Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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miércoles, 16 de enero de 2019

El propósito interno

Mientras no tenga consciencia del Ser, usted buscará significado solamente en la dimensión del hacer y del futuro, es decir, en la dimensión de tiempo. Y todo significado o toda realización que usted encuentre en esa dimensión se disolverá o demostrará no ser más que una ilusión. El tiempo terminará por destruirlo indefectiblemente. Todo significado que encontremos en ese plano es verdadero solamente en términos relativos y temporales.

Por ejemplo, si ver por sus hijos le da significado a su vida, ¿Qué sucederá con ese significado cuando ellos ya no necesiten de usted y quizás ni siquiera deseen escuchar lo que usted tiene que decir? Si le encuentra importancia a la vida ayudando a los demás, dependerá de que otras personas estén en peores circunstancias que las suya para que su vida continúe teniendo significado y usted pueda sentirse a gusto consigo mismo. Si sobresalir, triunfar o tener éxito en esto o aquello le proporciona significado, ¿Qué pasará si nunca llega a triunfar o si algún día se termina su racha de buena suerte? Tendría entonces que recurrir a su imaginación o a sus recuerdos, los cuales le proporcionarán apenas un significado pobre e insatisfactorio a su vida. Triunfar en cualquier campo tiene importancia siempre y cuando haya miles o millones de personas que no hagan lo mismo. Por consiguiente, es preciso que otros seres humanos “fracasen” para que su vida pueda tener significado.
No estoy diciendo que ayudar a los demás, ver por sus hijos o aspirar a la excelencia en cualquier campo no merezca la pena. Para muchas personas, son un aspecto importante de su propósito externo, pero éste por sí solo siempre es relativo, inestable y transitorio. Pero no significa que usted deba abstenerse de hacer todas esas cosas. Significa que debe conectarlas con su propósito primario interno, de tal manera que pueda imprimir un significado más profundo a todo lo que haga.
Cuando no vivimos en consonancia con nuestro propósito primario, cualquiera que sea el propósito que tengamos en la vida, aunque sea crear el cielo en la tierra, provendrá del ego o sucumbirá con el tiempo. Tarde o temprano, llevará al sufrimiento. Si usted desconoce su propósito interno, todo lo que haga, aunque parezca espiritual, llevará la marca del ego y, por tanto, acabará por corromperse. El dicho de que “el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones” apunta a esa verdad. En otras palabras, no son las metas, ni los actos los que son primordiales sino el estado de consciencia del cual emanan. Alcanzar el propósito primario equivale a sentar las bases para una nueva realidad, una nueva tierra. Una vez construidos esos cimientos, el propósito externo se carga de poder espiritual porque las metas y las intenciones se funden con el impulso evolutivo del universo.
La separación entre el pensamiento y la consciencia, que es el centro del propósito primario, sucede cuando negamos el tiempo. Claro está que no nos referimos a la aplicación práctica del tiempo como concertar una cita o planear un viaje. No nos referimos al tiempo del reloj, sino al tiempo psicológico, es decir, al hábito afianzado de la mente de buscar la plenitud de la vida en el futuro donde no es posible hallarla y haciendo caso omiso de la única puerta de acceso a ella: el momento presente.
Cuando consideramos que lo que somos o hacemos es el propósito principal de nuestra vida, negamos el tiempo. Esto proporciona un poder inconmensurable. Negar el tiempo en lo que hacemos también crea la conexión entre el propósito interno y el externo, entre el Ser y el hacer. Cuando negamos el tiempo, negamos el ego. Todo lo que hagamos tendrá una calidad extraordinaria porque el hacer mismo se concierte entonces en el canal a través del cual penetra la consciencia en el mundo. Esto significa que hay calidad en lo que hacemos, hasta en las cosas más insignificantes, como voltear las páginas del directorio telefónico o cruzar una habitación. El propósito principal de volear las páginas es voltear las páginas; el propósito secundario es hallar el número de teléfono. El propósito principal de cruzar la habitación es cruzar la habitación; el propósito secundario es tomar el libro que está el otro lado, y tan pronto como se toma el libro, éste se convierte en el propósito principal.
Quizás usted recuerde la paradoja del tiempo a la cual hicimos referencia anteriormente: todo lo que hacemos consume tiempo y, no obstante, siempre lo hacemos en el ahora. Entonces, si bien nuestro propósito interno es negar el tiempo, el propósito externo se relaciona necesariamente con el futuro y no podría existir sin el tiempo, pero siempre secundario. Cada vez que sentimos angustia o tensión es porque otro propósito se ha adueñado de nosotros y hemos perdido de vista nuestro propósito interno. Hemos olvidado que lo primario es nuestro estado de consciencia y que todo lo demás es secundario.
Eckhart Tolle- Una Nueva Tierra

El florecer de la consciencia humana

La Tierra, hace 14 millones de años, un día poco después de despuntar el alba: la primera flor en existir sobre el planeta abre sus pétalos para recibir los rayos del sol. Con anterioridad a ese suceso extraordinario que anuncia la transformación evolutiva de la vida vegetal, el planeta había estado cubierto de vegetación durante millones de años. Es probable que la primera flor no hubiera sobrevivido por mucho tiempo y que las flores hubieran seguido siendo fenómenos raros y aislados, puesto que las condiciones seguramente no eran favorables para una florescencia generalizada. Sin embargo, un día se llegó al umbral crítico y súbitamente debió producirse una explosión de colores y aromas por todo el planeta, de haber habido una consciencia con capacidad de percepción para presenciarla.

Mucho tiempo después, esos seres delicados y perfumados a los cuales denominamos flores desempeñarían un papel esencial en la evolución de la consciencia de otras especies. Los seres humanos se sentirían cada vez más atraídos por ellos. Seguramente, a medida que la consciencia humana se fue desarrollando, las flores pudieron ser la primera cosa que los seres humanos valoraron sin que representaran un valor utilitario para ellos, es decir, sin que tuvieran alguna relación con su supervivencia. Sirvieron de inspiración para un sinnumero de artistas, poetas y místicos. Jesús nos dice que contemplemos las flores y aprendamos a vivir como ellas. Se dice que Buda pronunció una vez un “sermón silencioso” mientras contemplaba una flor. Al cabo de un rato, uno de los presentes, un monje de nombre Mahakasyapa, comenzó a sonreir. Se dice que fue el único que comprendió el sermón. Según la leyenda, esa sonrisa (la realización) pasó a veintiocho maestros sucesivos y mucho después se convirtió en el origen del Zen.
La belleza de una flor pudo arrojar un breve destello de luz sobre la parte esencial más profunda del ser humano, su verdadera naturaleza. El momento en que se reconoció por primera vez la belleza fue uno de los más significativos de la evolución de la consciencia humana. Los sentimientos de alegría y amor están intimamente ligados con ese reconocimiento. Sin que nos diéramos cuenta, las flores se convertirían en una forma de expresión muy elevada y sagrada que moraría dentro de nosotros pero que no tendría forma.Las flores, con su vida más efímera, etérea y delicada que la de las plantas de las cuales nacieron, se convertirían en especie de mensajeras de otro plano, un puente entre el mundo de las formas físicas y de lo informe. Su aroma no solamente era delicado y agradable para los sentidos, sino que traía una fragancia desde el plano del espíritu. Si utilizamos la palabra “iluminación” en un sentido más amplio del aceptado convencionalmente, podríamos pensar que las flores constituyen la iluminación de las plantas.
Cualquiera de las formas de vida de los distintos reinos (mineral, vegetal, animal o humano) pasa por la “iluminación”. Sin embargo, es algo que sucede muy rara vez puesto que es más que un paso en la evolución: también implica una discontinuidad de su desarrollo, un salto hacia un nivel completamente diferente del Ser, acompañado, en lo que es más importante de una disminución de la materialidad.
¿Qué podría ser más denso e impenetrable que una roca, la más densa de todas las formas? No obstante, algunas rocas sufren cambios en su estructura molecular, convirtiéndose en cristales para dar paso a la luz. Algunos carbonnes se convierten en diamantes bajo condiciones inconcebibles de calor y de presión, mientras que algunos minerales pesados se convierten en piedras preciosas.
La mayoría de los reptiles rastreros, los más íntimamente unidos a la tierra, han permanecido iguales durante millonnes de años. sin embargo, algunos otros desarrollaron plumas y alas para convertirse en aves, desafiando la fuerza de la gravedad que los había mantenido sujetos al suelo durante tanto tiempo. No aprendieron a reptar o a andar mejor, sino que transcendieron totalmente esos dos pasos.
Desde tiempos inmemoriales, las flores, los cristales, las piedras preciosas y las aves han tenido un significado especial para el espíritu humano. Al igual que todas las formas de vida, son, lógicamente, manifestaciones temporales de la Vida y la Consciencia. Su significado especial y la razón por la que los seres humanos se han sentido fascinados y atraídos por ellas pueden atribuirse a su cualidad etérea.
Cuando un ser humano tiene cierto grado de Presencia, de atención y alerta en sus percepciones, puede sentir la esencia divina de la vida, la consciencia interior o el espíritu de todas las criaturas y de todas las formas de vida y reconocer que es uno con esa esencia y amarla como a sí mismo. Sin embargo, hasta tanto eso sucede, la mayoría de los seres humanos perciben solamente las formas exteriores sin tomar consciencia de su esencia interior, de la misma manera que no reconocen su propia esencia y se limitan a identificarse solamente con su forma física y psicológica.
Sin embargo en el caso de una flor, un cristal, una piedra preciosa o un ave, hasta una persona con un grado mínimo de Presencia puede sentir ocasionalmente que en esa forma hay algo más que una simple existencia física, aún sin comprender la razón por la que se siente atraída y percibe una cierta afinidad por ella. Debido a su naturaleza etérea, esa forma oculta menos el espíritu interior que otras formas de vida. La excepción de esto son todas las formas recién nacidas como los bebés, los cachorros, etc, son frágiles, delicados y no se han establecido firmemente en la materialidad. De ellos emana todavía inocencia, dulzura y una belleza que no es de este mundo. Son un deleite para los seres humanos relativamente insensibles.
Así que cuando contemplamos conscientemente una flor, un cristal o un ave sin decir su nombre mentalmente,  se convierte en una ventana hacia el mundo de lo informe. Podemos vislumbrar algo del mundo del espíritu. Es por eso que  estas tres formas “iluminadas y aligeradas” de vida han desempeñado un papel tan importante en la evolución de la consciencia humana desde la antiguedad; es la razón por la cual la joya de la flor de loto es un símbolo central del budismo y la paloma, el ave blanca, representa al Espíritu Santo en el cristianismo. Han venido abonando el terreno para un cambio más profundo de la consciencia planetaria, el cual debe manifestarse en la especie humana. Es el despertar espiritual que comenzamos a presentar ahora.
“Una nueva tierra” Eckhart Tolle

viernes, 21 de diciembre de 2018

Las ideas de Eckhart Tolle


El ser no sólo es trascendente; también impregna profundamente cada forma, y su esencia es invisible e indestructible. Esto significa que ahora mismo puedes acceder al Ser porque es tu identidad más profunda, tu verdadera naturaleza. Pero no trates de aferrarlo con la mente. No trates de entenderlo.
Sólo puedes conocerlo dejando la mente en silencio. Cuando estás presente, cuando tu atención está plena e intensamente en el ahora, puedes sentir el Ser, pero nunca podrás entenderlo mentalmente.
La iluminación es recuperar la conciencia del Ser y residir en ese estado de «sensación-realización».
La palabra iluminación suscita la idea de un logro sobrehumano, y al ego le gusta que sea así; pero no es más que tu estado natural en el que sientes la unidad con el Ser. Es un estado de conexión con algo inconmensurable e indestructible, con algo que es esencialmente tú, y sin embargo es mucho mayor que tú. Es encontrar tu verdadera naturaleza más allá del nombre y de la forma.
La incapacidad de sentir esta conexión crea la ilusión de que estás separado de ti mismo y del mundo que te rodea. Entonces te percibes, consciente o inconscientemente, como un fragmento aislado. Surge el miedo, y los conflictos internos y externos pasan a ser la norma.
El mayor obstáculo para experimentar la realidad de tu conexión es la identificación con la mente, que hace que el pensamiento se vuelva compulsivo. Ser incapaz de dejar de pensar es una enfermedad terrible, pero no nos damos cuenta de ella porque casi todo el mundo la sufre y se considera algo normal. Este ruido mental incesante te impide encontrar el reino de quietud interior que es inseparable del Ser. También crea un falso yo fabricado por la mente, que lanza una sombra de miedo y sufrimiento.
La identificación con la mente produce una pantalla opaca de conceptos, etiquetas, imágenes, palabras, juicios y definiciones que bloquean toda verdadera relación. Esa pantalla se interpone entre tú y tú mismo, entre tú y tu prójimo, entre tú y la naturaleza, entre tú y Dios; crea la ilusión de separación, la ilusión de que tú y el «otro» estáis totalmente separados. Entonces te olvidas del hecho esencial de que, debajo del nivel de las apariencias físicas y de las formas separadas, eres uno con todo lo que es.
La mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Sin embargo, si se usa de forma in-apropiada, se vuelve muy destructiva. Para decirlo con más precisión, no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: por lo general no la usas en absoluto, sino que ella te usa a ti. Ésa es la enfermedad. Crees que tú eres tu mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti.
Es como si estuvieras poseído sin saberlo, y crees que la entidad posesora eres tú.
La libertad comienza cuando te das cuenta de que no eres la entidad posesora, el pensador. Saberlo te permite examinar la entidad. En el momento en que empiezas a observar al pensador, se activa un nivel de conciencia superior.
Entonces empiezas a darte cuenta de que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento, y de que el pensamiento sólo es una pequeña parte de esa inteligencia. También te das cuenta de que todas las cosas verdaderamente importantes —la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interna— surgen de más allá de la mente.
Empiezas a despertar.
LIBÉRATE DE TU MENTE
La buena nueva es que puedes liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación. Y puedes dar el primer paso ahora mismo.
Empieza por escuchar la voz que habla dentro de tu cabeza, y hazlo tan frecuentemente como puedas. Presta una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos discos de gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante años.
Esto es lo que llamo «observar al pensador», que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente allí como presencia que atestigua.
Cuando escuches la voz, hazlo imparcialmente. Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes, porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás.
Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.
Así, cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también de ti mismo como testigo del pensamiento. Ha hecho su aparición una nueva dimensión de conciencia.
Cuando escuchas el pensamiento, sientes como si hubiera una presencia consciente —tu yo profundo— por debajo o detrás de él. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se disuelve rápidamente, porque ya no energetizas tu mente mediante la identificación con ella. Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.
Cuando el pensamiento se aquieta, experimentas una discontinuidad en la corriente mental, una brecha de «no-mente». Al principio las brechas serán cortas, tal vez duren unos segundos, pero gradualmente se irán prolongando. Cuando ocurren estas discontinuidades, sientes cierta quietud y paz dentro de ti. Es el principio del estado natural de sentirte unido al Ser, generalmente nublado por la mente.
Con la práctica, la sensación de quietud y de paz se va ahondando. De hecho, esa profundidad no tiene fin. También sentirás una sutil emanación de alegría elevándose desde lo más hondo de ti: la alegría de Ser.
En este estado de conexión interna estás mucho más alerta, más despierto que en el estado de identificación mental. Estás plenamente presente. Y también se eleva la frecuencia vibratoria del campo energético que da vida al cuerpo físico.
A medida que profundizas en este reino de la no-mente, como a veces se le denomina en Oriente, vas alcanzando el estado de conciencia pura. En ese estado sientes tu propia presencia con tal intensidad y alegría que, en comparación, todo pensamiento, toda emoción, tu cuerpo físico y todo el mundo externo se vuelven relativamente insignificantes. Sin embargo, no es un estado de egoísmo, sino de desprendimiento y generosidad. Te lleva más allá de lo que pensabas que era «tu identidad». Esa presencia es esencialmente tú, y al mismo tiempo es inconcebiblemente mayor que tú.
En lugar de «observar al pensador», también puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente.
Esto es algo por demás satisfactorio. De este modo retiras la conciencia de tu actividad mental y creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas. Ésta es la esencia de la meditación.
En tu vida cotidiana puedes practicar esto tomando cualquier actividad rutinaria, que habitualmente sólo es un medio para un fin, y darle toda tu atención para que se convierta en un fin en sí misma.
Por ejemplo, cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta mucha atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente totalmente presente.
O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc.
O cuando entres en tu coche, después de cerrar la puerta, detente durante unos segundos y observa el flujo de tu respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia.
Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.
El paso más vital en tu camino hacia la iluminación es éste: aprende a no identificarte con tu mente. Cada vez que creas una apertura en el flujo mental, la luz de tu conciencia se fortalece.
Puede que un día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza como sonreirías a las travesuras de un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido de identidad ya no depende de él.
Eckhart Tolle

sábado, 24 de noviembre de 2018

Paz después de la pérdida por Eckhart Tolle

Fuente: http://learntodie.net/es/paz-despues-de-la-perdida-por-eckhart-tolle/
Cuando hay una pérdida, a veces no sabes identificar bien cómo te sientes. Hay dolor, por supuesto, y otras veces es como si cayeras a un abismo: hay un vacío profundo y entonces no sabes exactamente qué es lo que sientes, da incluso miedo, porque sientes una paz extraña, que se supone que no debería estar ahí. De esto trata el siguiente artículo de Eckhart Tolle.
Paz después de la pérdida por Eckhart Tolle
Pregunta: Mis hijos se ahogaron en el mar hace 10 meses. Yo me rendí, pero cuando sentí la paz y la calma que me llenaban, me sentí mal.
No estaba bien sentir paz y calma con tal pérdida.
ET: Al principio, el camino natural del ser después de una pérdida es el sufrimiento, después hay una profundización. En esa profundidad vas a un sitio donde no existe la muerte. Y, de hecho, sientes que eso significa que llegaste lo suficientemente profundo, al lugar donde no hay muerte. Condicionada como está tu mente por la sociedad, por el mundo contemporáneo en el que vives, que no sabe nada acerca de esa dimensión, tu mente te dice que hay algo malo en ese sentimiento. Tu mente dice “no debería sentir paz, esto no se siente e una situación así”. Pero son los pensamientos condicionados por la cultura los que viven en ti. En cambio, puedes reconocer cuando esto sucede, cuando este pensamiento viene, reconocerlo como un pensamiento condicionado que no es cierto.
Esto no significa que las olas de la tristeza no vuelvan de vez en cuando. Pero entre estas olas, sientes que hay paz. Como sientes esta paz, sientes la esencia de tus hijos como eterna. Así la muerte es una cosa sagrada, no solo una cosa terrible. Cuando reaccionas a la pérdida de la forma, eso sí es terrible.
Cuando profundizas lo suficiente en la vacuidad o no-forma, lo terrible ya no es tan terrible, es sagrado. Cuando alguien cercano muere, entonces experimentarás los dos niveles. Sí, es terrible en el nivel de la forma. Es sagrado, en el nivel más profundo. La muerte te permite encontrar esa dimensión de ti mismo. Puedes ayudar a innumerables personas si encuentras esa dimensión en ti mismo – la sagrada dimensión de la vida. La muerte puede ayudarte a encontrar la dimensión sagrada de la vida – donde la vida es destructible.
Rendirte puede abrir esa puerta. Aceptándola completamente. Honra esa dimensión sagrada y entiende lo que tu mente está diciendo, no es correcto, es solo una creencia, un condicionamiento, no es la verdad. Esto es la verdad suprema.
Esta es siempre la ventana hacia la vacuidad o no-forma. Al aceptarlo, te rindes. Porque la forma se ha ido, tu mente se aquieta cuando se rinde a la muerte. No es a través de las explicaciones, explicaciones mentales que dicen: bien, él o ella se mueven o se reencarnan o se van a un lugar lleno de paz para descansar. Esto puede ser reconfortante, pero puedes ir a un sitio más profundo donde no necesites una explicación, un estado de realización inmediata de lo sagrado de la mente, porque lo que se revela cuando la forma se disuelve es la vida más allá de la forma. Esto es lo único sagrado. Esta es la dimensión sagrada.
Puedes tener pequeñas revelaciones de esto cuando pierdes algo y aceptas completamente que se ha ido. Pequeñas visiones de la muerte que pueden darte una diminuta realización, quizás incluso más que diminuta, si estás preparado.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Base- Eckhart Tolle

Una base inestable para un futuro mejor
“El descontento, la culpa, la queja, la autocompasión no pueden servir de fundamento para un buen futuro, no importa cuánto esfuerzo hagas por conseguirlo.”
Eckhart Tolle

viernes, 9 de noviembre de 2018

Un libro excelente para abrir la conscienca

El Poder del Ahora




Una obra maestra, por su sencillez y claridad, en la que se exponen los mecanismos del ego humano, el funcionamiento de los pensamientos y las emociones y el modo en que podemos tomar conciencia de ellos para alcanzar estados de paz mental que en nuestro día a día "mundano" no alcanzamos a concebir. 
Si abrimos nuestra  mente, se puede llegar a comprender la absurda locura ideológica en que vive inmersa una gran parte de la humanidad .
Una de las grandes cosas  que enseña el libro es que todos decimos anhelar la paz, pero nuestra mente, inconscientemente, tiende al conflicto y al pensamiento desordenado y compulsivo. Observarla sin juicio es, según Eckhart Tolle, la clave para calmarla y volver a un estado de relax y plenitud interior.

Si aún no lo has leído y sientes que debes hacerlo, no lo dudes: el libro te está llamando y, del modo que sea, llegará hasta ti

viernes, 28 de septiembre de 2018

Sabiduría de la Rendición

Eckhart Tolle es un escritor alemán…es reconocido por ser "el autor espiritual más popular en Estados Unidos Tolle no está alineado con ninguna religión o tradición en particular. Sin embargo tiene una fuerte conexión con Jiddu Krishnamurti y Ramana Maharshi y afirma que sus enseñanzas son una síntesis de estos dos maestros.. Esta influenciado también por el sufismo, la poesía de Rumi, el Budismo Zen y por el maestro Jesús.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Paz después de la pérdida- por Eckhart Tolle

Cuando hay una pérdida, a veces no sabes identificar bien cómo te sientes. Hay dolor, por supuesto, y otras veces es como si cayeras a un abismo: hay un vacío profundo y entonces no sabes exactamente qué es lo que sientes, da incluso miedo, porque sientes una paz extraña, que se supone que no debería estar ahí. 
De esto trata el siguiente artículo de Eckhart Tolle.
Paz después de la pérdida por Eckhart Tolle
Pregunta: Mis hijos se ahogaron en el mar hace 10 meses. Yo me rendí, pero cuando sentí la paz y la calma que me llenaban, me sentí mal.
No estaba bien sentir paz y calma con tal pérdida.
ET: Al principio, el camino natural del ser después de una pérdida es el sufrimiento, después hay una profundización. En esa profundidad vas a un sitio donde no existe la muerte. Y, de hecho, sientes que eso significa que llegaste lo suficientemente profundo, al lugar donde no hay muerte. Condicionada como está tu mente por la sociedad, por el mundo contemporáneo en el que vives, que no sabe nada acerca de esa dimensión, tu mente te dice que hay algo malo en ese sentimiento. Tu mente dice “no debería sentir paz, esto no se siente e una situación así”. Pero son los pensamientos condicionados por la cultura los que viven en ti. En cambio, puedes reconocer cuando esto sucede, cuando este pensamiento viene, reconocerlo como un pensamiento condicionado que no es cierto.
Esto no significa que las olas de la tristeza no vuelvan de vez en cuando. Pero entre estas olas, sientes que hay paz. Como sientes esta paz, sientes la esencia de tus hijos como eterna. Así la muerte es una cosa sagrada, no solo una cosa terrible. Cuando reaccionas a la pérdida de la forma, eso sí es terrible.
Cuando profundizas lo suficiente en la vacuidad o no-forma, lo terrible ya no es tan terrible, es sagrado. Cuando alguien cercano muere, entonces experimentarás los dos niveles. Sí, es terrible en el nivel de la forma. Es sagrado, en el nivel más profundo. La muerte te permite encontrar esa dimensión de ti mismo. Puedes ayudar a innumerables personas si encuentras esa dimensión en ti mismo – la sagrada dimensión de la vida. La muerte puede ayudarte a encontrar la dimensión sagrada de la vida – donde la vida es destructible.
Rendirte puede abrir esa puerta. Aceptándola completamente. Honra esa dimensión sagrada y entiende lo que tu mente está diciendo, no es correcto, es solo una creencia, un condicionamiento, no es la verdad. Esto es la verdad suprema.
Esta es siempre la ventana hacia la vacuidad o no-forma. Al aceptarlo, te rindes. Porque la forma se ha ido, tu mente se aquieta cuando se rinde a la muerte. No es a través de las explicaciones, explicaciones mentales que dicen: bien, él o ella se mueven o se reencarnan o se van a un lugar lleno de paz para descansar. Esto puede ser reconfortante, pero puedes ir a un sitio más profundo donde no necesites una explicación, un estado de realización inmediata de lo sagrado de la mente, porque lo que se revela cuando la forma se disuelve es la vida más allá de la forma. Esto es lo único sagrado. Esta es la dimensión sagrada.
Puedes tener pequeñas revelaciones de esto cuando pierdes algo y aceptas completamente que se ha ido. Pequeñas visiones de la muerte que pueden darte una diminuta realización, quizás incluso más que diminuta, si estás preparado.
www.eckharttolle.com

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Adicciones por Eckhart Tolle

Podría decirse que una adicción es una pauta de conducta compulsiva y persistente, y la adicción vive dentro de ti como una casi entidad o subpersonalidad, un campo de energía que periódicamente se apodera por completo de ti...


Clic aquí: ADICCIONES - Eckhart Tolle

viernes, 24 de agosto de 2018

Eckhart Tolle sobre la atención plena


 En tu memoria mi amado hijo Adrián
Si las estructuras de la mente humana se mantienen sin cambios, siempre vamos a terminar volviendo a crear el mismo mundo, los mismos males, las mismas disfunciones.
La definición de ti mismo a través del pensamiento te está limitando a ti mismo.
Las palabras reducen la realidad a algo que la mente humana pueda comprender, que no es mucho.
A veces dejar pasar las cosas es un acto de poder mucho mayor que obstinarte en mantenerlas.
El pasado no tiene poder sobre el momento presente.
Cuando te quejas, te haces una víctima. Deja la situación, cambia la situación o acéptela, todo lo demás es una locura.
Algunos cambios se pueden ver negativamente al principio, pero pronto te darás cuenta de que el espacio está creando en tu vida para algo nuevo para ti.
Poder sobre los demás es debilidad disfrazada de fuerza.
El placer es siempre deriva de algo fuera de ti, mientras que la alegría surge desde dentro.
Tú eres el universo, no estás en el universo.

jueves, 23 de agosto de 2018

Eckhart Tolle: Reflexiones

En tu memoria mi amado hijo
Honro tu memoria mi amado hijo Adrián

La vida te dará la experiencia más útil para la evolución de tu conciencia. ¿Cómo sabrás que esta es la experiencia que necesitas? Debido a que esta es la experiencia que estás teniendo en estos momentos.
La mayor parte del dolor humano es innecesario. Es creado por uno mismo, siempre y cuando la mente no observada vive su vida.
Los dogmas son prisiones conceptuales colectivos. Y lo extraño es que la gente ama sus celdas porque les dan una sensación de seguridad y una falsa sensación de “yo sé”. Nada ha causado más sufrimiento a la humanidad de sus dogmas.
No eres un problema que hay que resolver.
Muchas personas identifican el sentido de sí mismas con los problemas que tienen, o piensan que tienen.
Reconociendo el bien logras en tu vida el fundamento de toda la abundancia.

“Este es mi secreto”, dijo “No me importa lo que pase”.
Tú no te vuelves bueno tratando de ser bueno, sino por la búsqueda de la bondad que ya está dentro de ti, y permitiendo que la bondad emerja.

miércoles, 15 de agosto de 2018

LA MENTE Y EL EGO, por Eckhart Tolle

En su mayor parte, nuestro proceso de pensamiento es involuntario, automático y repetitivo. No es más que una especie de estática mental que no cumple ningún propósito real. Estrictamente hablando, no pensamos: el pensamiento es algo que nos sucede. Cuando decimos “yo pienso” está implícita la voluntad. Implica que tenemos voz en el asunto, que podemos escoger. Sin embargo, en la mayoría de los casos no sucede así. La afirmación “yo pienso” es tan falsa como la de “yo digiero” o “yo circulo mi sangre”. La digestión sucede, la circulación sucede, el pensamiento sucede.
La voz de la mente tiene vida propia. La mayoría de las personas están a merced de esa voz, lo cual quiere decir que están poseídas por el pensamiento, por la mente. Y puesto que la mente está condicionada por el pasado, empuja a la persona a revivir el pasado una y otra vez. En Oriente utilizan la palabra karma para describir ese fenómeno. Claro está que no podemos saber eso cuando estamos identificados con esa voz. Si lo supiéramos, dejaríamos de estar poseídos porque la posesión ocurre cuando confundimos a la entidad poseedora con nosotros mismos, es decir, cuando nos convertimos en ella.
Durante miles de años, la humanidad se ha dejado poseer cada vez más por la mente, sin poder reconocer que esa entidad poseedora no es nuestro Ser. Fue a través de la identificación completa con la mente que surgió un falso sentido del ser: el ego. La densidad del ego depende de nuestro grado (el de nuestra conciencia) de identificación con la mente y el pensamiento. El pensamiento es apenas un aspecto minúsculo de la totalidad de la conciencia, la totalidad de lo que somos.
El grado de identificación con la mente varía de persona a persona. Algunas personas disfrutan de períodos de libertad, por cortos que sean, y la paz, la alegría y el gusto por la vida que experimentan en esos momentos hacen que valga la pena vivir. Son también los momentos en los cuales afloran la creatividad, el amor y la compasión. Otras personas permanecen atrapadas en el estado egotista. Viven separadas de sí mismas, de los demás, y del mundo que las rodea. Reflejan la tensión en su rostro, en su ceño fruncido, o en la expresión ausente o fija de su mirada. El pensamiento absorbe la mayor parte de su atención, de tal manera que no ven ni oyen realmente a los demás. No están presentes en ninguna situación porque su atención está en el pasado o en el futuro, los cuales obviamente existen sólo en la mente como formas de pensamiento. O se relacionan con los demás a través de algún tipo de personaje al cual representan, de manera que no son ellas mismas. La mayoría de las personas viven ajenas a su esencia, algunas hasta tal punto que casi todo el mundo reconoce la “falsedad” de sus comportamientos y sus interacciones, salvo quienes son igualmente falsos y los que están alienados de lo que realmente son.
Estar alienado significa no estar a gusto en ninguna situación o con ninguna persona, ni siquiera con uno mismo. Buscamos constantemente llegar a “casa” pero nunca nos sentimos en casa.
Algunos de Ios más grandes escritores del siglo veinte como Franz Kafka, Albert Camus, T.S. Eliot, y James Joyce, reconocieron en la enajenación el dilema universal de la existencia humana, el cual probablemente sintieron profundamente, de tal manera que pudieron expresarlo magistralmente a través de sus obras. No ofrecen una solución, pero nos muestran un reflejo del predicamento del ser humano para que podamos verlo más claramente. Reconocer ese predicamento es el primer paso para trascender.
Eckhart Tolle

lunes, 6 de agosto de 2018

Musica para Aquietar la Mente - Eckhart Tolle


“La música crea un puente para ayudarnos a salir del pensamiento y entrar en la presencia”, enseña el reconocido autor Eckhart Tolle. En “Música para a quietar la mente” de Eckhart Tolle, este reconocido maestro espiritual ofrece una colección seleccionada personalmente de sus piezas favoritas para el transporte al espacio y la belleza del Ahora. 

Una secuencia musical con un efecto relajante y de puesta a tierra, esta compilación inspiradora incluye la suave voz de Deva Premal, estrella internacional del canto sagrado; selecciones ambientales del músico de vanguardia Steve Roach y el compositor neozelandés Kip Mazuy, los sonidos puros y sanadores del flautista tibetano Nawang Khechog, y mucho más. 


Relajarse con la música es una de las maneras más eficaces de hacer efectivo lo que Eckhart Tolle llama a la “alegría de ser”. 

Contenido: 
01 – Deva Premal – Incantation 
02 – Kip Mazuy – Now is Forever 
03 – Jeff Johnson – Heaven’s Door 
04 – Helvia Briggen, Djamel Ghezali & Praful – Gnossienne 3 (Satie) 
05 – David Sun – Joyful Spirit 
06 – Benjy Wertheimer – Threshold Between Worlds 
07 – Deva Premal – Om Hraum Mitraya 
08 – Nawang Khechog – Wisdom and Compassion 
09 – Martin Jones – Claire de Lune (Debussy) 



El Propósito de la vida (Eckhart Tolle)


Nuestro propósito es estar plenamente en el "ahora" para estar alineados con nosotros mismos en este momento. Podemos llegar a ello desde la conciencia, siendo una entidad que trasciende nuestros pensamientos.


Clic aquí: El Propósito de la vida (Eckhart Tolle)

sábado, 4 de agosto de 2018

Citas célebres de Eckhart Tolle


 En tu memoria mi amado hijo

Sólo se puede perder algo que tienes, pero no se puede perder algo que eres.
La vida es una aventura, no es un viaje organizado.
La vida no es tan grave como la mente hace que sea.
El pasado te da una identidad y el futuro contiene la promesa de la salvación, de cumplimiento en forma tal vez. Ambos son ilusiones.
Date cuenta profundamente que el momento presente es todo lo que tienes. Haz que él ahora sea el foco principal de tu vida.
La principal causa de la infelicidad no es la situación, son tus pensamientos sobre ella.
Tú no estás separado del todo. Eres uno con el sol, la tierra y el aire. Tú no tienes una vida, tú eres la vida.