La
esencia del budismo yace en la convicción de que, a cada instante, en nuestro
interior existe la capacidad para superar cualquier problema o dificultad que
podamos encontrar en la vida; la habilidad de transformar cualquier
sufrimiento. Nuestras vidas poseen este poder porque son inseparables de la ley
fundamental que subyace en el funcionamiento de toda la vida y del universo.
Nam-myoho-renge-kyo podría ser descrito como un juramento, la expresión de
la determinación de abrazar y manifestar nuestra naturaleza de Buda. Es el
compromiso con nosotros mismos de no ceder jamás ante las dificultades y
remontarnos victoriosos sobre nuestros sufrimientos. Al mismo tiempo, es el
juramento de ayudar a los demás a revelar esta ley en sus propias vidas y
alcanzar la felicidad.
Nam proviene del sánscrito "namas", que significa "dedicar o consagrar
la vida".
Myo puede traducirse como "místico" o
"maravilloso", y hosignifica "ley". Esta ley es llamada
mística porque resulta difícil de comprender. Pero, ¿qué resulta exactamente
difícil de comprender? Es el prodigio de las personas comunes que, acosadas por
la ilusión y el sufrimiento, despiertan a la ley fundamental en sus propias
vidas, dándose cuenta de que inherentemente son Budas, capaces de resolver sus
propios problemas y los de los demás.
Renge significa "flor de loto". La flor de loto
es pura y fragante, inmaculada a pesar del agua fangosa en la que crece. Del
mismo modo, la belleza y la dignidad de nuestra humanidad se revelan en medio
de los sufrimientos de la realidad diaria.
Además, a diferencia de otras plantas, del loto brotan flores y frutos a un
mismo tiempo. Esto ilustra el principio de la simultaneidad de causa y efecto;
no tenemos que esperar a convertirnos en alguien perfecto en un futuro, podemos
manifestar el poder de la Ley Mística desde el interior de nuestra vida en
cualquier momento.
Kyo significa literalmente
"sutra" y en este caso indica la Ley Mística que se asemeja a una
flor de loto, la ley fundamental que permea la vida y el universo, la verdad
eterna.
Recitar Nam-myoho-renge-kyo es un
acto de fe en la Ley Mística y en la magnitud de las posibilidades inherentes a
la vida. Nam-myoho-renge-kyo no es una frase mística que
conlleva un poder sobrenatural, Nam-myoho-renge-kyo tampoco es
una entidad que nos trasciende y de la que dependemos. Es el principio que
afirma que, aquellos que viven vidas comunes y hacen esfuerzos continuados,
triunfarán sin falta.
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