En momentos de tanto
dolor como la pérdida de un ser querido, las personas sufren una serie de
síntomas delicados. Si bien cada camino es distinto, estos profesionales te
aportan algunas consideraciones para saber cuando puede ser esencial el buscar
ayuda.
Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤
Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤
Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤
Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤
Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤
Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤
Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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domingo, 27 de enero de 2019
¿Qué es la Muerte y qué pasa cuando morimos?
Es
muy difícil hablar de la muerte.
Porque es un tema que
provoca incomodidad, tristeza y da miedo.
Porque para la mayoría
de las personas, es un tema tabú.
Porque no se sabe a
ciencia cierta que pasa al morir.
¿Porqué es importante entender qué es la muerte y qué pasa
cuando morimos?
Desde mi
opinión personal, el entender la muerte desde un punto de vista existencial, es
una forma de aprender a vivir con más plenitud y a la vez, un paso esencial
para brindar cada vez mejor apoyo a la comunidad de Manejodelduelo.com.
Con la
meta de invitar a la reflexión y ayudar a nuestros lectores, comparto los
siguientes videos sobre la teoría de la Dra. Elizabeth Kübler-Ross y los
filósofos, autores y conferencistas Sergi Torres y Chamalú sobre el tema de la
muerte.
Por Leonardo Goffi, Co-fundador de Manejodelduelo.com
Qué es la muerte según la Dra. Kübler-Ross?
La Dra. Kübler-Ross
fue una psiquiatra y escritora suizo-estadounidense reconocida como una de las
mayores expertas mundiales sobre la muerte, las personas moribundas y los
cuidados paliativos. En sus libros la Dra. Kübler-Ross sentó las bases de los
modernos cuidados paliativos, cuyo objetivo es que el enfermo afronte la muerte
con serenidad y hasta con alegría.
Aquí
la visión del conferencista y pensador español Sergi Torres sobre la Muerte y
qué hay después de la vida.
martes, 4 de diciembre de 2018
Amar
Honro tu memoria mi amado hijo Adrián.
Amor por mi hijo-amor eterno.
Solo las personas capaces de amar intensamente pueden sufrir un gran dolor, pero esta misma necesidad de amar sirve para contrarrestar sus duelos y las cura (Leo Tolstoy)
Dicen que el tiempo cura todas las heridas, pero eso presupone que la raíz del duelo es finita (Cassandra Clare)
Uno no puede ir por la vida sin dolor. Lo que podemos hacer es elegir el dolor que la vida nos presenta (Bernie S. Siegel)
La única cura para el dolor es la acción (George Henry Lewes)
La felicidad es beneficiosa para el cuerpo, pero el duelo desarrolla los poderes de la mente (Marcel Proust)
Una situación como el duelo nos apertura a nuevas reflexión y cambio en la rutina de vida.
La mejor forma de animarte a ti mismo es intentar animar a otros (Mark Twain)
La pérdida de un ser querido- libro
Honro tu memoria mi amado hijo Adrián, hijo mio eres amado.
La desestructuración, la desorganización y, sobre todo, el gran dolor que inflige la pérdida en los dolientes puede constituir un periodo vital muy diferente en cada caso, por lo que no se puede poner siempre una fecha estimada para su correcta finalización.
Dentro de esta duración variable del duelo, para la que cada persona supondrá un periodo más o menos largo, sí que se puede señalar al primer y el segundo año tras la pérdida como, posiblemente, la etapa más dura e intensa.
Sin embargo, la situación más crítica sobreviene entre el segundo y tercer mes posterior al fallecimiento, cuando el intenso apoyo socio familiar disminuye, y paradójicamente cuando más imprescindible es la necesidad de este apoyo. En cualquier caso, queremos insistir en que estas fechas no son un calendario fijo, ya que cada persona tiene su propio ritmo y se adapta a la nueva situación a una velocidad diferente.
Nuria Soler -Guía práctica para personas en duelo
Clic aquí: La pérdida de un ser querido
jueves, 25 de octubre de 2018
7 consejos para aceptar la muerte de un ser querido
Cuando una persona amada nos
deja para siempre, el dolor puede llegar a parecer insoportable. Elaborar el
duelo y llegar a aceptar la muerte no es fácil.
El duelo, todo un viaje que el destino nos
invita a hacer para renovar viejas estructuras que ya no nos servirán más,
conlleva momentos críticos abundantes que se repiten dos o
tres veces al día. A veces se prolongan en el tiempo.
Suelen ir asociados a recuerdos, a momentos de
soledad, a llamadas de teléfono, etc. En realidad cualquier circunstancia no
prevista puede desencadenar un episodio crítico.
Las emociones predominantes asociadas
a estos momentos son:
· Angustia
· Pena
· Tristeza
· Desesperación o impotencia
· Ira
· Vacío
· Soledad
Irán mitigando según
va discurriendo el tiempo. Excepcionalmente al principio y más frecuentemente
después, aparecerán fugaces momentos de aceptación y esperanza, así
como otros de serenidad en los que se tendrá la certeza de que todo está bien.
Por el momento escapa a nuestra comprensión.
Para trabajar el desapego,
la aceptación y la sumisión al destino sirven de ayuda los paseos diarios en la
naturaleza, la meditación, el sentir, el vivir en la medida en que se puede el
aquí y el ahora.
Procurar a diario momentos de soledad para
experimentar la cercanía con uno mismo. Hablar desde la sinceridad con
familiares y/o personas de confianza de la situación anímica que se está
atravesando, ello produce un gran alivio.
Cómo elaborar el duelo
por la muerte de un ser querido
1.
Establecer momentos de silencio consciente en los
que trabajar la calma interior y la quietud mental observando nuestras propias
experiencias como si fueran las de otra persona y sacar las consecuencias
oportunas. Observación simplemente, sin luchar contra nada, solamente
observación y espera paciente y confiada en la sabiduría interior.
2.
Permanecer atentos y abiertos a lo nuevo que se despliega
en nuestro interior y a las perspectivas más humanas y enriquecedoras que
asomarán a nuestra conciencia. Ello va a generar en una mejora de nuestra
autoestima y una atitud más esperanzadora del porvenir. Significa ir
haciéndonos conscientes de que detrás de las apariencias externas habita un
alma que trata de comunicarse y a la que podemos acceder desde una actitud
receptiva, dejando al margen los prejuicios y alejándonos también de los
condicionamientos culturales.
3.
Tomar conciencia de que en este
estado de ánimo caótico se entremezclarán infinidad de pensamientos de
diferente procedencia. Unos llegarán del propio contexto cultural en el que nos
hemos educado y en el que vivimos; otros, de las exigencias que nos impone
nuestro ego, e incluso algunos otros procederán de nuestro Yo profundo. Es
preciso desarrollar, pues, un cierto poder de discriminación para saber
diferenciarlos adecuadamente.
4.
Observar a los seres vivos en cualquiera de
sus expresiones intentando captar no solo lo que expresan sino lo que intentan
expresar y a priori no se nos hace tan evidentes. Una observación desde el
corazón.
5.
Ajustar las necesidades físicas y
psicológicas a lo que las mismas demandan, sin caer en la trampa de la
autocompasión. Precisamente, debido a los momentos delicados que estamos
atravesando, es más que nunca necesario prestar una atención especial a las
necesidades de nuestro cuerpo y de nuestra alma, sin dudar en solicitar la
ayuda adecuada si la situación lo requiere.
6.
Intentar ser lo suficientemente
humildes como para reconocer las propias limitaciones y nuestras imperfecciones como
forma de aceptar las imperfecciones de los demás, estando dispuestos a aprender
de cualquier persona o situación.
7.
Permanecer en actitud de escucha activa, atentos a lo que el
mundo espiritual nos sugiera. No se trata de hacer cosa alguna, ni tan siquiera
de tener expectativas de nada, sino de estar activamente presentes y abiertos a
lo que nuestro interior o nuestro entorno tangible o intangible quieran
comunicarnos.
martes, 25 de septiembre de 2018
La asociación Aves
Honro tu memoria mi amado hijo Adrián.
Necesidad de realizar el duelo
Nuestra sociedad niega o esquiva este espacio. Un
tiempo donde la persona tendrá que hacer frente a un proceso para poder
recuperarse de la pérdida, en el sentido más amplio, volver a encontrarse,
recuperando las partes de si mismo que parece que hayan desaparecido con el
sufrimiento que comporta. El tiempo de duelo es necesario. Es un tiempo
fundamental para poder adaptarse a la nueva situación vital que la muerte de un
ser querido ha provocado.
GRUPOS DE AYUDA
BASES DE LOS GRUPOS DE AYUDA
Fundada en 1993, aves (asociación de voluntarios para enfermos sanables), es una entidad sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública.
GRUPOS DE AYUDA
BASES DE LOS GRUPOS DE AYUDA
Los grupos de ayuda mutua son un espacio donde se reúnen personas que están pasando por la pérdida de un ser querido, por una enfermedad… donde todos en el grupo comparten la misma experiencia; donde no se juzga, no se aconseja, y se mantiene la confidencialidad.
Fundada en 1993, aves (asociación de voluntarios para enfermos sanables), es una entidad sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública.
AVES, surgió del encuentro entre la doctora Kübler-Ross, psiquiatra suizo-estadounidense, doctora honoris causa de varias universidades (una de las mayores expertas mundiales en la muerte y los cuidados paliativos, la primera tanatóloga mundial, en su última visita a Barcelona en 1992), la editora Pilar Basté, y Adela Torras, presidenta de la asociación.
ACCEDER A UN GRUPO DE AYUDA
Para
solicitar información, tenemos disponible el teléfono de AVES: 93 217 11 50
De
16 a 20h de lunes a viernes
Si se ha decidido a acceder a un grupo de ayuda,
concertaremos un día y hora para realizar una acogida, una entrevista
personalizada para atender su caso, valorar y determinar el grupo más
adecuado.
martes, 11 de septiembre de 2018
A punto de Morir: la experiencia que cambió mi vida, por el Dr. Juan José López
Honro tu memoria mi amado hijo Adrián.
Clic aquí: A punto de Morir: la experiencia que cambió mi vida, por el Dr. Juan José López
miércoles, 5 de septiembre de 2018
¿Se ama más si se sufre más? Micaela Ilundain
Amor. Sufrimiento. Podría parecer que ambas palabras no tienen
nada en común. Nada más lejos de la
realidad. Todos nosotros hemos podido
comprobar que van íntimamente unidas.
Se es feliz cuando se ama y parece que la palabra
sufrimiento no tenga cabida en esta situación, pero en el amor también hay
miedo a la perdida y esto nos provoca un sufrimiento infinito. Tenemos miedo a no aprobar unos exámenes, a
no conseguir un puesto de trabajo, a perder el amor de alguien muy importante
para nosotros y sobre todo a ver morir a un ser querido.
Y todo esto nos hace sufrir y creemos que sólo
sufriendo mucho, demostramos cuanto queríamos a aquellas personas que hemos
perdido.
En nuestro planeta hay otras culturas en las cuales
el hecho de la muerte de un ser querido lo viven con alegría y organizan
festejos para despedir con todo su amor a esa persona amada.
En nuestra cultura esto no es así y quizás por ese
motivo, ya al nacer, llevamos en los genes el temor al sufrimiento, por la
pérdida de aquello que amamos. ¿Quién de
nosotros no ha visto a nuestros padres y abuelos sufrir, durante años, la
pérdida de sus personas queridas en un duelo interminable? Siempre tristes, sin concederse siquiera
mostrar ningún signo de alegría, siempre en la creencia que así se demuestra
mejor cuanto se ama al ser que nos ha dejado.
Esta creencia pasa de generación en generación y
ese comportamiento queda grabado en la personalidad de los más pequeños que, al
crecer, proyectan a su vez esos esquemas en sus descendientes.
Bien es verdad que algunas cosas han cambiado, que
ya no vestimos ropas y velos negros durante años y más años pero, aún así,
continua la creencia de que, si no estamos las 24 horas del día machacándonos
con nuestro sufrimiento, es como si no quisiéramos a esa persona que tan
importante era para nosotros. Y,
queridos amigos, yo también he creído esto durante bastante tiempo. Me dolía sonreír porque al hacerlo creía que
estaba olvidándome de mi hijo y fallándole como madre. Y he creído esto porque
el sufrimiento desmedido aletarga nuestra mente y nos va atrofiando y nos hace
ver cosas que no son. Pero poco a poco
he ido entendiendo que mi amor por mi hijo está por encima de todo y que él
estará orgulloso de que haya dejado el dolor a un lado y que el tiempo que
dedicaba a ese dolor, inútil y estéril, lo utilice para amarle y recordarle con
todas las fuerzas que soy capaz. Y lloro
cuando me siento triste pero, también río, cuando algo me hace reír y tengo ilusión por vivir el tiempo que me
quede. Y no me siento culpable por ello,
al contrario. Me siento feliz porque eso
le hace feliz a él allí donde esté. Y
siento también que, en todo momento, él está a mi lado y me ayuda cuando le
necesito. Por eso creo con toda sinceridad
que no se ama más porque se sufra más.
Fuente: http://www.dueloanjicarmelo.com/duelo/Colab.htm
El entorno en el proceso de duelo-Paki López
Según mi experiencia vivida.
Cuando en mayo del 2003, tres meses después de haber perdido a mi único hijo Asier aparecí en AVES,
escuché varias veces, que en el proceso de duelo desaparecían muchas amistades
y no lo entendí. ¿Cómo podía ser que tus mejores amigos, compañeros ó familiares, desaparecieran ó se alejaran de
tu lado ante una tragedia para ti de tal
magnitud? Si siempre habían estado a mi
lado, ¿cómo no iban a hacerlo ahora?.
Pues bien, hablando desde mi experiencia todo tu entorno se mueve ante
una situación tan desgarradora, en unos casos por desconocimiento de cómo
ayudar, y en otros por miedo. La
cuestión es que el entorno se aleja y así como tu vida, ya no vuelve a ser como
antes. No es que ellos se aparten
voluntariamente, porque ya
intentan y quieren distraerte, pero
esperan que te recuperes pronto
confiando que con el tiempo, volverás a llevar la misma vida que antes. La cuestión es que tú ya no puedes, ni
quieres llevar la misma vida que antes porque “tu mundo” ha cambiado y tus necesidades también. Necesitas hablar de tu ser querido y sobre
todo recordarlo, pero pocos son los que se sienten cómodos cuando tú lo haces, incluso si hablan de los suyos,
y tú quieres hablar de alguna experiencia vivida del tuyo, la conversación se
vuelve algo tensa. También necesitas hablar de emociones, de crecimiento personal, ó de tu progreso
gracias a cursos y otras herramientas que
tienes que utilizar para seguir, pero
a tu antiguo entorno como decía antes,
no le interesa demasiado porque no puede entenderlo. Si tú les hablas, te
escuchan, pero ya ves que no les interesa todo aquello que no están viviendo,
decidiendo por tanto no hablarles de tu vida.
Sin juzgar a nadie, puedo decir que les entiendo perfectamente, porque
somos nosotros los que hemos cambiado,
por eso ellos no saben hacerlo de otra forma y tú tienes que seguir tu
camino con estas nuevas necesidades. La cuestión es que les sigues queriendo
como antes, pero a ellos les cuesta
verte aparentemente igual sin pensar que te vas recuperando. Así te dan a
entender que tu dolor ya forma parte del pasado, cuando en realidad tu
transformación ha hecho que ese ser querido siga formando parte de tu eterno
presente tanto ó más que antes, aunque sea de forma sutil.
A través de este proceso de cambio he podido sentir que
la muerte no es un fin y por ello he aprendido a ubicar a mi hijo en un
lugar de mi corazón de forma que, con la energía del Amor, la luz de una vela,
la belleza del horizonte, de las flores, el vuelo de un ave ó el de una
mariposa, puedo escuchar el suyo abierto como si fuese el cofre de los
recuerdos que vuelve a mí para recordarme que le amé, le amo y le amaré.
Es como sentir desde su corazón una voz que dice: NO MUERAS CONMIGO, VIVE POR
MI Y POR TI y recuerda que estoy a tu lado tomándote de la mano, besándote y
acariciándote. Esto sólo se siente desde el Amor, y a tu entorno no se lo
puedes explicar porque al no entenderte pierde su verdadero contenido. Estamos
en diferente frecuencia, pero no
obstante, y afortunadamente en esta nueva etapa de tu vida, nacen otras nuevas
amistades que sí te entenderán y caminarán junto a ti.
Esta es la opinión desde mi experiencia, y aprovecho para decirte a ti
ANJI, a este Centro, y a los que habéis compartido conmigo este camino de
lágrimas que ha sido mi duelo
¡GRACIAS! por todo lo que me habéis
aportado para alcanzar el camino de mi transformación interior. OS QUIERO PAKI LOPEZ
Fuente:http://www.dueloanjicarmelo.com/duelo/Colab.htm
Fuente:http://www.dueloanjicarmelo.com/duelo/Colab.htm
El Vacío
Honro tu memoria mi amado hijo Adrián.
Cuando
una parte importante de nuestra vida cambia o desaparece
de la forma más palpable, que es materialmente, el
hueco que deja es tal que altera todo lo demás.
Si
hiciéramos un gráfico de nuestras relaciones con nuestros seres queridos colocándonos
en el centro como si fuésemos el sol y a esas personas alrededor de nosotros
como planetas, tendríamos una representación de lo más importante en nuestra
vida. Y así como el sol baña a sus
satélites de luz y energía, en nuestro universo también el sol que somos nutre,
pero, más importante aún, es a su vez nutrido
por toda persona que lo compone, todo ser que queremos.
Cuando
sólo un elemento desaparece, la falta es tal
que todo lo que formaba nuestro pequeño universo es absorbido por esa ausencia,
incluyendo el sol, haciendo un agujero negro
de nuestra vida.
Es un vacío duro. Nuestro universo se colapsó porque
nuestro ser querido se ha llevado todo
con su ida. Es el vacío de todo lo que fue y vamos a encontrarnos con lo
irreconocible, tanto alrededor nuestro como en nuestro interior.
Este es el primerísimo vacío. Ya cuando
empezamos a comprender que nuestro universo no va a ser el mismo, empezaremos a
enfrentarnos con el vacío producido por la soledad.
Soledad no significa que estemos solos. Podríamos estar rodeados de gente... Soledad
significa que nos sentimos solos.
Este vacío está producido
por el anhelo de algo que fue muy nuestro y que falta.
Cuando uno de los seres que más queremos deja
esta dimensión entra en otra. Pero, no solo. Su ida va a acercarnos a un universo más
amplio y al reencuentro real y para
siempre con ese ser que lentamente, lágrima tras lágrima estamos recobrando.
No es una recuperación como la que anhelamos
desde el primer momento que se fue. No se puede tocar, ni mirar, ni apreciar ¿o
sí? ¿Quién nos niega que nuestra mirada
se ha enriquecido, que nuestras apreciaciones lo incluyen en todo momento, que
la riqueza que era, ya forma parte de nuestro tocar, de nuestro escuchar de
nuestro comprender?
En el vacío y sólo en el vacío vamos a poder
intuir esa verdad. Sólo en el vacío
podremos recuperar aquello que dejó de crecer a nuestro lado, para convertirse
en acompañante perenne, inspiración total.
En el vacío aprendemos lo que significa
lleno, lo que engloba plenitud y lo que supone no estar solo aunque alrededor
no haya persona alguna.
Anji carmelo
"Carta a los padres que han perdido un hijo o una hija.
Del libro: Dolor y Sufrimiento
-La muerte de un hijo es, si no la, una de las experiencias más dolorosas para los padres y marca un antes y un después. Es tan grande el dolor que produce la pérdida de un hijo, que los padres nos sumergimos en un estado de confusión, dolor, rebeldía y de desconexión con el mundo. Es una etapa de gran tristeza,...desconsuelo, aturdimiento y angustia.
-En ese instante nos sentimos tocados por la muerte en plenitud. Esta nos ha quitado a una persona muy querida, nos ha robado su presencia y compañía, en lugar de habernos llevado a nosotros. Con el pasar de las horas, la realidad se impone y abruma, y uno siente impotencia, deseos de suspender la propia vida y los proyectos personales.
-Cada vez que uno escucha acerca de la muerte de un hijo ajeno, nuestro cuerpo reproduce las huellas ocasionadas al momento de haber experimentado nuestra propia pérdida. Se reproducen las palabras, las sensaciones y las claves de lo sentido en aquella funesta ocasión. Uno guarda el recuerdo del momento en forma fotográfica. De igual manera se atesora el contenido de las cartas y palabras de aquellos que estuvieron con uno y que le dieron su apoyo y solidaridad.
-Tras la pérdida comenzamos a sentir un dolor que no tiene explicación, el que sin embargo, si se vive plenamente conduce a aceptar la pena, el llanto y la desolación, para finalmente descubrir que esta desgracia es una prueba a la que debemos darle un sentido.
-Existe el dolor sin sentido, que nos lleva a dudar de todo y a vivir con desesperanza. El dolor con sentido es un camino para encontrar a Dios en los múltiples gestos, personas y circunstancias que nos acompañan.
-Así como olvidamos los éxitos, pero jamás los fracasos, también olvidamos a aquellos con quienes reímos, pero jamás a aquellos con quienes lloramos. Hay que vivir realmente la pena, dejar que la tristeza respire en nosotros, concederse el permiso para estar tristes, llorar y deprimirse. Olvídense de las prohibiciones de llorar, de sentirse débiles y vulnerables, siempre en el duelo hay un tiempo de tristeza que debe ir acompañado de recuerdos y vivencias. En palabras de Proust: “Sólo sanamos de un dolor cuando lo padecemos plenamente”.
-Lo que sí está prohibido es avergonzarse de que a uno lo vean triste: vivir la pena es un acto de sanidad espiritual y física. Negar esa pena es ir en búsqueda de la enfermedad física y espiritual.
-No contengamos las lágrimas. Siempre a nuestro lado estará el Señor para secarlas y nos acompañará en nuestras noches de insomnio. En ese tiempo de pena, en esa época de tristeza sentiremos que no hay consuelo, sin embargo, viviendo la pena y atendiendo los recuerdos llegará el tiempo de la aceptación, aun cuando nos parezca que es imposible. El reprimir las lágrimas, los sentimientos y las emociones solo nos irá enfermando sin sospechar de sus consecuencias.
-El llanto, el desconsuelo es un tiempo que pasa –como una nueva estación del año que se va−, dejándonos una mezcla de cansancio y olvido. Luego llegará un nuevo entendimiento que nos permitirá seguir y salir adelante.
-La expresión del duelo se realiza a través de claves emocionales, cognitivas, físicas y conductuales. El duelo es asimismo una respuesta fisiológica. Durante la fase aguda del duelo el sistema inmunológico se altera, disminuye la proliferación de leucocitos y se deteriora el funcionamiento celular. Por eso la preocupación por la propia salud y el cuidado del cuerpo son indispensables.
-Al nacer comenzamos a morir (“para morir hemos nacido”). El acto de nacer implica una pérdida. A partir de ese instante vital se inicia la cuenta regresiva que nos acerca a la muerte. Es así como desde el momento en que nacemos experimentamos diferentes pérdidas. La vida es un camino en cuyo trayecto vamos perdiendo cosas. Por esa razón cada ser humano debiera desde un comienzo prepararse para las pérdidas, duelos y separaciones. De ahí que el dolor sea un naufragio por el que hay que pasar. Este forma parte de la vida, exactamente en la misma proporción que la felicidad, la alegría y el amor. El dolor es un precio que pagamos por el amor. Quien decide amar decide también sufrir. Sin embargo, en la vida real sucede justamente lo contrario: vivimos como inmortales, pensando que aquello que poseemos durará también para siempre.
-En el proceso del duelo el dolor no desaparece, se amortigua. El ser amado que hemos perdido pasa a ser nuestra sombra o, más bien, un faro interno que está en nosotros siempre encendido y nos acompaña e ilumina.
-La angustia del primer tiempo se va haciendo menos aguda, se va atenuando, sin desaparecer, para dar paso a la vida, a los recuerdos. Uno comienza a recordar la vida de aquel que ha perdido y estas reminiscencias son como un talismán al que se recurre cada vez que se está triste. Se recuerdan sus dichos con alegría, con cálida ternura, se repiten frases, anécdotas y enseñanzas que nos dejó ese ser querido y que nos hacen a la vez reír y llorar. Luego entramos en un tiempo de consuelo en el que agradecemos al Señor los momentos en que pudimos compartir con esa persona todo el tiempo que vivió.
-La vida de aquellos que parten casi siempre ha sido intensa, llena de acontecimientos y, por lo general, nos brindan un legado o una lección. También su partida nos deja una sensación de lo inconcluso por lo poco que les dimos o entregamos, o por lo mucho que quisimos decirles y no lo hicimos.
-Estos pendientes marcan la calidad del duelo. Es mucho más llevadero un duelo que surge a partir de una relación en que no quedan pendientes, ya que estos dejan heridas más profundas y de difícil curación.
-Muchas son las personas que pierden a un ser querido después de una violenta discusión o intercambio de palabras. Este hecho les hace sentirse mal y quedan con una permanente sensación de autorrechazo y arrepentimiento. Para ellos el dolor del duelo se agudiza a causa de la culpa. Prontamente deberán encontrar un sentido a esa experiencia para poder cerrar esa herida, pensando que todo lo humano se supera después de la muerte.
-Para no dejar pendientes después de una pérdida o duelo, un buen consejo sería aquel que dice que hay vivir cada día como si fuese el último de nuestra existencia.
-Las huellas que dejan los hijos son imborrables y el recuerdo de ellos constituye un paraíso personal del que nadie nos podrá expulsar. Hay recuerdos y momentos de la vida de aquellos que amamos y perdemos que nos hacen recuperar el aliento y borrar años de dolor y sufrimiento. Lo sanador es esforzarse ante el misterio de la muerte para lograr que prevalezca el amor y no la significación negativa que le podamos dar a ese acontecimiento tan triste y doloroso.
-Al darle importancia al amor que nos rodeó junto a quien perdimos y amamos se produce una alegría nostálgica. Con ese sentimiento guardamos e inmortalizamos su recuerdo. Recuerdos que milagrosamente no cambian a través del tiempo.
-Ese tiempo del recuerdo hace que nuestros corazones aniden nuevas emociones, nuevas esperanzas, que nos permiten ver una luz presente de una imagen desaparecida.
-El camino para alcanzar el consuelo es largo y doloroso, pero debemos recordar que para llegar al alba hay que recorrer todo el camino de la noche, y que esa noche en principio suele no tener luna… Pero nosotros, los cristianos, tenemos la esperanza del reencuentro, la que nos llena de ilusión con la promesa de la eternidad
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martes, 4 de septiembre de 2018
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