Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
Mostrando entradas con la etiqueta Sabiduría. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sabiduría. Mostrar todas las entradas

lunes, 26 de febrero de 2018

Conversaciones con Dios libro 3, extracto


En realidad, la vida es eterna, ¿no es así?
Lo es con toda seguridad.
No tiene final.
No lo tiene.
La reencarnación es un hecho.
Lo es. Puedes regresar a tu forma mortal, esto es, una forma física que puede “morir”, siempre y cuando lo desees.
¿Decidimos cuando deseamos regresar?
“Sí” y “cuando”, sí.
¿Decidimos también cuando deseamos partir?  ¿Elegimos cuando deseamos morir?
Ninguna experiencia se impone a ningún alma contra su voluntad. Por definición, esto no es posible, puesto que el alma crea cada experiencia.
El alma no desea nada. El alma lo tiene todo. Toda la sabiduría, todo el conocimiento, todo el poder y toda la gloria. El alma es la parte de Ti que nunca duerme, que nunca olvida.
¿ El alma desea que el cuerpo muera ?  No. El deseo del alma es que tú nunca mueras. Sin embargo, el alma dejará el cuerpo, cambiará su forma corporal, dejando atrás casi todo el cuerpo material, de un momento a otro, cuando no vea el propósito de permanecer en esa forma.
Si es el deseo del alma que nunca muramos, ¿por qué morimos?
No mueren simplemente, cambian de forma.
Si el deseo del alma es que nunca hagamos eso, ¿por qué lo hacemos ?
¡Ése no es el deseo del alma!
¡Ustedes son “cambiadores de forma”!
Cuando ya no tiene ninguna utilidad permanecer en una forma particular, el alma cambia de forma, deseosamente, voluntariamente, alegremente, y se mueve en la Rueda Cósmica.
¿Alegremente?
Con gran alegría.
¿Ningún alma lamenta morir ?
Ningún alma muere... jamás.
Me refiero a que, ¿ningún alma siente pesar porque su forma física actual esté cambiando, porque esté a punto de “morir”?
El cuerpo nunca “muere”, simplemente cambia de forma con el alma. Sin embargo, comprendo a lo que te refieres y por el momento, utilizo el vocabulario que ustedes han establecido.
Si tienen una comprensión clara de lo que desean crear, en relación con lo que eligieron llamar la otra vida o si tienen un conjunto claro de creencias que apoye la experiencia después de la muerte de reunirse con Dios, entonces, no, el alma nunca lamenta lo que ustedes llaman muerte.
La muerte en ese caso es un momento glorioso; una experiencia maravillosa. El alma puede ahora volver a su forma natural, a su estado normal. Hay una ligereza increíble; una sensación de libertad total; ninguna limitación y un conocimiento de la Unidad que de inmediato es dichosa y sublime.
No e posible que el alma lamente tal cambio.
Entonces, ¿estás diciendo que la muerte es una experiencia feliz?
Sí, siempre, para el alma que desea que lo sea.
Si el alma desea tanto estar fuera del cuerpo, ¿por qué no lo deja simplemente?  
¿Por qué espera?
No dije que el alma “desea estar fuera del cuerpo”, dije que el alma se alegra cuando está afuera. Son dos cosas diferentes.
Puedes estar feliz haciendo una cosa y feliz haciendo otra. El hecho de que té alegre hacer la segunda, no significa que eres infeliz haciendo la primera.
El alma no es infeliz al estar con el cuerpo. Por el contrario, al alma le agrada estar en tu forma actual. Eso no excluye la posibilidad de que el alma pudiera sentirse igualmente contenta si se desconectara del cuerpo.
Es obvio que hay mucho acerca de la muerte que yo no comprendo.
Sí y esto es porque no te gusta pensar en ella. Sin embargo, debes contemplar la muerte y la pérdida en el instante en que percibas cualquier momento de vida o no habrás percibido la vida, sino que sólo habrás conocido la mitad de ésta.
Cada momento termina en el instante en que empieza. Si no comprendes esto, no comprenderás lo exquisito que hay en esto y no llamarás común al momento.
Cada interacción “empieza para terminar” en el instante en que “comienza a empezar”. Sólo cuando hayas contemplado y comprendido profundamente esto, se abrirá ante ti el tesoro total de cada momento y de la vida en sí.
La vida no puede darse a ti, si no comprendes la muerte. Debes hacer algo más que comprenderla. Debes amarla, incluso como amas la vida.
Tu tiempo con cada persona se glorificará, si piensas que fue tu último momento con esa persona. Tu experiencia de cada momento mejorará sin medida, si piensas que fue ese último momento. Tu negativa a contemplar tu propia muerte conduce a tu negativa a contemplar tu propia vida.
No la ves como es. Pierdes el momento y todo lo que éste tiene para ti. Miras al pasarlo, en lugar de ver a través de él.
Cuando observas algo con detenimiento, ves a través de eso. Contemplar una cosa con detenimiento es ver a través de ella. Entonces, la ilusión deja de existir. Entonces ves una cosa como lo que realmente es. Sólo entonces puedes disfrutarla en verdad, esto es, darle alegría. (“Disfrutar” es hacer que algo sea alegre.)
Incluso, puedes disfrutar la ilusión entonces, ¡ porque sabrás que es una ilusión y que es la mitad del disfrute !  Es el hecho de que pienses que es real lo que te causa todo el dolor.
Nada es doloroso, si comprendes que no es real. Permite que repita esto.
Nada es doloroso, si comprendes que no es real.
Es como una película, un drama, actuado en el escenario de tu mente. Estas creando la situación y a los personajes. Estás escribiendo las líneas.
Nada es doloroso en el momento que comprendes que nada es real.
Esto es tan cierto como la muerte y como la vida.
Cuando comprendes que la muerte es también una ilusión, entonces, podrás decir: “Oh, muerte, ¿ dónde está tu desenlace ?”
¡ Puedes incluso disfrutar la muerte !  Puedes incluso disfrutar la muerte de otra persona.
¿ Eso parece extraño ?  ¿ Parece una cosa extraña para decirla ?
Sólo si no comprendes la muerte y la vida.
La muerte nunca es un final, sino que siempre es un principio. Una muerte es una puerta que se abre, no una puerta que se cierra.
Cuando comprendas que la vida es eterna, comprenderás que la muerte es tu ilusión, que te mantiene muy preocupado y, por lo tanto, te ayuda a creer que eres tu cuerpo. Sin embargo, no eres tu cuerpo y, por lo tanto, la destrucción de tu cuerpo no te preocupa.
La muerte debería enseñarte lo que es real en la vida. La vida te enseña que lo que es inevitable no es la muerte, sino lo transitorio.
Lo transitorio es la única verdad.
Nada es permanente. Todo está cambiando, en cada instante, en cada momento.
No podría haber nada permanente, porque incluso el concepto de permanencia depende de lo transitorio para tener algún significado. Por lo tanto, incluso la permanencia es transitoria. Observa esto con detenimiento. Contempla esta verdad. Compréndela y comprenderás a Dios.
Éste es el Dharma, éste es el Buda. Éste es el Dharma Buda. Ésta es la enseñanza y el maestro. Ésta es la lección y el maestro. Éste es el objeto y el observador, convertidos en uno.
Nunca han sido otra cosa que Uno. Eres tu quién los ha separado, para que tu vida pudiera desplegarse ante ti.
Sin embargo, al observar tu propia vida desplegarse ante ti, tú no te despliegas. ¡ Manténte junto a tu Yo !  ¡ Ve la ilusión !  ¡ Disfrútala” !  No obstante, ¡ no te conviertas en ella !
No eres la ilusión, sino el creador de ésta.
Estás en este mundo. No eres de él.
Utiliza tu ilusión de la muerte. ¡ Utilízala !  Permita que sea la llave que abra hacia más vida.
Si ves la flor como si muriera, la veras con tristeza. No obstante, si ves la flor como parte de un árbol completo que está cambiando y que pronto dará frutos, verás la verdadera belleza de la flor. Cuando comprendas que el florecer y marchitar de la flor es una señal de que el árbol está listo para dar frutos, entonces comprenderás la vida.
Observa esto con detenimiento y verás que la vida está en su propia metáfora.
Recuerda siempre que no eres la flor, que ni siquiera eres el fruto. Eres el árbol y tus raíces son profundas, fijadas en Mí. Soy la tierra de la cual brotaste y tus flores y frutos regresarán a Mí, creando tierra más rica. Así, la vida engendra vida y no puede conocer la muerte jamás.
Eso es muy Hermoso. Es muy hermoso. Gracias. ¿Podrías hablarme ahora sobre algo que me preocupa?  Necesito hablar sobre el suicidio. ¿Por qué existe ese tabú en contra de terminar con la propia vida?
En realidad, ¿por qué está allí?
¿Quieres decir que no es malo suicidarse?
No puedo responder esta pregunta a satisfacción tuya, porque en sí contiene dos conceptos falsos; se basa en dos suposiciones falsas; contiene dos errores.
La primera suposición falsa es que existe el “bien” y el “mal”. La segunda suposición falsa es que es posible matar. Por lo tanto, tu pregunta en sí se desintegra en el momento en que se divide.
El “bien” y el “mal” son polaridades filosóficas en el sistema de valor humano, que no tienen nada que ver con la realidad final (un punto que he explicado repetidas veces en este diálogo). Más aún, ni siquiera hay bases constantes dentro de su propio sistema, sino valores que continúan cambiando de vez en cuando.
Ustedes hacen el cambio, cambian su mente respecto a estos valores, según su conveniencia (lo que es correcto que hagan, como seres en evolución); sin embargo, en cada paso a lo largo del camino insisten en que no han hecho esto y que son sus valores incambiables los que forman los cimientos de la integridad de su sociedad. Por lo tanto, han construido su sociedad sobre una paradoja. Continúan cambiando sus valores, mientras proclaman que ¡ son valores incambiables los que... valoran !
La respuesta a los problemas presentados por esta paradoja no es arrojar agua fría sobre la arena, en un intento de convertirla en concreto, sino celebrar el cambio de la arena. Celebrar su belleza, mientras conserva la forma de su castillo, pero celebrar también la nueva forma y apariencia que toma cuando sube la marea.
Celebren las arenas que cambian cuando forman las nuevas montañas que escalarán y en la cima de las cuales y con las cuales construirán nuevos castillos. Sin embargo, comprendan que estas montañas y estos castillos son momentos para cambiar, no para permanecer.
Glorifiquen lo que son hoy, más no condenen lo que fueron ayer, no eviten lo que puedan llegar a ser mañana.
Comprendan que “bien” y “mal” son invenciones de su imaginación y que “correcto” e “incorrecto” son sólo anuncios de sus últimas preferencias e imaginaciones.
Por ejemplo, respecto al asunto de suicidarse, es la imaginación actual de la mayoría de la gente en su planeta la que dicta que “no es correcto” hacer eso.
De manera similar, muchos de ustedes aún insisten en que no es correcto ayudar a una persona que desea terminar con su vida.
En ambos casos dicen que esto debe ser “contra la ley”. Es probable que hayan llegado a esta conclusión porque la terminación de la vida ocurre relativamente rápido. Las acciones que terminan con la vida durante un período más prolongado no son contra la ley, a pesar de que logran el mismo resultado.
Así, si una persona en su sociedad se suicida con una pistola, los miembros de su familia pierden los beneficios del seguro. Si se suicida con cigarros, no los pierden.
Si un médico los ayuda a suicidarse, lo llaman asesino, mientras que si una compañía tabacalera lo hace, lo llaman comercio.
Con ustedes parece que sólo es cuestión de tiempo. La legalidad de la autodestrucción, lo “correcto” o “incorrecto” de esto, parece tener mucho que ver con la rapidez con que se lleve a cabo la acción, así como quién la ejecuta. Mientras más rápida es la muerte, más “errónea” parece ser. Mientras más lenta es la muerte, se acerca más a lo “correcto”.
En forma interesante, esto es exactamente lo opuesto a lo que una sociedad verdaderamente humana concluiría. De acuerdo con cualquier definición razonable de lo que llaman “humano”, mientras más pronto sea la muerte, mejor. No obstante, su sociedad castiga a aquellos que intentan hacer lo que es humano y recompensan a aquellos que hacen lo que no es cuerdo.
No es cuerdo pensar que lo que Dios desea es el sufrimiento continuo y que un final humano rápido a ese sufrimiento es “malo”.
“Castigan lo humano y recompensan lo demente”.
Éste es un lema que sólo una sociedad de seres con comprensión limitada podría aceptar.
Envenenan su sistema inhalando carcinógenos, envenenan su sistema ingiriendo comida tratada con sustancias químicas que a la larga los matarán y envenenan su sistema respirando el aire que continuamente contaminan. Envenenan su sistema en cien formas diferentes a través de mil momentos diferentes y hacen esto sabiendo que estas sustancias no son buenas para ustedes. Sin embargo, debido a que tardan mucho tiempo para matarlos, se suicidan con impunidad.
Si se envenenan con algo que funciona con mayor rapidez, se dice que hicieron algo contra la ley moral.
Les diré esto: No es más inmoral matarse rápidamente que matarse lentamente.
Por lo tanto, ¿una persona que termina con su propia vida, no la castiga Dios?
Yo no castigo. Yo amo.
¿Qué hay entonces acerca de la afirmación que se escucha con frecuencia acerca de que aquellos que piensan que van a “escapar” de su predicamento o que van a terminar su condición, con el suicidio sólo descubren que están enfrentando el mismo predicamento o condición en la otra vida y, por este motivo, no escaparon ni terminaron con nada?
Su experiencia que ustedes llaman vida después de la muerte es un reflejo de su consciencia, en el momento en que entran en ésta. Sin embargo, siempre son seres con libre albedrío y pueden alterar su experiencia cuando lo decidan.
Entonces, ¿los seres queridos que terminaron con su vida física se encuentran bien?
Sí. Están muy bien.
Hay un libro maravilloso sobre este tema, llamado Stephen lives, de Anne Puryear. Trata de su hijo, quien se suicidó cuando era adolescente. A muchas personas les ha sido útil.
Anne Puryear es una mensajera maravillosa, al igual que su hijo.
Entonces, ¿puedes recomendar este libro ?
Es un libro importante. Dice más sobre este tema, de lo que estamos diciendo aquí y aquellos que tienen heridas profundas o acontecimientos alrededor de la experiencia de un ser amado que se quitó la vida estarán abiertos a la curación a través de este libro.
Es triste que tengamos heridas o asuntos profundos, aunque creo que gran parte de esto es resultado de lo que nuestra sociedad nos “ha dicho” sobre el suicidio.

En su sociedad, a menudo no ven las contradicciones de sus propias construcciones morales. La contradicción entre hacer cosas que saben perfectamente que van a acortar su vida, pero las hacen con lentitud y hacer cosas que acortarán su vida con rapidez, es una de las más intensas en la experiencia humana.
Neale Donald Walsch