Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤
Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤
Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤
Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤
Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤
Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤
Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
Nuestra sociedad niega o esquiva este espacio. Un
tiempo donde la persona tendrá que hacer frente a un proceso para poder
recuperarse de la pérdida, en el sentido más amplio, volver a encontrarse,
recuperando las partes de si mismo que parece que hayan desaparecido con el
sufrimiento que comporta. El tiempo de duelo es necesario. Es un tiempo
fundamental para poder adaptarse a la nueva situación vital que la muerte de un
ser querido ha provocado.
GRUPOS DE AYUDA
BASES DE LOS GRUPOS DE AYUDA
Los grupos de ayuda mutua son un espacio donde se reúnen personas que están pasando por la pérdida de un ser querido, por una enfermedad… donde todos en el grupo comparten la misma experiencia; donde no se juzga, no se aconseja, y se mantiene la confidencialidad.
Fundada en 1993, aves (asociación de voluntarios para enfermos sanables), es una entidad sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública.
AVES, surgió del encuentro entre la doctora Kübler-Ross, psiquiatra suizo-estadounidense, doctora honoris causa de varias universidades (una de las mayores expertas mundiales en la muerte y los cuidados paliativos, la primera tanatóloga mundial, en su última visita a Barcelona en 1992), la editora Pilar Basté, y Adela Torras, presidenta de la asociación.
ACCEDER A UN GRUPO DE AYUDA
Para
solicitar información, tenemos disponible el teléfono de AVES: 93 217 11 50
De
16 a 20h de lunes a viernes
Si se ha decidido a acceder a un grupo de ayuda,
concertaremos un día y hora para realizar una acogida, una entrevista
personalizada para atender su caso, valorar y determinar el grupo más
adecuado.
Como la lista de las cinco etapas varía
un poco dependiendo de la fuente, decidieron examinar incredulidad, anhelo,
rabia, depresión y aceptación.
Durante tres años recogieron información
para el Estudio del Duelo de Yale. En total, 233 personas fueron entrevistadas
aproximadamente seis, 11 y 19 meses después de que un ser amado (usualmente
el/la esposo/a) había muerto.
Aquellos cuyos familiares habían tenido
una muerte violenta o estaban sufriendo lo que se conoce como duelo complicado
fueron excluidos.
El panorama resultante fue más complejo
que lo que las cinco etapas dejan ver.
Los investigadores encontraron que la
aceptación era la emoción más fuerte en general mientras que la incredulidad
era muy baja.
La siguiente emoción en términos de
intensidad era el anhelo, y la depresión era más evidente que la rabia en todas
las etapas.
Además, las emociones no remplazaban una
a la otra en una secuencia ordenada; el punto más alto de cualquiera de esas
emociones sí llegaba en la secuencia correcta, pero una persona en la tercera
fase, por ejemplo, sentía más aceptación que rabia.
Después de seis meses, los
investigadores notaron que todas las emociones negativas empezaban a declinar,
pero eso no quiere decir que la gente ya había superado las secuelas de la
tragedia.
Es común extrañar profundamente a los
muertos durante muchos años, pero la mayoría de gente lo sobrelleva.
Hay que tener en cuenta además que por
razones éticas los investigadores sólo empezaban las entrevistas un mes después
de la muerte del ser querido, así que no tenían datos de esas primeras semanas,
que pueden incluir emociones conflictivas.
El
tiempo cura
Un estudio (3) publicado unos años más
tarde incluyó la reacción a las muertes violentas, pero en este caso quienes
estaban en duelo eran estudiantes universitarios, así que la mayoría había
perdido familiares menos cercanos que la pareja.
Nuevamente, las fases no se sucedían con
precisión, aunque los investigadores encontraron que la angustia era más alta
antes y la aceptación llegaba más tarde.
Pero a diferencia del otro estudio, no
le hicieron seguimiento a la gente a través del tiempo. Capturaron un momento,
así que no podían saber si los individuos estaban pasando por las etapas. Sólo
podían afirmar que quienes habían sufrido la pérdida hace seis meses tendían a
ser diferentes a los que lo habían experimentado hacía un año.
Otro estudio confirmó que la gente mayor
no responde de una manera establecida. George Bonanno, de la Universidad de
Columbia, le hizo seguimiento a individuos antes de la pérdida, inscribiendo a
parejas de edad avanzada en el estudio y luego revisando los obituarios en el
diario local.
Encontró que un 45% genuinamente no
experimentaron angustia severa tras la muerte de su esposo/a, ni tampoco al
pasar el tiempo: 10% de los/las viudos/as incluso mostraron señales de mejoría
en su estado de salud.
El estudio de Bonanno, publicado el año
pasado (4), confirma que no existe un patrón establecido.
El director de programas de la Fundación Anar ofrece diez
claves para evitar el castigo físico a los niños.
LAS CLAVES
·1«Es recomendable fijar unas normas y límites y dejar claro que, como
padres, tenéis la obligación de protegerles y buscar su bienestar»
Los padres españoles son pegones. Al
menos así lo asegura a ABC Benjamín Ballesteros, doctor en Psicología Clínica y director de
programas de la Fundación Anar. Una de las razones fundamentales de
esta afirmación es que los progenitores que hoy pegan a sus hijos «lo hacen
porque ellos, de pequeños, también fueron educados bajo este mismo modelo.
Tienen asimilado que es una forma "normal" de educar», explica este
experto.
Añade que tras azotar o gritar a un niño, a los padres, por lo general,
les suele asaltar un sentimiento de culpa, que después se esfuerzan en
cambiarlo para autojustificarse que tenían que hacerlo (pegar
al niño) para que aprenda. «Sin embargo, hay muchas otras formas de
educar a los niños sin necesidad de violencia física —insiste—. Hay que hacer el
esfuerzo de reprimir este impulso de azotarle y
optar por explicar al niño con palabras, sin gritos, que lo que está haciendo
no es correcto, sin obviar que hay que advertirle que tendrá
consecuencias si se vuelve a repetir la situación que motivó
el incidente».
Teoría de la
frustración-agresión
Cuando hay un conflicto y un padre pega a un hijo, «no es
porque el hijo haya creado un problema, es porque es el padre el que tiene un
problema. Inflye el estrés diario y lo que se denomina como "teoría
de la frustración-agresión"; es decir, si a un hombre, por ejemplo,
alguien le agrede en el trabajo y es un superior o la persona no está presente,
este hombre tenderá a cargar su frustración en alguien inferior o, al llegar a
casa, lo hará con su mujer y, a su vez, ella lo hará con su hijo pequeño, y el
niño con el gato. Es así. Si no se acaba con este modelo de educación, la
violencia se perpetúa en nuestra sociedad», concluye Ballesteros no sin
recordar que el principal motivo de llamadas a la Fundación Anar es por casos
de violencia intrafamiliar.
Por esta razón, desde este organismo insisten en que recurrir al
castigo físico en la educación de los hijos puede traer consecuencias negativas
en su evolución y aportar alternativas saludables y positivas. Para ayudar a
los padres en esta labor de una educación sin violencia, recomiendan tomar
notas de los siguientes consejos:
1. Dedicad tiempo a estar con vuestros hijos. El
tiempo que paséis hablando con ellos o compartiendo sus juegos, es un regalo para
todos y es importante hacerlo desde edades tempranas. Invitadles a que os
hablen de su día a día y hacedlo también vosotros adaptando el lenguaje a su
edad. De esta manera les estaréis enseñando que es normal tener problemas y la
forma de buscar soluciones, además de construir una convivencia positiva.
2. Poneos de acuerdo entre vosotros, padres,
en las normas,límites y consecuencias que vais a establecer. Para
que ellos crezcan y evolucionen positivamente, necesitan saber que en su
familia hay unas normas que cumplir, unos límites que respetar y unas
consecuencias (nunca maltrato físico ni psicológico) en caso de no hacerlo. Y
es importante que os mostréis unidos y firmes en esas decisiones y en el
cumplimiento de las consecuencias para que ellos no puedan manipular la
situación.
3. Adaptad las normas y límites a su
edad. Sobre todo en la adolescencia, es importante
que impliquéis a vuestros hijos en la elección de las normas y límites que se
van a establecer y así será más fácil que las cumplan. No obstante, es
recomendable que les dejéis claro que, como padres, tenéis la obligación de
protegerles y buscar su bienestar.
4. Escuchadles. Si ha
quebrantado alguna norma o se ha saltado algún límite, antes de aplicar las
consecuencias a ese comportamiento, escuchad sus razones. Tal vez sea necesario
que tengáis que sancionarle después de su explicación, pero se sentirá
escuchado y atendido emocionalmente.
5. Usar el castigo físico como método para
educar es perjudicial en todos los niveles de desarrollo. Además,
puede generar a largo plazo dificultades en las relaciones con los demás y
alteraciones en la salud mental. Hay alternativas que no dañarán su integridad
como, por ejemplo, la retirada de privilegios.
6. Sed coherentes en la aplicación de
consecuencias. Las consecuencias que apliquéis al
incumplimiento de las normas deben ser proporcionadas al hecho que se ha
producido y ajustadas en el tiempo para conseguir el efecto deseado: el
aprendizaje.
7. Sois ejemplo para vuestros hijos. Si
sois violentos con ellos a la hora de educarles, les estáis enseñando un modelo
agresivo de resolver conflictos que les traerá muchas dificultades en su vida
adulta, ya que pueden reproducirlo. Si, por el contrario, os mostráis firmes
pero cercanos en vuestra forma de educarles, les estáis transmitiendo que
pueden contar con vosotros y no necesitarán buscar fuera de casa el afecto que
necesitan para crecer y evolucionar positivamente.
8. Antes de actuar por impulso, paraos a pensar. Es
necesario saber identificar las señales que os avisan que os estáis alterando.
En ese momento, es importante aplazar la conversación con vuestro hijo a otro
momento en que podáis hablar de lo ocurrido con tranquilidad. Recordad que
ellos, igual que vosotros, no son perfectos y pueden cometer errores. De esta
manera estáis enseñándoles que el comportamiento de las personas no debe estar
manejado por impulsos y emociones negativas.
9. Llevar una vida sana, favorece la salud
emocional.Consumir cualquier tipo de droga, incluso
las aceptadas socialmente (alcohol y tabaco), o no descansar lo suficiente,
puede hacer que estemos más sobrecargados de tensiones. En un alto porcentaje
de los casos de maltrato, el alcohol está presente. Si os alimentáis
adecuadamente, descansáis lo suficiente y descargáis tensiones a través de la
actividad física, estaréis más tranquilos y relajados en vuestra convivencia
familiar.
10. Si tenéis dificultades para establecer una
buena comunicación y convivencia con vuestros, buscad ayuda profesional. Es
posible que las circunstancias y vivencias que hayáis tenido a lo largo de
vuestra vida, influyan en la manera de establecer relaciones y os dificulten la
convivencia familiar. Si esto es así, buscar ayuda profesional os ayudará no
sólo a vosotros, sino que vuestros hijos también se beneficiarán de ello.
No obstante, desde esta fundación invitan a todas las
personas que necesiten orientación sobre este asunto a que se pongan en
contacto con ellos. Los interesados pueden hacerlo a través de las líneas de
ayuda: Teléfono ANAR del Adulto y la Familia (600 50
51 52) o Email ANAR, entrando en la página web (www.anar.org).
En cualquiera de ellas, un equipo de psicólogos apoyados por trabajadores
sociales y abogados, resolverán las dudas los 365 días del año, las 24 horas
del día.
Las personas más bellas que hemos conocido son aquellos que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha, la pérdida, y han encontrado su manera de salir de las profundidades. Estas personas tienen una gratitud, sensibilidad y comprensión de la vida que los llena con compasión, dulzura, y una preocupación amorosa. Las personas bellas no suceden por casualidad.
Corremos detrás de valores, que cuando llega la muerte, se convierten en cero. Al final de tu vida, nadie te pregunta cuántos diplomas tienes, cuántas mansiones, o cuántos Rolls Royce. Eso es lo que te enseñan los moribundos.
Morir no es algo que temer. Puede ser la experiencia más maravillosa de su vida. Todo depende de cómo se ha vivido.
Si vive cada día de su vida correctamente, entonces no tiene nada que temer…
A lo largo de la vida, tenemos pistas que nos recuerdan la dirección que se supone debemos dirigirnos… si te mantienes enfocado, entonces aprenderás las lecciones.
Hacemos progresos en la sociedad sólo si dejamos de maldecir y quejarnos de sus carencias y tenemos la valentía de hacer algo al respecto. Los que aprendieron a conocer la muerte, en lugar de temerle y luchar contra ella, se convierten en nuestros maestros acerca de la vida.
Aprende a ponerte en contacto con el silencio dentro de ti mismo y saber que todo en esta vida tiene un propósito....
Tu no vas a crecer si te sientas en un hermoso jardín de flores, pero crecerás si estás enfermo, si tienes dolor, si experimentas pérdidas, y si no te escondes bajo la tierra, tomando el dolor como un don para ti con un propósito, muy específico. Es sólo cuando realmente se conozca y comprenda que tenemos un tiempo limitado en la tierra - y que no tenemos forma de saber cuando nuestro tiempo ha llegado, entonces vamos a empezar a vivir cada día al máximo, como si se tratara de la única que hemos tenido.
La muerte no es más que un desprendimiento del cuerpo físico como la mariposa de su capullo. Se trata de una transición a un estado superior de conciencia donde continuaras percibiendo, entendiendo, riendo, y podrás crecer.