Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤

sábado, 5 de agosto de 2017

Nuestras Almas hicieron un acuerdo antes de nacer para crecer juntos


Con cada persona que forma parte de nuestra vida establecemos un acuerdo de almas.
Esto significa que mucho tiempo atrás, en el reino de las almas, prometimos tener un encuentro
especial, compartir la vida, modelar la experiencia, completar otra alma al unirnos con ella en esta vida terrenal.
Los acuerdos entre las almas, son compromisos para el crecimiento en conjunción con otra.
De esta manera, emprendemos el viaje hacia un estado de conciencia y apertura total que los místicos denominan “iluminación”.
Estos compromisos son el motivo por el cual, en ocasiones, sentimos una extraña conexión con otra persona; otras veces no entendemos que alguien con carácter difícil forme parte de nuestra vida, o nos preguntamos simplemente por qué recorremos la vida junto a alguien, como si existiera un acuerdo tácito que a su vez puede terminarse abruptamente.
Como miembros de esta comunidad de almas reunidas en la vida sobre la Tierra, hemos acordado no sólo recordar a los demás sobre el estado puro original, sino también realizar todo lo posible dentro de la existencia humana, infinitamente cambiante, con el fin de asegurar el crecimiento de nuestra propia alma y las de los demás.
Algunas personas vienen al mundo para ser bellas y fuertes.
Otras para ser complicadas o raras; algunas para morir jóvenes y enseñarnos a través de la desolación de tan terrible pérdida.
Otras, para vivir muchos años e instruirnos mediante su sabiduría.
Sin embargo, no importa cuál sea nuestro rol: todos formamos parte de este gran destino espiritual
que principalmente consiste en recordar nuestra esencia eterna y dirigir nuestros actos hacia la unión final.
Es así que, a cada persona que conocemos, en situaciones buenas o terribles, breves o duraderas
y cada relación de la que formamos parte, representan una pequeña escena en el eterno conjunto humano, cuyo fin es el desarrollo del alma.
Al advertir esto, uno podrá asombrarse y comprender que cada persona presente en nuestra vida tiene un importante propósito: el de entrar en contacto con nuestra alma y hacerla crecer;
que cada relación existe para agudizar la conciencia de nuestra alma.
Así, ya nadie nos resulta extraño, ninguna relación puede verse como un error o un fracaso.
A la luz del espíritu, comprendemos que estamos cumpliendo nuestro rol, en miras a la realización de un plan perfecto y eterno.
De corazón a corazón


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