Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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sábado, 5 de mayo de 2018

Deshaciendo el virus mental de la culpa

Serie del perdón, 2º artículo [publicado en Universo Holístico]
En este segundo artículo de la serie del perdón, vamos a vernos las caras con un virus que habita en la mente de todos los humanos. No se habla de él en ningún medio de comunicación, en realidad, muy pocos saben que están enfermos de este terrible virus, ya que en general, no se sabe mucho sobre las cuestiones no palpables.
Hablamos de la culpa. Si, ya sé, no te gusta. Es precisamente este el último tema al que tu mente quiere mirar. Pero verás que merece la pena saber un poco más sobre este virus mental. Para empezar, es interesante que te des cuenta de que el perdón solo tiene sentido cuando antes ha habido culpa. O alguien culpabiliza a otra persona, o alguien se siente culpable. En cualquiera de estos casos hay un error mental que produce como consecuencia ataque, conflicto, miedo, sufrimiento y separación.

Uno de los significados más profundos del perdón es la disolución de la culpa, lo cual implica la corrección de este error mental. Si te das cuenta, la auténtica sanación solo puede darse en la mente, ya que es ahí donde radica la verdadera causa de todo sufrimiento.
Hoy día, en el campo terapéutico hablamos mucho de “programas” o “guiones” mentales. El desarrollo de la informática ha permitido que nos familiaricemos con estos conceptos y ver claramente que nuestra mente funciona también así.
El personaje es la parte de tu mente sometida a los programas. Está tan fuertemente condicionado por su pasado y sus interpretaciones de la realidad, que muchas veces, al vernos totalmente metidos en ese personaje que interpretamos, nos da la impresión de que es imposible escapar de la película que se rueda en la propia mente. Es por esto, que hoy día se contempla el crecimiento humano como una verdadera liberación de la mente, la desprogramación de todos los patrones que limitan nuestra libertad. El más importante de estos patrones, debido a las ramificaciones de dolor que produce, es la culpa.

Error, sufrimiento y culpa

Pongamos por ejemplo, que has hecho algo de lo que te consideras culpable. Este es el nivel más sencillo de culpabilidad. A este nivel es muy difícil que alguien se de cuenta de cómo opera el virus mental. Uno dice “lo que he hecho ha estado mal, y por eso me siento culpable”. Y ya está. Está tan socializado que nadie encuentra nada raro en ello. Normalmente, al “hacer algo mal” lo llamamos error, y se caracteriza porque produce algún tipo de sufrimiento, molestia, carencia u ofensa a alguien. Por lo tanto ya tenemos entrelazados los conceptos de error-sufrimiento-culpa.
Pero sin embargo, ha habido una variación importantísima de conciencia en la percepción de la situación entre el momento del suceso [“el error”] y el momento en que te sientes culpable. Cuando hiciste lo que ahora te parece un error, en ese mismo momento, no te pareció un error. Todos tus programas  mentales, tu sentir de ese momento –consecuencia de tu modelo mental-, tus miedos y deseos, tu personaje eligió hacer lo que hizo desde su interpretación del momento. Y no encontraste nada mejor que hacer, ya sea porque no viste correctamente la dimensión del asunto, ya sea porque no estabas bien informado, porque seguías un consejo o una orden desacertada, o simplemente porque tenías miedo o deseabas algo con ansiedad...  No pudiste hacer otra cosa, porque no la hiciste.
Puede ser que fuera el miedo el que te impulsase a hacerlo, o bien la falta de información, el desconocimiento o la inexperiencia, cualquiera de los habituales aprisionamientos mentales. Todo ello son formas de inconsciencia, con lo que llegamos a una conclusión clara: el error sucede siempre debido a la inconsciencia. De modo que en el momento de la acción no podías hacer otra cosa más que la que hiciste. Si no veías, es decir, si no eras consciente, ni siquiera tenías la libertad de elegir.
Todo error es producto de la inconsciencia. Sin conciencia no hay libertad.
En este punto podemos observar los argumentos de la culpa: “Debiste haber pensado mas en ello” “Debiste haber calculado las consecuencias” “Debiste haber mirado el asunto desde otros puntos de vista”. Es decir, la culpa dice que, cuando no eras consciente, debiste “haber sido consciente”. Y por tanto, te hace sentir que eres incorrecto o erróneo, que eres malo. El ego, mediante su programa culpa, juega con el tiempo. Antepone lo que ahora ves a lo que antes no veía, y dice, “Lo has hecho mal. Deberías haberlo hecho bien. Por eso eres "malo”.
or supuesto, no puedes sujetar a una persona por las solapas y decirle “hazte consciente” mientras le zarandeas. La consciencia surge desde tu darte cuenta, que es un gesto de apertura mental de índole personal y profunda trascendencia. No sabemos exactamente por qué ni cuando ocurre. Cuando lo ves, lo ves. Esta fuera de lo razonable “exigir” consciencia de algo a alguien. No se puede exigir que veas lo que no ves. La culpa es un virus mental generado por el mismísimo sistema de pensamiento del ego.
Exactamente en este punto, el patrón de la culpa te hace sentir terriblemente mal. La culpa te dice que no es que el suceso haya sido un error y ya está, sino que hay algo en ti que es permanente y esencialmente malo. Esta sensación de verse a sí mismo como algo malo o sucio es tan insoportable, que el mismo programa del ego o del personaje, elabora salidas que parecen ayudarte.
Cuando vemos a un niño que está aprendiendo a andar, le miramos con una percepción de inocencia. Esto significa, que aunque el niño se caiga hasta 1.800 veces antes de dominar su caminar, en ninguna de esas caídas le consideramos “malo”. Nunca le decimos “déjalo, chaval, no sirves para esto, no tienes solución”. Todo lo contrario, sabemos que tras ese penoso esfuerzo todos aprendemos a andar, asumimos que el error es parte del proceso de aprendizaje, y por ello, nunca culpabilizamos a un niño por cometer un error. Siempre percibimos el éxito potencial más allá del error presente.
Sin embargo, a cualquier persona que esté cerca de nosotros, por mucho que la queramos,  acabaremos culpabilizándola de cualquier cosa que nos duela, que nos ofenda, en definitiva, que interpretemos como un error [recuerda la relación que hace tu mente: error – dolor – culpa]. Cuando sentimos el dolor, tu ego automáticamente te dará la orden de proyectar su causa afuera.

Proyección de la culpa

Imagina que te encuentras realizando un trabajo casero, tal como por ejemplo, tender una colada. La cosa no es lo más divertido del mundo, y de repente se desencadena algo en tu mente que no te hace sentir muy bien. Sientes que tú no deberías estar haciendo esto, de algún modo se trata de una leve irritación o mejor dicho, una resistencia a lo que estás haciendo. Percibes que sufres, aunque sea muy levemente. Algo en ti sabe que si hay sufrimiento hay error. Inmediatamente y sin darte cuenta, buscas al culpable.
Entonces nace una idea en tu mente. “Este trabajo debería estar haciéndolo mi marido, porque él nunca hace nada por la casa”. Ya está. Algo en ti cree en esta idea, y a partir de ahí se genera aún más dolor. No solo sufres por el hecho de resistirte a hacer el trabajo, sino que además te sientes atacada. Este nuevo pensamiento justifica el que empieces a elaborar tus propios pensamientos de ataque hacia tu marido. ¡Necesitas defenderte para poder hacer algo con respecto a tu sufrimiento! ¡Esto hay que arreglarlo! En poco tiempo te encuentras odiándolo, y la culpa se hará reproche. La guerra está servida. Tu marido buscará los modos de defenderse para no sentirse erróneo ante tus ataques.
Lo que aquí ha ocurrido es un proceso llamado proyección de la culpa. Existe un patrón instalado en el sistema operativo de nuestro ego, que se dispara a la menor señal de sufrimiento y nos induce a buscar la causa ahí fuera. Entonces proyectamos nuestra energía negativa contra esa causa externa, para de ese modo intentar solucionar nuestro pesar. De este modo generamos todo tipo de ataques mentales como el que he descrito.
Estos ataques mentales, convenientemente repetidos y con una constante inversión emocional, producen de hecho todos los conflictos, todas las luchas, todas las guerras que la humanidad vive. De los ataques mentales surgen los maltratos emocionales y como consecuencia los maltratos físicos. Después, solo falta esperar la cadena de venganza.

La culpa da sentido al ataque

El proceso muy rara vez es descubierto por la consciencia: la culpa ha operado sin ser vista, ha producido una guerra grande o pequeña al viejo estilo de los servicios secretos internacionales como la CIA.
Siguiendo con el ejemplo de la colada, la persona que repentinamente experimenta resistencia al trabajo que está realizando, ha perdido la presencia, la aceptación de su circunstancia presente. Esa resistencia psicológica al momento, estrictamente interna, es la causa verdadera e inatendida del sufrimiento. La resistencia, a su vez, ha surgido del dolor psicológico inconsciente.

Si deseas ser responsable de tu dolor, y no estás agusto con lo que haces, o cambias tu percepción, o bien dejas de hacerlo. Sin embargo, con la mente bien entrenada desde muy pequeños en la culpa, la reacción que surge ante el dolor es buscar al culpable ahí fuera. Así podremos “hacer algo”: atacar.

En otras palabras, todo el sufrimiento que experimentas procede del interior de tu mente. Un guión de culpabilización te impulsará a atacar mentalmente a personas o circunstancias externas con el fin de librarte de tu propio dolor. Y aunque esto nunca haya funcionado para sanar el dolor, sino que precisamente ha producido una cadena constante de conflictos, ataque, defensa y sufrimiento, el programa sigue vigente en la mente humana gracias a permanecer inobservado. La culpa es el agente secreto del ego.
El perdón es la sanación de la culpa, y comienza por darnos cuenta de que realmente, la misma idea de la culpa es una locura. A partir de ahí, el trabajo pasa por hacernos conscientes de nuestro dolor inconsciente según surge, y resolverlo responsablemente con herramientas liberadoras en lugar de dejarnos llevar por el programa estándar de culpabilización y ataque que nos sume en el victimismo.
Ahora viene lo más impresionante de todo. ¿Sabes de donde procede el dolor inconsciente? Agárrate bien. Se trata de culpa inconsciente. Un ancestral sentimiento de ser erróneo, una identificación subconsciente con el error.
La culpa tiene dos variantes, la culpa consciente, que ya hemos visto cuando yo me siento mal por haber cometido un error o bien cuando atribuyo el error a algo externo, y la culpa inconsciente. Ambos son errores mentales, pero a niveles muy distintos.
La culpa inconsciente es de índole colectiva, ya que el inconsciente es colectivo como tan bien supo describir al mundo el genial Jung. La culpa afecta a toda la humanidad, y produce un sentimiento profundo y muy escondido de ser erróneo, inadecuado, incorrecto. En occidente fue llamado “pecado original” y desde la misma mente inconsciente, produjo toda la simbología de la expulsión del paraíso. ¡Imagínate! ¡Ser tan malos que hasta Dios, que se supone que es amor, nos echa de su casa! Lejos de significar nada verdadero, este mito refleja una profunda sensación de ser incorrectos, malos, inadecuados, como un “mal hijo”. En oriente la culpa inconsciente ha tomado otra forma más sofisticada: se ha llamado karma, e implica una cadena de causa y consecuencia que te aprisiona en la rueda de la reencarnación. Finalmente también se trata de un sentimiento de culpa, de identificación con el error, que te lleva de un modo a otro a manifestar sufrimiento, carencia, vulnerabilidad, lo que de nuevo te lleva al error, y por tanto, de vuelta a la culpa.
¡Existen seis mil millones de almas que se sienten erróneas recreando inconscientemente y cada día un mundo de culpa! Ahora puedes entender el valor global del trabajo con el perdón. Realmente, el trabajo con el perdón es tan profundo que sana a la mente colectiva.

Cuando la culpa se manifiesta en la vida, ocurren sucesos en los que uno se llega a sentir muy mal al verse a sí mismo identificado con el error, con lo malo o con lo sucio. Puede ser que se manifieste como una angustiosa depresión, o también puede que aflore como un sencillo malestar mientras hacemos la colada.

En cualquiera de los casos, la culpa es el origen del sufrimiento, y el sistema como nuestro ego pretende gestionarla, proyectándola al exterior, es el modo perfecto mediante el cual el ataque, el miedo y sufrimiento se convierte en el modo habitual de relacionarnos entre los humanos.
Ni tu ni nadie es algo “malo” o “inadecuado”. ¡Somos Vida pura! Sin embargo, todos colaboramos al recrear sufrimiento en nuestro entorno porque constantemente nos estamos proyectando unos a otros la idea “eres malo” mediante el mecanismo de la culpa. ¿Cómo vamos a llegar a experimentar lo que realmente somos si seguimos sometidos a semejante programa? 

El perdón es el proceso interno y personal que sitúa toda tu atención en lo importante: deshacer la culpa para encontrar la verdadera paz interna y la liberación de tu mente. Es un proceso de ampliación de la consciencia que te permite mirar los modos en los que la culpa opera en ti, para así poder ver que en realidad, la culpa es locura, nunca ha existido en realidad. Al desaparecer ese virus de tu mente, verás y sentirás qué es lo que tú y cada ser humano es realmente.



Jorge Lomar

jueves, 8 de marzo de 2018

¿Qué es Ho'oponopono?


El Ho’oponopono es un arte hawaiano muy antiguo de resolución de problemas.

Ho'oponopono significa “enmendar”, “corregir un error”.

Según esta filosofía, todo lo que aparece en nuestra vida es un pensamiento, una memoria, un programa funcionando (un error) y se presenta para darnos una oportunidad de soltar, de limpiar, de borrar.

El Ho'oponopono es la tecla de borrar en el teclado de nuestra computadora.

El Dr. Ihaleakalá Hew Len, mi maestro de Ho'oponopono, dice que los hawaianos originales, primeros habitantes de Hawái, solían practicarlo. Morrnah Simeona (la maestra de Ihaleakalá) actualizó estas enseñanzas para los tiempos modernos.
¿Quién fue Morrnah Simeona?
“Limpia, borra, borra y encuentra tu propia PAZ. ¿Dónde? Dentro de ti”.

Morrnah Nalamaku Simeona (19 de mayo de 1913 - 11 de febrero de 1992) fue la creadora de la Auto Identidad a través del Ho’oponopono. Ella fundó Pacifica Seminars en los años setenta. Fue reconocida como una Kahuna lapa´au (sanadora) en Hawái y distinguida como un Tesoro Viviente por el Estado de Hawái en 1983.

“El principal propósito de este proceso es descubrir la Divinidad dentro de uno mismo. El Ho’oponopono es un profundo regalo que nos permite desarrollar una mutua relación con la Divinidad dentro de nosotros y aprender a pedir que en cada momento, nuestros errores en pensamiento, palabra, acto y acción sean limpiados. El objetivo de este proceso es esencialmente lograr la libertad, la completa libertad del pasado”, ha dicho Morrnah.

La Auto Identidad a través de Ho’oponopono utiliza técnicas para crear una mutua cooperación entre las tres partes de la mente o el ser: el subconsciente, el consciente y súper consciente. Eso nos permite reclamar nuestra conexión interior personal con el amor, nuestra Fuente Divina, lo cual nos trae paz, armonía y libertad.

La versión actualizada de Morrnah de esta antigua filosofía hawaiana de resolución de problemas es un verdadero tesoro. Antes de esa versión, la forma de practicar Ho’oponopono decía que toda la familia debía estar presente. Existía un moderador y cada miembro tenía la oportunidad de perdonar y ser perdonado por los demás. Hoy en día, las familias no viven juntas o tan cerca como alguna vez lo hicieron. Reunir a la familia completa y ubicar a todos en un cuarto al mismo tiempo no sería muy fácil.
El doctor Ihaleakalá Hew Len
El Dr. Ihaleakalá fue mi maestro de Ho’oponopono. Él trabajó, viajó y se presentó con Morrnah por años. También actualizó la Auto Identidad a través de Ho’oponopono para hacerlo aún más fácil y más aplicable a los tiempos modernos. El proceso se individualizó para poder practicarlo estando solo, pero trabajando igualmente en forma muy eficaz en toda nuestra línea. Lo que se borra de nosotros se borra también de nuestras familias, parientes y ancestros. ¡El noventa por ciento de nuestros problemas vienen de nuestros ancestros!

Una vez Ihaleakalá me dijo: “Si les hubiera dicho hace diez años que no había nadie afuera, habrían salido corriendo tan rápido como podían. Ahora estamos listos para considerar la idea de que solo existen nuestros pensamientos (memorias), de nuestra familia. No existe nada realmente “allí afuera”, todo está dentro de nosotros y de nuestras memorias”.
Recuerdo una tarde en la que Ihaleakalá volvió de una caminata con lágrimas en sus ojos y me dijo: “Me acabo de dar cuenta de que todo lo que Dios nos está pidiendo es que cuidemos muy bien de nosotros mismos y digamos ‘lo siento’ como niños pequeños. Eso es todo”.
¿Cómo llegué a enseñar Ho’oponopono?
Tomé mi primer seminario con Ihaleakalá en julio de 1997 en Omaha, Nebraska. Ahí fue cuando lo invité a venir a Los Ángeles. Después de un par de seminarios, me di cuenta de que había encontrado El camino más fácil que tanto había estado buscando.

A lo largo de los 12 años que viví con Ihaleakalá, viajé con él a Ámsterdam, Bruselas, Francia, Inglaterra,  Argentina  y muchos lugares en Estados Unidos. Presenté seminarios con él y tuve la bendición de compartir y ser testigo de muchas cosas que no se ven o se comparten con el público en general. Él compartió conmigo las herramientas de limpieza que le surgían durante sus consultas, entrenamientos, meditaciones y sus largas caminatas en Woodland Hills, un suburbio de Los Ángeles.

Entre los años 2000 y 2001, y especialmente porque Ihaleakalá se retiró por un tiempo y no enseñaba,  sentí en mi corazón que yo podía enseñar Ho’oponopono.
Pedí aprobación a The Foundation of I, Inc. (Freedom of the Cosmos). Ellos meditaron –ya que los secretos de Ho'oponopono no son racionales, sino “adquiridos” por quienes conviven con ellos– y fue ahí donde me dieron su aprobación. Ahí fue cuando comencé a enseñar .

Enseñé Auto Identidad a través de Ho’oponopono (SITH) en nombre de la Fundación por varios años, hasta que, en 2004, pedí se meditara la posibilidad de crear mis propios seminarios de Ho’oponopono utilizando el material de la Fundación. Así fue que obtuve el permiso para crear mis propios seminarios de Ho’oponopono.
La primera vez que se presentó Ho’oponopono en Irlanda, lo dimos Mary Koehler y yo y fue muy curioso, porque Ihaleakalá se inscribió como alumno.

En noviembre de 2008, luego de muchos años de dedicarme a dos trabajos, la inspiración me indicó que había llegado el momento de dejar mi muy estable profesión de contadora especializada en impuestos en Los Ángeles. En aquel momento no tenía ahorros ni estaba libre de deudas, todo lo contrario. Pero como cada vez que hice cosas ilógicas, que tomé decisiones sin sentido y confié, obtuve los resultados más asombrosos.
Ahora estoy libre de deudas y viajo por el mundo enseñando Ho’oponopono de una manera práctica y muy concreta,  debido a invitaciones que me llegan constantemente,. EL SECRETO del Ho'oponopono se aplica perfectamente al cambio de paradigmas que vivimos en estos momentos.
¿Puedo enseñar Ho’oponopono a otros después de tomar el seminario?
El Dr. Ihaleakalá Hew Len dice: “El material de Auto Identidad a través de Ho’oponopono es material espiritual. El usar estos materiales conlleva una tremenda preparación y limpieza. El usar material con derechos de autor sin autorización de la Fundación como trampolín trae consecuencias muy negativas. En cambio, para aquellos que lo utilicen para sí mismos, los beneficios son enormes. La elección es tuya”.
En mi opinión personal, antes de empezar a enseñar Ho’oponopono, es necesario tomar el seminario muchas veces. El subconsciente necesita escuchar la información repetidas veces para reprogramarse y hacer esta limpieza en automático las 24 horas del día. Yo personalmente debo haber tomado el seminario unas doscientas veces, por lo menos. Tampoco corrí a contarles a todos sobre Ho’oponopono cuando lo tomé por primera vez. Tenía bien claro que era yo la que lo tenía que practicar, especialmente si quería ayudar a otros. Al hacerlo, lo que se borraba de mí, se borraba de todos.  Por eso me llama la atención cuando la gente piensa que, como ya tomó el seminario una vez, lo sabe y lo puede enseñar. Eso solo me muestra y confirma lo ignorante, arrogante y limitado que es nuestro intelecto.
El Ho’oponopono no se enseña solo a través de las palabras. Por ejemplo, hay que preparar la sala en una forma especial y tener la bendición del Universo (como el tener permiso para transmitir) para que nos ayude a limpiar (por eso los milagros que suceden muchas veces durante y luego del seminario e inclusive la gente que los toma en ausencia por el beneficio de estar allí y recibir esas bendiciones). Por otra parte, hay que saber limpiar en automático para ser guiado por la inspiración.  La limpieza de uno es lo más importante durante el seminario y de esto se beneficia la gente que participa. De otra forma, podemos hasta perjudicar a la gente que viene al dar la información incorrecta, porque nosotros no sabemos lo que es correcto y perfecto para ellos.
El intelecto escucha de forma limitada y luego hace sus propias interpretaciones. Muchas veces incluso no escucha porque está muy ocupado pensando, comparando  y opinando. Por eso, después, cuando se transmiten los conceptos, es como el juego del teléfono roto. Cuando le llega a la gente ¡¡la información está cambiada!!
Para dar una idea, una de las cosas principales que aprendemos en el seminario de Ho’oponopono es que nosotros somos los que tenemos que hacerlo. Aprendemos que nosotros podemos cambiarlo, que lo que se borra de nosotros se borra de todos y que al cambiar nosotros, todo y todos cambian, que si queremos ayudar ¡debemos hacer el trabajo nosotros!
No hay nadie afuera. Entonces, ¿a quién se lo vas a enseñar? Ahí nos damos cuenta de que, quienes pretenden ensenar Ho'oponopono por haber tomado un seminario, en realidad no han entendido esta filosofía, ya que el Ho'oponopono es un proceso interior, no una receta que se enseña después de aprenderla de memoria. Es una enseñanza que se demuestra con el propio ejemplo.
En resumen, si deseas verificar al maestro, cuando busques un entrenamiento de Ho’oponopono, pregunta cuántas veces ha tomado el maestro el entrenamiento y con quién. Averigua cuántos años hace que lo practican y cuándo fue la última vez que participaron en un entrenamiento. Asegúrate de preguntar si solo hace Ho’oponopono o si practica otras cosas. ¡De ningún modo su niño interior (mente subconsciente) realizará la limpieza en forma automática si cabalga diferentes caballos! Mientras estés explorando con quién tomar el entrenamiento, suelta y confía tu propia Inspiración. Esta es tu herramienta más poderosa.



jueves, 15 de febrero de 2018

Los Ángeles del perdón te ayudaremos a liberarte.


Los Ángeles te podemos ayudar a perdonar abre tu alma al perdón y libérate de la carga que te agobie, estamos aquí para ayudarte, somos la presencia mas poderosa de perdón en el Universo y no habrá nada por lo cual no puedas perdonar, estamos aquí hoy para ayudarte, se nos ha enviado para apoyarte, te guiaremos, empecemos a liberarte hoy mismo, permite que te ayudemos.

¡Abre tu alma!

¡Despeja tu mente!

Siente la presencia de los Ángeles del perdón.

¡Sumérgete en tu interior; que nada perturbe este momento…! Intenta viajar por sendas misteriosas, donde tu mente y tu corazón no se separan, para dar paso a esa fusión de sentimientos tan difícil de concretar llamado “perdón”.

Soy el Ángel del perdón y te ayudare a liberarte.

¡Concéntrate, concéntrate en tu “Yo” Superior…! Encuentra la verdad, esta en tu interior, no hay lucha, no hay duelo, solo hay un sentimiento único de unión y perdón. No intentes engañarte, se verdad integral. Sólo estás tú “hablándote a ti mismo/a.” Necesitas sanar tu corazón, para que el amor, la bondad y los sentimientos de paz verdadera fluyan desde la conciencia superior y se manifieste en tu interior.

Serás libre de ataduras, cuando logres canalizar tus sentimientos, eres creación de Dios y de absoluta luz. Obtendrás tu propia libertad espiritual, cuando sientas que has roto las cadenas que hasta ahora te han mantenido atado/a y te han ido arrastrando, el momento ha llegado.

Abre las puertas de tu corazón, permite que entre y limpie. Entra en él y percibe la luz, percibe que todo es cambiado a luz y verdadero amor, vaga por sus rutas, caminos y veredas llenas de amor. Si deseas volar “hazlo”. Este es el momento de liberación. Siente como tus alas se desplazan en ese cielo infinito, rodeado de hermosos luceros, de colores, de paz, de amor. ¡Vívelo! ¡Siéntelo!

En este momento, ese cielo es todo tuyo, se te ha dado por Dios. Descubre en esa soleada luz, tu verdadera salida hacia esa luz que tu inconsciente busca. Sigue la corriente. Siente el aire puro rozar tu rostro. Estás ante la maravilla de una naturaleza que sólo existe en ti, creada por ti y ahora es un paraíso en tu corazón.

¡No tengas prisa, aquí el tiempo no existe…! Percibe la libertad que te espera, estoy a tu lado, confía en tu Ángel del perdón. Serás libre cuando dejes que tus experiencias pasadas sean sólo eso, el pasado es liberado ahora, estoy aquí, confía.

¡Vuela…! Debajo de ti sólo está ese profundo, misterioso e inmenso mar, que te ayudará a purificarte, a limpiar tu alma a medida que pasas sobre él, todo es liberado y limpiado.

Mantente volando. Haz piruetas en el cielo, estoy a tu lado, nada que temer. Juega como solamente lo hace un ave que se siente en completa libertad y rodeado de la más sorprendente hermosura. No permitas que este bello paisaje se empañe. En este lugar no hay espacio para el rencor, ni para la venganza, sólo para el perdón, libérate de todo sentimiento que no sea el amor.

Pero, para perdonar, tienes que encontrarte a ti misma/o. Tienes que arrancar de ti, eso que tanto dolor te produce y que no te permite seguir tu vuelo: hacia nuevas rutas, nuevos horizontes, que están en este momento al alcance de tus manos, de tu corazón. Estoy aquí confía y libera, a que temer?

Para perdonar con el alma, debes sentir la presencia de quienes han marcado tu vida dolorosamente. ¡Comienza aquí y ahora. No te arrepentirás…!

Trae en este momento hacia ti, a ese ser que tanto daño te hizo y que te ha sido difícil perdonar.

¡Háblale! Explícale cuánto mal te hizo y cuanto es lo que has sufrido. Tal vez con sus actitudes, con sus actos, con sus hechos, con su lengua, con su omisión, con su negligencia. Quizás sientes deseos de estallar, de pegarle, de llorar de rabia, porque no puedes explicarte a ti mismo/a el porqué todo ha tenido que ser así… ¿Por qué te ha dañado de esa forma, por qué tenía que ocurrirte a ti?

Dilo todo. ¡Suéltalo! Desencadena esa ira que sientes, pero, hazlo recordando que buscas tu paz interior y que necesitas sacar todo eso de ti. Eso que te está acorralando y no te deja ser feliz… recuerda que tus Ángeles estamos aquí apoyándote y liberándote. ¡Llora si quieres hacerlo! ¡Grita si te sientes mejor!

Este es un proceso de sanación espiritual, donde sólo tú estás inmerso/a en ese caminar hacia la curación total de tu ser. Es natural que sientas todas esas emociones negativas. Porque precisamente son ellas, las que ayudarán a limpiar tu alma, blanqueándola; para luego entregar todo este sacrificio de amor a beneficio de tu propia vida, de tu salud mental y espiritual.

Tu sanación comenzará desde el momento en que comiences a perdonar. Pero, ese perdón tiene que salir de adentro. De tus entrañas este es el momento que Universo ha dispuesto para hacerlo, se sincero/a. Tu propia libertad depende de ello. Estoy aquí no temas.

No puedes vivir tu vida con estas sensaciones que sólo te hacen daño, es tu oportunidad de cambiar. ¡Mira a esa persona! La tienes frente a ti. Toma sus manos. ¡Sí! Tómalas. Aunque de primera intención sientas repulsión. ¡Tienes que lograrlo! Refleja tu mirada en sus ojos. Siente el poder transformador del perdón acercarse a ti. Palpa como sale de ti esa energía tan potente, tan especial, tan cargada de buenas voluntad y perdón; que te hacen ser diferente, ¡que te permitirán liberarte! ¡No temas…! Llénate de amor. Siéntelo, soy tu Ángel que te acompaña, confía y sigue adelante.

Permite que tu coraje se retire de ti, se disuelva en la luz, que se aleje para no regresar jamás. Cuando se perdona, se liberan las más fuertes energías que tu ser produce. Déjalas que hagan su labor en ti y que escapen hacia otros horizontes de luz, donde se purificarán y se transformarán. ¡Sin poder hacer más daño! Porque se trasformaran en el mas puro y exquisito amor.

¡Tu vida es como una rosa! Desde que nace está destinado/a a cubrirse de espinas, pero, esas mismas espinas son las que la ayudan a protegerse de que otros puedan hacerle daño, y al final florecer como la “Reina del Jardín.”

Ahora, dile a esa persona: “Yo te perdono, disculpo todas las cosas
que me hiciste. Aunque injustas a mi entender, pero, yo necesito sentirme bien conmigo mismo/a. Y la única forma es perdonándote a ti. Librándome de mis malos pensamientos, intentando justificar lo injustificable… pero, yo necesito mi Paz”, tu estas libre y yo seré libre también, todos somos libres de rencor y todo es perdonado por el amor de el único gran Dios.

Recuerda que todo lo que haces en mal, lo pagas. Tal vez, esa persona ya esté pagando. Y no somos nosotros los responsables de ello. Con tu perdón estarás contribuyendo a tu plan de salvación espiritual y es en esta vida hay que empezar con el perdón.

Ahora, déjale marchar en paz. Esa persona ya no existe más en tus pesadillas es libre y tu también. Ahora tu vida será toda claridad. Siempre la verdad triunfa sobre la mentira, la paz sobre la guerra y sobre el odio vence el amor.

Ahora comenzarás a sanar… ahora dale tu perdón y recibe el perdón, todo es llenado en luz y amor, mírate a ti misma/o y llena tu corazón de luz de amor y perdonadote. Siente la total libertad.

Repite en silencio:

“Mi sanación está en el perdón y mi mayor fuerza es el amor, he vencido…”

De ahora en adelante, siempre tendrás tus alas contigo. Ya no hay ataduras, ya no hay cadenas todo es libertad. Simplemente, eres libre. Para poder amar, para poder perdonar, para poder vivir, para poder volar… ¡En Alas de Libertad!

Ahora te bendigo y recuerda que los Ángeles del perdón estamos aquí contigo para que en cualquier momento puedas llamarnos y ayudarte en cualquier situación de perdón.
TOMADO DE LA WEB 




viernes, 25 de agosto de 2017

Perdonarse a uno mismo: Carta de auto perdón y liberación de culpa


CARTA PARA PERDONARSE A UNO MISMO/A


Estimado Amigo, Estimada amiga:

Me llamo amigo/a, porque eso es lo que quiero ser conmigo mismo/a ahora. 
Por mucho tiempo yo fui mi peor enemigo, de hecho, fui mi único enemigo. 
Fui yo el que permitió que el miedo dominara mi vida. 
Fui yo el que se aferró a las penas del pasado para llenar mi presente de sufrimiento. 
Era mi propia voz la que escuchaba en mi cabeza y que me convencía de no merecer lo bueno, y me hacía sentir menos que los demás. 
Fui yo mismo el que me llené de inseguridades y dudas, de celos y resentimientos. 
Fui yo mismo el que me juzgué y me critiqué en todo lo que hacía. 
Yo mismo afecté mi salud y mi bienestar y fui yo mismo el responsable de los problemas en mi vida. 
En mí estaba la solución y en mi estaban todas las respuestas. 
Fui yo mismo el acusado, el juez y el verdugo de mi propia vida. 
Yo mismo dicté las sentencias y yo mismo me impuse castigos. 

Y, sin embargo….

HOY ME PERDONO TODO, porque me doy cuenta que siempre hice lo mejor que pude. 
Comprendí que fui un ser sensible y vulnerable, y como yo, lo son todos los seres humanos... 
y que las experiencias de mi vida moldearon mi personalidad.
Hoy rechazo la culpa que siento por mis errores ya que en nada ayuda y nada soluciona.
Aprendí tarde que era yo capaz de cambiar mi vida a pesar de mis heridas y de las situaciones que me rodearon. 
Tarde comprendí que era yo mi propio dueño, que mis pensamientos moldearon mi existencia, 
que no era un esclavo de las circunstancias y que en mí estaba el poder de mejorar, de cambiar y de vivir en armonía.
Puedo ver ahora que mi vida fue maravillosa a pesar de las pérdidas y heridas que todos compartimos. 
Agradezco la oportunidad que tuve de ver, de oír , de sentir, de saborear... la oportunidad de compartir con otros mi vida y la oportunidad de amar a mis semejantes.

Hoy me deshago de viejos resentimientos hacia otros y hacia mí misma.
Hoy rompo las cadenas con las que yo mismo me ate.
Hoy me libero del miedo y de la culpa.
Hoy me perdono por todos mis errores.
Hoy admito que nadie tiene control sobre mis pensamientos.
Hoy admito que nadie tiene control sobre mis sentimientos.
Hoy me libero de todas mis heridas.
Hoy es un buen día para…. VIVIR.
Me quiero… 

Atentamente La persona más importante de mi vida

YO.


(AUTOR/A DESCONOCIDO/A)