanza siga ardiendo.
Siente
la presencia de tu hijo alrededor tuyo, y siente el amor que él ahora te está
devolviendo.
Desde su transición, él ha ganado mucha
más comprensión de la que tenía mientras estaba en su cuerpo físico. Tu hijo
solicitó al consejo Kármico de Luz un permiso para estar a tu lado muy a
menudo, y también que le fuera permitido ser tu guía para darte asistencia
hacia tu próximo paso evolutivo.
Yo,
Adama, te pido que dejes ir el sentido de tragedia.
Por lo que concierne a tu hijo, el
“accidente” que tuvo pudo parecer por azar, pero es sólo en apariencia. El
hombre con quien tuvo el “accidente” fue sólo un instrumento de un acuerdo
kármico. Entiende que a menos que hubiera una decisión a nivel del alma de
parte de tu hijo en los planos internos para terminar su encarnación y moverse
al nivel siguiente, el “accidente” no habría ocurrido. En última instancia, no
hubo “accidente”, sino el trabajo efectivo de una decisión del alma para un dar
un paso evolutivo.
A
nivel del alma, no era hora para tu hijo de ir adelante en el proceso de
ascensión, como tú misma has escogido. Había muchas cosas que necesitaban ser
resueltas desde una perspectiva distinta.
Al saber que habría sido extremadamente
difícil para él trabajar con estas cosas desde la experiencia encarnada,
prefirió irse.
Habiendo elegido dejar su cuerpo en ese
tiempo, tu hijo ahora está teniendo la tremenda oportunidad de prepararse, con
una sabiduría y comprensión mucho mayores, para sus metas y destino para su
próxima encarnación.
Él volverá otra vez, en algunos años, como
un maravilloso niño del “Nuevo Mundo” para dar gracia al planeta y asistir a
otros. En su encarnación siguiente, el estará mucho mejor equipado
emocionalmente para realizar sus sueños. Él podrá lograr las metas de la agenda
de su alma con una facilidad mucho mayor de con la que habría podido hacerlo en
este tiempo.
Entiende que habiendo escogido la
opción de irse ahora, él podrá ascender en la próxima vida sin todos los
dolores, dificultades y penas que habría encontrado si hubiera permanecido.
Y debido al gran amor que tú le has
ofrecido, sosteniéndolo, le has ayudado enormemente en la recepción de esta
dispensación especial para su próxima encarnación. Él está muy agradecido por
el amor que le has ofrecido tan incondicionalmente mientras él estuvo en forma
física.
Entiende que tu hijo está honrándote
por ese amor incesantemente. Él te está asistiendo en la preparación del camino
para tu regreso a casa, tu ascensión.
Porque
tú amas a tu hijo tan profundamente, sin contenerte, entonces permite ahora que
él dé su paso siguiente, respetando su decisión.
Desde nuestra perspectiva y la
perspectiva de la agenda del alma, dejar la encarnación fue para él una
decisión oportuna, correcta y positiva.
Tu
hijo te ama mucho y desea de verdad verte feliz y con alegría. Tu hijo no desea
que niegues tu pena sino que aceptes su partida como la mejor cosa que habría
podido sucederle en ese tiempo.
Él
está diciéndote en este momento:
“Mamá,
yo sigo estando vivo y me siento mucho mejor. La vida es
maravillosa aquí, y me estoy preparando para nuestra próxima reunión, que será
física y tangible. No pasará mucho tiempo hasta que volvamos a vernos de nuevo
cara a cara, y sabrás que nunca me he ido. Durante mi aparente ausencia de la
vida física, toma este tiempo para amarte a ti misma, mucho más que antes, y
para transformarte en todo el amor que tú eres, y luego sigue avanzando hacia
tu alegría y vitalidad. Ésta es tu próxima tarea.”
Tu hijo desea que contemples más que
nunca tus sistemas de creencias alrededor de la experiencia de vida llamada “muerte.”
Este acontecimiento es también una
oportunidad para crear, dentro de uno mismo, un nuevo salto en la conciencia
como resultado de la transición al mundo siguiente.
Pregúntate:
¿existe algo llamado “muerte” o es simplemente una transición de una
experiencia física a una mayor realidad? ¿Realmente “poseo” a mi hijo, o él
pertenece a Dios (a lo que Es), como el resto de las almas en evolución aquí y
en todas partes? ¿Era mi papel como madre ante todo apoyar y ayudar a su alma
en una experiencia de encarnación en la Tierra por un tiempo, y por ello, hemos
creado enlaces de amor que vivirán por toda la eternidad? ¿Mi hijo realmente
“ha muerto” o está vivo y más vibrante que nunca en otro plano de consciencia?
¿Es nuestra separación permanente o una mera ilusión temporal? ¿Puedo yo elegir
vivir en el amor y en el abrazo de mi Divina Presencia y realmente gozar de mi
vida otra vez sin mi hijo físicamente presente en la Tierra, o elegiré
experimentar dolor haciendo mayor mi pena en lugar de desapegarme y dejarlo ir?
Queridísima hermana, yo conozco tu
corazón y extiendo mi amor a él profundamente. Acepta el regalo de Paz de Adama
y avanza hacia tu alegría.
Piensa en la muerte del cuerpo de tu
hijo como la oruga que nació a una nueva vida y se convirtió en una feliz
mariposa. Conviértete tú también en una mariposa, y pronto, los dos estaréis
jugando, divirtiéndoos y riéndoos juntos… en el jardín de Dios.
Soy Adama de Telos, el padre de todos.
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