La felicidad es permitirte estar bien con lo que es,
en vez de desear y clamar por lo que no es. Obviamente lo que
es, es lo que se supone que debe de ser, o no sería. El resto eres simplemente
tú discutiendo con la vida.
Alguien
te está brindando amor hoy,
esperando de todo corazón que lo recibas. Has pedido que alguien te ame en este
momento, y Dios ha respondido a tus oraciones. Mira. Escucha. Esa persona está
exactamente en tu mundo. Abre la puerta para que puedan entrar. Te prometo que
no estoy inventando esto. Alguien te está amando justamente ahora. Mira.
Escucha. Déjalo entrar. Allí está, lo dije dos veces. Dios quería asegurarse de
que realmente lo recibieras.
El
progreso no se mide en millas, se mide en pulgadas. No te preguntes porqué
las cosas se tardan tanto. De hecho, todo está desenvolviéndose exactamente
como es necesario, utilizando ni un minuto más de lo que la perfección
necesita. Descansa y permanece en paz. La vida está haciendo su magia aún en
el momento en el que tomas tu siguiente respiración. Allí. ¿Lo ves? Ya casi
podías sentir la perfección, verdad…
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