Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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miércoles, 13 de marzo de 2024

Ho’oponopono: El Arte del Perdón y Sanación Emocional



En un mundo cada vez más complejo y demandante, la búsqueda de la felicidad, la paz interior y el bienestar mental se ha convertido en un objetivo fundamental para muchas personas. En este contexto, la Ley de la Atracción y el Ho’oponopono han surgido como dos enfoques distintos pero profundamente arraigados en la creencia de que nuestras acciones mentales y emocionales pueden desempeñar un papel trascendental en la construcción de nuestra realidad y la sanación de nuestras heridas internas.

El proceso del Ho’oponopono moderno implica repetir una serie de frases o afirmaciones simples, conocidas como las cuatro frases de sanación:

  1. Lo siento: Asumir la responsabilidad por cualquier problema o conflicto, incluso si no eres consciente de cómo contribuiste a ello.
  2. Perdóname: Pedir perdón a uno mismo por las memorias dolorosas que han contribuido a la situación.
  3. Te amo: Enviar amor y gratitud a uno mismo y a todas las partes involucradas en el conflicto o problema.
  4. Gracias: Expresar gratitud por la oportunidad de sanar y liberar las memorias dolorosas.

 

Estas frases se repiten en un ciclo continuo mientras se concentra en el problema o conflicto en cuestión. Se cree que al hacerlo, se purifican las memorias subconscientes que están en el origen del problema, lo que a su vez puede llevar a la resolución de la situación externa.

  • Cómo afectan los patrones de pensamiento

Los patrones de pensamiento desempeñan un papel crucial en nuestras vidas diarias, pero, ¿cómo se relaciona esto con el Ho’oponopono, una práctica de sanación hawaiana ancestral? Para comprender esta interconexión, primero exploremos cómo los patrones de pensamiento pueden influir en la psicología humana y luego veamos cómo el Ho’oponopono aborda esta influencia

El Ho`oponopono se ha utilizado para tratar una amplia gama de problemas, incluidos los conflictos interpersonales, la salud, la prosperidad financiera y la paz interior. Aunque algunos lo consideran una técnica espiritual, otros lo ven como una herramienta psicológica para el autodescubrimiento y la resolución de problemas.

 

A primera vista, la Ley de la Atracción y el Ho’oponopono pueden parecer enfoques dispares para el bienestar mental y la manifestación de la realidad deseada. Sin embargo, este artículo se adentrará en la exploración de cómo estos dos conceptos, aparentemente divergentes, pueden coexistir y complementarse mutuamente. Más allá de la mera teoría o espiritualidad, nos centraremos en la aplicación práctica de estos enfoques. ¿Es posible encontrar un punto de convergencia entre la ciencia y la espiritualidad en la búsqueda de la sanación mental? Eso es precisamente lo que pretendemos descubrir en las páginas que siguen.

Oración de la culpa: cómo sanar con Ho'oponopono



La Oración de la culpa es una herramienta muy poderosa dentro del Ho'oponopono para sanar y liberar las emociones negativas y los patrones de pensamiento limitantes que nos mantienen atrapados en la culpa. Esta oración nos ayuda a tomar responsabilidad de nuestras acciones y a liberarnos de la carga emocional que llevamos dentro.

En el Ho'oponopono, se cree que somos responsables de todo lo que experimentamos en nuestra realidad, ya que todo lo que vemos externamente es un reflejo de nuestro mundo interno. Por lo tanto, si sentimos culpa, es porque hay algo dentro de nosotros que necesita ser sanado y liberado.

La Oración de la culpa es bastante simple pero extremadamente efectiva. Se compone de cuatro frases poderosas: "Lo siento, perdóname, gracias, te amo". Estas palabras actúan como un mantra que nos ayuda a conectarnos con nuestra esencia divina y a liberar la energía negativa que se encuentra en nuestro interior.

Cuando decimos "lo siento", reconocemos que algo en nosotros ha causado la situación o experiencia que nos hace sentir culpables. Pedimos perdón por haber generado esa realidad desde un lugar de dolor y limitación.

Al decir "perdóname", nos perdonamos a nosotros mismos por haber permitido que esos pensamientos y emociones negativas nos afectaran y nos mantuvieran atrapados en la culpa. Reconocemos que somos seres humanos imperfectos y merecemos el perdón.

Decir "gracias" es una forma de agradecer a la vida por brindarnos la oportunidad de sanar y liberarnos de esa carga emocional. Agradecemos por la enseñanza que nos brinda la experiencia y por la posibilidad de crecer y evolucionar.

Finalmente, al decir "te amo", nos conectamos con el amor incondicional que reside en nuestro interior y lo proyectamos hacia nosotros mismos y hacia los demás. Nos recordamos a nosotros mismos que somos seres dignos de amor y compasión.

Al repetir esta oración de manera constante y sincera, empezaremos a experimentar una profunda sanación espiritual. La culpa se disolverá y daremos paso a la paz interior y la aceptación de nosotros mismos.

Es importante recordar que el Ho'oponopono es una filosofía de vida y no solo una técnica de sanación. Nos invita a asumir la responsabilidad de nuestras experiencias y a ser conscientes de nuestros pensamientos y emociones en todo momento. Al hacerlo, nos convertimos en co-creadores conscientes de nuestra realidad y podemos vivir una vida plena y en armonía con nosotros mismos y con los demás.

Recuerda que eres el maestro de tu propia vida y que el Ho'oponopono te brinda las herramientas necesarias para sanar y transformar cualquier aspecto de tu realidad. Confía en el proceso y permite que la magia del Ho'oponopono te guíe hacia la sanación y la plenitud.

Fuente: https://peacefulhopono.com/sanacion/oracion-de-la-culpa-con-el-hoponopono/


martes, 12 de marzo de 2024

Aspectos psicológicos que potencian o generan el sentimiento de culpa

 

Aspectos psicológicos que potencian o generan el sentimiento de culpa

Hasta ahora hemos descrito cómo la conciencia moral y el mecanismo de interpretación y valoración de nuestros actos u omisiones, determinan la aparición de sentimientos de culpa. Pero también son decisivos en este proceso, aspectos psicológicos, como nuestras tendencias de pensamiento, personalidad, dificultades emocionales, etc.

Así una persona con tendencia perfeccionista, se sentirá culpable cuando no alcance un 10 en una prueba, aunque su puntuación haya sido un 9, que es verdaderamente satisfactoria y que a muchas personas, al contrario de hacerles sentir culpables, les llenaría de satisfacción.

Estos son algunos de los aspectos psicológicos que intervienen e influyen en el sentimiento de culpa (os dejo enlaces a los artículos y guías que explican con claridad estos temas):

Hay una serie de factores psicológicos que potencian un sentimiento de culpa intenso y frecuente

También es importante destacar que el sentimiento de culpa está muy relacionado con otros procesos emocionales. 

Este sentimiento aparece en determinadas etapas del duelo, como explica mi compañera 

Marta de la Fuente en su artículo

 «Las pérdidas emocionales. Cómo manejar la tristeza en el duelo».


Fuente: https://www.areahumana.es/sentimiento-de-culpa


El sentimiento de culpa: El castigo que no merecemos

ORIGEN Y EXPLICACIÓN DEL SENTIMIENTO DE CULPA. CÓMO LIBERARSE DE LA CULPA DESADAPTATIVA

La culpa: nuestro juez más implacable

La culpa es un sentimiento tan poderoso como complejo, por su origen y también por la multiplicidad de factores psicológicos con los que se relaciona e interactúa.

Las emociones desempeñan un papel adaptativo

Cuando la culpa actúa de esta forma –es decir cuando la culpa es adaptativa–, su función es reconocer los errores y poner en marcha conductas de ajuste y reparación. En este caso, la culpa nos ayuda a no transgredir ciertas normas y códigos éticos, digamos que enciende un «aviso» que nos previene de cometer errores que podrían tener graves consecuencias.

En este artículo voy a centrarme en la culpa desadaptativa, la que por su intensidad y frecuencia es fuente de dificultades y desórdenes emocionales. En el resto del contenido, salvo ocasiones que considere necesarias no insistiré en ponerle el calificativo.

Cuando hablamos del sentimiento de culpa desde la Psicología, tenemos que hablar de otros términos y conceptos muy próximos: autoestima, perfeccionismo, rumiación, falta de autoconfianza, autocensura, miedo, asertividad, regulación emocional…; en efecto, la culpa está incorporada a muchas de nuestras dificultades emocionales, y en muchas ocasiones, no es fácil identificar si es el origen o la consecuencia (en muchas ocasiones ambas). Vamos a tratar de desentrañar qué es el sentimiento de culpa y ayudar a comprender qué podemos hacer para liberarnos de sus efectos más perjudiciales.

Comprendiendo qué es la culpa y el sentimiento de culpa

Antes de nada, quiero diferenciar los términos culpa y culpabilidad que son habituales y están bien definidos en el ámbito de la jurisprudencia, con el concepto utilizado en el campo de las emociones y la Psicología. En este artículo voy a hablar de la culpa en relación a nuestra especialidad, la Salud Emocional.

El sentimiento de culpa está, en general, acompañado de emociones displacenteras como tristeza, angustia, frustración, impotencia o remordimiento, entre otras, y de pensamientos reiterativos e improductivos; y funciona de un modo diferente según su origen temporal. Así, podemos sentir culpa por:

  • Algo que hicimos o no hicimos (pasado)
  • Algo que no estamos o estamos haciendo (presente)
  • Algo que vamos o no vamos a hacer (futuro)

La culpa es un mecanismo en el que, a partir de un acto u omisión, realizamos un “juicio moral” de nuestra conducta (incluso de nuestros pensamientos) y “dictaminamos” que hemos cometido un error y deberíamos tener un castigo.

 En esta definición que propongo, hay varias cuestiones que son esenciales para comprender cómo funciona el mecanismo de la culpa.

La culpa y la conciencia moral      

Cuando sentimos culpa ante una acción u omisión:

  • Somos nuestros propios “jueces”.
  • Realizamos el “dictamen” de culpabilidad.
  • Y finalmente nos aplicamos el “castigo”: emociones displacenteras.

En el proceso de la culpa influye lo que podríamos denominar conciencia moral, un conjunto de normas y valores que hemos construido desde la infancia, para diferenciar el “bien del mal”, y que nos permite establecer los límites, a nuestra conducta y a nuestros pensamientos.


Fuente:  https://www.areahumana.es/sentimiento-de-culpa/

jueves, 3 de octubre de 2019

‘No sabía si podría sobrevivir’: cómo es perder a un hijo

Tres madres hablan sobre el duelo y sobre cómo crear redes de apoyo tras la muerte de un hijo.

 
Hace poco leí Smoke Gets in Your Eyes: And Other Lessons from the Crematory (El humo ciega tus ojos: y otras lecciones aprendidas en el crematorio), escrito por la defensora de la muerte, la escritora Caitlin Doughty. Las escenas sobre el desecho de los cuerpos no me molestaron, incluso cuando hablaba sobre el moho acumulado sobre los rostros de los cadáveres, pero hubo una escena del libro que no me dejó dormir aquella noche: cuando era una niña, Doughty fue testigo de la muerte de otra niña que jugaba en las escaleras mecánicas de la segunda planta de un centro comercial. La madre de aquella niña se vio obligada a observar todo aquello.
Como mujer de 28 años a la que por fin ya no aterroriza la idea de tener hijos, aquella imagen me impactó profundamente. "Por desgracia, la muerte es parte de la vida, pero nadie nos cuenta nada sobre el duelo y la pérdida o sobre cómo procesarlos hasta que no nos hallamos en medio de la experiencia", explicó a Broadly Cadmona A. Hall, Doctora en filosofía y terapeuta matrimonial y familiar especializada. "Una de las principales cosas que hago desde el principio es explicar a mis pacientes que no se están volviendo locos y que lo que experimentan es normal. Esa parte es importantísima, no existe una forma correcta o incorrecta de expresar el duelo", afirma Hall.
Hall comprende que perder a un hijo es un tipo muy específico y cruel de pérdida. "Una de las características propias de perder a un hijo es que siempre está presente el sentimiento de culpa", explica. "El papel de los padres es que sus hijos estén presentes, en este mundo, sanos y felices, de modo que independientemente de las circunstancias, las madres con frecuencia sienten que han fallado como tales. Es una inmensa carga para ellas". Hall añadió: "Se trata de un mito que creo que escuchan muchas mujeres, que tener hijos sanos es lo normal, lo natural, pero la gente experimenta la pérdida con mucha más frecuencia de lo que pensamos. Lo que sucede es que les da miedo hablar de ello, o se sienten avergonzados".
Sin embargo, las mujeres sí hablan de ello, en comunidades online, en sus blogs y en libros. Para saber más cosas acerca de la experiencia de perder a un hijo, hablé con tres mujeres que habían sufrido esta devastadora pérdida y que están utilizando internet para conectarse con otras madres en su situación. "Esa es una de las ventajas de la tecnología, que puedes expresar tus sentimientos en un blog", afirmó Hall. "Ser capaces de conectar con otras personas ayuda a quienes han tenido una pérdida similar o les permite recibir mensajes de personas que les dicen 'Eh, estoy pensando en ti, te estoy enviando pensamientos y deseos positivos'. Para ellas es importante saber que no están solas".
Una de las características propias de perder un hijo es que siempre está presente el sentimiento de culpa
Mandy Hitchcock es "escritora, abogada en proceso de recuperación, superviviente del cáncer y una persona que cree que saber 'qué quieres hacer cuando seas mayor' es una chorrada como un piano". Tras vencer al cáncer y vivir un doloroso divorcio volvió a casarse, tuvo una hija y ya comenzaba a acomodarse en la vida familiar cuando Hudson, su hija de 17 meses, falleció a causa de una infección repentina. Ha compartido su experiencia de pérdida en medios como el Washington Post. Angela Miller es escritora, oradora y defensora del duelo. Es autora de You Are the Mother of All Mothers: A Message of Hope for the Grieving Heart (Tú eres la madre de todas las madres: un mensaje de esperanza para el corazón afligido) y directora ejecutiva y fundadora de la comunidad de apoyo para el duelo A Bed For My Heart (Una cama para mi corazón). Su hijo falleció de repente cuando solo era un bebé. Kelly dirige su propia editorial, así como el blog Chasing Dragonflies (Persiguiendo libélulas), donde habla del duelo, la familia y la muerte de su hija Abigail (Abi), que falleció a los 12 años a causa de una repentina hemorragia cerebral. Las tres nos hablaron sobre el dolor de perder a un hijo, la importancia de permitirse a una misma experimentar el duelo y la sanación que han encontrado a través de la escritura y de conectar con otras madres que también han sufrido la pérdida de un hijo.

BROADLY: Cuando tu hija enfermó, ¿sucedió rápidamente?Mandy Hitchcock: Sí, fue extremadamente rápido y extremadamente inesperado. Era una niña pequeña normal, con todas sus vacunas al día y con resfriados ocasionales, como todos. Le subió la fiebre un domingo, le diagnosticaron meningitis bacteriana en urgencias el lunes y el martes entró en coma para no volver a despertar. Dos días más tarde se declaró su muerte cerebral y le retiraron las máquinas que mantenían su cuerpo con vida.
Has pasado por mucho, ¿cómo es tu vida ahora?Tengo dos hijos más, de cuatro y de dos años. Trabajo desde casa como abogada a tiempo parcial, lo que me permite tener tiempo suficiente para escribir y me da flexibilidad para pasar más tiempo con mis hijos. Publico ensayos sobre maternidad, duelo, pérdida y supervivencia al cáncer en publicaciones de diversa importancia y mientras tanto reviso unas memorias sobre mi vida tras la muerte de mi hija y sobre mi tratamiento para el cáncer dos años después. No es la vida que había imaginado llevar y hay muchísimas cosas que me gustaría que fueran diferentes, pero he aprendido a estar agradecida por lo que tengo incluso mientras lloro la ausencia de mi hija.
¿Me explicas más cosas sobre tu carrera como escritora? ¿Cómo te ha ayudado en tu proceso de duelo?Empecé a escribir en serio después del fallecimiento de mi hija, cuando creé un blog que me ayudara a procesar todo lo que estaba experimentando. No tenía ni idea en aquel momento de lo increíblemente terapéutico que sería para mí, pero todavía fue una sorpresa mayor saber que también estaba ayudando a muchas otras madres. Empecé a ver la escritura como otra forma de honrar la memoria de Hudson, a menudo digo que lo único que me aporta consuelo tras su muerte es saber que su vida todavía puede tener sentido, que todavía puede tener un impacto en los demás y en el mundo aunque físicamente ya no esté aquí. De modo que, si el hecho de que yo comparta mi historia ayuda a otras personas, creo que es la mejor manera de honrarla a ella y de hallar consuelo para mí.

BROADLY: Háblanos de tu experiencia con la pérdida y el dueloAngela Miller: Hace siete años experimenté la peor pesadilla de toda madre: la muerte de mi hijo. No hay nada que te prepare para el horror que supone perder a un hijo, a partir de entonces mi vida quedó dividida para siempre entre antes y después. Mientras siga respirando seguiré llorando y amando a mi hijo con toda el alma. Jamás llegará el día en que no piense en quién se habría convertido mi hijo, qué aspecto tendría y cómo estaría entretejido dentro del tapiz de mi familia. Ojalá la gente pudiera entender que el dolor dura para siempre, porque el amor también dura para siempre; que la pérdida de un hijo no es un evento puntual, sino una pérdida continua que se desarrolla minuto a minuto a lo largo de toda la vida.

Aprender a vivir sin mi hijo es un tipo de tortura que no desearía ni a mi peor enemigo. Siempre habrá un hueco en mi corazón del tamaño y la forma de mi hijo, nada cambiará eso jamás. El amor y el dolor que siempre sentiré por él son inconmensurables. He tenido que aprender a sobrevivir y también a vivir de nuevo, tanto por mí misma como por el recuerdo de mi hijo. Espero vivir de un modo que le haga sentir orgulloso y que deje un legado duradero en su honor.
La pérdida de un hijo no es un evento aislado, es una pérdida continua que se desarrolla minuto a minuto, a lo largo toda la vida

¿Cómo te ha ayudado con tu propio duelo el hecho de conectar con otras personas y crear un refugio seguro donde hablar de esta experiencia?

Conectar con otras personas que han experimentado la pérdida de un hijo me salvó la vida. No recibí demasiado apoyo durante los primeros años de duelo y recuerdo aquellos años como los más horribles de mi vida. Nunca me había sentido tan sola, no sabía si podría sobrevivir. El dolor era insoportable, respirar parecía imposible, todo mi mundo tal y como lo conocía quedó destruido. De verdad que no hay palabras para describirlo. Una vez que fui por fin capaz de salir arrastrándome de las profundidades de la desesperación supe que quería crear un refugio seguro para otra gente, para que nadie sufriera en soledad como me había pasado a mí. De este modo nació A Bed For My Heart. Ayudar a otros me ha ayudado a sanar mi propio corazón de formas que nunca había imaginado.
¿Qué consejo darías a otras madres que experimentan la pérdida de un hijo para ayudarlas a seguir adelante y no perder la fe o la esperanza en el mundo?Date permiso para llorar, sentir pena y gritar, durante el tiempo que necesites. No hay un plazo establecido para el dolor, no hay mapa, no hay formas correctas o incorrectas de sentir aflicción. Tú y solo tú decides cómo sobrevivir a esta tragedia. Date permiso para recordar y honrar a tu hijo de la forma más significativa para ti y cuando estés lista, date permiso para encontrar una finalidad, un motivo por el que merezca la pena vivir otra vez..

BROADLY: Háblanos de tu familia.Kelly: Estoy casada con Mark desde hace 17 años. Nos casamos en 1999 y tuvimos a nuestra primera hija, Abi, en 2000. Tiene una hermana, que ahora tiene 13 años, un hermano de 8 y otro de 2. Estamos esperando una niña en mayo.
¿Cómo era Abi?Abi era una niña feliz y llena de energía, siempre estaba dispuesta a involucrarse en cosas y nos enseñó cómo aprovechar la vida al máximo. Su pérdida tuvo un gran impacto en la familia. Además de muy inteligente, era una gran nadadora y acababa de conseguir el cinturón negro de Kung Fu cuando murió. Estaba en forma y casi nunca enfermaba, por lo que su colapso fue un auténtico shock para nosotros. Era una persona comprometida y adoraba a su hermana y a su hermano. Llevaba seis meses en secundaria cuando murió. Cayó en coma de repente estando en casa y nunca se despertó. Dijeron que era muy raro sufrir una hemorragia a esa edad y en el lugar donde se produjo (el tronco cerebral).

¿Cómo ha cambiado tu vida desde el fallecimiento de Abi?

A efectos prácticos, nuestra vida en realidad no ha cambiado gran cosa teniendo en cuenta lo que pasó. Seguimos viviendo en la misma casa, nuestros hijos van a los mismos colegios, nosotros trabajamos en lo mismo... Puede que suene simple, pero conozco a varios padres en duelo que han cambiado todas estas cosas tras su pérdida. En nuestro caso, lo que más ha cambiado somos nosotros mismos. Somos más pacientes y más conscientes de las necesidades de nuestros hijos, vivimos con miedo a que vuelva a suceder —o, de hecho, de que pase cualquier cosa—. Nos tomamos la vida con más calma y disfrutamos de las pequeñas cosas. Tener un hijo un año después de la muerte de Abi fue un gran cambio y ha sido toda una bendición para nuestro hogar. Hemos encontrado la felicidad en él y se parece a Abi en muchas cosas. Sin embargo, escribí recientemente que aunque hay una gran actividad en casa con tres niños, seguimos echando de menos a Abi y su presencia. Fue nuestra primera hija, así que siempre ha estado con nosotros. Mi marido y yo hemos hecho una piña y nos hemos vuelto más fuertes desde que la perdimos. Aunque hemos tenido nuestros altibajos, hemos conseguido superarlos juntos. Además, mi fe personal ha aumentado desde la muerte de Abi, que es algo sobre lo que también escribo. Me cogió por sorpresa, pero ha resultado enormemente beneficiosa para mí.
¿Cómo te ha ayudado tu familia y el hecho de conectar con otras personas en tu proceso de duelo?Mi familia ha estado maravillosa. Me han brindado su apoyo y yo a ellos. Al principio conecté con un montón de madres de luto a través de mi blog y con algunas de ellas mantengo el contacto con bastante asiduidad. He conocido en persona a un par de ellas. Es fundamental saber que no estás sola y escribir sobre mi duelo y sobre las situaciones que suscita ha sido imprescindible para mi recuperación. En realidad ya no hablamos tanto acerca de la muerte de Abi, no lloramos muy a menudo y seguimos adelante con nuestras vidas, pero eso también significa que nos guardamos dentro mucho dolor y mucha ansiedad. La ansiedad que sentimos mi marido y yo ha aumentado enormemente desde la muerte de Abi, pero también sucede que mis dos hijos mayores temen a la muerte y a los médicos. Escribir me ayuda a compartir esos sentimientos ocultos y suscita conversaciones con mi familia o mis amigos más cercanos y también con desconocidas del otro lado del charco que están atravesando la misma situación. Me ayuda a sentirme un poco menos loca.

 

 

 https://www.vice.com/es/article/785ngd/perder-hijo-maternidad

 

 

martes, 1 de octubre de 2019

¿Cómo actuar? La culpa


S
ospechamos que nuestra hija toma pastillas, creemos que son éxtasis… ¿Por qué toma esas cosas? ¿Qué hemos hecho mal? ¿Será culpa nuestra? A lo mejor son sus amigos que le provocan para que tome drogas… No sabemos qué hacer, estamos como paralizados.
Sospechar que vuestro hijo o hija toma drogas no es fácil de afrontar. Normalmente los padres y las madres tenéis miedo, y sentís que es una situación para la que no estáis preparados. En estas situaciones es muy habitual que surja la culpa: ¿quién tiene la culpa de que nuestro hijo o hija tome drogas?
¿Qué es la culpa?
Sentirse culpable uno mismo, o echar la culpa a los demás es un sentimiento muy frecuente. Suele surgir en situaciones dolorosas, que son difíciles de aceptar y afrontar.
¿La culpa es buena o mala? La culpa siempre lleva asociado un significado “negativo”, pero tiene algo “positivo”:
  • Al principio, cuando se busca al “culpable” de que el adolescente tome drogas (sus amigos, su padre, su madre, etc.) parece que se soluciona el problema (aunque en realidad no es así).
  • En estas situaciones de dolor se suele sentir impotencia: “Mi hijo se droga, ¿qué puedo hacer? No puedo hacer nada”. La culpa alivia ese sentimiento de impotencia, da la sensación de que, por lo menos, estamos haciendo algo: buscar a la persona culpable…
Pero eso es solo en los primeros momentos porque la culpa también tienes aspectos negativos:
  • Inmoviliza. Cuando se siente culpa es más difícil avanzar porque no se pone atención en buscar soluciones, al contrario, se gasta energía en buscar culpas.
  • Se pierde el control. Cuando se siente culpa, o cuando cree que otra persona es la culpable, es más difícil mantener el control y la tranquilidad.
  • Debilita. Sentir culpa o buscar al culpable gasta mucha energía y al final se está más débil.



¿De quién es la culpa?
Es muy habitual que cuando pensáis que vuestra hija o hijo sordo toma drogas empecéis a pensar: ¿por qué? ¿de quién es la culpa?. Estas son algunas de las situaciones o pensamientos que soléis tener los padres y las madres:
  • La culpa es de las drogas. A veces, se piensa que la culpa es de las drogas, que son malas, y no deberían existir. O también que es culpa de las personas que las venden.
  • La culpa es de nuestro hijo (o hija). Podéis pensar que la culpa es de él o de ella, porque aunque hay drogas y hay gente que le pueda ofrecer, es él o ella quien tendría que decir “no”.
  • La culpa es de sus amistades. Otro pensamiento habitual es que son sus amigos y sus amigas los culpables, porque le provocan para que tome drogas.
  • La culpa es de su padre o de su madre. Muchas veces pensáis que la culpa “es del otro”, del padre, o de la madre: porque siempre ha sido “muy blando”, o porque ha sido “muy dura”, o porque “no ha sabido educarle bien”, etc.
  • La culpa es mía. Este pensamiento es muy habitual, sentir que la culpa es de uno mismo “porque no he sido un buen padre o una buena madre”, y “no he sabido educarle bien” o “no me he dado cuenta antes del problema”.
    Pensar quién tiene la culpa no ayuda mucho y es muy difícil (o casi imposible) saber quién tiene la culpa. Son muchos factores y muchos motivos “los culpables” de que un adolescente tome drogas… así que mejor no buscar culpables ¿verdad?
¿Culpa o responsabilidad?
Es posible que sigáis pensando que la situación no está bien, y que alga habéis hecho mal ¿verdad? ¿Creéis que lo podríais haber hecho mejor? Es mejor pensar en qué responsabilidad tenéis como padres y madres en esta situación, es decir, qué podéis hacer al respecto. Si pensáis en que la culpa es vuestra será muy difícil que busquéis soluciones.
¿Y entonces qué hacemos?
Es importante saber qué es la culpa y ya sabéis que tiene efectos negativos, pero ahora seguro que necesitáis saber qué podéis hacer cuando sintáis culpa porque vuestro hijo o hija toma drogas, o porque sospecháis que lo hace.
  • Necesitáis tiempo. En normal que si sospecháis que vuestro hijo o hija toma drogas (o estáis seguros de que usa drogas) os sintáis perdidos y penséis que alguien tiene la culpa. Necesitáis tiempo para asimilar la situación, para tranquilizaros y empezar a afrontar la situación.
  • Aceptar la realidad. A veces cuesta un poco aceptar la situación, pero lo importante es ponerse manos a la obra: charlar con vuestro hijo o hija, saber cómo se siente, descubrir qué está pasando en realidad, etc.
  • Hablar con otras personas. A veces es bueno hablar con otros padres y madres que han pasado por una situación parecida, seguro que os daréis cuenta de que nadie tiene la culpa y os tranquilizará mucho. En algún centro especializado en prevención de drogas os podrán ayudar.
  • Expresar cómo os sentís. Seguro que os sentís confundidos, y tenéis mucha mezcla de sentimientos: culpa, miedo, tristeza, preocupación, etc.Expresad cómo os sentís os ayudará mucho: con vuestra pareja, escribirlo en un papel o en un diario, hablarlo en un grupo de padres y madres, etc.

  • No decirle que él o ella es el culpable. Cuando un adolescente toma drogas, la mayoría sabe que no está haciendo algo bueno y se sienten un poco culpables. Si, además, su padre o su madre le echa la culpa será peor. Intentad expresaros así: “Me duele que tomes drogas…” “Me molesta que fumes porros…” “Estoy preocupado porque creo que tomas éxtasis…” Así no se sentirá tan culpable y será más fácil encontrar una solución.
Comunicaros bien con vuestro hijo o hija es muy importante. En la sección Comunicación en la familia encontraréis más información sobre ese tema.
  • Utilizad un lenguaje positivo. Es mejor pensar en lo que podéis hacer juntos, en lo positivo que tiene vuestro hijo o hija. Mirad algunas frases negativas, típicas de padres y madres: “Estás acabando con nuestra vida…” No tienes solución…” “Tu madres está fatal por tu culpa…” Ahora mirad estas frases, pero más positivas: “Confiamos en ti…” “Juntos podemos solucionarlo, ya verás…” “No voy a permitir que hagas eso…” No es necesario mentir, ¡claro que no!, pero este tipo de mensajes y de frases son mucho más constructivas ¡y son verdad!
  • Buscar soluciones. ¿Ya os sentís un poco mejor? Pues empezad a ver qué podéis hacer, seguro que eso hará que os olvidéis de la culpa. En esta página web estáis aprendiendo mucho, y en algún centro especializado en este tema podéis pedir que os orienten para saber qué hacer.
RECORDAD: Sentirse culpable de que vuestro hijo o hija tome drogas (o pensar que la culpa es de otra persona) es algo normal y muy habitual. Ahora ya sabéis que es muy difícil encontrar la causa o la culpa, así que es mejor no gastar energía… Necesitáis un poco de tiempo para asimilarlo y tranquilizaros, después pensad en qué es lo que podéis hacer: hablar y escuchar a vuestro hijo o hija, buscar asesoramiento, etc.

Mi hijo (o mi hija) dice...
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