Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤

sábado, 29 de julio de 2017

LA MUERTE ES UNA ILUSION - THICH NHAT HANH



LA MUERTE ES UNA ILUSION - THICH NHAT HANH


La muerte es una ilusión - Thich Nhat Hanh

"... El mayor de nuestros miedos es el de no existir o convertirnos en nada.

Muchos de nosotros creemos que nuestras existencias se inician en el momento de nacer o de ser concebidos, y que finalizan en el momento en que morimos.

Creemos que venimos de la nada y que al morir nos vamos a la nada. 

Otros muchos piensan que han sido creados por un Principio Supremo y que a su muerte revivirán a la vida eterna. 

En cualquier caso, estamos embargados por la angustia de la aniquilación.

Ante la muerte, parece que sólo cabe considerar dos opciones posibles: 

creer en la eternidad de un alma indestructible, 

o creer en la aniquilación de un cuerpo material perecedero. 

Multitud de eruditos y filósofos preguntaron en muchas ocasiones al Buda sobre las filosofías opuestas del eternalismo y el nihilismo. 

A aquellos que le preguntaron si existía un alma eterna, el Buda les respondió que no había un yo permanente; a aquellos que le preguntaron si al morir desaparecíamos en el olvido, les respondió que no había aniquilación. Fiel al camino medio, rechazó ambas ideas extremas.

A partir de su experiencia realizativa, el Buda considera la existencia de una manera totalmente distinta: Nunca hemos nacido y nunca podemos morir.

Nacimiento y muerte no son más que conceptos en nuestra mente.

El creer que son reales origina en nosotros una poderosa alucinación que nos hace sufrir.

El Buda enseñó que no hay ni nacimiento ni muerte, ni llegada ni partida, ni similitud ni disparidad, ni crecimiento ni disminución, ni un yo permanente ni la aniquilación.

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