Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤ Honrando la memoria de mi hijo: recordando su vida y su luz.❤ Perder a un hijo es una de las experiencias más dolorosas que una madre pueden enfrentar. Es un dolor desgarrador, que deja un vacío en el corazón que nunca se podrá llenar. Sin embargo, a pesar de esta gran pérdida, siempre habrá una forma de honrar su memoria y mantener vivo su legado.❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤

sábado, 17 de marzo de 2018

El Plan de tu Alma: Cap. 5.- Drogas y Alcohol.

 Robert Schwartz. 

LA DROGADICCIÓN Y EL ALCOHOLISMO.
Para hacer este libro tan útil como sea posible, me he concentrado en algunos de los desafíos vitales más comunes. Desde luego, la adición a las drogas está entre ellos. Este capítulo explora la adicción a las drogas y al alcohol desde dos perspectivas: unos padres cuyo hijo tiene una adicción, y una persona que está experimentándola de primera mano. En la primera categoría está Sharon Dembinski, cuyo hijo, Tony, ha luchado contra su adicción a la heroína.
Como Sharon, millones de padres de todo el mundo luchan por comprender por qué sus hijos eligieron tomar drogas. Se sienten tremendamente culpables, y se culpan a sí mismos por haber fallado a sus hijos de algún modo. Muchos ven la adicción como un sufrimiento sin sentido, tanto para los chicos como para sus familias. Me preguntaba si el concepto de planificación prenatal podría aliviar el dolor de estos padres, quizá ayudándoles a ver un reto más profundo para esa experiencia.
Cuando comencé a investigar este desafío vital, no sabía si estas dificultades habían sido planeadas antes del nacimiento. Ya había hablado con Jennifer (capítulo 3), cuyos dos hijos nacieron con varias discapacidades. Si Jennifer y sus hijos hubieran planeado estas discapacidades, cabe la posibilidad de que unos padres y su hijo hayan planeado también la adicción del hijo. Los hijos de Jennifer habían nacido con esas dificultades, mientras que el hijo de Sharon se había hecho adicto a la heroína en su adolescencia. De hecho, si Sharon y Tony habían planeado su adicción, ¿cómo sabían que se desarrollaría más tarde en la vida? Más aun, ¿por qué dos personas, una de ellas un padre cariñoso, planearían encarnaciones en las que el hijo tendría una adicción a las drogas? ¿Qué propósitos espirituales tendría esta vivencia para el padre? ¿Y para el hijo? ¿Y cómo coordinarían el padre y el hijo sus planes de vida para que cada uno de ellos experimentara el crecimiento deseado?
EL RELATO DE SHARON.
Sharon, enfermera de pediatría especializada en cuidados intensivos neonatales, estaba en su trabajo cuando recibió la llamada de su hija Sarah. Sarah y el marido de Sharon, John, habían encontrado a Tony inconsciente en el suelo de su cuarto de baño, con una jeringuilla ensangrentada junto a él, un cinturón apretado alrededor de su brazo, y la piel azul.
—Empecé a llorar como una histérica —recordó Sharon—. Salí corriendo y me metí en el coche. La doctora con la que trabajaba salió detrás de mí. Me dijo, “iTranquilízate! No puedes conducir en ese estado”. Apoyada en la ventanilla, seguí diciendo, “iPor favor, apártate de mi coche!”. Al final, se apartó. Conduje tan rápido como pude, y durante todo el camino fui rezando, iPor favor, que esté vivo cuando llegue! iPor favor, no lo dejes morir!
Sharon se encontró con Sarah y John en el hospital. Tony había sufrido una sobredosis de heroína; estaba en estado semi-comatoso y con un gran dolor por lo que más tarde se supo había sido un ataque cardíaco. Cuando los médicos decidieron enviarlo a otro hospital con más medios, Sharon saltó a la parte de atrás de la ambulancia.
—Los técnicos de emergencias me dijeron “Señora, tiene que salir” —recordó Sharon—. Yo les contesté, “iNo voy a irme de aquí! Si vuestro bebé estuviera alguna vez en mi unidad, yo os trataría con cortesía profesional. ¡Dejad que me quede!”.
Los técnicos aceptaron, y Sharon se mantuvo al lado de su hijo. Al llegar, Tony fue llevado a una unidad de cuidados intensivos pulmonares. Los médicos dijeron a Sharon que seguramente no sobreviviría a la noche.
—Prometí a Dios, le supliqué, que si lo salvaba haría cualquier cosa que pudiera para ayudarlo a él, y a cualquier otro que lo necesitara —dijo Sharon—. Él tenía un aspecto hermosísimo, allí tumbado. Tenía la cabeza llena de rizos, de color castaño oscuro, como los había tenido cuando era bebé. Pasé mucho tiempo acariciándole el pelo con los dedos, jugando con sus rizos, pensando en lo hermoso que era, pensando en toda su vida, en lo mucho que lo quería. Perdí tres bebés entre Sarah y Tony. Deseaba tener a Tony con todas mis fuerzas. Quería un hijo con todas mis fuerzas. Yo tenía cinco hermanas. Nunca tuve relación con ningún hombre, a excepción de mi propio padre y de mi marido. Nunca tuve un hermano, o un buen amigo, así que realmente quería un hijo. Y todo el mundo que entraba en la habitación, todas las enfermeras, todos los médicos, comentaban lo guapo que era.
Tony sobrevivió a la noche. Por la mañana los médicos dijeron a Sharon que sobreviviría pero que posiblemente sufriría daños cerebrales. Tony continuó inconsciente los siguientes cinco días. Sharon pasó todo ese tiempo junto a su cama.
Al final, “abrió los ojos y me miró. Yo supe que su cerebro estaba bien” —dijo Sharon, al borde de las lágrimas—. Me dijo, “Lo siento”, y lloró. Yo le contesté, “Por favor, no digas que lo sientes, Tony. Todo va a salir bien. Vas a ponerte bien”. Después nos abrazamos, y le pregunté si había querido quitarse la vida. Me dijo que no, que había sido un accidente. No quería morir. ¡Aquello fue un alivio para mí! Eso significaba que aún había esperanza de que pudiera vencer su adicción a la heroína —Sharon empezó a sollozar—. Yo siempre me preguntaba qué había hecho mal —dijo, con tristeza.
Después de la estancia en el hospital, Tony fue a una clínica de rehabilitación, y después a un centro de reinserción. Allí aceptó heroína de otro residente y sufrió una sobredosis de nuevo. Después de los cuidados médicos, Sharon lo llevó a casa.
—No sabía si sentirme esperanzada o asustada —recordó—. Iba de un sentimiento al siguiente en cuestión de minutos. En un momento me sentía desesperada. Luego pensaba, “Todo va a salir bien”.
A pesar de estos cambios, Sharon se centró en lo positivo en sus charlas con Tony, señalando que casi cada día durante la rehabilitación había elegido no tomar drogas.
—¿Cuántos días tomaste la decisión correcta? —le preguntó, para darle ánimos.
En un intento por ayudar a su hijo, Sharon comenzó a participar en foros de discusión en Internet, entre ellos uno de partidarios de la metadona. Químicamente similar pero menos adictiva que la heroína, la metadona se usa a menudo en tratamientos para desenganchar a la gente de la heroína.
—La gente que conocí (algunos eran adictos, y otros estaban en proceso de desintoxicación) eran amables, abiertos, y cariñosos —me contó Sharon.
Creó un lazo especialmente fuerte con Eddie, un hombre que estaba luchando por superar su propia adicción.
Sharon confió en Eddie para llegar a los sentimientos de su hijo. Tony, en ese momento, se aislaba en su habitación, y algunos días sólo salía para comer. Eddie aseguró a Sharon que el comportamiento de su hijo era normal, que Tony estaba evitando al mundo porque quería recuperarse, pero que temía que algo pudiera desencadenar una recaída.
—Eddie me dijo cosas profundas que realmente me abrieron los ojos —comentó Sharon.
Algunos de los mensajes de Eddie eran tan estimulantes que los imprimió y los colocó en el espejo del baño de Tony. Finalmente, Tony llegó a tener tanto cariño a Eddie como Sharon.
Tres meses después de que Tony dejara la rehabilitación, Eddie murió de una sobredosis. Sharon descubrió su muerte en un mensaje en el foro de Internet.
—Tony vino a mi habitación y se sentó en la cama —recordó Sharon—. Yo dije, “Eddie ha muerto”. Él dijo, “¿Qué?”. Yo contesté, “Eddie ha muerto. Sobredosis”. Se levantó de la cama. Yo también. Caminamos el uno hacia el otro, y me abrazó. No dijimos nada… sólo lloramos.
Eddie murió quince meses antes de que yo hablara con Sharon. Desde entonces, Tony había estado bien; tenía una nueva novia y estaba buscando trabajo. Pregunté a Sharon cómo había cambiado ella en esos quince meses.
—Ahora soy más compasiva, más comprensiva —me contestó—. Ahora veo las cosas con mayor perspectiva. Lo más importante que aprendí es que no puedo controlar el comportamiento de Tony. Puedo apoyar lo positivo. Pero no puedo anularlo. No puedo controlarlo. Sólo puedo controlar mi respuesta hacia él.
La vida profesional de Sharon también cambió. Motivada tanto por la muerte de Eddie como por las promesas que había hecho a Dios cuando rezó por la vida de su hijo, Sharon puso en marcha un innovador programa en su hospital. Madres y Metadona (MYM) proporciona cuidado médico y apoyo emocional a las mujeres embarazadas que han estado recibiendo tratamiento con metadona, y también a sus hijos. En MYM Sharon combinó su amor por los bebés con su recién descubierta pasión por ayudar a la gente que había experimentado una adicción a la heroína.
—Trabajamos con las madres para hacer que se sientan aceptadas—dijo Sharon, alegremente—. Si no se sienten apoyadas recaerán, y entonces ese bebé no tendrá madre. Ese bebé irá a un centro de acogida, y toda su vida cambiará drásticamente, y no para mejor. Piensa en el impacto. Si esas madres siguen adelante y no recaen serán capaces de besar a sus hijos, leso es enorme!
Antes de comenzar MYM, Sharon a veces juzgaba a esas mujeres.
—Pensaba, ¿cómo pueden hacer esto?
Ahora lo ve distinto. Sharon también había visto cambios en sus compañeros del hospital.
—Ver a mi familia pasar por esto acercó el problema a sus propios hogares. Si esto podía pasarle a mi hijo, también podía ocurrirle a los suyos. Ello cambió radicalmente el modo en el que respondían a los pacientes.
—Sharon —pregunté—, ¿qué te gustaría decir a los padres que tienen un hijo adicto a las drogas?
—No lo mantengáis en secreto. Si compartís lo que está ocurriendo, la gente os ayudará.
LA SESIÓN DE SHARON CON GLENNA DIETRICH.
En los días posteriores a mi conversación con Sharon, algunas de sus palabras me afectaron profundamente. No quería que Sharon creyera que, de algún modo, había fallado a Tony. Había visto a gente despojarse del remordimiento y la tristeza, y adoptar una perspectiva totalmente nueva sobre los desafíos de su vida cuando descubrían que ellos mismos los habían planeado. Esperaba que la sesión de Sharon con Glenna le proporcionara tranquilidad mental.
Glenna comenzó compartiendo con nosotros la información que ya había recibido del Espíritu.
—Me dicen algunas cosas sobre tu hijo. Él experimentó otras vidas en las que tenía una ocupación mágica. Experimentó situaciones en las que las cosas, simplemente, le pasaban. Quizá fue mago, o chamán. Está buscando volver a experimentar ese tipo de magia. Ésa es parte de la razón por la que se sintió atraído por ese estilo de vida [el de las drogas]. Hay una especie de magia en la reacción química que se origina en el interior del cuerpo cuando toma esas drogas. Tony siempre crea situaciones extraordinarias. Tiene mucho talento. Está muy dotado. Si nos fijamos en Einstein, o en otras personas que trajeron grandes cambios, o que tenían una gran facilidad para la música, descubriremos que su juventud estuvo llena de problemas, porque es muy difícil aceptar esa vibración en el cuerpo. Una vez que llegan a la madurez, todo fluye.
—Antes de relacionarse con las drogas, su capacidad artística era sorprendente —confirmó Sharon—. Ya no lo hace, no lo ha hecho en años, pero sigue teniéndola. Su CI es 140.
Glenna cambió de plano.
—Cuando sintonizo su interior veo miedo. Eso es lo que me parece.
—Eso es lo que yo también siento —reconoció Sharon.
—Cuando tenemos un gran don a veces no podemos expresarlo —continuó Glenna—. Eso
crea un bloqueo energético en el cuerpo. La energía bloqueada crea enfermedad. Así que guíalo para que exprese su creatividad de nuevo. Y ámalo, ámalo, ámalo. Él se siente como si hubiera hecho algo mal, como si hubiera perdido el respeto y la validez ante tus ojos.
La compasión de Glenna era palpable. Me relajé, sabiendo que Sharon estaba en buenas manos.
—¿Planeamos esto para conseguir algún bien? —preguntó Sharon.
—Para conseguir un bien, y también porque tu alma necesitaba experimentarlo —respondió Glenna—. Venimos aquí para experimentarlo todo. Todos hemos sido asesinos, violadores y santos. Lo hemos experimentado todo, o vamos a experimentarlo todo. Y planeamos estas cosas para crear el escenario perfecto para lo que necesitamos aprender en este momento. Tú, concretamente, no necesitabas volver de nuevo. Habías completado tu ciclo de aprendizaje, pero volviste para ayudarlo. No estoy diciendo que ése fuera tu único propósito, pero fue el principal motivo que te hizo volver. Él lo sabe, en algún nivel. Eso es maravilloso para él pero también muy, muy difícil, porque le hace sentirse culpable.
Esta información me sorprendió; era la primera vez que escuchaba que un alma no habría necesitado reencarnarse. El programa MYM de Sharon apareció en mi mente… el modo en el que había tomado su dolor, y lo había usado para ayudar a otros. Se me ocurrió que Glenna y yo estábamos hablando con un alma muy evolucionada.
—No sabe cuidar de sí mismo —dijo Glenna a Sharon—. Ha venido a aprender esa lección. Tú tienes una increíble habilidad para cuidar a los demás. Ahí es donde yacen tus dones. Él no sólo recibe eso de ti, sino que además está observándote y va a emularte.
—El otro día me dijo algo que me dejó totalmente sorprendida —contestó Sharon—. Me dijo, “Mamá, tú me inspiras cada día con todo lo que haces por los demás”.
Sharon, Glenna y yo charlamos durante algunos minutos más. Después, nos quedamos en silencio un momento mientras la conciencia de Glenna partía, y otra conciencia se nos unía.
—Aceptamos vuestra invitación con gran alegría.
Ésa fue la cálida bienvenida de las entidades que ahora estaban usando el cuerpo de Glenna. Evidentemente, más de un ser se había unido a nosotros, pero estaban hablando como si fueran uno. Efectivamente, había un tono alegre en la voz. Hablaba lenta y amablemente.
—Os damos la bienvenida, con amor, a esta frontera entre nuestro mundo y el vuestro. Vivimos en dimensiones que son tan cercanas a vosotros como el grosor de un cabello de vuestra cabeza. Somos dos guías. Uno de nosotros ha trabajado contigo, Sharon, desde el momento de tu concepción, y antes de ese momento hemos planeando todas las cosas que tu alma decidió que conocieras en esta encarnación. Vivimos en el reino angelical, y por eso podríais llamarnos ángeles guardianes. ¿Tenéis alguna pregunta para nosotros?
Sharon acordó dejarme llevar las riendas de la conversación. Comencé preguntando su nombre a los seres canalizados.
—Nuestros nombres son vibraciones, y por eso no sabemos cómo formular sus sonidos a través de los labios de la médium —contestaron.
—Gracias por hablar hoy con nosotros. ¿ Sharon y su hijo, Tony, planearon antes de nacer su experiencia de adicción a las drogas? Y si fue así, ¿por qué?
—La respuesta a tu pregunta es sí —dijeron los ángeles—. Antes de que la encarnación haya sido elegida, se contemplan todas las experiencias. El tiempo exacto, las situaciones y las energías existentes deben ser las adecuadas para que el alma experimente los dones del conocimiento y la sabiduría que está disponible en tu reino.
—¿Qué esperaba aprender Sharon, o cómo esperaba crecer como resultado de ser la madre de una persona con adicción a las drogas?
—Para ella era esencial experimentar esas cosas en un contexto de humildad. Su alma y su personalidad en esta encarnación tienen muchas de las cualidades que crean experiencias, energía y entrega de un modo generoso. Por eso necesitaba crear límites, ya que el alma usa la limitación de vuestro reino para el crecimiento. Cuando experimentamos limitación, sentimos la necesidad de superar la frustración, de trabajar con nuestros propios parámetros, y de concentrar la energía, una energía que deshace la densidad de vuestro reino, y que crea espacios de luz y una vibración superior.
Los ángeles acababan de proporcionarnos una explicación resumida de por qué el reino físico es tan atractivo para las almas espirituales y eternas. Mientras hablaba de limitación, recordé lo que el alma de Doris (capítulo 2) me había dicho sobre que las almas se ven a sí mismas como seres ilimitados. Dado que el contraste lleva a un mayor conocimiento de si mismo, las almas encarnadas en el plano físico experimentan la percepción de limitación. Esa percepción, que es en sí misma una ilusión, contrasta de una manera drástica con el gran poder que sabemos que tenemos cuando estamos en espíritu. En el plano físico, nos desafiamos a trabajar dentro de la ilusión de la limitación.
Decidí explorar este concepto con los guías angelicales de Sharon.
—¿Qué está experimentando Sharon concretamente que pueda ser clasificado como limitación?
—En sus experiencias con su hijo, se le ha permitido creer que debe ser perfecta. Ha experimentado situaciones en las que sus cualidades y su sabiduría a veces no eran suficientes para controlar todos los aspectos de su entorno, entre ellos los actos de su hijo. Al mismo tiempo, debe honrar y respetar el modo de vida de quienes la rodean, aunque sus caminos sean distintos al suyo. Ha aprendido esta lección muy bien, y ha probado y expandido su compasión, y también ha expandido su creencia en la bondad de los seres humanos. Todo eso no es poco.
Los ángeles habían resumido de un modo hermoso el programa de vida de Sharon. Aparentemente, Tony y Sharon habían planeado su adicción a las drogas en parte dado que ella debía conocerse como respeto y compasión. En lugar de creer en la “maldad” de la gente que elige tomar drogas (una creencia falsa que debería ser sanada más tarde, en las siguientes reencarnaciones), Sharon ha usado esta experiencia para confiar en los demás, y para ver, de ese modo, su bondad. Ha estado dispuesta a recibir amor de los demás, y haciéndolo ha dado un gran regalo a otras personas: la oportunidad de expresar amor. Ya que nuestra verdadera naturaleza como almas es el amor, consideramos que hemos aprovechado bien nuestras vidas físicas cuando damos y recibimos amor.
Aun así, hay muchas formas en las que Sharon podría haber planeado antes de nacer la obtención de tal conocimiento de sí misma.
—Las cosas que has mencionado podrían haberse conseguido con otras situaciones. ¿Por qué eligió Sharon ser madre de una persona con adicción a las drogas?
—Su hijo se lo pidió —dijeron, sencillamente.
Un momento antes, los ángeles habían hablado de frustración. Por mi conversación con Sharon, sabía que había sentido una gran frustración al darse cuenta de que no podía controlar el comportamiento de Tony. También sabía que había superado la frustración al aceptar el hecho de que no podía controlarlo.
—¿Cómo el hecho de ser madre de una persona con una drogadicción le permitió superar la frustración? —pregunté a los ángeles.
~Esto le demostró sus posibilidades de ayudar y motivar a los que están a su alrededor —dijeron tranquilamente—. Además le permitió captar su propia esencia y su fuerza de modos que, de no haber existido esta experiencia y el intenso amor por su hijo, no habrían tenido la misma profundidad. Ahora explora la relación entre el lado oscuro (el miedo de perder la vida de su amado hijo) y el lado luminoso (la compasión y el cariño que ofrece al mundo).
—Tal como yo lo entiendo —dije—, cuando estamos en espíritu somos capaces de hacer o crear lo que queremos, sin resistencia alguna. Si no hay resistencia, no hay frustración. Si esto es cierto, ¿por qué un alma se preocupa por aprender a superar la frustración?
— En vuestro reino el crecimiento viene a través de las emociones sentidas.
—Habéis mencionado que Sharon también está aprendiendo a trabajar bajo sus propios parámetros. ¿A qué os referís, y cómo le ha enseñado esta experiencia a hacerlo?
—Su alma ha experimentado muchas cosas a través de muchas encarnaciones. Está completa, y sus experiencias también. Y al reencarnarse en este cuerpo, con ese nivel de sabiduría y comprensión, trajo con ella mucho conocimiento y conciencia. Tenía la sensación de no ser como la gente que la rodeaba, poseía cierta arrogancia, y necesitaba humildad. Hasta que los humanos no experimentan esas situaciones de desesperación, esas situaciones en las que sienten que los resultados están fuera de su control, no pueden ser comprensión, ni pueden ser compasión. La compasión sólo se crea con la experiencia, no al observar cómo otros viven esa experiencia, ni leyendo sobre ello, ni escuchando a alguien hablar sobre ello. Sólo al experimentarlo personalmente, el ser humano puede adquirir esa comprensión.
Antes, los ángeles habían mencionado otro reto sobre la adicción a las drogas de Tony: ayudar a Sharon a enfocar su energía. Pregunté a los ángeles qué habían querido decir.
—Ella tiene ahora la posibilidad de recoger el amor y la compasión que ha obtenido en esta experiencia, y enfocarlos hacia retos determinados. Tiene un propósito y un reto muy claro en su mente. El cual se ve mucho más claro una vez desechado lo que ya no sirve.
—Mencionasteis que, además, quería honrar el camino de los demás. ¿Cómo la ha ayudado esta experiencia a hacer eso?
—Ha creado un lugar para sí misma en el que comprende y compadece a los que han elegido experimentar sus vidas de un modo distinto a ella. Lo que se honra es la elección. Ahora tiene la capacidad de reconocer y aceptar que todos los caminos llevan a la conciencia. Lo que importa son esas lecciones, no el camino elegido. Ése es un nivel de sabiduría muy elevado.
Las palabras del ángel me hicieron pensar en personas de mi entorno a las que había juzgado. ¿Cuántas veces me había preguntado por qué alguien había elegido un camino concreto, que a mi modo de ver era claramente erróneo? Como Tony, esa gente había seleccionado caminos que les proporcionaban la conciencia que ellos necesitaban.
—Dijisteis que esta experiencia había hecho crecer la fe de Sharon en la bondad de la gente. ¿De qué manera ha hecho posible esta experiencia que esto ocurra? —Estaba especialmente interesado en esta respuesta, pues Sharon había experimentado cosas que, normalmente, provocan amargura, ira, autocompasión, y sentimientos de derrota. Quería aprender del ejemplo de Sharon.
—Han tenido lugar acontecimientos pequeños y grandes en los que se ha sentido desesperadamente fuera de control. Su búsqueda salvó la vida de su hijo, y lo rescató de una obsesión que ella creía tendría que ser tratada de por vida. En esos momentos pidió ayuda, y otros le respondieron con cariño y apoyo. Esto construyó los cimientos de su confianza, ya que descubrió que había mucha gente a su alrededor (incluso completos desconocidos) que la apoyaba y que le proporcionaba información y orientación. Ahora ha elegido estar entre ellos.
Recordé el consejo de Sharon: “Pide ayuda”.
A pesar del amor que había recibido de otros, el camino de Sharon había sido un camino de terrible dolor. ¿Qué más la había llevado a planear esta experiencia? ¿Había sido su motivación principal la profundización en lecciones previamente aprendidas? ¿Su amor por Tony, y su deseo de ayudarlo con su plan de vida? Pedí a los ángeles que se explicaran mejor.
—Cuando el alma se encarna en un cuerpo humano, hay un lapsus de memoria —explican —. Reconoce las lecciones, pero éstas no se almacenan en la mente consciente. Así que las experiencias son una especie de recordatorio que solidificará cualquier comprensión o sabiduría que ya se posea.
—¿Pero su motivación era principalmente estar al servicio de su hijo?
—Ella eligió este camino debido al amor por su hijo.
—¿Hacer algo que fuera de beneficio para el mundo fue parte de su motivación al planificar esta experiencia?
—Todas las situaciones de aprendizaje, todas las emociones, toda la sabiduría que crea un
individuo [en la Tierra] llega a todos los demás que están en tu reino, y además se expande a
través de las distintas dimensiones. Nada se ha hecho, nada se ha dicho, nada se ha pensado que no cree un efecto de vaivén desde el ser, a través de la vibración emocional que se mueve en todas las dimensiones. Esto es difícil de entender por el cerebro humano, y esta información puede que no se asimile en algunos niveles. Sin embargo, elegimos compartirla contigo.
En todas las sesiones, los seres etéreos nos ofrecieron mucha información importante, aunque en ciertos momentos me parecía que nos concedían una sabiduría especialmente vital.
Éste fue uno de esos momentos. Los ángeles acababan de describir la maravillosa responsabilidad (y oportunidad) de cada ser humano. SOMOS RESPONSABLES DE TODO LO QUE HACEMOS, DECIMOS Y PENSAMOS Esta responsabilidad se hace infinitamente más profunda cuando nos damos cuenta de que cada acción, palabra, y pensamiento afecta a todos los demás seres… no sólo en la Tierra, sino, además, en la totalidad del cosmos. iCon qué frecuencia -pensé- nos sentimos insignificantes o impotentes! Si esta verdad fuera comprendida, nadie se sentiría así nunca más. Y nos esforzaríamos por expresar amor, y sólo amor, en cada momento, incluso en nuestros pensamientos “privados”.
Sharon, según parece, en algún nivel ya era consciente de esta sabiduría. Recordé la pasión con la que había descrito el impacto de su programa MYM. Como alma debía haber diseñado su vida con total consciencia del fenómeno que los ángeles acababan de describir.
—Como resultado de las experiencias que Sharon ha vivido —dije—, comenzó un nuevo programa en su hospital para ayudar a las mujeres embarazadas adictas a la heroína. ¿Hacer ese trabajo fue en parte la razón por la que planeó su experiencia con Tony?
—Sí —fue la sencilla respuesta de los ángeles.
En ese momento, toda la belleza del plan de vida de Sharon estaba quedando clara. Dado lo exhaustivo del plan, me pregunté si Eddie también había sido parte del programa.
—Hay un individuo a quien Sharon conoció, y que ahora ha vuelto al espíritu (su nombre era Eddie), que le proporcionó mucho apoyo. ¿Eddie es parte del grupo de almas de Sharon, y fue parte del plan con Tony?
—Él es parte del grupo de almas de Tony —me corrigieron los ángeles—, y sí, participó en la planificación.
—Cuando lo planearon, ¿cómo sabían Sharon y Eddie que al final se encontrarían el uno al otro?
—Estaba planeado —dijeron, con seguridad—. Todas las cosas están sincronizadas.
Aquí los ángeles estaban refiriéndose a la verdad de que no existen las coincidencias. La gente como Sharon y Eddie que se encuentran “por casualidad” en una página de Internet, en realidad se han atraído el uno al otro por sus frecuencias similares: Lo parecido atrae a lo parecido. Si no se hubieran conocido en Internet, lo habrían hecho de otro modo.
Pregunté a los ángeles si la sobredosis casi fatal de Tony había sido planeada.
— Sí —dijeron de nuevo.
—¿Por qué querían Sharon y Tony la experiencia de la sobredosis, además de la adicción a las drogas?
—Eso llevó las energías a un punto culminante, y a un crecimiento de las emociones lo cual ayudó a llevar a cabo una transmutación y una toma de decisiones.
—Tony sufrió otras dos sobredosis. ¿Éstas también fueron planeadas? —Sí.
—¿Por qué creyeron que podría ser beneficioso planear tres sobredosis?
—Cada suceso creó una explosión separada de energía emocional que después creó a su vez una mutación de esas energías.
No estaba seguro de lo que los ángeles querían decir, pero creí que tenía que ver con el programa MYM de Sharon.
—Sharon podría haber planeado antes de nacer lanzar un programa para ayudar a las mujeres embarazadas con adicción a las drogas, sin tener ella misma un hijo drogodependiente —señalé—. ¿Cuál es la conexión entre la experiencia con Tony, y el programa que inició? ¿Por qué planeó ambas cosas?
—A través de la adicción a las drogas y del sentimiento de desesperanza y desprotección de Sharon se creó una cierta cantidad de pasión (energía emocional transmutada). Esto resultó en la creación de su programa, que es de gran ayuda y lleva a un nivel superior de conciencia a los individuos que participan en él. Los pacientes de su programa han elegido esas experiencias para sí mismos. Al hacerlo, permiten que individuos como Sharon creen compasión y confianza en el mundo. Permiten que Sharon experimente compasión una y otra vez, de distintos modos. Además, permiten que vea su pasado con honor y respeto, en lugar de con ira y pena. En vuestro reino hay mucho que aprender sobre la tristeza y el uso del dolor. Estas lecciones traen consciencia, y una gran sabiduría.
Pregunté a los ángeles si había alguna razón por la que Sharon había elegido ser la madre, en lugar del padre.
—En vuestro reino —contestaron—, la conexión biológica entre la madre y el hijo es mucho más fuerte. Culturalmente esto es importante, porque al varón no se le exige que cree unos lazos emocionales extremadamente poderosos con el niño. En este caso, era necesario tener una conexión muy cercana para que el apoyo pudiera ser ofrecido, necesitado, y querido. Este nivel de cuidado lo prodigan las mujeres de vuestra especie de un modo mucho más profundo y bien articulado. Observamos que esto está cambiando, y se está haciendo más equilibrado, aunque en el momento en que hablamos, esto todavía no ha llegado totalmente a la existencia.
—¿Hay alguna razón por la que Sharon eligiera tener un hijo en lugar de una hija con adicción a las drogas?
—La elección de género fue irrelevante.
—Cuando Sharon y Tony planearon la adicción a las drogas, ¿eligieron concretamente la heroína? Si es así, ¿por qué?
—Sí —afirmaron los ángeles—. Se debe a su estructura química. Era necesario que fuera una adicción muy fuerte. Esta droga en concreto se adapta a esa necesidad.
Aunque yo ya sabía que la planificación prenatal era muy complicada, estaba sorprendido por el grado de detalle del programa de Sharon y Tony: habían planeado no sólo la adicción, sino también la sustancia adictiva concreta.
—¿Qué tipo de influencia ejerce el alma sobre la mente o el cuerpo para que se produzca la adicción a las drogas? —pregunté. Intentaba averiguar cómo podrían haber sabido Sharon y Tony que la adicción tendría lugar.
—Influye en muchas áreas. Varias de ellas son muy bien conocidas por vuestros científicos y por vuestro pasado. Una es la astrología, que influye en los rasgos de personalidad, habilidades, y atributos físicos. Otra que reconocéis es la secuencia de ADN, la información celular que se transmite a la siguiente generación.
—Cuando Sharon y Tony planearon esta experiencia, ¿tuvieron en cuenta la posibilidad de que Tony se hiciera adicto al alcohol? Si lo hicieron, ¿por qué no eligieron eso?
—La química no era la apropiada.
—Cuando Sharon estaba planeando su vida, ¿consideró tener más de un hijo con adicción a las drogas?
—No.
—¿Por qué quería tener concretamente un hijo con adicción a las drogas?
—Su nivel de sabiduría y conocimiento era tal que esas experiencias serían suficientes para motivarla y llevarla en las direcciones que necesitaba tomar.
—¿Trataron la posibilidad de que llegara a morir de una sobredosis?
—Sí.
—¿Por qué no eligieron eso?
—Había más oportunidades en esta vida combinada, porque crea espacios de sanación, y además más consciencia entre ellos dos —contestaron los ángeles. (Se me ocurrió que, si la muerte de Tony hubiera ofrecido una experiencia más significativa para Sharon y Tony, esta habría estado en su plan de planificación prenatal).
—Comprendo que las almas pueden elegir encarnarse en cualquier lugar y en cualquier momento. ¿Por qué Sharon y Tony eligieron encarnarse en los Estados Unidos, en este momento de la historia?
—Porque tienen muchas posibilidades de experimentar sus propias limitaciones, así como de expandir su conciencia, tanto para sí mismos como para otros que lo rodean. En vuestro reino, éste es un momento de crecimiento acelerado. Muchos de los que habéis elegido encarnaros en este momento estáis terminando los ciclos de reencarnación, y estáis preparándoos para pasar a otros reinos.
—¿Por qué hay más oportunidades de experimentar la limitación ahora que en otras épocas, ya sea en el pasado o en el futuro?
—El planeta está experimentando una rotura del sistema. En los momentos de la historia en que los viejos sistemas se vienen abajo, impera el caos. El caos es un componente muy necesario de limitación y crecimiento. Quizá es el espacio más fértil para aprender.
—¿Qué os gustaría decir a un lector que es adicto a las drogas, y que lucha por comprender el propósito espiritual profundo de su situación?
—Es esencial que enaltezcáis vuestro pasado, que os conozcáis a vosotros mismos, que aprendáis quiénes sois, y que os améis —dijeron los ángeles.
—¿Qué os gustaría decir a un lector que es padre de un chico adicto a las drogas?
—Lo mismo.
—¿Hay algo más que sea importante o valioso que los lectores sepan, y que yo no haya preguntado?
—Sería de ayuda ser consciente de la posibilidad de expansión de la conciencia. Esa expansión puede llevarse a cabo sin destruir el cuerpo ni provocar un daño físico. Hay técnicas disponibles para todos los que están en vuestro reino. Es el momento de reconsiderar las culturas y pueblos que han vivido antes que vosotros, y de comenzar a entender, y quizá a incorporar, las destrezas que los antiguos poseían.
Pregunté a los ángeles qué les gustaría decir a la gente joven que tiene adicción a las drogas, y que siente que ha decepcionado a sus padres, o quizá experimentan otras formas de culpa y de juzgarse a ellos mismos.
—Ellos eligieron sus caminos con un propósito en mente —respondieron los ángeles—. En vuestro reino hay momentos en la vida en los que ese propósito se ve nublado por los valores y juicios que se lanzan sobre la persona y sobre quienes la rodean. Las presiones de la cultura y la familia contribuyen a ello. Ahora, entre la gente joven, hay un movimiento que aboga por ir más allá de los valores generacionales y por permitir que los viejos sistemas de religión, educación, ciencia y política (esas cosas que gobiernan vuestro reino) se expandan o se colapsen completamente, para poder reconstruirlos de nuevo.
—Para los lectores que tienen prejuicios acerca de los drogodependientes, y que les gustaría dejar de tenerlos, ¿qué podéis decir para ayudarles?
—En muchos casos, el juicio de las personas de su entorno ayuda a los que tienen una adicción a las drogas a experimentar todas las emociones que forman parte de su opción, de su camino. De ese modo, todo tiene utilidad. Nada de lo que se ha creado en vuestro reino carece de importancia. Todas las cosas deben ser valoradas. Ya sea que estés de acuerdo con ellas o no las comprendas, debes hacerlo.
—¿Cómo alguien con adicción a las drogas experimenta crecimiento al ser juzgado por los demás? —pregunté.
—Esto le crea limitaciones que debe superar decidiendo que es merecedor del amor de los demás y de él mismo, a pesar de que exista quien juzgue su acción.
Sharon hizo entonces una pregunta a los ángeles.
—¿Podéis decirme si el programa que he puesto en marcha en mi hospital tendrá éxito? ¿Crecerá?
~Podemos decirte con sinceridad que todo el esfuerzo que has puesto en la creación de la organización de apoyo para los que están a tu alrededor ha tenido un éxito enorme. El pensa- miento, la experiencia y la energía son las cosas que en tu reino impactan con éxito a los demás. Y por eso te invitamos a considerar tu programa y tus esfuerzos como un gran éxito, a pesar de cualquier otro punto de vista, venga de donde venga. Mantén esto en un lugar destacado de tu corazón.
—Gracias —dijo Sharon.
—Muchísimas gracias por hablar con nosotros —repetí yo.
—Benditos seáis —dijeron los ángeles—. Siempre es un placer ser invitado para estar entre vosotros.
Con esa despedida, la sesión llegó a su fin. Se produjo un silencio mientras Sharon y yo asimilábamos todo lo que habían compartido con nosotros. Me quedé sentado en silencio, saboreando la calidez y el afecto que había sentido en presencia de los ángeles.
—En un par de ocasiones no he podido evitar llorar —dijo Sharon, rompiendo el silencio.
Le pregunté cuales habían sido los momentos que la habían emocionado.
—Los dos que más me emocionaron —contestó Sharon~ fueron cuando el espíritu estaba comentando las limitaciones y la pérdida de control, y de cómo esta experiencia básicamente me humillaba. Mencioné antes cómo esta experiencia me había cambiado tan drásticamente que me convirtió en una persona más compasiva. Si hace cinco años me hubieras preguntado si era compasiva, habría dicho, “iClaro que sí!”. No sabía lo que era eso. Y cuando preguntaste por Eddie, mi amigo que ya no está entre nosotros, sólo mencionar su nombre ya fue emocionante para mí, pero saber que es parte del grupo de almas de Tony… ahora todo tiene mucho más sentido para mí.
Como muchos de nosotros, Sharon y Tony diseñaron vidas de aprendizaje a través de los opuestos: escribieron roles físicos temporales que contrastaban marcadamente con sus eternas identidades espirituales. Tony no es un adicto a la heroína; es un alma valiente que asumió el desafío vital de la adicción a las drogas para aprender a cuidar de sí mismo. Sharon no es ni la madre frustrada ni la enfermera que mira a una embarazada adicta y se pregunta, ¿Cómo puedes? En lugar de ello, es un alma cariñosa que planeó momentos de frustración y juicio para, finalmente, poder experimentar respeto, tolerancia y compasión, y de ese modo reconocerse a sí misma.
Más allá de las experiencias personales y de la sabiduría que buscaban, Sharon y Tony planearon su adicción a las drogas como una forma de servir a la humanidad. Así son los planes vitales de los trabajadores de la luz, cuyos programas implican el intercambio de luz interior para extender la iluminación. Antes de nacer, Sharon esperaba responder a la adicción de su hijo comenzando un programa de ayuda a mujeres embarazadas drogodependientes. Después de su nacimiento, Sharon podría haber ejercitado su libre voluntad endureciendo su corazón y no dejándose afectar por los demás. A través de sus vidas anteriores, sin embargo, había evolucionado hasta un punto en el que la compasión era la respuesta más probable. Uno puede imaginarse a Tony planeando la experiencia de adicción a las drogas, y a Sharon diciéndole, “Seré la madre que te ame durante todo esto, y aprovecharé esta experiencia para ayudar a otros”.
La historia de Sharon y Tony nos recuerda que en el plano físico todo es ilusión y nada es lo que parece. A veces, el servicio toma forma de programas a gran escala, para toda la humanidad. Más comúnmente, toma la forma de oportunidades para ir más allá de los prejuicios. El prejuicio nos separa de aquellos a los que juzgamos. La separación, por su parte, crea miedo y evita que despertemos a la verdad que conocíamos antes de nacer: todos somos uno. Cada uno de nosotros es una chispa de conciencia en una Conciencia mayor, unificada, una célula en el corazón de un Ser Divino. JUZGAR ES SEPARARNOS DE NUESTRA DIVINIDAD; LIBERARNOS DE LOS PREJUICIOS ES RECORDARLA.
Es importante preguntarnos qué aspectos del ser son los que nos llevan a los prejuicios. Si, por ejemplo, juzgamos a alguien con una adicción a las drogas como débil, entonces hay una parte de nosotros que juzgamos que es débil. Si no nos viéramos a nosotros mismos como débiles en ciertos momentos, o bajo ciertas circunstancias, sería imposible que mantuviéramos ese juicio sobre otra persona. En lugar de ello, no notaríamos el comportamiento o los rasgos que vemos como debilidad, o no veríamos esos comportamientos y rasgos como debilidad. TODOS LOS PREJUICIOS HACIA LOS DEMÁS SON JUICIOS ENMASCARADOS SOBRE NOSOTROS MISMOS. Es así necesariamente. El profundo crecimiento espiritual tiene lugar cuando, con valentía, nos quitamos esa máscara y reconocemos cómo nos sentimos. Este proceso es dificil, y requiere una inquebrantable franqueza, pero sus recompensas son enormes.
Sharon personifica la falta de prejuicios. En lugar de condenar a su hijo por sus recaídas, le recordaba cuantas veces había rehusado a la heroína durante su proceso de recuperación. Da apoyo incondicional y amor a las mujeres embarazadas con adicción a la heroína. Vio más allá de los problemas de los adictos, y buscó en sus almas para encontrar compasión y cariño. No los compadecía. Como Glenna nos dijo más tarde a Sharon y a mí, “La pena nos divide, la compasión nos une”. Sentir pena por alguien es ver a esa persona como víctima, y por tanto, pasar por alto el gran valor que ha demostrado viviendo el desafio que planeó.
De hecho, la única persona a la que Sharon todavía juzga es a sí misma. Ese juicio se deriva, en parte, de su creencia en que no es perfecta. Nuestras creencias, especialmente las que tenemos sobre nosotros mismos, constituyen gran parte de la limitación de la que hablaban los ángeles. El camino hacia el amor a nosotros mismos y la aceptación nos exige reconocer y desafiar tales creencias. Deseo con todo mi alma que la sesión con los ángeles ayudara a Sharon (y a otros padres de hijos con adicción a las drogas) a ver que no fue culpa de ellos.
Los juicios son pensamientos, y los pensamientos son energía viva en movimiento. Dado que la energía atrae energía parecida, los prejuicios atraen a la gente con prejuicios semejantes. El mundo es un espejo en el que nos miramos. Si nos rodean personas con prejuicios, quizá la vida nos está pidiendo que examinemos nuestra propia tendencia a prejuzgar.
Además de darnos oportunidades para superar los prejuicios, las personas con adicción a las drogas o al alcohol nos dan la oportunidad de ofrecer compasión. Verdaderamente, en su planificación de la adicción, el deseo de ofrecernos tal regalo fue parte de su motivación. Como nos contaron los ángeles, las madres heroinómanas del programa de Sharon le permiten experimentar su propia compasión una y otra vez. ¿Quién está sirviendo a quien? Si cuidamos de alguien que tiene una dependencia química, y nos preguntamos por qué esa persona está causándonos una agonía emocional, deberíamos considerar la posibilidad de que en esta vida hayamos buscado eso para poder mostrar compasión. Aquel al que amamos está expresando amor por nosotros al proporcionarnos la experiencia que deseamos. Podemos elegir sentirnos enfadados, dolidos, y abrumados, o podemos reconocer que esta experiencia, aunque dolorosa, es una magnífica oportunidad para potenciar nuestra comprensión de nosotros mismos.
Las experiencias de Sharon con su hijo han sido un regalo en otro sentido más: han profundizado su fe en la bondad de la gente. Considera la elección que hizo Sharon. Podría haber elegido creer que la vida es poco más que dolor y lucha. Podría haber elegido creer que la gente la juzgará y le hará daño. Podría haber decidido que lo mejor en la vida era nublar sus sentimientos y mantener una distancia emocional de los demás. En lugar de ello, eligió hablar a los demás de su lucha, y aceptar su amor. Siendo lo suficientemente fuerte para ser vulnerable, y rechazando la amargura y el cinismo, adquirió una apreciación mayor del amor, que no hubiera sido posible sin la adicción de Tony. Como dijeron los ángeles, “En vuestro reino, el crecimiento viene a través de las emociones”. Al elegir sentir amor en el plano físico, donde el contraste permite elecciones que no existen en espíritu, Sharon infunde en su interior un profundo conocimiento de amor.
El amor que Sharon da y recibe en su vida tiene un impacto que se extiende mucho más allá de su entorno cercano. “Nada se hace, nada se dice, nada se piensa sin que cree un efecto de onda”. La importancia de esta verdad no puede ser eludida. Como piedras lanzadas a un tranquilo lago, nuestras vidas tienen efectos que irradian infinitamente hacia fuera. Aunque nuestros ojos no pueden ver estas ondas, ellas reverberan a través del universo. De este modo, la transformación de nosotros mismos puede cambiar a los demás, si están preparados para recibir los efectos energéticos.
Al desarrollar respeto y tolerancia por distintos caminos, Sharon hace que sea más fácil para todos nosotros respetar y aceptar las elecciones hechas por aquellos que intervienen en nuestras vidas.
Al expresar compasión por Tony, nos allana el camino para que ofrezcamos nuestra propia compasión.
A través de su amor por las mujeres de MYM, fomenta que personas a las que nunca conocerá, den amor.
Cuando descubre su capacidad de perdón, lo engendra en aquellos que nunca han oído hablar de ella.
Y cuando Tony aprenda a cuidar de sí mismo, te ayudará a ti, lector, a cuidarte a ti mismo.
Cuando una persona sana un aspecto de su ser, toda la humanidad sana por el incremento de las vibraciones. Tal es el alcance de nuestro poder. En algunos momentos, los efectos son inmediatos y apreciables. En otros, son indirectos e imperceptibles, aunque no menos profundos. El mundo sigue nuestra estela energética.
Antes de nacer, conocemos nuestro poder. Totalmente conscientes del suyo, Sharon y Tony planearon la adicción a las drogas para mostrar al mundo cómo es el amor.
Y así lo han hecho.
Después de explorar la planificación prenatal de las adicciones desde la perspectiva de los padres, lo siguiente que busqué fue comprenderla desde la perspectiva del alma que tiene la adicción. Así, hablé con Pat, que había experimentado más de cuatro décadas de alcoholismo.
Lo prolongado de la adicción de Pat sugería que ésta formó parte de su programa de vida. Aunque un uso relativamente breve del alcohol puede ser una decisión libre de la persona (es decir, un camino no programado) parecía poco probable que la planificación prenatal de Pat no incluyera un aspecto tan importante de su vida.
EL CASO DE PAT.
—Nací demasiado pronto —comenzó Pat, arrancándonos una carcajada a ambos. (Aunque íbamos a hablar de un tema serio, el sentido del humor de Pat estaba, no obstante, presente)—. El siete de junio de 1933.
Pat creció en Amarillo, Texas, lo que explicaba el ligero acento con el que hablaba. Su voz irradiaba calidez y amistad.
Pat me contó que había dejado de beber a la edad de cincuenta y ocho años. Comenzó a hacerlo a los catorce, cuando asistió con un amigo a una fiesta en el nuevo centro comunitario de Amarillo.

—Ambos éramos tímidos y vergonzosos —recordó Pat—. Mi amigo y yo compramos unas cervezas y nos las bebimos (a pesar de su horrible sabor), y sus efectos me hicieron sentir inmediatamente como, “iTío, puedo bailar, y las mujeres de aquí me adoran!”. Y caramba, entré, y bailé, y me lo pasé bien. El alcohol sacó al Fred Astaire de mi interior, mi súper buen aspecto, y mi maravillosa mentalidad… toda esa mierda que sabía que no era verdad, pero que el alcohol me daba la falsa sensación de que era verdad.
En aquella época, el deseo más fuerte de Pat era escapar de Amarillo. A los dieciséis años dejó el instituto y, con el permiso de su madre, se enroló en la Marina.
—En Japón y en Hong Kong, empecé a beber con los chicos grandes… tenía diecisiete o dieciocho años. Cuando salí, ya era alcohólico.
Después de su estancia en la Marina, Pat bebía casi diariamente. Con frecuencia iba a trabajar borracho, se le pasaba durante la jornada, y después continuaba bebiendo en casa. No iba a un restaurante a menos que sirvieran licores, ni iba al cine a menos que pudiera meter alcohol a escondidas.
—El alcohol me controlaba como si fuera una marioneta —reconoció Pat.
A través de los años, Pat tuvo un montón de trabajos distintos, entre ellos socorrista, profesor, instructor de un campamento cristiano, y, lo que fue más gratificante emocionalmente, director ejecutivo de un centro educacional para niños de barrios marginales.
—En todo lo que emprendía, ascendía inmediatamente —dijo Pat, con seguridad—. Siempre escalaba posiciones rápidamente, porque así tendría más libertad para beber, y en ese momento huía. Mirando atrás, creo que tenía miedo de que me hubieran ascendido más allá de mis capacidades. (La breve referencia de Pat al miedo no me llamó la atención en ese momento, aunque al final adquiriría mayor significado).
Pat está casado con su segunda esposa, Shirley. Tiene tres hijos (Kathy, Donna, y Andrew) de su primera esposa, Carole.
Pat dejó a Carole, a sus hijos y su puesto en el centro de educación para estar con Shirley. En aquel momento, aceptó un trabajo reconstruyendo alternadores de automóviles. Durante su matrimonio, Shirley libró su propia batalla con el alcoholismo.
Mientras Pat describía su historial familiar, me pregunté si sus esposas e hijas sabían antes de nacer que él bebería. Si era así, ¿cómo sirvió su alcoholismo a sus retos para esta vida? Además, estaba el asunto de si Shirley había planeado experimentar su propia adicción al alcohol. Hice una nota mental para hacer estas preguntas en la próxima sesión con la médium.
—Cuanto más bebía, más quería beber —continuó Pat—. Y cuando bebía, pensaba, “No necesito dejarlo. Todo es perfecto”. Incluso la noche en la que me di cuenta de que era alcohólico, me felicité a mí mismo por no serlo.
—Pat, ¿qué pasó esa noche? —pregunté con mayor interés. (Me parecía que habíamos llegado a un momento crucial).
—Tenía cincuenta y ocho años. Después del trabajo volví a casa, tenía una cerveza allí, y me la bebí —(Había una tensión palpable en la voz de Pat)—. Entonces, comencé a hablar conmigo mismo. Estaba sentado en el suelo. Dije, “¿Sabes, Pat? No eres un alcohólico, ni de coña. Anoche sólo te tomaste una. Esta noche sólo te has tomado una”. Puedo oírme claramente hablar, allí sentado. “Hay vodka y vino. En esta casa hay de todo, y ni siquiera lo tocas. Eso demuestra bastante bien que no eres un alcohólico”. Así que me felicité a mí mismo, y me di una fiesta —(Pat comenzó a llorar)—. Me bebí todo lo que había en casa, todo lo que encontré. Tenía la mente relativamente clara, pero mi cuerpo era un completo desastre. Estaba totalmente paralizado por el alcohol. Ésa fue la noche en la que le pedí a Dios que me ayudara —(Pat a duras penas podía contener los sollozos)—. Verás, hacía años que había renunciado a Dios. Enseñé a mis hijos que quizá había un Dios, pero que si era así, era un maldito hijo de… No creía que hubiera un Dios vivo, amoroso, y personal. Era imposible. “iDios, perdóname!”, grité. Lo grité con todo mi corazón y con toda mi alma. Estaba derrotado, total y absolutamente derrotado. No podía más. Entonces fue cuando comenzó el milagro. No hubo una luz brillante ni un arbusto ardiendo, pero yo sabía que Dios estaba allí —(Había una convicción total en la voz de Pat).
La vida de Pat no cambió inmediatamente. De hecho, continuó bebiendo las siguientes tres semanas. Durante ese tiempo, la sensación de aquella noche permaneció con él, y finalmente lo empujó a ingresar en un centro de rehabilitación.
~Cuatro días más tarde ya no tenía deseo de beber —dijo Pat—. Antes de eso, ni siquiera me imaginaba no beber.
Me pregunté si Pat había heredado este casi crónico impulso de beber. Mi investigación sobre la planificación prenatal indicaba claramente que elegimos a nuestros padres antes de nacer. Si Pat había querido experimentar el alcoholismo en su vida, habría seleccionado padres alcohólicos.
—Pat, ¿tus padres bebían? —pregunté.
—Mi padre era probablemente alcohólico, pero bebía en privado. Tenía una pequeña petaca que siempre llevaba consigo. Mi madre era abstemia.
—¿Cómo afectó la bebida a tu primer matrimonio, y a tus hijos?
—Bebía hasta el punto que no sabía si estaba casado —admitió Pat—. Literalmente, huía de mis hijos. Cuando los dejé, ni siquiera me dijeron adiós. Fue muy destructivo.
En los años siguientes, los tres hijos tuvieron dificultades. De niño, Andrew tenía problemas de disciplina; más tarde se involucró con las drogas y el alcohol. Kathy también se metió en las drogas. Pat me contó que todos sus hijos habían cambiado, pero que aún se arrepiente del dolor que les causó.
—Cuando recuerdo que los dejé en un momento tan vulnerable… —(La voz de Pat se pierde cuando comienza a llorar. Hace una pausa para recomponerse)—. Necesitaban un padre. Necesitaban la imagen de un padre. Yo no lo era, evidentemente.
Pregunté a Pat cómo había afectado la bebida a su relación con Shirley.
Me contó que Shirley nunca lo juzgó por beber, y que no discutían sobre ello. Pero…
—Le echaba la culpa de todos mis problemas, lo que es algo muy típico de los alcohólicos —dijo Pat—. Pensé que Shirley era mi lastre, y la razón por la que había pasado de un puesto ejecutivo a reconstruir alternadores para vivir. Pero el hecho es que fui yo quien dejó aquel trabajo.
Pat dudó un momento. Esperé tranquilamente, sintiendo que estaba intentando decidir si decir algo, o no.
—Intenté suicidarme varias veces —dijo de repente—. Tenía una caravana, una pequeña tienda móvil [para reparar los alternadores]. Tenía la caravana modificada. Tenía una enorme caja de herramientas junto al asiento del conductor. Tenía pesados alternadores encima de esa caja, dirigidos directamente a mi cabeza. Mi plan era chocar contra un árbol, el mayor que he visto nunca, está en una retorcida carretera de Missouri. No había manera de sobrevivir a eso; los alternadores me hubieran aplastado la cabeza. Lo intenté dos o tres veces. Pero cada vez ocurría algo. Una vez, vi las luces de otros coches que venían en dirección contraria, y no podía permitir que nadie más saliera herido. Otra vez fue un conejo.
—¿Un conejo? —pregunté, sorprendido.
—Corrió frente a mi caravana —se rió Pat—, y yo no iba, no podía atropellar a un conejo. Seguí por la autopista en lugar de desviarme y chocar contra el árbol.
—¿Crees que el conejo podría haber sido más que una coincidencia?
—Estoy seguro que sí. Creo que las luces en dirección contraria también fueron más que una coincidencia.
Pat sentía instintivamente algo que yo había aprendido en mi investigación, que las coincidencias no existen. Acontecimientos sincronizados, que con frecuencia son dispuestos por ángeles o espíritus guía, nos mantienen en el camino que habíamos planeado. Nos proporcionan (y nos mantienen vivos para ello) las experiencias que necesitamos para nuestra evolución espiritual.
—Pat —le pregunté—, ¿Qué rol jugó la ira en tu adicción a la bebida?
—El licor apaciguaba mi ira —me explicó—. Cualquier cosa podía hacerme estallar (iboom!), incluso las más pequeñas. Tiraba el salero, y me ponía furioso. La diferencia es que ahora no me tranquilizo con el alcohol. Inmediatamente, establezco un contacto consciente con el Dios de mi comprensión.
—Pat, durante un tiempo pensaste que no había un Dios personal y amoroso. Después llegaste a un punto en el que descubriste que Dios es amor. ¿Cómo pasaste de donde estabas, hasta donde estás ahora?
Pat mencionó de nuevo la noche en que se hallaba en el suelo, cuando notó que Dios estaba con él. Además, reconoció que el amor y la tolerancia de los miembros de alcohólicos Anónimos le habían ayudado a conocer a Dios.
—Ahora —añadió~, ante cualquier amenaza, lo que es raro que ocurra, la compruebo y veo cual de los defectos de mi carácter está involucrado, hablo con Dios, y encuentro la paz. He descubierto que todos somos hijos de Dios. Y Él no es mal tipo. No te hunde. De hecho, lo que Dios hace es encumbrarte.
Pat me contó que había enmendado sus actitudes con sus seres queridos que, a cambio, lo habían perdonado.
—Mi hija pequeña [Kathy] me dijo, “Papá, te estoy agradecida por todo lo que hiciste cuando eras alcohólico. Tuve que pasar por todo aquello para ser la persona que soy hoy”. iEsto me dejó atónito!
En una carta de disculpa a Carole, Pat terminó diciendo que la quería. “Yo también te quiero”, le escribió Carole en respuesta.
—¡Eso me enterneció! ¡Era increíble que pudiera querer a un hombre viejo que la había dejado!
—Pat, ¿qué te gustaría decir a un lector que quiere a alguien que está luchando contra su adicción al alcohol?
—Nosotros no sabemos que estamos enfermos —contestó Pat, que rompió a llorar de nuevo repentinamente—. Somos los últimos en darnos cuenta. Si alguien no nos lo dice, somos capaces de matarnos a nosotros mismos, y a los demás.
—¿Qué te gustaría decirle a la gente que lucha contra su adicción al alcohol?
—Aguantad hasta que ocurra el milagro. Ese día llegará. Es así de sencillo.
LA SESIÓN DE PAT CON STACI WELLS.
Al hablar con Pat, sentí cuánto había sufrido… y sanado. El contraste era abrumador. Parecía que sus seres queridos también habían sufrido y sanado en gran medida. Ni Pat ni yo sabíamos qué parte de esta experiencia había sido planeada, o por qué, pero estábamos ansiosos por descubrirlo. Estaba seguro de que Staci y su espíritu guía nos proporcionarían una visión de la planificación prenatal de Pat y su familia.
Staci llevó a cabo una lectura primaria y otra complementaria, que he combinado en el relato que sigue. Cada miembro de la familia que aparece en la planificación prenatal de Pat ha estado de acuerdo en figurar en las lecturas de Staci. Como siempre, proporcioné a Staci los nombres y las fechas de nacimiento para que su espíritu guía pudiera acceder a sus Registros Akáshicos, y le dije cómo estaba relacionada cada persona con Pat.
—Pat, al sintonizar tu interior —dijo Staci—, veo que los problemas de comunicación son un enorme desafío para ti en esta vida. También veo que lo que has elegido hacer es trabajar en tus experiencias de aprendizaje kármico a través de tus relaciones. El otro asunto kármico que veo es que estás evolucionando espiritualmente. Cualquiera diría, “¿Es que no lo estamos haciendo todos?”. Bueno, algunos de nosotros elegimos (realmente elegimos, a nivel del alma) hacer de esto el foco principal de nuestra vida. Otros eligen no hacerlo. Te sorprendería saber cuanta gente tiene que caminar todo el sendero hasta el lado negativo de ese desafío para motivarse lo suficiente y evolucionar espiritualmente. Cuando me concentro en por qué a nivel prenatal se decidió el alcoholismo, sigo sintiendo alguna conexión con tu padre. ¿Sabes por qué puede ser?
—No tengo ni idea —respondió Pat—. Murió cuando yo tenía nueve años. No lo conocí bien, y le tenía mucho miedo.
—Descubriremos más cuando profundicemos —contestó Staci—. Hay un área del desafío kármico que quiero mencionar, y que tiene que ver con la familia… la familia en la que naciste, la familia que creaste, y cualquier persona en la que pienses como familia. El desafío kármico más importante de la vida de Shirley era superar su excesiva impulsividad. Estoy viendo varias vidas con montones y montones de bebés. Tiene una vertiente sexualmente compulsiva en la que ha estado trabajando. Y aunque trabajar en su espiritualidad no tenía una importancia kármica en esta vida, reconoció en el nivel del alma que esto [el alcoholismo] la ayudaría a superar su impulsividad.
Ahora sabíamos la primera razón por la que un alma, antes de nacer, elegía experimentar el alcoholismo. No estaba seguro, sin embargo, de cómo una adicción así podría ayudar a un alma a lidiar con su impulsividad.
—¿Mediante el abuso del alcohol Shirley actuaría impulsivamente, sufriría las consecuencias negativas y aprendería, o sería el alcohol lo que evitaría que actuara impulsivamente? —pregunté.
—Lo primero —dijo Staci—. Y fue la impulsividad la que provocó el abuso del alcohol. Cuando encuentro esta lección kármica en alguien, con frecuencia veo abusos de sustancias dañinas o adicciones. Y mi espíritu guía dice que ella eligió el alcoholismo en su planificación prenatal. Ahora voy a cerrar los ojos y a concentrarme más profundamente en ti, Pat, para ver qué puedo descubrir en la sesión de planificación prenatal.
Se produjo un breve silencio mientras Staci entraba en un trance más profundo.
—Lo primero que veo es que estás sentado en el suelo, Pat. Veo a otros a tu alrededor, pero ahora mismo no los vislumbro con claridad. Es como si estuvieras sentado en un tablero de ajedrez, pero de mayor tamaño. Los cuadros son de unos diez centímetros, de color blanco y negro. Me dicen que estos son los periodos de tiempo en los que estarás trabajando en ciertos asuntos. Estás sentado en el suelo con un espíritu guía masculino y con un hombre que dice que es tu tío. Juntos estáis programando el diagrama de tu vida. Te están dando opciones. Si harás esto a esta edad (parece que los diez años es la primera) o lo otro, y que si haces eso, entonces ocurrirá aquello. Es una charla de ese tipo. También estoy viendo a otro espíritu guía [Rob]. Parece que en cada sesión que hacemos hay uno o más espíritus guías, pero también hay alguien de nivel mucho más elevado haciendo de supervisor. Pat, el que veo trabajando contigo en el suelo es tu espíritu guía principal, que ha estado contigo toda tu vida, y especialmente, me dicen, cuando estabas luchando contra tu adicción a las drogas.
»Se está hablando de tu predisposición genética al alcoholismo. Veo a ancestros tuyos, campesinos, que tienen afición por el licor casero. Son muy diestros y capaces de hacer su trabajo, pero beben cada día. Definitivamente, hay una dependencia en ello. Así que se está hablando sobre predisposición genética, y a ti te parece bien. Definitivamente tú y Shirley llegasteis a un acuerdo para hacer este viaje juntos. Parece haber un gran amor entre vosotros a nivel del alma, una especie de cariñosa amistad espiritual. Habéis sido amigos entre vidas, y habéis estado juntos en varias vidas anteriores. Se habla de que vais a trabajar en el mismo asunto, de que vendríais juntos a la Tierra, para trabajar mano a mano.
—¿Planearon experimentar el alcoholismo juntos? —pregunté a Staci.
—Sí —contestó.
—Eso me recuerda algo —dijo Pat.
El recuerdo intuitivo de Pat tenía sentido para mí. Había llegado a comprender que todos nuestros recuerdos, incluyendo las vidas pasadas y el tiempo entre encarnaciones, están almacenados en nuestro ADN. Yo veía el “recuerdo” de Pat como una resonancia de la información contenida en sus genes.
—Veo que se cogen de las manos, y que hablan de esto —nos contó Staci—. Tengo la sensación de que es lo último de lo que hablan antes de que uno de ellos nazca.
Shirley: Tío (dirigiéndose a Pat).
Pat: Me uniré contigo.
Shirley: ¿Estás seguro de que quieres hacer esto?
Pat: Sí, es el único modo en el que puedo aprender a no tener miedo.
—Pat, tú bebías para enmascarar tu ira y tu miedo. Tener miedo de tu padre sirvió como recordatorio consciente de que estabas trabajando en abandonar el miedo. Estoy viendo que este miedo provenía de haber sido soldado [en una vida anterior]. Moriste en la guerra bastante joven, a los diecinueve años. Te veo caminando solo a través de un campo de batalla lleno de soldados caídos. Finalmente (ni siquiera quiero describirlo), te asesinaron. Tu miedo es como la bilis subiendo por tu garganta. Fuiste el último de los supervivientes.
»El miedo parece ser una constante también en otras vidas. Me están mostrando otra en la que estabas entre los primeros colonos de Estados Unidos. Estabas en un carromato. Tu caravana fue atacada, y todo el mundo murió. Así que aquí también hubo miedo. El miedo [en tu vida actual] no es miedo a morir. Es un miedo a estar solo, y a no ser capaz de seguir adelante por tus propios medios.
Ahora empezaba a comprenderlo todo. Evidentemente, Pat había traído a esta vida la energía del miedo. Las almas buscan sanar en vidas sucesivas los aspectos de la personalidad que que- daron sin sanar en vidas anteriores. Pat había sabido, antes de nacer, que bebería, en parte para superar su miedo. Dependiendo de cómo respondiera finalmente al alcoholismo, el miedo podría mutar. Su plan era ingenioso: el miedo provocaría el alcoholismo que, a cambio, le conduciría a sanar el miedo.
—Ésta es una de las razones por las que Shirley eligió compartir su viaje contigo —dijo Staci a Pat—. Está aquí para consolarte y para darte amor a lo largo del camino. Su intención era estar siempre a tu lado.
Pregunté a Staci si había otras razones por las que Pat había planeado tener un compañero alcohólico, en lugar de atravesar solo la experiencia del alcoholismo.
—Era alguien que lo comprendería, en lugar de juzgarlo —explicó Staci—. Alguien que le permitiría recorrer su curso natural de desarrollo en lugar de obligarlo a cambiar.
Desde la perspectiva de la planificación prenatal, Shirley era, por tanto, una sabia elección como compañera. Si Pat se hubiera visto obligado a cambiar, se habría apartado de su plan y se habría perdido la experiencia curativa que buscaba.
—Pat, ¿crees que esto es lo que ha pasado con Shirley? —le pregunté.
—Totalmente —dijo, con firmeza.
—¿Ella nunca te pidió que dejaras de beber? —preguntó Staci.
—No. Nunca me amenazó con dejarme —contestó Pat.
Mientras escuchaba hablar a Pat, pensé en la mucha gente que es criticada por sus amigos y su familia por elegir a un compañero alcohólico, o por permanecer con esa persona durante un largo periodo de tiempo. Tales decisiones se ven, a menudo, como poco prudentes, como indicativos de falta de autoestima, quizá incluso como un castigo autoimpuesto. Sin embargo Shirley, debido a su cariño por Pat (un cariño que existía antes de que ambos nacieran) estaba garantizando tanto a él como a sí misma las experiencias que necesitaban para su crecimiento espiritual. Lo que se intuía entre estas dos almas era mucho más hermoso de lo que la mayoría podrían imaginar.
Pregunté a Staci si podía descubrir más acerca de cómo el alcoholismo servía a los propósitos de Pat. Entonces se produjo una larga pausa mientras ella escuchaba esa parte de la conversación.
—Le advierten lo dura que va a ser su vida, especialmente la infancia, y le dicen que no tendrá la oportunidad de conocer a su padre. No tendrá el proceso normal de desarrollo por el que atraviesan los chicos. En este caso, el padre desaparecería, y Pat quedaría abandonado. Esto le predispondría a llenar el vacío con el alcohol. No podría atravesar el proceso transicional de ser niño a ser hombre. El alcohol iba a llegar pronto a su vida, porque no sabría cómo abrirse paso en ese proceso. De adolescente, sentía ira. La ira ocultó el miedo, y el alcohol aturdió la ira y anestesió el miedo. Todo esto lo programaste tú, Pat. Acordaste cada paso.
Me sorprendió lo mucho que Pat sabía de su propia vida antes de nacer. Había sido consciente no sólo del reto vital, sino también de la ira y el miedo subyacente, y también del momento en que comenzaría.
Me pregunté si quizá el padre de Pat había acordado morir joven como parte del plan de vida de Pat. Pregunté a Staci.
—Me dicen que tu padre no acordó eso —nos informó. Su padre estaba ya vivo durante su sesión de planificación prenatal. Patrick eligió a este hombre como su padre, según las palabras de mi guía, como “una ayuda para experimentar lo necesario a fin de superar el alcoholismo”.
Aquella era una revelación importante. Nos acababan de decir que Pat había planeado no sólo su alcoholismo sino la superación de esa adicción. Después de ver este patrón en muchos planes de vida, comprendí que Pat había buscado tanto el contraste entre ser y no ser alcohólico, como la experiencia de vivir ese cambio. Como almas, valoramos tanto el contraste como su proceso de creación, y ni uno ni otro sería posible sin la dualidad que proporciona una vida física.
Aun sentía curiosidad acerca de por qué Pat había seleccionado a esa alma como padre.
—¿Eligió a su padre, en parte, porque sabía que moriría joven? —pregunté.
—Sí —dijo Staci.
—¿Y quería esa experiencia porque eso conduciría al alcoholismo?
—Sabía que eso lo predispondría al alcoholismo, así como el factor genético.
—¿Antes de la encarnación sabía que iba a ser alcohólico durante varias décadas?
—Sí.
¿Por qué quería experimentar el alcoholismo? La sanación del miedo era un motivo, pero yo quería ver si había más en el plan prenatal de Pat.
~Debido a que había perdido su conexión con Todo Lo Que Es, con Dios, con su propia naturaleza divina y su espiritualidad, éste era el camino para redescubrirla. Era incapaz de encontrarlo de otro modo. ¿Has oído que aprendemos por las malas? Éste es un ejemplo de aprendizaje por las malas.
Ésta era la información que esperaba que Staci y su guía pudieran proporcionarnos. Staci mencionó antes que Pat en esta vida había querido concentrarse en la espiritualidad. Ahora sabíamos por qué. Aparentemente, en una de sus encarnaciones previas, Pat había perdido su percepción de Dios. Tras haber experimentado la pérdida de la espiritualidad, ahora quería tener la experiencia de recrearla. Y Pat había querido hacer algo más que experimentar la espiritualidad sin más. Si ése hubiera sido su único deseo, habría planeado una vida entera de búsquedas espi- rituales. En lugar de ello, quiso sentir una profunda desconexión para poder tener después la experiencia de construir (y por lo tanto conocer más profundamente) su conexión con Dios.
Sentí que habíamos llegado al corazón del programa de vida de Pat. Ahora que conocíamos el desafío de Pat, estaba ansioso por comprender por qué había creído que su plan podría funcionar.
—¿Cómo le devolvió la experiencia del alcoholismo su conexión con él mismo, y con Dios? —pregunté a Staci. Quizá el mapa de Pat mostraría el camino a otros que están luchando por vencer su alcoholismo, o con su espiritualidad.
—El motivo de volver a buscar y de conseguir la conexión espiritual es la falta total de ella, precisamente provocada por el alcoholismo —señaló Staci.
En otras palabras, Pat había diseñado un plan de vida de aprendizaje a través de los opuestos. En vidas anteriores había querido sanar su miedo sin resolver y experimentar (mientras estaba en un cuerpo físico) una fuerte conexión con Dios. Antes de nacer había identificado al alcoholismo como el catalizador que le conduciría a esos retos.
Pero, ¿y si Pat hubiera tocado fondo con el alcohol, y se hubiera quedado allí? En ese plan había riesgo. Pregunté a Staci si Pat sabía antes de nacer que sería capaz de cambiar las cosas.
—Me dicen que esto tiene que ver con el tiempo cíclico en su vida —contestó, mientras escuchaba a su espíritu guía—. Él sabía que, a cierta edad (al final de un ciclo concreto), tendría los medios para superar la adicción y conseguir sus retos.
Al principio de la sesión, Staci había mencionado que Pat había estado equilibrando el karma a través de sus relaciones, un propósito común en la vida física.
—Staci —pregunté—, ¿cómo influyó el alcoholismo en Pat respecto a sus relaciones?
—La relación con la sustancia tenía prioridad sobre las relaciones emocionales con otros. Pero después de tantas décadas, se dio cuenta de que la botella no podía ocupar el lugar del verdadero e incondicional amor. Su deseo de un amor incondicional superó el anhelo de anestesia, y el efecto de la anestesia además es menor cuando llevas usándolo mucho tiempo. En general, me dicen que, debido al alcoholismo, experimentó la falta de relaciones, y que eso le motivó a desearlas.
—Cierto —asintió Pat.
Aun así, cualquier otro desafío vital podría haber conducido a Pat a alcanzar sus retos. Pregunté a Staci si había considerado otros desafíos, como tener un hijo discapacitado.
—Me dicen que ser el padre de un hijo discapacitado no estaba en su conciencia experimental —respondió Staci—. Acababa de venir de una vida en la que había visto a otros soldados usar el alcohol, y no sólo para sus heridas, sino para su psique. Esto era algo con lo que estaba familiarizado.
La respuesta de Staci me confirmó lo que había visto en la planificación prenatal de otros: que las almas a menudo seleccionan desafíos a los que previamente se han expuesto de algún modo.
—Staci —dije—, como sabes, siempre tenemos libre albedrío. ¿Qué hubiera pasado con los retos de Pat si hubiera elegido no beber?
Se produjo una larga pausa mientras Staci escuchaba a su guía.
—La experiencia no habría sido tan intensa —dijo—. Podría haber necesitado una vida adicional, o dos, para conseguir el aprendizaje que necesitaba. Se habría casado. Habría tenido varios hijos. Pero la ira se habría mantenido en él, y seguramente no habría sido un padre emocionalmente útil. Seguramente habría elegido una adicción al trabajo, en su lugar. Ser emocionalmente profundo, cariñoso, y ser útil para sus hijos seguiría siendo un desafío, pero no habría sabido hacerlo. Lo está aprendiendo ahora.
Cuando Staci relató esta información, se me ocurrió que, seguramente, en muchas ocasiones Pat habría cambiado con alegría su adicción al alcohol por una adicción al trabajo. Con ese cambio, aunque hubiera tenido una vida menos dolorosa, habría derivado menos crecimiento. ¿Cuántos alcohólicos recuperados, me pregunté, veían su adicción con arrepentimiento, quizá creyendo que habían malgastado muchos años de su vida? ¿Cuántos se juzgaban a sí mismos por lo que percibían como debilidad? ¿Y si supieran que ésta era exactamente la experiencia que habían deseado? ¿Cómo cambiarían sus sentimientos si se dieran cuenta de que el alcoholismo ha acelerado su crecimiento, en algunos casos tanto que ya no son necesarias una o dos encarnaciones adicionales?
Acabábamos de escuchar por que Pat y Shirley habían planeado la experiencia del alcoholismo. Ahora quería saber si el resto de personas importantes en la vida de Pat (su primera esposa y sus hijos) habían elegido antes de nacer tener un marido y un padre alcohólico. Pedí a Staci que escuchara sus conversaciones prenatales.
—Ahora estoy cerrando los ojos, y veo la habitación que siempre veo en las sesiones de planificación —dijo Staci—. Estoy viendo a la hija de Pat, Kathy, en su cuerpo de luz, no en su forma humanoide. iY está radiante! Hay chispas de luz que brillan a su alrededor. La veo flotar por ahí, y bajar al suelo.
Escucho que pregunta a Pat, “¿Cómo puedo yo ayudarte?”. Tengo la sensación de que es un alma extremadamente cariñosa, amable, empática y con una gran fuerza interior. Mi guía me dice que es una maestra y que ha sido maestra de Pat en vidas anteriores. Ya ha acordado participar en la vida de Pat, aunque su papel no estaba totalmente decidido. Ahora, está sentada con Pat, determinando lo que necesita de ella. Pat habla sobre lo dura que, a veces, será su vida. Y escucho la palabra, dura, muy fuerte.
Pat: Necesitaré que me orientes y que me des fuerza de vez en cuando. Aunque serás una niña, siempre sabré quién eres. Aunque sentiré la responsabilidad de padre hacia ti, por ser mi hija, una parte de mí verá en ti un resplandor, y así sabré en mi interior que debo seguir por la dirección que tú me muestres.
—Kathy sonríe y asiente.
Kathy: Pero yo necesitaré, también, que me muestres el camino, porque seré tu hija. Dado que quiero ocuparme de mi autoestima, a veces me sentiré sola, y necesitaré consuelo. Yo te lo daré a ti también.
~Pat pone las manos sobre su cuerpo de luz, como si estuviera apoyándolas en sus hombros.
Pat: Lo sé, y estoy de acuerdo en estar allí contigo.
—Kathy le habla sobre que uno de sus propósitos en la vida que va a empezar es encontrar equilibrio en cuanto a su individualidad, comprender dónde termina ella, y dónde empiezan los demás. Habla acerca de que tendrá una gran tendencia a asumir el dolor de otras personas, y a sentir los problemas de los demás.
Kathy: Te usaré como parte de este propósito: ayudarme a encontrar mi equilibrio, y aprender a delinear la frontera entre mis propias circunstancias, mis sentimientos, y los de los demás. Dado que seré tu hija y te querré mucho, tendré tendencia a sentir tu dolor y tus emociones, aunque no pueda comprenderlas.
Pat: Sí, sí, lo sé.
Kathy: Te buscaré para lograr orientación y para reflejarme en ti, para que me muestres y me recuerdes quién soy, pero es mi trabajo aprender. No te pido que asumas la responsabilidad de asegurar que he aprendido esta lección. Esto es mío, y sólo mío. Tú vas a actuar como un guía para mí, a tu modo, y yo no espero nada más de ti.
Pat: Te quiero, y te recibiré como mi hija cuando llegue el momento.
Kathy: Estaré aquí hasta ese día. Cuando me necesites, puedes llamarme en tus sueños, y yo seré uno de tantos en tus sueños.
—La conversación termina. Veamos quién o qué viene a continuación —Staci se queda en silencio un momento mientras sintoniza otra parte de la sesión de planificación—. Es la otra hija de Pat, Donna. Aparece con forma humanoide, como una niña de nueve o diez años con el cabello recogido en dos coletas.
Fue sorprendente. ¿Por qué había asumido Donna la forma de una niña pequeña? Pedí al espíritu guía de Staci que lo explicara.
—Es un precedente de la actitud que está adoptando para esta vida, el aspecto de una niña pequeña —respondió Staci, repitiendo las palabras de su guía.
—¿Es así como Pat la vio en su conversación?
—Sí. Mi guía dice que el alma está vistiendo el abrigo de la personalidad, y el físico que tomará en esa vida. Parte de la planificación prenatal es aprender a reconocer ciertas señales identificadoras. El noventa y ocho por ciento de las veces, son las señales que se instalan en el inconsciente de una persona lo que en su vida la ayudará a reconocer a sus almas gemelas. (Con “almas gemelas”, yo sabía que Staci y su guía se referían a personas importantes, no sólo a compañeros sentimentales). Lo abraza. Parece muy feliz. Se sienta frente a Pat.
Pat: Quiero que estés en mi vida para que pueda cuidarte, quererte, y orientarte, y para que tú puedas mostrarme el camino, y guiarme a donde necesito ir.
Donna: Papi, yo necesito que a veces seas cruel. Tu crueldad y lo que parecerá tu rechazo me obligarán a mirar en mi interior. Aunque sabré que es debido al alcohol, ello me obligará a mirar mi interior, a medir mis propios sentimientos y mi propio sentido de la realidad. Necesito esto, porque me recordará de un modo muy enérgico que debo ser quien soy. Aunque al principio parecerá que estoy cohibida y llena de dudas, esto será parte de mi crecimiento. Esto es parte del camino que necesito andar en esta vida. Esto es lo que necesito que hagas por mí.
—Pat da una palmadita en la cabeza a la que será su hija, y asiente.
Pat: Siento lo que ocurrirá. Te quiero. Aunque sé que eso tiene que pasar, siento tener que provocarte dolor.
—Donna toma su mano, la mano con la que le dio una palmadita en la cabeza, y la sostiene junto a su corazón.
Donna: No, tú no me causarás dolor. Es mi elección. Yo soy la responsable.
—Y luego se marcha. Ahora estoy pidiendo a mi guía que me muestre más. Veo a Carole, la primera esposa de Pat, entrando. Está vestida con lo que yo llamaría “ropa de la casa de la pradera”. Parece que, en una vida anterior, fue una campesina estadounidense, seguramente a mediados del siglo XIX. Lleva un vestido sencillo de algodón, y el cabello recogido hacia atrás. Mi guía me dice que esa indumentaria muestra que aún está aferrada a esa vida pasada, y también lo práctica que es su naturaleza. Carole y Pat están cumpliendo una vida anterior que fue cortada de tajo. Me están mostrando esa vida, en Missouri. Tenían un solo hijo. Ellos y dos familias más fueron atacados por los indios. Aunque se suele hablar del “cuero cabelludo”, a mí me parece que fueron decapitados. Carole acepta estar con Pat en esta vida para que puedan tener todo lo que debían haber tenido en la vida anterior. Una vida dura es una de esas cosas; la otra son hijos.
— Staci —pregunté—, ¿dice por qué quiso casarse con alguien alcohólico?
—Voy a pedirle a mi guía que me muestre eso.
Pat: Seguramente tendré problemas con la bebida, y desequilibrio emocional.
Carole: Si lo haces a mi manera, no tendrás este problema. [Agita un dedo ante él].
—Al principio, se siente triste, como si no pudiera cumplir sus expectativas. Pero entonces lo veo enderezarse y decir:
Pat: Entonces, necesito estar en tu vida para mostrarte que la vida no es unidireccional, que la vida no puede ser sólo blanco o negro. Debo estar allí para enseñarte los tonos de gris.
—Ella no esta satisfecha con eso. Contrae el rostro en una mueca. Entonces, abandona su resistencia.
Carole: Supongo que tienes razón. Entonces, me abriré a ti. Te tomaré en mi corazón con la esperanza de que puedas romper el bloqueo, el muro impenetrable que existe alrededor de mi corazón y de mis emociones. Sólo dejaré entrar a mis hijos, pero también te dejaré a ti. Temo que esto signifique que saldré herida. Pero te dejaré entrar, porque sé que tú me quieres, y porque me preocupo por ti, y también te quiero.
—Pat toma sus manos entre las suyas y las sostiene durante algunos minutos. Asiente, se levanta y se marcha. Veo al hijo de Pat, Andrew, acercándose. Llama a Pat “papá”. Habla sobre energía. Habla sobre hiperactividad. Y habla sobre perfeccionismo.
Andrew: Siempre querré más de lo que tengo. Siempre ansiaré algo más para mí, y para mi vida.
Pat: Sí, sí.
Andrew: A veces careceré de equilibrio, y olvidaré a aquellos que están a mi alrededor, que dependen de mí y me quieren. Estoy de acuerdo en ser tu hijo, y en hacer las cosas que necesites que haga, pero yo necesito que tú me limites en esos momentos en los que estoy tan lleno de mi propia implacable energía que olvido a mi familia, porque tengo que mantener los pies en el suelo. Necesito que seas el elemento base de mi vida, aunque tú mismo no estés equilibrado. Aunque no me recuerdes dónde está el suelo, al mirarte sabré dónde no está. Tu ejemplo me servirá. Estarás ahí para enseñarme la importancia de no alejarme demasiado, y de mantenerme centrado.
—Hablan sobre la extremada inteligencia de Andrew. Andrew ha pasado varias vidas trabajando en cosas mecánicas, en inventos. Fue ayudante en uno de los laboratorios de Einstein. Pero nunca llegó a trabajar en un mismo proyecto desde el principio hasta el final. Siempre perdió la concentración, derivó hacia otras cosas, por lo que no era productivo. Andrew está hablando de esta vida, quiere alejarse de los estudios científicos para poder trabajar más en mantenerse centrado, pero el interés científico aún forma parte de su naturaleza. La incesante necesidad de hacer y de ser algo permanece. Mira a su padre para recordarse que debe mantenerse con los pies en el suelo.
Staci se queda en silencio. Su guía y ella han terminado el sorprendente vistazo al mundo espiritual. Evidentemente, los seres queridos de Pat fueron una parte importante de la planea- ción del reto de esta vida. No sólo aceptaron el programa de vida de Pat; lo vieron, también, como un medio de impulsar su propio crecimiento espiritual.
Esperé para hablar con el espíritu guía de Staci sobre la información que nos había dado. Siempre era una fuente de gran sabiduría, y yo tenía muchas preguntas para él.
—Staci —dije—, por favor, pregunta a tu guía qué otras razones tienen las almas para planear el alcoholismo.
—Hay muchas —respondió, repitiendo las palabras de su guía—. Algunas de las almas que eligen esto no se sienten cómodas en un cuerpo físico, y el alcohol se convierte para ellos en un medio de vivir entre dos mundos. Otras, en vidas pasadas, hicieron elecciones en las que maltrataron a otros, y ahora equilibran su comportamiento eligiendo maltratar su propio cuerpo. Mi espíritu guía está desplegando un acordeón, puede haber una larga lista de razones.
Al decir elecciones, el espíritu guía de Staci estaba refiriéndose a las decisiones libres hechas por la personalidad después del nacimiento, no a los papeles que habían sido planeados con otras almas antes de la encarnación. Si el maltrato hubiera sido acordado antes del nacimiento por todos los involucrados, este desequilibrio kármico no se habría producido.
Me intrigaba la idea de que un alma pudiera no sentirse cómoda en un cuerpo físico. Pregunté a Staci por qué podría pasar eso.
—Me dice que se debe a la fase de evolución en la que están. Aun no se sienten cómodos habitando el cuerpo en ese nuevo estadio. A veces, la gente que ha nacido con un grave retraso, o con problemas físicos graves, está en un nuevo nivel de evolución, de modo que pueden tomar la vida más como observadores que como participantes.
Pensé en Jennifer (capítulo 3), cuyos hijos, Ryan y Bradley, habían planeado discapacidades físicas para poder estar en el papel del observador.
—¿Con “fase de evolución” te refieres a que la mayoría de esas almas se están encarnando por primera vez, o significa que están asumiendo nuevas lecciones?
—Generalmente es su primera encarnación física en un nuevo nivel de evolución, no su primera encarnación física —dijo Staci, repitiendo lo que estaba escuchando de su guía—. Hay casos, sin embargo, en los que es la primera encarnación física de alguien, sobre todo en seres que han estado en otras escuelas planetarias, y que después han venido a la Tierra.
—¿Qué motivaría a un alma a elegir el alcohol, en lugar de cualquier otra adicción a las drogas? —pregunté.
—A veces es lo que hay disponible. Otras veces es la sustancia que mejor reacciona con el cuerpo. Muchas veces es sólo porque están ya familiarizados con ella.
—A mi entender, los humanos no están diseñados para consumir alcohol. ¿Qué dice tu guía sobre eso?
—Mi guía esta totalmente de acuerdo, excepto cuando la fruta fermentada cae al suelo. En esos casos los animales también la comen. El alcohol mata las células del cerebro.
Me sentí confuso con su respuesta. Siendo Dios omnisciente, sabía que los humanos al final usarían uvas, y otros productos, para crear bebidas alcohólicas. Le pregunté por qué se habían puesto esas cosas en la Tierra si el cuerpo humano no está diseñado para el consumo de alcohol.
—Estoy escuchando —me respondió Staci— que las uvas y el zumo de uva no necesitan ser fermentados para beneficiar al cuerpo, y que el vino, al principio, no se usaba como sustancia intoxicante. Otra cosa es la tentación. Es una de las cosas que la escuela Tierra nos da la oportunidad de trabajar.
—Staci, tu guía ha mencionado que algunas almas planean la experiencia del alcoholismo dado que en vidas pasadas maltrataron el cuerpo de alguien, y que ahora han elegido abusar del suyo. Me pregunto si podemos conseguir una explicación más, porque hasta donde yo sé, el karma es una forma de aprendizaje, no de castigo.
El espíritu guía de Staci contestó que las almas, a veces, diseñan vidas en las que se tratan a sí mismas del mismo modo en el que trataron a otros. Continuó diciendo que en, el más allá, a todas las almas se les aconseja perdonarse a sí mismas. Algunas tienen éxito y se perdonan a sí mismas sin planear tal encarnación; otras no lo hacen. Algunas buscan usar lo que han aprendido en el tiempo entre vidas para ayudar a otras en la vida siguiente. Estas almas planean vidas en las que serán consejeras de adictos; otras planean la experiencia de la adicción en sus programas de vida para ser más tarde consejeros más efectivos.
—¿Cuál es la diferencia entre un alma que puede perdonarse por haber maltratado a otra persona, y una que no puede?
Staci comenzó a hablar más lento al canalizar a su espíritu guía palabra por palabra.
—Claridad, remordimiento, evolución —contestó.
A continuación nos explicó que las almas que continúan centradas en el maltrato pierden claridad (y por eso deciden castigarse a sí mismas), y que perdonarse a sí mismos es un paso primordial en el camino evolutivo porque se deriva del amor incondicional.
—La Tierra sirve principalmente a la función de enseñar a liberarte del miedo, y a amar incondicionalmente —añadió.
La referencia al miedo me hace pensar en el modo en el que Pat había planeado sanar su miedo no resuelto.
—Staci —dije—, tal como lo comprendo, el alma toma energías y las coloca en la personalidad para la siguiente vida, de modo que puedan ser sanadas. ¿Es una buena descripción?
—Mi guía dice que sí.
—¿Qué dice tu guía sobre la idea de que en el otro lado las emociones negativas como el miedo no puedan existir en las vibraciones más elevadas?
—Es cierto, pero eso no significa que todas las almas estén en ese nivel siempre.
—Entonces, ¿en el otro lado las almas con esas emociones están en una vibración inferior?
—Mi guía dice que debes ser muy cuidadoso al describir eso. “Vibración inferior” no es un término exacto. Hay almas que actúan como espíritus guía “superiores”, porque ya no necesitan encarnación física. Pero eso no significa que el resto de nosotros tengamos menos valor. No quiere que esto sea malinterpretado como un sistema clasista, porque no lo es.
—¿Cómo sobrevive una emoción como el miedo a la muerte física?
—Depende de lo que el alma experimente y sienta al dejar esa vida —contestó Staci.
Su comentario me recordó que Pat había muerto al menos dos veces mientras experimentaba un gran miedo: una vez al ser atacado por los indios, y una segunda vez como soldado en una batalla. Pensé, también, en Penélope (capítulo 4), que buscaba sanar en esta vida el miedo que había experimentado en el momento de morir en una encarnación previa.
—Entonces, ¿lo que la persona siente en el momento de morir es crucial?
—Sí. Cuando mueren, están pensando en sus vidas, en los asuntos que han dejado sin resolver. Poco después de dejar su cuerpo, generalmente toman algunas decisiones sobre esa vida, y sobre lo que quieren o no quieren repetir en una futura encarnación.
—¿Entonces deberíamos buscar el espacio más alegre y agradable posible en el momento de morir?
—Sí —dijo Staci—. Según mi experiencia, las mejores transiciones tienen lugar cuando la gente está rodeada por sus seres queridos. Es la transición más pacífica.
Como muchos de los que beben, Pat usó el alcohol para proporcionarse una nueva identidad. El alcohol lo hizo, pero la identidad que le dio no era la que él esperaba.
Pat pensó que el alcohol lo hacía un hombre nuevo: un conversador inteligente, un bailarín brillante, una figura de gran atractivo para el sexo opuesto. En realidad, el hombre en el que se convertía era realmente un niño, un niño de Dios.
El alcohol, literalmente, puso a Pat de rodillas. En sus momentos más oscuros, abrazó la espiritualidad con una desesperación que en una vida fácil nunca hubiera conseguido. Con el tiempo, la desesperación se convirtió en pasión. Ahora, acepta a Dios con pasión y, al hacerlo, se acepta sí mismo.
Cuando nos encarnamos (es decir, cuando colocamos una parte de nuestra conciencia en un cuerpo, y concentramos nuestro conocimiento en el plano físico), creamos una ilusión en la que parece que estamos separados unos de otros, y de Todo Lo Que Es. En ciertos momentos, esta ilusión nos parece más real que en otros. En algunas de sus vidas anteriores, Pat creyó en esa ilusión y, por tanto, perdió su percepción, tanto de Dios como de su propia naturaleza divina.
Al planear la experiencia del alcoholismo desde su juventud, Pat deseó comenzar su vida actual con ese estado de percibida desconexión. Desde ese punto de partida, intentó alcanzar un lugar en el que estaría “total y absolutamente derrotado”. La noche en la que Pat llamó a Dios, una noche de descarnada soledad y aparente aislamiento, obtuvo precisamente la experiencia que había buscado. En ese doloroso abismo, Pat esperó encontrar la chispa que reavivaría su espiritualidad. Como señalaron Staci y su espíritu guía, “La búsqueda y el logro de la conexión espiritual está motivada por la total carencia de la misma”.
El alcoholismo se elige, a veces, como desafío vital porque como almas eternas nos da la experiencia de crear la sensación de conexión con lo Divino. Con más de un millón de miembros en todo el mundo, Alcohólicos Anónimos usa los famosos Doce Pasos como parte de su programa de recuperación. Como Pat, cada persona que participa en ese programa acuerda en el tercer paso “poner nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de Dios”. Que el alcoholismo conduzca a tantos a la misma experiencia de conexión divina es algo más que una coincidencia.
Cuando estamos en el Hogar, no podemos crear ese sentimiento de conexión porque nunca estamos sin él. En espíritu, siempre somos conscientes de nuestra unidad con toda la creación. Sabemos que somos parte de la Divinidad y que somos divinos. Aunque nunca podremos perder nuestra divinidad, mientras estamos en el cuerpo olvidamos tener conciencia de la misma.
Después de tener esa experiencia, Pat anhelaba renovar su sentimiento de unión con Dios. Cuando vuelva al espíritu, llevará consigo un profundo sentimiento y un conocimiento de esa conexión el cual no habría sido posible sin el contraste creado por el alcoholismo durante la vida física.
Con mucha fuerza, Pat vivió cuarenta y cuatro dolorosos años de percibida desconexión. ¿Quién excepto la más valiente de las almas se apartaría del Amor que es su derecho de nacimiento para poder conocer mejor ese Amor? Como Pat nos demuestra, las experiencias del plano físico no son lo que parecen. Lo que algunos etiquetan como debilidad o derrota, es en realidad la aceptación de uno de los mayores retos que un alma puede planear. La condena de la sociedad no deja traslucir la grandeza de aquellos que viven este plan; son muchos más de lo que creemos. Su papel puede incluir el alcoholismo, pero los actores son la valentía encarnada.
Aquí es donde yace la ilusión, con frecuencia en los opuestos. Ostensiblemente, el mundo puede haber visto miedo en Pat, igual que él mismo veía miedo en sí mismo. Miedo a las situaciones sociales. Miedo a las mujeres. Miedo de ser ascendido más allá de sus capacidades en los trabajos que tenía. Miedo, como mencionó Staci, a estar solo, a no ser capaz de salir adelante por sí mismo. Éstas no son sino las actuales manifestaciones de miedos no resueltos en vidas pasadas. Estas capas de ilusión esconden el alma pura que quiere aprender, mientras está en un cuerpo físico, a no tener miedo; a quien eligió antes de nacer tener miedo a su padre como un recordatorio consciente de miedos más profundos; a quien planeó perder a ese padre durante su infancia para desencadenar el alcoholismo que finalmente sanaría sus miedos. Sólo el valiente planea miedo.
Nuestros miedos nos separan de nuestra identidad real, y por lo tanto tienen que ser buscados, no escondidos. Al vivirlos, recordamos quiénes somos realmente. Pat, por ejemplo, tenía miedo a estar solo. Y fue únicamente cuando se sintió totalmente abandonado cuando se dio cuenta de que nunca lo estuvo, y de que nunca estaría, realmente solo. En ese abandono encontró la conexión. Al rendirse, encontró el poder. Al crear lo que más había temido, Pat comenzó a recordar la verdad eterna, y así fue capaz de eliminar las ilusiones que él mismo había creado. Demostró que el miedo es un maestro que nos muestra a nosotros mismos.
Uno podría entonces preguntar: ¿quién es Pat realmente? Pat es amor. Pat es el amor que se expresó de manera tan veloz y tan libre, a las otras almas en su sesión de planificación prenatal. Como amor, Pat planeó el desafio vital del alcoholismo para fomentar no sólo su propio crecimiento, sino también el de sus seres queridos. Visto de este modo, el alcoholismo de Pat es una forma de ayuda a aquellos que eligieron estar en su vida. Kathy aprende identidad, límites, y equilibrio. ¿Cómo comprender el equilibrio mejor que a través de los desequilibrios causados por el alcoholismo de un padre? Las experiencias de Donna con Pat la obligaron a buscar amor en su interior, un clásico plan de vida de aprendizaje a través de los opuestos. Como dijo Carl Jung, “Quien mira fuera, sueña. Quien mira dentro, despierta”. La crueldad de Pat, algo que la propia Donna pidió, la despertó a su verdadera naturaleza como alma llena de amor. Andrew aprendió a mantenerse centrado y con los pies en la tierra. Carole llegó a comprender los matices de gris, y Shirley tuvo la oportunidad de reconocerse como amor y compasión. Con la ayuda de Pat, cada una de estas almas se expande, y ellas, a su vez, ayudan a Pat.
En la planificación prenatal de Pat, los miembros de la que iba a ser su familia asumieron la responsabilidad personal por las lecciones que iban a aprender a través de su alcoholismo. En el plano físico, sin recuerdo de nuestras elecciones prenatales, a menudo creemos que son otros quienes nos ocasionan las situaciones, y respondemos con miedo, furia, odio, auto-desprecio, culpabilidad y otras muchas emociones que no reflejan nuestra verdadera naturaleza.
Cuando despertamos, al volver a nuestro interior, recordamos que fuimos nosotros quienes pedimos estas experiencias. Somos libres para elegir distintas respuestas, entre ellas la gratitud hacia aquellos que han hecho posible nuestro crecimiento. Aquellos a los que una vez culpamos, ahora somos capaces de darles las gracias. Gracias por preocuparos tanto por nosotros que interpretasteis un papel cargando con el peso de nuestra ira durante muchos años. Gracias por mantener vuestra promesa, y hacer honor a nuestro contrato prenatal. Gracias, como Kathy dijo a Pat, por permitirnos pasar por lo que hemos pasado para llegar a ser las personas que hoy somos.
Gracias.
Vivimos en un mundo en el que millones de personas se menosprecian a sí mismos como resultado de sus experiencias vitales. Algunos son alcohólicos. Creen que han dejado de lado a sus seres queridos. Pueden creer que se han abandonado a sí mismos. Aunque quizá eligieron, como Pat, interpretar el rol temporal de alcohólico como un modo de ayudar a los demás, y como un camino para el crecimiento personal. Ese camino parece llevarnos lejos, hasta que, como Pat, despertamos para descubrir lo que siempre estuvo ahí, en nuestro interior, mientras nosotros mirábamos para fuera.
Robert Schwartz.
El Plan de tu Alma : Parte 3. Vídeo