En este vídeo de educación sobre las drogas, Bobby Wiggins, especialista en prevención de drogas, explica concisamente los efectos a largo plazo de la hierba (marihuana). La marihuana no es dañina ¿Verdadero o falso? Eso es definitivamente falso. Para mas información sobre el uso y adicción a la marihuana, visite: http://espanol.narconon.org/informaci...
Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤
Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤
Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤
Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤
Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤
Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤
Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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jueves, 30 de agosto de 2018
¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la hierba?
En este vídeo de educación sobre las drogas, Bobby Wiggins, especialista en prevención de drogas, explica concisamente los efectos a largo plazo de la hierba (marihuana). La marihuana no es dañina ¿Verdadero o falso? Eso es definitivamente falso. Para mas información sobre el uso y adicción a la marihuana, visite: http://espanol.narconon.org/informaci...
miércoles, 29 de agosto de 2018
10 Maneras sencillas de saber si alguien te está mintiendo
Revelaremos TODOS los secretos de los mentirosos y te ayudaremos a reconocer cuándo se te está mintiendo y cuándo alguien te está diciendo la verdad. Solo debes hacer las preguntas necesarias y ver cómo responde la persona.
¿Cómo reconocer si un joven consume drogas?
El uso de sustancias es cada vez más común entre los jóvenes. La psiquiatra Geraldine Peronace desarrolló para Infobae las claves para identificar síntomas y hábitos. Qué hacer ante una emergencia
¿Cómo afectan las drogas a tu cerebro?
El doctor Juan Rivera explica lo que sucede en el sistema nervioso cuando el organismo se enfrenta a la adicción.
Entender de que manera afectan las adicciones al cerebro podría ser una de las claves para cambiar la lucha contra las drogas.
Entender de que manera afectan las adicciones al cerebro podría ser una de las claves para cambiar la lucha contra las drogas.
Las drogas y el cerebro. Hablemos de drogas.
lunes, 27 de agosto de 2018
Expertos aseguran que primeros 8 años de vida son esenciales para prevenir adicciones
Los estudios piden
redireccionar las investigaciones sobre el abuso de sustancias hacia la edad
temprana y dejar de centrar la atención en la adolescencia.
SANTIAGO.- El consumo de drogas y alcohol ha estado asociado a la adolescencia desde hace muchos años. Sin embargo, una nueva investigación relacionada a cómo tratar la dependencia de ciertas sustancias perjudiciales para la salud, ratifica que todo comienza en el embarazo. En este sentido, fortalecer la autoestima y las habilidades sociales de los menores antes de los 8 años, previene una adultez lejos del abuso de sustancias, según el reporte entregado por autoridades del Reino Unido.
El informe elaborado por el
Instituto Nacional de Salud de ese país, también asegura que el estrés que un
niño presenta antes de los 8 años juega un rol fundamental en su comportamiento
como adulto.
Así, el bajo rendimiento
escolar, la inseguridad y episodios de ira, son síntomas recurrentes en niños
que terminan desarrollando algún tipo de adicción cuando llegan a la
adolescencia.
Igualmente, experiencias
como divorcios o cambios de casa y estilo de vida, se presentan como factores
de riesgo para un eventual abuso de alcohol o sustancias.
La intervención adulta para ayudar a los niños
a resolver este tipo de episodios, previene que tengan una adolescencia y
adultez conflictiva, según expertos.
La doctora Nora Volkow,
directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas sostiene que "gracias
a tres décadas de investigaciones sobre qué ayuda a los niños a sobrellevar
episodios de estrés, tenemos la oportunidad de intervenir desde edad temprana
para prevenir futuros desórdenes que desencadenen abusos con
psicotrópicos".
En la adolescencia, las
actitudes, comportamientos e interacciones familiares no son tan fáciles de
cambiar. Por esto, los primeros 8 años de vida de un niño son importantes para
disuadir a los jóvenes de una vida de adicciones, debido a que el desarrollo
cerebral es mucho más rápido que en cualquier otro período de su vida.
El contexto donde un niño se
desarrolla -barrio, establecimiento educacional, entre otros- también juega un
rol importante en el desarrollo de su estabilidad emocional. La relación
sostenida con sus padres y parientes es considerado también un factor de cambio
en actitudes negativas de los jóvenes.
Según señala el reporte,
"proveer de un hogar estable, nutrición adecuada y estimulación física y
cognitiva antes de los 8 años, previene a los niños de buscar en su edad adulta
los sustitutos de una vida estable como las drogas o abusar del alcohol".
Para niños donde ya es muy
tarde acceder a este tipo de intervención parental o familiar, los expertos
recomiendan no intervenir de forma brusca en la adolescencia.
Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2016/03/10/792298/Expertos-advierten-que-riesgo-de-sufrir-algun-tipo-de-adiccion-viene-desde-el-embarazo.html
Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2016/03/10/792298/Expertos-advierten-que-riesgo-de-sufrir-algun-tipo-de-adiccion-viene-desde-el-embarazo.html
Víctimas, no viciosos. Viaje al cerebro de un enfermo de droga dicción
Las Drogas Hackearon El Cerebro Humano
La mexicana Nora Volkow, bisnieta de Trotski y una autoridad mundial en adicciones, habla de sus revolucionarias investigaciones sobre la farmacodependencia.
La investigadora
Nora Volkow habló de sus revolucionarios estudios sobre farmacodependencia.
Nora Volkow tenía 4 o 5 años cuando, entre las plantas del
jardín de su casa natal en Coyoacán, se sentaba a ver caminar las colonias de
hormigas en fila india. Le parecía fascinante: su mente le decía que ese
desfile no era casual.
Después, en su adolescencia, ella y sus tres hermanas pasaron
muchas tardes guiando a visitantes por la casona. Era Ciudad de México y
despuntaban los años 70. La vivienda era histórica: aquí habían asesinado, en
1940, a uno de los tres líderes de la revolución rusa. Nora creció con
conciencia de venir de una familia protagonista de la historia: el líder
asesinado era su bisabuelo León Trotski.
Desde
que observaba hormigas y a la gente en la calle –le fascinaba la interacción
humana–, Nora Volkow vio transcurrir medio siglo. Y hoy, a los 59 años, convertida en una de las grandes expertas en el estudio del
cerebro y referenciada por muchos como la mayor especialista en adicciones del
mundo, vuelve a su infancia para explicar su camino en la investigación.
“Por
nuestra historia y la tragedia que mi familia vivió en Coyoacán, todos
aprendimos que cada ser humano es responsable de sí mismo, pero también de la
humanidad. Hacer ciencia es ampliar el
conocimiento, y yo me propuse generar avances científicos no solo para Estados
Unidos, no solo para México, sino para todo el mundo. El
cerebro humano ha sido mi campo de estudio. Y hemos avanzado”, afirma.
En el 2007, Time la nombró entre las 100 personas más
influyentes del planeta. Ese año, el editor de la revista, Richard Stengel,
explicó: “Esta lista la componen personas cuyas ideas, ejemplo, talento y
descubrimientos han transformado el mundo en que vivimos”. Ese mismo año,
Volkow fue reconocida por Newsweek; en el 2009 y el 2011, por Washingtonian
Magazine y, desde el 2000, por U. S. News & World Report.
Víctimas, no viciosos
Esta
psiquiatra y neurocientífica, que trabaja en investigación de punta en Estados
Unidos –a donde emigró muy joven en busca de su pasión, el estudio del
cerebro–, es la cabeza del Instituto Nacional de Abuso de Drogas, en Bethesda
(Maryland). Gracias a sus investigaciones,
en las que ha invertido 30 años, está logrando cambiar los parámetros: hoy se
sabe que los adictos a la marihuana, la cocaína, la heroína y otras drogas
legales –así las califica ella–, como el alcohol y el cigarrillo, no lo son por
su voluntad: diversas disfunciones de su cerebro no los dejan vencer su
adicción. Se los considera enfermos. Y, dice Volkow, quien ha dedicado su vida
profesional a estudiar los procesos cerebrales que juegan un rol en la
adicción, es bueno que el mundo comience a mirarlos como víctimas, no como
viciosos.
“El
cerebro humano es mucho más complejo que el de los monos o los ratones, pero
estos animales han ayudado a nuestras investigaciones. Descubrimos, por
ejemplo, que la dopamina, un neurotransmisor
cerebral, juega un rol esencial. Si comer un chocolate o aspirar cocaína por
primera vez se siente como un estímulo placentero, el cerebro libera dopamina y
activa los centros del placer. Si mañana nos repiten el estímulo, solo con mirar el chocolate
o la cocaína sentimos el impulso y la liberación de la dopamina”, explica.
El
cerebro, dice la doctora Volkow, crea automáticamente una memoria de liberación
de dopamina ante un estímulo placentero. Y con solo volver a sentirlo o presentirlo
(mirarlo, por ejemplo), bien sea alcohol, comida, sexo, cigarrillo o heroína,
queremos probarlo de nuevo. Se trata de una química no solo
del placer, sino también de la motivación humana, de un sistema inserto en el
cerebro desde tiempos inmemoriales para perpetuar la especie. Así fue
como la evolución aseguró la supervivencia del hombre.
Pero este mecanismo cerebral automático perdió la ruta en algún
momento. “Nuestro sistema quiso asegurarse, en el plano evolutivo, de que el
ser humano nunca dejara de perpetuarse. Por eso, la comida y el sexo son
placenteros –arguye Volkow–. Pero las drogas esclavizaron el sistema y lo
desnaturalizaron. Nuestro cerebro no se creó para que consumiéramos drogas,
pero estas ‘hackearon’ el sistema y crearon la adicción. Cuando empecé a
trabajar, en los 80, se sabía que todas las drogas activaban la dopamina, pero
yo me pregunté por qué algunas personas probaban la cocaína y la dejaban,
mientras que otras se convertían en adictos. La activación de la dopamina era
idéntica en ambas, pero una caía y la otra no. Esta pregunta fue la base de mis
investigaciones”.
Obsesionada, la experta se metió de lleno en el estudio del
cerebro y sus procesos. Ella intuía que ahí estaba la respuesta a sus
interrogantes sobre las adicciones.
“Si la curiosidad mató al gato, yo debería estar muerta. Desde
que estudiaba medicina en México, me pregunté por el efecto de las drogas en el
cerebro –cuenta–. Un día cayó en mis manos una revista científica que hablaba
de imaginología, una tecnología que permitía estudiar el cerebro en personas
vivas, algo jamás visto, inédito. Decidí irme a Estados Unidos, al laboratorio
nacional de Brookhaven, en Long Island, a trabajar con esta nueva técnica. Ahí
comencé mis investigaciones”.
Entonces
tenía 23 años. Decenios de labor en Estados Unidos, donde se casó con un
físico, le permitieron llegar a su principal hallazgo: Nora Volkow y su equipo de investigadores demostraron que la
corteza frontal del cerebro de los adictos a drogas está dañada en distintos
grados. Hasta que la mexicana lo dio a conocer –a la fecha ha
publicado 600 papers y tres libros–, nadie le había dado importancia a la
corteza frontal en las adicciones humanas.
“Hasta entonces, la corteza se reconocía como el área del
cerebro donde se gestan el poder de decisión, los juicios y el pensamiento
abstracto. Nuestras investigaciones permitieron caracterizar procesos de
desajuste cerebral y reconocer que, en los adictos, la corteza frontal –que
controla deseos y emociones– estaba afectada”, resume.
Con ese descubrimiento, la científica inauguró una nueva mirada
sobre el camino de la adicción.
Obesidad
y déficit de atención
“Lo central para nosotros ha sido entender los procesos que
conllevan la pérdida de control en los adictos a las drogas. Cuando empecé a
investigar, se pensaba que ellos elegían los narcóticos por placer. Yo demostré
lo contrario. Al comprender que en todos ellos la corteza frontal del cerebro
está dañada en diversos grados –la de un fumador no es igual a la de un
heroinómano severo–, llegamos a la conclusión de que este enfermo no tiene la
capacidad de controlar sus deseos y emociones. Por eso termina adicto”, agrega
esta bisnieta de Trotski, reconocida como “una campeona en la integración de la
ciencia a la medicina”, según un experto en drogas de la Universidad de
Pensilvania, y como una “científica brillante”, según el director del Instituto
de Dependencia Química Rothschild del centro médico Beth Israel, de Nueva York.
La
curiosidad de Volkow ha extrapolado su trabajo a otras áreas, como la obesidad
y el déficit de atención. Ella descubrió que hay rasgos
comunes en obesos y adictos: ni unos ni otros quieren estar donde están, pero
no pueden parar de consumir (narcóticos o comida). En los
obesos, la corteza frontal tampoco funciona correctamente.
“Así es la ciencia. Un hallazgo puede conducirte a diversas
áreas de investigación, y el conocimiento se va expandiendo”, celebra Nora.
Gracias al trabajo de esta neurocientífica y su equipo de
investigadores, hoy la ciencia considera que un adicto no es un vicioso, sino
un enfermo que necesita ayuda. “Aunque falta mucho, hemos logrado
transformaciones. Por ejemplo, las aseguradoras de salud en Estados Unidos ya
no pueden rechazar a estas personas”, subraya.
Volkow está logrando que se entienda que la adicción es una
enfermedad del cerebro. “Si eres un adolescente que recién prueba una droga,
aún puedes elegir. Pero en un adicto esta decisión se vuelve automática. Por
eso siempre digo que una adicción es cómo manejar un auto sin frenos”,
sostiene.
Y es aquí donde la herencia cumple un rol. Hay investigaciones
que prueban que en la adicción al cigarrillo –que ella no cataloga como menor–
la mitad de los casos se debe a causas genéticas. El tema está en estudio.
Mientras hace un alto en el quinto Seminario Internacional sobre
los Efectos de la Marihuana, convocado por la Facultad de Medicina de la
Universidad de Chile, se queja: “Ya el mundo no puede negar que la adicción es
una enfermedad. En el pasado lo negaban porque nadie había estudiado el cerebro
en humanos vivos. Sin embargo, el sistema médico no ha asumido la
responsabilidad de los tratamientos y la evaluación de las adicciones. No está
pasando como debería”.
En el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de Estados Unidos,
que esta científica y psiquiatra dirige desde el 2003, la mitad del millonario
presupuesto va a becas de investigación sobre adicciones. En paralelo, ella
prosigue su trabajo sobre el cerebro humano, que ha sido su fascinación desde
que era una niña que observaba hormigas en su casa de Coyoacán.
“Hoy estudiamos la eficacia de nuestro cerebro para procesar
información. También queremos saber cómo lo afectan las drogas, qué tan estable
es, cómo cambia durante el día. Esto último me interesa porque el consumo de
drogas está totalmente asociado con la hora: casi todos empiezan a consumir
tipo 5 o 6 de la tarde. Está probado también en animales”, dice con pasión.
Impensable no preguntarle sobre la legalización de la marihuana
en países de América Latina, como Uruguay.
“Si me baso en datos de morbilidad y mortalidad, el mayor efecto
en el mundo es el de las drogas legales –responde–. En Estados Unidos, 440.000
personas mueren anualmente por tabaco y otras 100.000, por alcohol. Todas las
drogas (ilegales) juntas matan a 40.000 al año. Si me pregunta si los países
pueden solventar una tercera droga legal, creo que no”.
MARÍA CRISTINA JURADO
El Mercurio (Chile)
El Mercurio (Chile)
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martes, 31 de julio de 2018
martes, 24 de julio de 2018
Flores de Bach para el desánimo y desesperación
Flores de Bach
Desánimo y desesperación
Fuente: https://www.floresdebach.net/white-chestnut/
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jueves, 19 de julio de 2018
Mindfulness en las Emociones
Ejercicio de Mindfulness que tiene como objetivo centrarse en las emociones. Sin pretender cambiarlas, sin rechazarlas, sin enjuiciarlas. Con aceptación y respeto. Este ejercicio promueve Integración Vertical, es decir, fortalece las conexiones entre el cerebro y el cuerpo, e Integración Horizontal al facilitar la conexión entre ambos hemisferios. Para más información, ver la entrada del blog: http://linkcerebromente.blogspot.com.... Ejercicio grabado y realizado por Yolanda Calvo Gómez, psicóloga. www.equilibriocuerpomente.es. Blog: http://linkcerebromente.blogspot.com
Clic aquí: Mindfulness en las Emociones
martes, 12 de junio de 2018
ADICCIONES. Audio documental.
Lo malo de algunas adicciones es que ni siquiera somos conscientes de que las tenemos. En cualquiera de los casos, siempre podemos escapar de ellas, si conocemos cómo funcionan. En este audio te convencerás de que tú también puedes.
Texto análogo al audio para dormir número 85, para escuchar por el día.
Audio documental. Crecimiento personal y autoayuda.
RELAJACION PARA DORMIR - 85 - Adicciones
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martes, 22 de mayo de 2018
La terapia EMDR
Breve descripción sobre esta técnica psicoterapéutica muy útil en el trastorno de estrés postraumático, trastornos de ansiedad, fobias, adicciones...
www.psicoterapia-natural.com
sábado, 19 de mayo de 2018
Afirmaciones liberadoras
Existe un problema con el que muchas personas y familias sufren: las adicciones.
Una adicción es una dependencia hacia una sustancia, actividad o relación que arrastra a la persona adicta lejos de todo lo demás que le rodea. A diferencia de los simples hábitos, las adicciones son “dependencias” con graves consecuencias en la vida real que deterioran, afectan negativamente y destruyen relaciones, la salud (física y mental), y la capacidad de funcionar de manera efectiva. Adicción es debilitamiento.
Puede haber una adicción a la comida, una adicción a algún producto químico o una adicción emocional. Hay personas que son adictas a endeudarse o a enfermarse.
Si vas a ser adicto a algo, ¿por qué mejor no ser adicto a amarte a ti mismo? También puedes ser adicto a hacer algo que sea de mucha ayuda, como hacer afirmaciones.
Las siguientes son afirmaciones elaboradas por Louise Hay, que se especializa en técnicas de pensamiento positivo, sanación con la mente y afirmaciones positivas.
- Amorosamente recupero mi poder. Libero a esta vieja idea y la dejo ir.
- Me doy permiso para cambiar.
- Ninguna persona, lugar o cosa tiene poder sobre mí. Yo soy libre.
- Puedo crear una nueva vida con reglas nuevas que me apoyan totalmente.
- El pasado ya pasó. Yo elijo amarme y aprobarme a mí mismo ahora.
- Libero fácil y cómodamente lo que ya no necesito en la vida.
- Estoy haciendo lo mejor que puedo. Yo soy maravilloso y estoy en paz.
- Estoy dispuesto a cambiar y crecer. Ahora creo un nuevo futuro seguro.
- Rechazo colocarme límites a mí mismo. Siempre estoy dispuesto a dar el siguiente paso.
- Elijo manejar todas mis experiencias con amor, alegría y facilidad.
- Voy más allá de las limitaciones del pasado hacia la libertad del ahora.
- Me amo y me aprecio a mí mismo. Es seguro para mí cuidarme a mí mismo.
- Ahora elijo apoyarme de forma cariñosa y alegre.
- Todo deseo por cigarrillos [o alcohol, o lo que sea a lo que sea adicto] me ha dejado y ahora soy libre.
miércoles, 16 de mayo de 2018
miércoles, 9 de mayo de 2018
Oración Hooponopono para sanar adicciones
Las oraciones tienen el sentido de poner nada más y nada menos que en palabras, instrumentos creadores por excelencia, aquello que estamos pidiendo al Universo, así que elige y crea tu propia oración guiandote con la propuesta que te dejo.
Si haces la oración para ti mism@:
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, todos como Uno, si Yo … (tu nombre completo) mi familia y antepasados, queremos hacer Ho’oponopono para sanar la relación de adicción con … (especificar, por ejemplo: la comida chatarra, o la cocaina, o el cigarrillo, etc.)
Lo siento por las memorias erróneas que me condujeron a esta situación (aquí puedes decir solo eso, o agregar la situación en concreto, por ejemplo: a pesar 120 kilos, o a depender de drogarme, etc.). Pido humildemente que esas memorias sean entregadas a la Divinidad, para ser sanadas y devueltas en Pura Luz para mí y todo mi árbol familiar, limpiando así mi linaje cualquier distorsión que la adicción haya creado en nosotros.
Dios me bendice, Dios me bendice, Dios me bendice.
Suelto y confío, me amo y acepto.
Lo siento profundamente, perdón, te amo, gracias.
Pido perdón por los pensamientos erróneos que tengo o tuve sobre cualquier situación que me haya impulsado a esa adicción. Pido perdón por los pensamientos de ira, enojo, dolor, angustia, falta de amor, intolerancia, falta de respeto, abandono, desamparo, orfandad, pobreza, miseria, indefensión, humillación, desvalorización, soberbia, lujuria, vanidad, mentira, violencia e ingratitud que tuve hacia mí mism@.
Me amo; reconozco y acepto que si me amo, debo cuidarme mejor, y velar por mi integridad en todos los ámbitos. Acojo a esta/e niñ@ interior, que se sintió abandonado y descuidado y me comprometo a darle todo mi amor y paciencia (puedes visualizar que abrazas a tu niñ@), Te amo, te amo, te amo (te lo estás diciendo a ti mism@).
Coloco esta situación en el Tazón azul índigo para su completa transmutación.(1) Gracias, gracias, gracias porque al fin he tomado la decisión de crear mi nueva realidad y lo entrego a la Divinidad. Gracias, gracias, gracias por la paciencia y el amor en mi. Gracias, gracias, gracias, porque está hecho, gracias porque así es.
(1) Puedes ver la explicación en esta ENTRADA
Si haces la oración por alguien más, agrega su nombre completo en la primera frase, y quedaría algo así:
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, todos como Uno, si Yo … (tu nombre completo) mi familia y antepasados, te hemos ofendido a ti … (nombre de la persona a quien quieres ayudar a sanar esta adicción o el vínculo) tu familia y antepasados, te pedimos humildemente perdón. Queremos hacer Ho’oponopono para sanar la relación de adicción con … (especificar, por ejemplo: la comida chatarra, o la cocaina, o el cigarrillo, etc.)
En el caso que estes haciendo la oración para sanar un vínculo adictivo con alguien, por quien estas obsesionad@, etc. te sugiero que hagas ambas oraciones, esta y la que publiqué AQUI
Se permite compartir respetando la fuente y el texto. Bendiciones Veronica Heiland (C)
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lunes, 7 de mayo de 2018
sábado, 5 de mayo de 2018
Deshaciendo el virus mental de la culpa
Serie del perdón, 2º artículo [publicado en Universo Holístico]
En este segundo artículo de la serie del perdón, vamos a vernos las caras con un virus que habita en la mente de todos los humanos. No se habla de él en ningún medio de comunicación, en realidad, muy pocos saben que están enfermos de este terrible virus, ya que en general, no se sabe mucho sobre las cuestiones no palpables.
Hablamos de la culpa. Si, ya sé, no te gusta. Es precisamente este el último tema al que tu mente quiere mirar. Pero verás que merece la pena saber un poco más sobre este virus mental. Para empezar, es interesante que te des cuenta de que el perdón solo tiene sentido cuando antes ha habido culpa. O alguien culpabiliza a otra persona, o alguien se siente culpable. En cualquiera de estos casos hay un error mental que produce como consecuencia ataque, conflicto, miedo, sufrimiento y separación.
Uno de los significados más profundos del perdón es la disolución de la culpa, lo cual implica la corrección de este error mental. Si te das cuenta, la auténtica sanación solo puede darse en la mente, ya que es ahí donde radica la verdadera causa de todo sufrimiento.
Hoy día, en el campo terapéutico hablamos mucho de “programas” o “guiones” mentales. El desarrollo de la informática ha permitido que nos familiaricemos con estos conceptos y ver claramente que nuestra mente funciona también así.
El personaje es la parte de tu mente sometida a los programas. Está tan fuertemente condicionado por su pasado y sus interpretaciones de la realidad, que muchas veces, al vernos totalmente metidos en ese personaje que interpretamos, nos da la impresión de que es imposible escapar de la película que se rueda en la propia mente. Es por esto, que hoy día se contempla el crecimiento humano como una verdadera liberación de la mente, la desprogramación de todos los patrones que limitan nuestra libertad. El más importante de estos patrones, debido a las ramificaciones de dolor que produce, es la culpa.
Error, sufrimiento y culpa
Pongamos por ejemplo, que has hecho algo de lo que te consideras culpable. Este es el nivel más sencillo de culpabilidad. A este nivel es muy difícil que alguien se de cuenta de cómo opera el virus mental. Uno dice “lo que he hecho ha estado mal, y por eso me siento culpable”. Y ya está. Está tan socializado que nadie encuentra nada raro en ello. Normalmente, al “hacer algo mal” lo llamamos error, y se caracteriza porque produce algún tipo de sufrimiento, molestia, carencia u ofensa a alguien. Por lo tanto ya tenemos entrelazados los conceptos de error-sufrimiento-culpa.
Pero sin embargo, ha habido una variación importantísima de conciencia en la percepción de la situación entre el momento del suceso [“el error”] y el momento en que te sientes culpable. Cuando hiciste lo que ahora te parece un error, en ese mismo momento, no te pareció un error. Todos tus programas mentales, tu sentir de ese momento –consecuencia de tu modelo mental-, tus miedos y deseos, tu personaje eligió hacer lo que hizo desde su interpretación del momento. Y no encontraste nada mejor que hacer, ya sea porque no viste correctamente la dimensión del asunto, ya sea porque no estabas bien informado, porque seguías un consejo o una orden desacertada, o simplemente porque tenías miedo o deseabas algo con ansiedad... No pudiste hacer otra cosa, porque no la hiciste.
Puede ser que fuera el miedo el que te impulsase a hacerlo, o bien la falta de información, el desconocimiento o la inexperiencia, cualquiera de los habituales aprisionamientos mentales. Todo ello son formas de inconsciencia, con lo que llegamos a una conclusión clara: el error sucede siempre debido a la inconsciencia. De modo que en el momento de la acción no podías hacer otra cosa más que la que hiciste. Si no veías, es decir, si no eras consciente, ni siquiera tenías la libertad de elegir.
Todo error es producto de la inconsciencia. Sin conciencia no hay libertad.
En este punto podemos observar los argumentos de la culpa: “Debiste haber pensado mas en ello” “Debiste haber calculado las consecuencias” “Debiste haber mirado el asunto desde otros puntos de vista”. Es decir, la culpa dice que, cuando no eras consciente, debiste “haber sido consciente”. Y por tanto, te hace sentir que eres incorrecto o erróneo, que eres malo. El ego, mediante su programa culpa, juega con el tiempo. Antepone lo que ahora ves a lo que antes no veía, y dice, “Lo has hecho mal. Deberías haberlo hecho bien. Por eso eres "malo”.
or supuesto, no puedes sujetar a una persona por las solapas y decirle “hazte consciente” mientras le zarandeas. La consciencia surge desde tu darte cuenta, que es un gesto de apertura mental de índole personal y profunda trascendencia. No sabemos exactamente por qué ni cuando ocurre. Cuando lo ves, lo ves. Esta fuera de lo razonable “exigir” consciencia de algo a alguien. No se puede exigir que veas lo que no ves. La culpa es un virus mental generado por el mismísimo sistema de pensamiento del ego.
Exactamente en este punto, el patrón de la culpa te hace sentir terriblemente mal. La culpa te dice que no es que el suceso haya sido un error y ya está, sino que hay algo en ti que es permanente y esencialmente malo. Esta sensación de verse a sí mismo como algo malo o sucio es tan insoportable, que el mismo programa del ego o del personaje, elabora salidas que parecen ayudarte.
Cuando vemos a un niño que está aprendiendo a andar, le miramos con una percepción de inocencia. Esto significa, que aunque el niño se caiga hasta 1.800 veces antes de dominar su caminar, en ninguna de esas caídas le consideramos “malo”. Nunca le decimos “déjalo, chaval, no sirves para esto, no tienes solución”. Todo lo contrario, sabemos que tras ese penoso esfuerzo todos aprendemos a andar, asumimos que el error es parte del proceso de aprendizaje, y por ello, nunca culpabilizamos a un niño por cometer un error. Siempre percibimos el éxito potencial más allá del error presente.
Sin embargo, a cualquier persona que esté cerca de nosotros, por mucho que la queramos, acabaremos culpabilizándola de cualquier cosa que nos duela, que nos ofenda, en definitiva, que interpretemos como un error [recuerda la relación que hace tu mente: error – dolor – culpa]. Cuando sentimos el dolor, tu ego automáticamente te dará la orden de proyectar su causa afuera.
Proyección de la culpa
Imagina que te encuentras realizando un trabajo casero, tal como por ejemplo, tender una colada. La cosa no es lo más divertido del mundo, y de repente se desencadena algo en tu mente que no te hace sentir muy bien. Sientes que tú no deberías estar haciendo esto, de algún modo se trata de una leve irritación o mejor dicho, una resistencia a lo que estás haciendo. Percibes que sufres, aunque sea muy levemente. Algo en ti sabe que si hay sufrimiento hay error. Inmediatamente y sin darte cuenta, buscas al culpable.
Entonces nace una idea en tu mente. “Este trabajo debería estar haciéndolo mi marido, porque él nunca hace nada por la casa”. Ya está. Algo en ti cree en esta idea, y a partir de ahí se genera aún más dolor. No solo sufres por el hecho de resistirte a hacer el trabajo, sino que además te sientes atacada. Este nuevo pensamiento justifica el que empieces a elaborar tus propios pensamientos de ataque hacia tu marido. ¡Necesitas defenderte para poder hacer algo con respecto a tu sufrimiento! ¡Esto hay que arreglarlo! En poco tiempo te encuentras odiándolo, y la culpa se hará reproche. La guerra está servida. Tu marido buscará los modos de defenderse para no sentirse erróneo ante tus ataques.
Lo que aquí ha ocurrido es un proceso llamado proyección de la culpa. Existe un patrón instalado en el sistema operativo de nuestro ego, que se dispara a la menor señal de sufrimiento y nos induce a buscar la causa ahí fuera. Entonces proyectamos nuestra energía negativa contra esa causa externa, para de ese modo intentar solucionar nuestro pesar. De este modo generamos todo tipo de ataques mentales como el que he descrito.
Estos ataques mentales, convenientemente repetidos y con una constante inversión emocional, producen de hecho todos los conflictos, todas las luchas, todas las guerras que la humanidad vive. De los ataques mentales surgen los maltratos emocionales y como consecuencia los maltratos físicos. Después, solo falta esperar la cadena de venganza.
La culpa da sentido al ataque
El proceso muy rara vez es descubierto por la consciencia: la culpa ha operado sin ser vista, ha producido una guerra grande o pequeña al viejo estilo de los servicios secretos internacionales como la CIA.
Siguiendo con el ejemplo de la colada, la persona que repentinamente experimenta resistencia al trabajo que está realizando, ha perdido la presencia, la aceptación de su circunstancia presente. Esa resistencia psicológica al momento, estrictamente interna, es la causa verdadera e inatendida del sufrimiento. La resistencia, a su vez, ha surgido del dolor psicológico inconsciente.
Si deseas ser responsable de tu dolor, y no estás agusto con lo que haces, o cambias tu percepción, o bien dejas de hacerlo. Sin embargo, con la mente bien entrenada desde muy pequeños en la culpa, la reacción que surge ante el dolor es buscar al culpable ahí fuera. Así podremos “hacer algo”: atacar.
En otras palabras, todo el sufrimiento que experimentas procede del interior de tu mente. Un guión de culpabilización te impulsará a atacar mentalmente a personas o circunstancias externas con el fin de librarte de tu propio dolor. Y aunque esto nunca haya funcionado para sanar el dolor, sino que precisamente ha producido una cadena constante de conflictos, ataque, defensa y sufrimiento, el programa sigue vigente en la mente humana gracias a permanecer inobservado. La culpa es el agente secreto del ego.
El perdón es la sanación de la culpa, y comienza por darnos cuenta de que realmente, la misma idea de la culpa es una locura. A partir de ahí, el trabajo pasa por hacernos conscientes de nuestro dolor inconsciente según surge, y resolverlo responsablemente con herramientas liberadoras en lugar de dejarnos llevar por el programa estándar de culpabilización y ataque que nos sume en el victimismo.
Ahora viene lo más impresionante de todo. ¿Sabes de donde procede el dolor inconsciente? Agárrate bien. Se trata de culpa inconsciente. Un ancestral sentimiento de ser erróneo, una identificación subconsciente con el error.
La culpa tiene dos variantes, la culpa consciente, que ya hemos visto cuando yo me siento mal por haber cometido un error o bien cuando atribuyo el error a algo externo, y la culpa inconsciente. Ambos son errores mentales, pero a niveles muy distintos.
La culpa inconsciente es de índole colectiva, ya que el inconsciente es colectivo como tan bien supo describir al mundo el genial Jung. La culpa afecta a toda la humanidad, y produce un sentimiento profundo y muy escondido de ser erróneo, inadecuado, incorrecto. En occidente fue llamado “pecado original” y desde la misma mente inconsciente, produjo toda la simbología de la expulsión del paraíso. ¡Imagínate! ¡Ser tan malos que hasta Dios, que se supone que es amor, nos echa de su casa! Lejos de significar nada verdadero, este mito refleja una profunda sensación de ser incorrectos, malos, inadecuados, como un “mal hijo”. En oriente la culpa inconsciente ha tomado otra forma más sofisticada: se ha llamado karma, e implica una cadena de causa y consecuencia que te aprisiona en la rueda de la reencarnación. Finalmente también se trata de un sentimiento de culpa, de identificación con el error, que te lleva de un modo a otro a manifestar sufrimiento, carencia, vulnerabilidad, lo que de nuevo te lleva al error, y por tanto, de vuelta a la culpa.
¡Existen seis mil millones de almas que se sienten erróneas recreando inconscientemente y cada día un mundo de culpa! Ahora puedes entender el valor global del trabajo con el perdón. Realmente, el trabajo con el perdón es tan profundo que sana a la mente colectiva.
Cuando la culpa se manifiesta en la vida, ocurren sucesos en los que uno se llega a sentir muy mal al verse a sí mismo identificado con el error, con lo malo o con lo sucio. Puede ser que se manifieste como una angustiosa depresión, o también puede que aflore como un sencillo malestar mientras hacemos la colada.
En cualquiera de los casos, la culpa es el origen del sufrimiento, y el sistema como nuestro ego pretende gestionarla, proyectándola al exterior, es el modo perfecto mediante el cual el ataque, el miedo y sufrimiento se convierte en el modo habitual de relacionarnos entre los humanos.
Ni tu ni nadie es algo “malo” o “inadecuado”. ¡Somos Vida pura! Sin embargo, todos colaboramos al recrear sufrimiento en nuestro entorno porque constantemente nos estamos proyectando unos a otros la idea “eres malo” mediante el mecanismo de la culpa. ¿Cómo vamos a llegar a experimentar lo que realmente somos si seguimos sometidos a semejante programa?
El perdón es el proceso interno y personal que sitúa toda tu atención en lo importante: deshacer la culpa para encontrar la verdadera paz interna y la liberación de tu mente. Es un proceso de ampliación de la consciencia que te permite mirar los modos en los que la culpa opera en ti, para así poder ver que en realidad, la culpa es locura, nunca ha existido en realidad. Al desaparecer ese virus de tu mente, verás y sentirás qué es lo que tú y cada ser humano es realmente.
Jorge Lomar
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