Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤

miércoles, 25 de julio de 2018

Reiki para el buen morir

Creer en Reiki es no poner ninguna norma, ninguna limitación…
Hablamos de una energía inteligente, mucho más que los que lo trabajamos… Sólo “entrar” en Reiki y dejar que lo que nos llegue fluya…

Reiki ayuda antes de nacer, en el momento del parto, a lo largo de nuestras vidas, ayuda a sanar, a recuperar, etc…. pero el Reiki también ayuda a morir, al “buen morir”.
El día de la muerte es uno de los días más importantes de nuestra existencia y el mejor regalo que podemos ofrecer a una persona, es acompañarle en esos momentos dándole todo lo que necesita, con conocimiento, sabiduría y amor.
En el momento de la muerte, el Reiki ofrece la posibilidad de ayudar al que se va, haciendo que su tránsito sea más armonioso hacia un plano elevado de Luz y Amor, entrando así en contacto con su Esencia Divina.
Creer en el Reiki es valorar y aceptar todas y cada una de sus formas de uso, por ello lo considero especialmente útil para un “buen morir”. Esta razón, entre otras, me ha llevado a comenzar próximamente una labor de voluntariado en las unidades de cuidados paliativos.
Ayudar en los últimos momentos a una persona, puede llegar a ser una experiencia gratificante.

En el momento de la muerte de un familiar, amigo o cualquier otro conocido, Reiki nos ofrece la posibilidad de ayudar al que se va, para que su tránsito sea armonioso.
Si se nos ofrece la oportunidad, podemos iniciar al enfermo. También se le puede iniciar a distancia.

Si no se es maestro, en el momento del fallecimiento, permanecer a su lado y darle un tratamiento completo de Reiki.

Al finalizar, mantener durante diez minutos las manos en las plantas de los pies, visualizando una Luz rosa que asciende, llena el cuerpo y sale por el chacra corona.


Seis horas después, realizaremos sobre el fallecido, el símbolo de CR, tal y como se aplica en el tratamiento de segundo grado.
Al colocar las manos en la posición sobre el corazón, sentiremos como se nos van ligeramente hacia el plexo y como algo, la energía restante en el cuerpo, impulsa hacia arriba las manos. En ese momento daremos la afirmación que encamine la energía hacia la Luz. Yo Soy… (Nombre completo del que se ha ido)…hacia la Luz.
En ese momento percibiremos con total claridad un cambio en el cadáver.
Su aspecto será diferente. De Paz. Puede incluso verse un resplandor en el rostro.
Un cambio de expresión… Ya no duermen, se van con armonía…
Hay que aclarar que lo haremos después de sintonizarnos y dibujar desde la conciencia los símbolos y recitar los mantras.
Durante algunos días, habitualmente 21 en personas poco preparadas espiritualmente, o con miedos y apegos que resolver, seguiremos enviando Reiki cada día al que viaja ya en otros planos.
Orden: Símbolos, mantras, y con dulzura y firmeza el nombre completo y la orden de que se encamine hacia la Luz.
Es conveniente, si no estamos seguros, mantener el envío de Reiki durante los días que consideremos necesarios.

Sentiremos con toda claridad el momento en que el alma se funde en la Luz…
Incluso lo veremos….

Ahora, tiempo después, mi vivencia de la experiencia. El tiempo es el que hace comprender, el que asienta lo aprendido….

Lo viví en primera persona, a la muerte de mi madre.
Cuando se fue no estuve a su lado. Mi cobardía ante la pérdida era tal que no fui capaz de enfrentarme al hecho. Murió en una residencia…

Llegué cuando aún estaba tibia, el calor, la placidez del sueño embargaban su rostro.
Estaba guapísima, pero… Algo me decía que no estaba muerta, dijeran lo que dijeran sus constantes vitales. Estaba dormida Cuando llegamos a la capilla ardiente, no hacía más que observarla. Su carita reflejaba una expresión que conocía muy bien: La que ponía cuando estaba enfadada, molesta por algo y pretendía disimularlo.


Aparentemente plácida, pero con una tormenta interna. Les aseguro que no era mi imaginación, ni que proyectase nada personal… Era así. No en vano viví siempre a su lado. La conocía mejor que nadie.
Daba vueltas en la tanatorio, sin saber muy bien qué hacer. No era dolor, era desasosiego, malestar, algo que he aprendido a escuchar desde hace mucho tiempo.


Y me decidí. Estaban mi pareja y mis hijos. Aún no había llegado el resto de la familia. Levanté la tapa del ataúd. Y la inicié (3º grado). Ya lo estaba en los anteriores niveles.
Mis hijos me apoyaron, enviándome Reiki. (Los tengo iniciados desde pequeños).
Y pasó lo que describo en el artículo.
Cuando acabé le hice el tratamiento completo, y al llegar al plexo dibujé el CR.
Desde el chacra corona hacia abajo, en espiral. Y al centrar y recitar el mantra en el plexo fue cuando sentí con total claridad como “algo me empujaba las manos hacia arriba.
Acabé el tratamiento, unos diez minutos más tarde su expresión cambió radicalmente.

Una especie de Luz Interna se reflejó en su rostro. Estaba tan hermosa que parecía una jovencita. Resplandecía… La Paz….
En ese momento supe con certeza que se había ido. Por lo menos del cuerpo, del ataúd, de su miedo a la muerte.
Aún así, cuando la enterramos, al introducirla en el nicho, posé mi mano sobre el ataúd, y el dolor, el desgarro interno que sentí fue el mayor de mi Vida...
Sólo la pérdida de un hijo podría hacer comprender a alguien lo que se me rompió dentro.Y supe que no había acabado. Ni para ella ni para mí. Su bardo no había hecho más que comenzar, y decidí acompañarla. Compensarla de lo que no había hecho antes…

Cada día, mediante el tratamiento a distancia, conectaba con su alma, con su espíritu, y la ayudé como único sabía hacerlo. Permaneciendo cerca, alentándola a superar el miedo, la oscuridad, la soledad del camino hacia la Luz…
La experiencia nos sirvió a las dos, estoy segura.. A mí me ayudó tanto como a ella… O más…
Cualquier sentimiento de culpa, cualquiera de las cosas pendientes fueron solucionándose, poco a poco, en aquellos 21 días.
La reflexión me hizo comprender y perdonar. Y no a ella, que, simplemente, había hecho lo que podía.. A mí misma. Que tanto la había juzgado. A quien tantas culpas había echado. Y me perdoné en mis errores, aceptando que yo también había actuado como único sabía.
Fue un período difícil. De duro crecimiento. A nivel personal, y, al vivenciar algunos momentos del bardo, aprendí también como podré enfrentar el mío. Como no dejarse engañar por las pruebas, ilusorias, mentales que supone.

Como mantener la mente fija en todo momento en la Luz que alumbra el final del túnel…
Y que aún cuando no se vea, tienes que recordar en cada instante que es lo único real de la última experiencia…

Ese camino entre planos: Donde cada miedo de tu Vida toma realidad, donde cada pensamiento negativo se transforma en vivencia real.
Es en esos momentos cuando se le puede ayudar. A recordarle su Fe, sea la que fuere, la que la alentó en este plano. A mirar hacia delante, a no olvidar un instante que lo que pasa no es más que parte del Camino. La última parte… La que precede al descanso.
Cuando se percibe la fusión del espíritu en la Paz es algo que simplemente no tiene forma de ser descrito; Todo queda resuelto; El que se queda, el que acompaña, con un aprendizaje interno que no tiene precio.

Con calma, aceptación y comprensión. Y el que se ha ido, libre de lo pasado para reemprender Camino;
No esperen visiones, no son necesarias, En realidad, dudo de los que las tienen.
Suponen una gran película mental, de auto engaño, prepotencia y extrema Vanidad… El pecado más querido por todo lo que nos impide Crecer.
No hay un tiempo fijo para que eso suceda. Cada ser humano tiene un nivel de evolución diferente.

Creo que a mi madre su espiritualidad, estar iniciada y ser tan buena gente la ayudó. Por eso, solo dejen de enviar Reiki cuando sientan profundo descanso, tanto propio, personal como desde la conexión.
Si no están iniciados en la Maestría, hagan el tratamiento que sepan.


AGRADEZCO ESTE MENSAJE QUE ME FUE ENVIADO POR JOSE RAMÓN YA QUE ES LO QUE ESTAMOS HACIENDO EN NUESTRO GRUPO DE TRABAJO, AYUDAR A NUESTROS HERMANOS A CAMINAR HACIA LA LUZ LA PAZ Y EL AMOR , A LLEGAR A CASA CON ENTENDIMIENTO, Y ES MUY CIERTO , EN ESTE CAMINO ---REIKI---AYUDA INFINITAMENTE A AMBOS, A AQUEL QUE SE VA Y A LOS QUE NOS QUEDAMOS, EN PLENO SENTIMIENTO DE AMOR , CUANDO ELLOS VUELVEN A LA VIDA EN EL MAS ALLÁ .

OS PUEDO RECOMENDAR QUE SIENDO REIKISTA SIMPLEMENTE TENGÁIS UN PENSAMIENTO EN AMOR ENVIANDO LUZ A LOS HERMANOS QUE SE VAN A CASA, AUNQUE NO LOS CONOZCÁIS, YA QUE SABÉIS QUE A DIARIO SE VAN, EL AMOR LES LLEGA SIEMPRE, Y SI ELLOS LO ACEPTAN PUES LO RECOGERÁN Y CAMINARAN, A VOSOTROS OS QUEDARA UN CORAZÓN INMENSAMENTE LLENO, OS LO ASEGURO---
MARÍA VEGA

Fuente: http://elamoruniversalenexpansion.blogspot.com/2011/02/reiki-para-el-buen-morir.html

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