El dolor más horroroso, horrible, desgarrador y grande que conozco es el haber "perdido" a mi hijo Adrián con 31 años. Mi amado hijo nació el día 10 de Mayo de 1985 y desencarno, hizo su transición el día 3 de Diciembre del 2016. Sé en mi alma y corazón que después de la
vida terrenal existe algo mejor que nos espera, más grande que lo que aquí
conocemos. Es un gran consuelo ante lo que llamamos muerte.
Por alguna razón que desconozco, el alma de mi hijo decidió partir y estoy viviendo su pérdida del mundo físico con muchísimo dolor, pena, tristeza... pero también he tenido momentos de paz. Porque se que en algún momento nos volveremos a encontrar. Y porque se que mi hijo amado quiere, es que yo este bien. Algo difícil en estos momentos...
Nuestros Amados pueden comunicarse con nosotros a través de medios distintos. Lo único que tenemos que hacer es prestar mucha atención a los "mensajes" , a los sueños, los mensajes pueden venir de distintas formas y por distintas fuentes.
Todos los que hemos perdido a un ser querido y para quienes perdieron a alguien importante en sus vidas y
especialmente a quienes perdieron a un hijo, abran su corazón a recibir las señales que desde el otro lado de
vez en cuando nos envían. Ellos están bien….
El amor hacia nuestros seres queridos es la fuerza que hace que nos podamos comunicar con ellos.
El duelo es un proceso...Soy consciente que sentir la tristeza, desahogarme es la mejor manera
de dejar partir la pena, y ella va saliendo poco a poco....
La tristeza tiene su
propio ritmo, y la manera de limpiarla es sintiéndola en toda su
intensidad sin caer en la auto compasión, o en enmascarar el dolor a través de
la ira, o alargarla haciéndola más penosa a través de las culpas. Estas
sensaciones no hay que dejarlas entrar....
Sé
que nuestro espíritu, nuestra consciencia es eterna, somos seres eternos, y no
dependemos de nuestro cuerpo físico para seguir existiendo.
Quién desencarna, quien se va de este
mundo, no ha muerto.
Lo que extraño inmensamente es su presencia, su voz, su cariño, su sonrisa que iluminaba todo.
Lo que extraño inmensamente es su presencia, su voz, su cariño, su sonrisa que iluminaba todo.
Escribo todo esto que siento desde la tristeza pero decido escribir enfocándome en mi
corazón, donde hay amor incondicional.
Muchos
no creen que la vida sigue después de la muerte física y yo tampoco lo puedo demostrar porque es parte de nuestra vida en este planeta llamado Tierra.No recordarmos para poder vivir las experiencias y a través de ellas re-descubrirnos, aprender y evolucionar.
Sé
que hay algo más grande que nos espera, donde no existen limitaciones y es allí donde nos reencontraremos en el
amor y en la dicha total.
Mi hijo amado, mi amor puro e incondicional. Eres amado. Te amo.
Clic aquí: Encienda una vela. Bendiciones.
Gracias
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